Capítulo 09
Cuando April terminó de cambiarse salió de la estación de Hogsmeade y se encontró con Draco.
― Te dije que no me demoraría ―dijo Draco ― Vamos a buscar una carroza, Theo y Blaise nos están esperando ―tomó la mano de la azabache
― ¿Por qué te has quedado en el tren? ―preguntó April con curiosidad
― Creí haber oído un ruido extraño, pero fue falsa alarma ―mintió ― No quería asustarte en vano ―dijo
Caminaron hasta las carrozas, donde Theo y Blaise los esperaban.
― ¡Al fin llegan! ―exclamó el moreno ―Muero de hambre ―se quejó
― Siempre tienes hambre Zabini ―masculló Draco
April tenía su mirada fija en la mesa de Gryffindor, le preocupaba que Harry no esté allí. Las sospechas de que Draco tenía algo que ver con eso tomaban más fuerza en su mente pero no diría nada hasta confirmarlo, no quería volver a pelear con el rubio nuevamente.
De repente las puertas del Gran Comedor se abrieron y un Harry con la nariz ensangrentada caminaba a paso apresurado hacia la mesa de Gryffindor.
«― ¿Qué le ocurrió?» -pensó April preocupada
― Ya vieron lo que le pasó al idiota de Potter ―dijo Draco burlón haciendo una mímica de ser golpeado en la nariz y ahí April entendió todo a la perfección
Draco no se había demorado por haber escuchado un ruido extraño, se había quedado en el tren para atacar a Harry. La azabache le lanzó una mirada cargada de furia al rubio mientras el resto de la mesa de Slytherin, a excepción de Theo y Blaise, aplaudía y reía de las acciones de Draco.
― ¡Buenas noches a todos y sean bienvenidos a otro año en Hogwarts! ―exclamó Dumbledore ― Los espera un gran año lleno de educación mágica, el señor Filch me pidió que informara que todos los artículos de Sortilegios Weasley están terminantemente prohibidos ―dijo ― Aquellos alumnos que quieran entrar a los equipos de quidditch de sus respectivas casas, deberán informárselo a los jefes de las mismas, también estamos en búsqueda de relatores los interesados también recurran a los jefes de sus casas ―dirigió su mirada a la mesa de los profesores ― Me complace darle la bienvenida al profesor Slughorn, un viejo y gran amigo que ha accedido a ocupar el puesto de profesor de Pociones ―anunció y todo el Gran Comedor comenzó a murmurar
― ¿Pociones? ―preguntó Blaise confundido
― ¿Y el profesor Snape? ―preguntó Theo
― El profesor Snape por su parte ―Dumbledore levantó su tono de vos para acallar los murmullos ― Ocupará el puesto de profesor de Defensa contra las Artes Oscuras ― dijo
― ¡No! ―exclamó Harry molesto y todos los presentes voltearon a verlo
April y los demás Slytherins se levantaron de sus asientos y comenzaron a aplaudir a Snape, el jefe de la casa de Slytherin solo levantó una mano para agradecer los aplausos.
Dumbledore carraspeó y el Gran Comedor volvió a quedar en silencio.
― Como todos sabemos, Lord Voldemort y sus seguidores vuelven a las andadas y poco a poco van ganando poder ―April sintió como se le erizaba la piel y bajó la mirada a sus cubiertos ― No sé qué palabras utilizar para explicar cuan peligrosa es la situación que estamos viviendo y las precauciones que debemos tomar en Hogwarts para mantenernos seguros, hemos reforzado las fortificaciones del castillo y ahora estamos protegidos por nuevos sistemas más potentes, pero aun así absténganse a salir de sus salas comunes después de la hora establecida, ahora vayan a descansar ―finalizó Dumbledore
Todos los alumnos se levantaron de sus asientos, April vio que Draco estaba muy ocupado haciendo reír a medio Slytherin contando como le rompió la nariz a Harry que no le importó esperarla que se marchó con Crabbe y Goyle tan rápido como pudo.
