Capítulo 17
Harry pudo salir de la Sala Común de Slytherin una vez que todos se marcharon a sus cuartos, cuando llegó a la suya se encontraba Hermione esperándolo. Se quitó su capa de invisibilidad y se acercó a su mejor amiga.
― Estaba demasiado preocupada por ti ―murmuró para que nadie escuchara
― No me han descubierto, tranquila ―la tranquilizó
― Y bien, ¿Qué averiguaste? ―preguntó
― No mucho la verdad ―suspiró ― Averigüé que April sabe algo de Malfoy y que terminaron justo hoy, en el día de su cumpleaños ―dijo
― Debe estar destrozada ―dijo Hermione ― Como yo ―trató de contener un sollozo pero falló
― Hey no llores ―la abrazó ― Ya verás que Ron se dará cuenta lo idiota que es al no tomarte en cuenta ―la consoló
― ¿Qué harás con April? ―cambió de tema
― Seguiré con ella como amigo, ella no me ve de otra manera y piensa que yo la veo como amiga por más que Zabini y Nott le digan lo contrario ―la resignación lo abordó
― Yo creo que debes dejar pasar un tiempo, recién hoy terminó con Malfoy y si vas a confesarle lo que sientes se va sentir abrumada porque todavía quiere a Malfoy y no va a querer herirte ―opinó la castaña
― Pienso igual que tú ―dijo Harry con la vista en la chimenea
En la soledad de su cuarto, April guardó el díctamo en su baúl y miró el paquete que su padre le había enviado por motivo de su cumpleaños.
Lo tomó y luego de sentarse en su cama vio que era un vestido color rojo con pedrería en la parte del busto, unos zapatos de tacón aguja negro y un pequeño paquete envuelto. Frunció el ceño y tomó la nota que no tenía sobre.
«Feliz cumpleaños mi pequeña princesa, espero que la pases hermoso. Te preguntarás porque es un vestido y un par de zapatos mi regalo y responderé a tus dudas.
Me he enterado que tienes al profesor Slughorn en pociones y como también fue mi profesor, sé que para Navidad hace una fiesta de gala y tú al pertenecer a su club, estás más que invitada (si te preguntas como sé que estás en su club de alumnos predilectos, el mismo Horace me envió una carta felicitándome por tener a tan maravillosa hija).
Por último te encontrarás con un paquete pequeño, pero eso no debes abrirlo hasta que el profesor Dumbledore te lo indique, hazme caso April y no dejes que la curiosidad te gane.
De tu madre no hay novedades, pero ni bien las haya te las haré saber.
Te ama, tu padre.»
Suspiró y tomó el pequeño paquete, se preguntaba qué demonios era. Antes que la curiosidad le ganara lo guardó en el fondo de su baúl para no caer en la tentación.
Diciembre llegó rápidamente, April en esos dos meses que pasaron se alejó cada vez más de Draco, el rubio se alejó de todos excepto de Crabbe y Goyle, que era con los únicos con los que hablaba ocasionalmente. Lo extrañaba mucho pero no iba a dejar que su orgullo quede por los suelos, no iba a permitir que la maltratara de aquella manera.
― ¿Pensando enana? ―dijo Blaise sentándose a su lado
― Si, ya sabes más de lo mismo ―jugaba con los cubiertos
― Apri pasaron dos meses, creo que debes seguir con tu vida ―opinó el moreno
― Lo intento pero no es muy sencillo cuando lo veo todo el maldito tiempo, en Navidad irán a mi casa y su familia es tan amiga de la mía ―masculló
― No vayas, quédate aquí ―dijo ― Y de paso dale una oportunidad al pobre de Potter que viene intentando invitarte al baile de Slughorn desde que nos enteramos
― Deja de decir tonterías Blaise ―negó con la cabeza
― No son tonterías, que mi terca amiga no quiere admitir que tiene a Potter muerto de amor es otra cosa ―sonrió burlón ― Además tú me has dicho que te parece lindo ―April sintió como sus mejillas comenzaban a arder
― Eso no tiene nada que ver ―se defendió ― ¡Theo dile que deje de decir tonterías! ―exclamó cuando su otro amigo llegó
― Es Blaise Zabini vive diciendo tonterías sin sentido, no pidas milagros Apri ―dijo Theo
Blaise iba a replicar cuando Harry llegó hasta la mesa de Slytherin. El Gryffindor estaba muy incómodo al notar que la mayoría de las miradas que recibía de aquella mesa eran de odio.
― ¡Rayito de sol! ―exclamó Blaise y Theo contuvo la risa ― ¿Deseas sentarte? ―preguntó
― No gracias, creo que no seré muy bien recibido ―respondió
― Ignóralos, al menos con tres de ellos te llevas bien ―dijo Theo
Harry asintió, desde el cumpleaños de April que había comenzado a estar más con ella y sus dos amigos Blaise y Theo, Ron se la pasaba besuqueándose con Lavender y Hermione estaba de tan mal humor al verlos que se instaló en la biblioteca y solo la ve en clases y por las noches en la sala de común antes de dormir. Al principio pensó que iban a rechazarlo como la gran mayoría de Slytherin, pero descubrió que ellos eran agradables al conocerlos con el tiempo.
― Ustedes son la excepción ―admitió ― Apri ¿Podría hablar contigo? ―preguntó con cierta timidez
― Claro, vamos ―se levantó de su lugar y se acercó a Harry
Mientras se alejaban April vio como Blaise hacía gestos raros y comprendió a que se refería cuando con sus manos formó un corazón. Se sonrojó de inmediato.
Salieron del Gran Comedor, con los murmullos de los demás a sus espaldas y se dirigieron a un aula vacía.
― ¿Ocurre algo? ―preguntó la azabache
― No, solo quería preguntarte algo ―los nervios florecieron de repente
― ¿Tiene que ver con el baile? ―preguntó con diversión
― ¿Cómo lo supiste? ―preguntó
― Blaise ―rio
― Maldito Zabini ―masculló y la Slytherin volvió a reír ― Ya que sabes, ¿Quisieras ir al baile conmigo? ―preguntó
― Claro que iré contigo ―sonrió
Harry sonrió y abrazó a la azabache, de repente sintió como el valor lo abordaba y acarició la mejilla de April. La Slytherin se sonrojó al sentir la caricia en su mejilla, se miraban fijamente a los ojos y se acercaban inconscientemente el uno al otro, cuando sus labios se rosaban la puerta del aula se abrió abruptamente provocando que ambos se separaran rápido, una niña de Ravenclaw de segundo año miraba completamente sonrojada la escena.
― Trai... Traigo esto para April Gallagher de parte del Director Dumbledore -le tendió el trozo de pergamino y se fue corriendo completamente avergonzada
April miró la nota completamente avergonzada.
«Querida April:
Me gustaría tener una conversación contigo, ven ni bien se te entregue esta nota, te espero en mi despacho. No es necesario que lleves lo que tu padre te obsequió.
Pd: Me gustan las píldoras ácidas »
― Debo irme ―murmuró confundida
― Apri, yo lo siento ―se disculpó
― No te preocupes por eso Harry, te veo en el baile ―sonrió cálidamente y se marchó
Mientras se dirigía al despacho de Dumbledore, se preguntaba qué era lo que quería el director y sobre todo se recriminaba en qué demonios estaba pensando hace unos momentos cuando estuvo a punto de besar a su amigo.
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