Al bajar del tren Draco se subió a una de las carrozas junto a Blaise, Crabbe y Goyle. El rubio deseaba ir en la carroza que iba April junto a Theo pero no quería ser demasiado obvio, a lo lejos observó cómo ésta le sonreía a Potter y juró que su odio hacia el niño que sobrevivió aumentó un cien por ciento.

- Disimula un poco Draco -dijo Blaise al ver a su rubio amigo

- No sé de qué hablas Blaise -el rubio miró de reojo a Crabbe y Goyle, los cuales estaban muy entretenidos comiendo ranas de chocolates y grajeas de todos los sabores

- Tú sabes muy bien de lo que hablo, pero hablaremos luego -le guiñó un ojo y Malfoy quedó sorprendido ¿Acaso era tan obvio? Se maldijo mentalmente y se prometió a sí mismo disimular un poco más.

Al llegar a los terrenos de Hogwarts, April reía animadamente junto a su amigo, Harry Potter. Malfoy sintió que la sangre le hervía y los celos comenzaban a cegarlo, odiaba verla con Potter, odiaba como ella le sonreía, odiaba como ella bromeaba con él ¿Qué tiene Potter que él no? ¿Por qué ella no puede reír y bromear de esa forma con él?

Antes de reaccionar, el rubio de Slytherin se encaminaba a paso firme hacia donde se encontraban los amigos hablando animadamente. Chocó su hombro abruptamente con él de Harry.

- Fíjate por donde caminas Malfoy -dijo Harry de mal humor

- Cuida tus modales Potter, como verás a diferencia de ti yo soy prefecto, lo cual podré castigarte las veces que quiera y quitarte los puntos que quiera -lo fulminó con la mirada

- ¿Ah sí? Como verás a diferencia de ti yo no soy estúpido, lo cual agradezco -dijo y Malfoy quería lanzarle cuanta maldición podía

- ¡Ya no peleen! -exclamó April ― Parecen niños de primer curso, por Merlín -suspiró frustrada

April vio como los mejores amigos de Harry se acercaban al ver el alboroto que se había formado, murmuró una mala palabra en voz baja, casi inaudible.

- ¡¿Acaso no tienes otra cosa que hacer que vivir pendiente de nosotros Malfoy?! -masculló Hermione ni bien llegó

- ¿Te crees tan importante? -rió irónico - Solo eres una asquerosa sangre sucia inmunda, Weasley un maldito pobretón traidor de la sangre y Potter un maldito arrogante que se cree el mejor de todos -bramó

Ron sacó su varita y April se puso en medio, para evitar cualquier catástrofe.

- Cuando digo que parecen de primer curso, es porque es verdad -masculló April molesta -Vamos Draco -lo tomó del brazo y el rubio sintió como su piel se erizaba - Hablamos luego Harry -le sonrió y comenzó a caminar llevando a Malfoy a rastras.

- Malfoy te lo diré por última vez, deja de molestar a Harry -apretó el agarre en el brazo - Él no te ha hecho nada malo -dijo

- «Claro que me ha hecho algo malo, alejarme de ti » ─pensó el rubio - Mira Gallagher, es mi problema si molesto a tu novio Potter -zarandeó el brazo para librarse del agarre de la adolescente - Nos vemos luego -comenzó a caminar dejándola sola

Ya sentada en la mesa de Slytherin, April miró a su alrededor. Malfoy se sentó lo bastante lejos posible de ella, sintió un leve pinchazo en el pecho, a su lado Blaise la miraba suplicante pidiendo con su mirada explicaciones del porque el rubio se sentó alejado de ellos, miró a la mesa de Gryffindor y vio a Harry hablando con sus amigos, luego llevó su mirada hacia la mesa de los profesores y la vio a ella, una mujer baja y rechoncha vestida de pies a cabeza por un asqueroso color rosado que a April le dieron ganas de vomitar. Era nada más y nada menos que Dolores Umbridge, una arpía del Ministerio que era una gran amiga de la familia Gallagher. April siempre la detestó a ella, su falsedad y su chillona voz que le dan dolores de cabeza.

- Lo que me faltaba -masculló April

- ¿Qué ocurre Apri? -preguntó Blaise

- La tendré que soportar aquí, mierda ya bastante tenía con soportarla de vez en cuando iba a mi casa a cenar -bramó molesta

- ¿De qué hablas mujer? -preguntó Theo

- Del sapo rosado ese -dijo la azabache de mala gana

Sus amigos rieron y April volvió a clavar su oscura mirada en la mesa de profesores, suspiró éste será un largo y difícil año.