― Estúpido hurón ―masculló April
― ¿Vamos enana? ―preguntó Blaise
― Adelántense chicos, yo voy en un rato ―dijo mirando a Harry que seguía sentado en la mesa de Gryffindor
― Entiendo ―dijo Theo mirando hacia donde miraba April
― Yo no ―dijo Blaise frunciendo el ceño
― No tienes que entender, solo vayan y entretengan a Draco que necesito hablar con él ―dijo
― Entiendo, te vemos en la Sala Común ―dijo Theo y luego besó la frente de su amiga
April se acercó a Harry y se sentó a su lado.
― Es raro estar sentada aquí ―confesó
― Yo diría lo mismo si me sentara en tu mesa ―dijo Harry
― Estaba muy preocupada por ti ―lo miró y Harry sintió como su corazón comenzaba a latir con más fuerza
― Estoy bien ―le restó importancia
― Tienes sangre seca ―sacó un pañuelo del bolsillo de su túnica y comenzó a limpiarle la zona afectada
― Gra... gracias ―tartamudeó tomando el pañuelo
― Puedes conservarlo ―dijo ― ¿Fue Draco verdad? ―fue al grano
― ¿Qué? ―se hizo el confundido
― No te hagas el tonto Harry, que no te sale ―masculló ― Draco te lastimó cuando yo me bajé del tren ¿Verdad? ―lo miró directamente a los ojos
― No quiero que tengan problemas por mi culpa, lo digo porque no quiero verte sufrir ―dijo
― Una pelea más no me afecta ―mintió ― Responde mi pregunta Harry ―insistió
― Si, fue él ― respondió ― Me descubrió espiándolo y se vengó ―dijo
― Lo que hiciste está mal pero él estuvo peor y me va a escuchar ―masculló ― ¿Por qué lo espiabas? ―preguntó
Harry palideció, no quería revelarle el verdadero motivo de porque espiaba a Draco, temía que se enojara.
― Quería ver si te trataba bien, el otro día en el Callejón Diagon lo vi que te llevaba a un lugar a la fuerza y me preocupé ―mintió en parte
―Estoy bien ―sonrió ― Te veo mañana Harry, debo ir a mi Sala Común ―se levantó de su asiento y Harry imitó su acción
― Te acompaño si quieres ―dijo
― No hace falta, que descanses ―besó la mejilla de Harry y éste sintió como comenzaba a arder
― Tú igual ―se llevó la mano a su mejilla mientras veía como la Slytherin se marchaba
April entró a la Sala Común y vio como Blaise estaba sentado en el regazo de Draco, mordió su lengua para no reír.
― Por última vez Zabini, quítate de encima que pesas ―masculló el rubio de mal humor
― A Apri no le dices que se quite de encima Draquito ―se burló Zabini
― ¡Que te quites joder! ―exclamó
― No grites Draco que se escucha desde afuera ―mintió April llegando a donde se encontraba el rubio y sus amigos
― Todo tuyo enana, nos vemos mañana ―se despidió Blaise y comenzó a subir las escaleras
― Que duermas bien Apri ―se despidió Theo
April se sentó al lado de Draco y lo miró severamente.
― ¿Por qué me miras así? ―preguntó Draco
― ¿Por qué golpeaste a Harry? ―masculló molesta
― Así que San Potter te fue con el cuento ―masculló con odio
― Yo lo deduje y él lo confirmó, odio que seas así de idiota ―acomodó su cabello de manera nerviosa
― Bien, este idiota no va a seguir hablando con la fanática número uno de San Potter ―se levantó molesto
― Deja de ser caprichoso Draco ―puso los ojos en blanco mientras se levantaba del sillón
― ¡Yo soy como se me da la maldita gana! ―gritó y tomó a April fuerte del brazo ― Y una niña boba como tú no va a cambiar mi carácter ―la empujó fuerte provocando que cayera al sillón nuevamente
Draco subía las escaleras rumbo a su cuarto y April lo miraba atemorizada con lágrimas en los ojos, éste no era Draco, la oscuridad de Voldemort lo estaba cambiando completamente.
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