Capítulo 27

Las familias Malfoy y Gallagher se encontraban sentadas en la imponente mesa de la sala. La tensión entre madre e hija era tan palpable que pendía de un hilo muy fino, diferentes elfos domésticos iban y venían de la cocina con bandejas de diferentes tipos de comida que a cualquier persona se le haría agua la boca, era un verdadero banquete.

― Todavía sigo tan feliz con la noticia que nos dieron chicos ―rompió el hielo Narcissa ―No veo la hora de que salgan de Hogwarts y nos den los nietos que tanto deseamos Emma y yo ―dijo en un tono soñador provocando que la pareja de adolescentes se pusieran completamente rojos

― ¡Mamá! ―exclamó Draco completamente rojo ― No sé qué te has fumado pero déjalo no te hace bien ―dijo avergonzado provocando la risa de los presentes a excepción de Narcissa que estaba roja

― ¡Draco! ―exclamó su madre avergonzada

― Draco, no nos veas como unas locas es que con Cissy soñamos este momento desde Hogwarts ―habló Emma y April pensaba que su madre era una hipócrita

― Mamá, no crees que es muy pronto para hablar de nietos ―April miró a su madre de manera fría

― Puede ser pero entiende hija, estamos emocionadas con Cissy siempre quisimos que nuestros hijos sean novios, se casen y formen una linda familia ―sonrió de manera soñadora

― ¿Y qué hubiese pasado si April fuera hombre?―dijo Draco de repente ― Con todo lo que dicen intuyo a que me harían salir con el April hombre a la fuerza ―las miró asustado y los hombres estallaron a carcajada limpia

― ¿Qué le ocurre a Sirius, Harry? ―preguntó Hermione

― No lo sé, ha estado raro desde la visita de April ―dijo pensativo

― Tienes que hablar con él, pronto nos iremos nuevamente a Hogwarts y vaya a saber qué hará ―la castaña estaba preocupada

― Iré a hablar con él ―se levantó de su cama para dirigirse al cuarto de Sirius. Al llegar al frente de la puerta tocó y escuchó un débil «pase». Harry pasó y vio a su padrino recostado en su cama.

― Dime que te ocurre ―habló Harry

― Nada que no sepas ―murmuró Sirius

― ¿La señora Gallagher? ―preguntó Harry

― Si, jamás pensé que volverla a ver me produciría tantos sentimientos opuestos ―su mirada estaba fija en el techo ― No sé cómo una chica como ella terminara convertida en mortífaga, Emma se llevaba muy bien con tu madre y personas de otras casas ―relató

― Yo estaba creído que era novia de su esposo desde Hogwarts, Apri me dijo eso ―dijo confundido

― Ella fue engañada por su madre Harry, le avergonzaba contarle a su hija que salió con un Gryffindor ―dijo completamente apenado

― ¿Por qué terminaron? ―preguntó Harry

― Ella me dejó luego de las vacaciones de Navidad de nuestro último año en Hogwarts, nunca supe los motivos no dejé que hablara, estaba furioso ―murmuró ― En ese entonces estaba creído que me dejó porque tarde o temprano se daría cuenta de que no podría salir con un Gryffindor traidor, pero hasta hace poco me enteré que no fue así que ella me dejó porque sus padres la obligaron, la amenazaron con enviarla a Beauxbatons y desheredarla ―miró a su ahijado ― También me enteré por su propia boca que no soy el padre de April ― Sirius sintió una terrible opresión en su pecho

― ¿Y qué tal si ella simplemente te engañó por querer mantener esa reputación de sangre limpia? ―preguntó Harry

― Es imposible Harry, April desarrolló una habilidad única que tiene la familia de su padre, ellos son los únicos que pueden ―respondió de mal humor

― ¿Qué habilidad? ―preguntó curioso ―No recuerdo ninguna habilidad en Apri ―frunció el ceño

― No puedo decírtelo Harry lo siento ―dijo

― ¿Por qué? ―preguntó

― Tanto mi familia, como los Malfoy y otras familias de sangre limpia hicimos el juramento inquebrantable ―respondió

Harry iba a seguir preguntándole cosas a su padrino pero la puerta se abrió dejando a la vista a la señora Weasley.

― La cena ya está lista muchachos, bajen son los únicos que faltan en la mesa ―notificó y padrino y ahijado asintieron.

― La comida ha estado estupenda ―habló John luego de dejar los cubiertos en su plato vacío

― Opino igual amigo ―dijo Lucius copiando la acción de John

― ¿Desean postre? ―preguntó Narcissa

Todos los presentes asintieron y Narcissa les hizo señas a los elfos domésticos para que los trajeran.

― ¿Por qué no se quedan a dormir? ―preguntó Lucius ― Hay varios asuntos que necesito discutir con ustedes y son algo... urgentes ―dijo cauto ― Además creo que a nuestros hijos les encanta la idea ―miró a su hijo y a su nuera que estaban más que a gusto con la idea

― Por mí no hay problema ―respondió John ― Pero que estos dos duerman en cuartos separados, no confío en dos mocosos con las hormonas a flor de piel ―dijo

― ¡Papá! ―exclamó la azabache completamente roja

― Solo te cuido, eres una bebé para mí ―abrazó a su hija que estaba a su lado

Draco estaba algo ansioso, no podía tolerar estar bajo el mismo techo que su novia, ya bastaba con aguantarse en Hogwarts que tenía que estar aguantándose las ganas en su propia casa. Se levantó de su cama y se cruzó a la habitación que estaba en frente en donde su novia dormía.

Abrió la puerta silenciosamente y la cerró con cuidado, se acercó a la cama y se acostó a su lado, la luz de la luna se filtraba por las ventanas de la habitación. Comenzó a acariciarla mejilla de su novia hasta que abrió sus ojos.

― ¿Draco? ―preguntó algo dormida

― Ese soy yo ―besó sus labios delicadamente

― ¿Qué haces aquí? ―preguntó

― Desearte una feliz Navidad y a darte uno de mis regalos ―respondió el rubio sonriente

― Feliz Navidad Draco ―murmuró ― ¿Cuál es tu regalo? ―preguntó animada April

― Quiero estar contigo Apri ―la miró con aquella mirada gris profunda que hizo estremecer a April ― Si no quieres te entiendo, yo te esperaré el tiempo que sea necesario -dijo nervioso

― Si quiero Draco ―murmuró avergonzada ― Estoy lista y quiero que seas el primero ―sus mejillas estaban teñidas de un rosa intenso y Draco no lo dudó un segundo, la besó y en medio de ese beso a ambos se les escapó una sonrisa.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top