Capítulo 10
Al día siguiente April se reunió en la Sala Común con Blaise y Theo para luego ir a desayunar.
― Luces fatal enana ―dijo Blaise
― No he dormido bien ―dijo April con la mirada baja
― ¿Qué te hizo? ―preguntó Theo de repente
― ¿Qué? ―la azabache frunció el ceño
― Malfoy anoche, dime que te hizo ―Theo estaba serio
― Discutimos de nuevo ―sus manos se convirtieron en puños ― Y también me ha insultado y empujado ―murmuró avergonzada
― ¡Maldito estúpido! ―masculló Theo ― Apri eres mi hermana del corazón, quiero verte bien y Draco no es lo que te hace bien en este momento ―liberó un suspiro
― TheThe tiene razón ―opinó Blaise ― Esa relación no te está haciendo bien Apri ―la miró con preocupación
― Debes terminar todo esto, pero antes desayunemos ―dijo Theo
Los tres amigos salieron de la Sala Común y se dirigieron al Gran Comedor, al llegar April miró disimuladamente a la mesa de Gryffindor y su mirada se cruzó con la de Harry que le sonrió en forma de saludo, ella apenas puso devolverle el gesto. La azabache se sentó en medio de Theo y Blaise, los cuales no querían que cierto rubio de ojos grises esté cerca de su amiga.
― De verdad no necesito guardaespaldas ―dijo April antes de tomar un poco de jugo
― Es nuestro deber cuidar a nuestra amiga, no te quejes que te arrugas mujer ―dijo Blaise
― ¿Por qué no me han esperado? ―masculló Draco molesto sentándose en frente de ellos
― Porque no quiero tenerte cerca ―respondió April sin mirarlo
― Ya me cambiaste por...
― ¡No te cambié por nadie! ―lo interrumpió molesta y todos los presentes voltearon a mirarlos ― Tú solo te has buscado que te trate así ―se levantó de su asiento y salió furiosa del Gran Comedor
― Enserio Harry, relájate ella está bien ―dijo Hermione en tono cansino
― No me saludó, ¿Has visto su cara y cómo sus amigos están pendientes de ella? ―dijo preocupado
― Por Merlín Harry, siempre exageras ―se quejó Ron antes de llevarse un trozo de pastel a la boca
Harry iba a replicar pero un grito no lo dejó.
― ¡No te cambié por nadie! ―exclamó April ― Tú solo te has buscado que te trate así ―dijo antes de marcharse del Gran Comedor
― Cada vez pelean más seguido ―dijo Hermione
― ¿Sabes algo? ―preguntó Harry
― No, solo que Malfoy ni apareció en la reunión de prefectos y a ella se la nota preocupada ―Hermione acomodó su cabello
― Debo ir a verla ―dijo Harry
― Tarde, ya han ido Zabini y Nott ―dijo Ron señalando la puerta del Gran Comedor
April golpeó la puerta del despacho de Snape, no lo había visto en el desayuno y necesitaba hablar con su padrino. La puerta se abrió y Snape apareció en la vista de la Slytherin.
― ¿April? ―miró a su ahijada confundido ― ¿Ocurrió algo? ―preguntó con preocupación
― ¿Puedo entrar y contártelo? ―preguntó
― Claro hija, pasa ―se hizo a un lado para que la azabache pasara
April entró al despacho de Snape y se sentó en la silla que estaba frente al escritorio.
― Y bien, dime que ocurre ―dijo Snape tomando asiento
― Draco, eso me ocurre ―respondió
― ¿Te ha hecho algo? ―preguntó con seriedad
― Cambió demasiado ―contuvo un sollozo con éxito ― Me trata tan mal padrino que maldigo el momento en que el Señor Tenebroso le dio esa mierda de misión ―secó las lágrimas de sus mejillas con la manga de su túnica
― Pienso que está abrumado con tanta responsabilidad y descarga su ira y frustración contigo, aunque no lo merezcas ―dijo Snape ― Aunque si me permites aconsejarte mantente alejada de él un tiempo, deja que las aguas se calmen ―opinó
― Eres la tercera persona que me lo dice ―dijo April
― Solo lo decimos por tu bien, Malfoy en estos momentos no es una buena compañía y solo recibirás malos tratos de su parte ―dijo tomando un papel ― Toma tu horario, has obtenido unas excelentes calificaciones en tus TIMO ―le entregó el papel
― Gracias padrino, debo irme ―se levantó de su asiento
― Ve y toma mi consejo para bien ―dijo Snape ― Y por cierto ya hay más de treinta aspirantes para entrar al equipo de Quidditch de Slytherin, confío que este año tendremos la copa y luego te haré llegar la lista para que organices las audiciones ―la animó
― Lo haré ―respondió un poco más animada ― También confío que la copa será nuestra, te veo en clase ― sonrió antes de marcharse
Alumnos de Slytherin y Gryffindor esperaban afuera del aula de Defensa contra las Artes Oscuras, April estaba ansiosa porque sabía que su padrino ansiaba este puesto hace mucho tiempo. La puerta se abrió abruptamente y Snape salió del aula.
