Capítulo 21
Acomodó su vestido negro y suspiró sonoramente, no estaba preparada para tenerlo tan cerca nuevamente. En Hogwarts él se la pasaba la mayor parte del tiempo en la Sala de Menesteres y solo lo veía en clases, pero el rubio se encargaba de sentarse lo más lejos de ella, Theo y Blaise.
Un golpe en la puerta la hizo volver a la realidad y la sobresaltó.
― ¿Estás lista cariño? ―la voz de su padre ― Draco y Narcissa ya están abajo ―dijo
― Bajo en un momento papá ―respondió April
― Estaremos en el salón -avisó antes de marcharse
Se miró por última vez en el espejo y trató de armarse de valor pero falló.
― Por Merlín, por eso no estoy en Gryffindor ―murmuró
Nerviosa y temerosa salió de su cuarto, mientras bajaba las imponentes escaleras de su casa podía oír las voces de su padre y Narcissa. Cuando se hizo presente en el salón las miradas de John y Narcissa se posaron en la azabache, Draco estaba muy concentrado en jugar con los cubiertos.
― Estás preciosa princesa ―la aduló su padre
― Gracias papá ―agradeció mientras tomaba asiento a su derecha, quedando en frente de Draco y su madre
― Te encuentras muy linda querida ―dijo Narcissa cálidamente
― Gracias Cissy, tú igual -le sonrió a la mujer
― ¡Trixie! ―exclamó John y una elfina doméstica apareció en el salón
― Dígame, mi amo ―dijo la elfina con una voz chillona
― Puedes servir la cena ―ordenó
― Como ordene amo ―desapareció
A los segundos el gran banquete comenzó a aparecer en la mesa, April se sirvió un poco de pasta y pensaba que era demasiada comida para cuatro personas.
― ¿Y cómo les ha ido en el colegio? ―Narcissa rompió el incómodo silencio que se había formado en el lugar
― Bien, hemos ganado el primer partido, mis notas son muy buenas, soy prefecta no puedo pedir nada más ―respondió April tratando de sonar convincente
― Eso es genial hija, estoy demasiado orgulloso de ti ―dijo John sonriente
April sonrió y luego se llevó un bocado de pasta a su boca.
― ¿Y a ti bebé? ―preguntó Narcissa a su hijo
― Ya no soy un bebé madre ―el rubio habló por primera vez desde que llegó
― Siempre serás mi bebé ―dijo la rubia ― Ahora responde a mi pregunta ―exigió
― Ya sabes muy bien la respuesta madre ―masculló
― Por algo pregunto, no respondes mis cartas Draco -dijo Narcissa apenada
― ¡Me va para la mierda por culpa de esa jodida misión! ―exclamó el rubio furioso ― Mi vida se convirtió en un jodido infierno por culpa de mi padre, sus asuntos de mortífagos y también es tu culpa por no detenerlo -explotó de rabia
― ¡No le hables así a tu madre! ―exclamó April
― Tú no te metas ―la miró con ira ― Vete a besuquear con San Potter, me das asco ―April pudo sentir una fuerte opresión en el pecho
― A mi hija no le hablas así muchachito, ubícate ―lo regañó John
― Al menos él sí sabe cómo tratar a una chica, no como tú ―se levantó de su asiento y se marchó a su cuarto
Cerró la puerta con más fuerza de la debida y reprimió un grito de frustración, ese no era el Draco del cual se enamoró.
― Que mierda de Navidad ―murmuró mientras se quitaba los zapatos
Unos golpes sonaron en la puerta y luego que la azabache murmurara un «adelante» la figura de su padre se adentró en la habitación.