― Adentro ―demandó en un tono frío
Los alumnos de sexto entraron y April rápidamente se sentó adelante junto a Theo.
― No saquen sus libros por el momento, quiero que me presten atención ―dijo Snape
― Si no me equivoco han tenido cinco profesores en esta asignatura, todos tuvieron sus propios métodos y prioridades, lo cual les habrá generado confusiones y me sorprende que mucho de ustedes estén aquí cuando el EXTASIS será más complicado ―dijo mirando al alumnado
― ¿Cómo creen que será pociones con el nuevo profesor? ―preguntó Theo mientras se dirigían a las mazmorras
― Espero que sea igual de bueno como las clases con Severus ―dijo April
― Yo espero que tenga preferencia por nosotros, los sexys Slytherins ―dijo Blaise provocando la risa de April
Al llegar al aula de pociones vieron que había pocos estudiantes, y de las cuatro casas. April frunció el ceño, había pensado que compartirían la clase solo con Gryffindor.
― Veo que somos pocos los que haremos el EXTASIS de Pociones ―dijo April
A lo lejos vio a Draco solo recargado en la pared y sus miradas se cruzaron, April apartó la mirada incómoda. Slughorn abrió la puerta y todos entraron, April se sentó junto a Theo y Blaise pero Draco se sentó en la mesa, al ser los únicos Slytherins en el aula.
― Muy bien, saquen sus balanzas, los materiales y no se olviden de los libros ―dijo Slughorn con entusiasmo
― Señor ―Harry levantó su mano con timidez
― ¿Si Harry? ―preguntó el profesor
― Verá no tengo los materiales y Ron tampoco, hasta hoy pensaba que no haría esta asignatura ―dijo Harry
― No hay problema amigo mío, en el armario encontrarán todo lo que necesitan ―dijo Slughorn ― He preparado algunas pociones para que le echaran un vistazo, son las que deben saber hacer a la perfección cuando den su EXTASIS, ¿Quién podría decirme que poción es esta? ―señaló la poción que estaba cerca de April y ésta levantó la mano al mismo tiempo que Hermione ― ¿Señorita Gallagher? ―la señaló Slughorn
― Es Veritaseum, quien la beba estará obligado a decir la verdad, es incolora e inodora ―contestó
― ¡Excelente! ―exclamó el profesor ― Diez puntos para Slytherin, ¿Y esta poción alguien la conoce? ―señaló el caldero que estaba cercano a la mesa de los Ravenclaws
― Es poción multijugos señor ―respondió April con rapidez
― ¡Estupendo April! ― exclamó Slughorn ― ¿Y esta de aquí? ― señaló el caldero restante
― Es Amortentia, el filtro de amor más potente que existe ―volvió a responder April generando frustración en los demás
― Otros veinte puntos merecidos para Slytherin ―dijo
― Señor, no nos ha dicho que hay en esa pequeña botella ―dijo Harry
― Esto mi querido Harry es una pequeña muestra de Felix Felicis mejor conocida como suerte líquida― respondió
Todos los alumnos miraron con emoción el pequeño recipiente.
― Esto es lo que ofreceré como premio hoy, al que realice una muestra decente del Filtro de Muertos en vida, las instrucciones están es sus libros
Todos comenzaron a preparar el filtro con entusiasmo, April quería ese premio y haría lo imposible por conseguirlo.
A lo lejos veía como Hermione le recriminaba algo a Harry, decidió ignorarlo y seguir con la poción.
― ¡Tiempo! Dejen de revolver ―exclamó el profesor de pociones
Slughorn se paseó por las mesas a verificar los trabajos de los alumnos.
― Muy bien April, hasta ahora es el mejor ―dijo Slughorn y April sonrió
Pero su sonrisa se esfumó en un par de segundos.
― ¡Aquí tenemos al ganador! ―exclamó ― Excelente Harry, veo que has heredado el talento de Lily en las pociones ―lo felicitó
April frunció el ceño, ella sabía que Harry no era muy talentoso en pociones, luego hablaría con él.
Cuando la clase finalizó era la hora del almuerzo, April juntó sus cosas y se dispuso a marcharse pero una mano en su brazo detuvo su caminar.
― ¿Draco? ―lo miró seriamente
― Acompáñame ―dijo y comenzaron a caminar
― ¿No puede ser después? ―preguntó molesta ― Tengo hambre ―masculló
― No, es importante ―respondió serio sin dejar de caminar
― ¿No puedes decírmelo aquí? ―preguntó
― No, solo serán unos minutos ―respondió
― ¿Qué pasaría si yo no quisiera ir contigo? ―preguntó desafiante
― Que pena porque vendrás igual ―respondió ― Y para asegurarme ―se detuvo y la cargó en su hombro
― ¡Bájame! ―exclamó molesta
― No te bajaré hasta que lleguemos ―dijo comenzando a caminar
No iba a patalear, sabía que el rubio era terco y caprichoso, estaba resignada y ese rubio se estaba convirtiendo en su perdición.
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