― Ya se marcharon ― dijo John sentándose en la cama
― Siento mucho haber arruinado la noche ― se disculpó April
― No es tu culpa, ese muchacho es un prepotente desde que es un mortífago y la culpa es mía por haberlos invitado, solo quise hacer una obra de bien al sacarlos de su casa que es un hervidero de mortífagos
― Dumbledore me dijo que eres parte de la Orden del Fénix ―cambió de tema
― Así es, es un secreto como también lo será cuando te unas ―dijo
― Me alegra tanto que no hayas terminado como mamá ―sonrió débilmente
― Cuando sepas toda la verdad vas a entenderlo todo, solo que tienes que ser algo paciente -dijo John
April se vistió con su uniforme de Slytherin y se dispuso a salir de su cuarto con su gato en brazos mientras que su padre llevaba su equipaje. El Ministerio había hecho una conexión por Red Flu entre las chimeneas de las casas de los alumnos y Hogwarts, para que lleguen rápido y seguros.
― Cuídate mucho hija, y que no me vuelva a enterar que Harry Potter besó a mi pequeña porque no va a correr con la misma suerte de hace quince años ―dijo
― ¡Papá! ―exclamó la azabache sonrojada
― Solo bromeo cariño ―abrazó a su hija ― Escríbeme cuando sepas todo ― dijo
― Claro, y también te escribiré para ver cómo te encuentras ―tomó un puñado de polvo y se paraba dentro de la chimenea ― ¡A Hogwarts! ―exclamó y las llamas verdes se la tragaron
Segundos más tarde aterrizó en la oficina de Snape
― Buenas noches April, tus amigos ya están en la Sala Común―dijo Snape
― Buenas noches padrino, muchas gracias ―dijo y salió del despacho
Al llegar a la sala común vio a sus amigos sentados en uno de los sofás de cuero.
― ¡Chicos! ―exclamó la azabache mientras se tiraba encima de sus dos amigos
― ¡Enana!―exclamó Blaise abrazando a su amiga
― Oye déjame abrazar a mi pequeña ―dijo Theo separando a sus amigos para abrazar a April
― Los extrañé, pasé las peores vacaciones de mi vida -se quejó
― Ya lo supe ―dijo Theo
― Yo no ―Blaise los miró con indignación ― Malos hermanos ―fingió un sollozo
― Draco fue a casa y peleamos, nada nuevo ―le contó April
― Maldito hurón endemoniado ―masculló Blaise ― Espero que hayas pensado lo de rayito de luz ―la miró pícaramente
― Si, lo pensé muy bien ―sonrió
― ¿Y cuál será tu respuesta? ―preguntó Theo
― Ya lo sabrán ―se levantó
― Eres cruel Gallagher, yo que te adoro tanto ―dijo un Blaise indignado
― Vamos a cenar ―dijo la azabache y sus amigos asintieron
La cena transcurrió tranquilamente, Harry tenía su mirada clavada en la mesa de Slytherin no podía evitarlo.
― Deja de mirar tanto Harry ―Hermione codeó las costillas de su mejor amigo
― No puedo evitarlo ―dijo mientras veía como April reía de algo que Blaise dijo
Cuando fue momento de partir para dormir, Harry apresuró su paso y se acercó al trío de amigos.
― ¡Rayito de luz! ―exclamó Blaise ― ¿Buenas vacaciones? ―preguntó
― No estuvieron nada mal ―respondió ― Apri, ¿Podemos hablar un momento? ―preguntó
― Claro Harry ―respondió sonriente
― A solas ―dijo nervioso al ver que Blaise seguía allí parado
― Eres malo por dentro rayito, yo que te he abierto mi corazoncito ―se llevó una mano al pecho y Harry no pudo contener la risa ― Te burlas de mi dolor -fingió un sollozo
― Vamos Blaise ―Theo tomó del brazo a su amigo ― No tardes mucho Apri, te veo en la Sala Común ―dijo y se llevó a Blaise
― Vamos a un aula vacía, para que Filch no nos encuentre ―Harry tomó la mano de la Slytherin y ella solo asintió
― Bien, dime soy toda oídos ―dijo una vez que estuvieron en el aula
― Yo quería saber si... pensaste en lo que te dije en la fiesta de Slughorn ―las mejillas del Gryffindor estaban rojas
― Si, lo he pensado y tengo una respuesta -respondió a su incógnita
― Y la respuesta es... ―dijo nervioso
April lo miró y sintió demasiada ternura al verlo tan nervioso, sonrió inconscientemente.
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