Capítulo 06

― Mira que tarde es, debo irme al trabajo ―se levantó de su asiento

― ¡Papá responde mi maldita pregunta! ― exclamó April molesta

― No insistas April ―la regañó ― Es un tema del cual si no estás enterada es mejor, deja de insistir ―dijo John antes de marcharse

April puso sus ojos en blanco molesta y se dispuso a terminar su desayuno desanimada, quería descubrir todos aquellos misterios que su familia le ocultaba y ella tenía todo el derecho de saberlos porque estaba incluida en aquellos misterios.

Subió a su habitación cuando una lechuza de color marrón picoteaba insistente en su ventana, la azabache sin dudarlo la dejó entrar y luego de desatar las cartas de su pata le dio de beber y comer algo, una vez que la lechuza se alimentó se marchó.

Las cartas eran de Hogwarts, una con los materiales a utilizar este año, la otra indicándole que continuaba siendo prefecta y la última la confirmaba como la capitana del equipo de quidditch de Slytherin. Observó el calendario y vio que era el cumpleaños de Harry, se golpeó la frente al olvidarlo por completo.

― Mierda, soy una estúpida ―masculló entre dientes mientras tomaba un pergamino y se disponía a escribirle una carta a su amigo.

El atardecer se hizo presente tiñendo el cielo de distintos tonos de naranja, Harry estaba sentado en el jardín cuando a lo lejos vio que una imponente lechuza de color negro se acercaba hacia él. La reconoció de inmediato, era la lechuza de la familia de April, ni bien desató la carta de la pata del animal, éste emprendió vuelo.

Harry escondió la carta en el bolsillo de sus jeans y se dirigió al cuarto que compartía con Ron, cuando entró al mismo vio a su mejor amigo recostado en su cama leyendo un libro de quidditch.

― ¿Qué haces? ―preguntó el pelirrojo al ver a Harry sentado en su cama

― Nada, solo iba a leer una carta ―le enseñó el sobre cerrado

― ¿Quién lo envía? ―preguntó

― No lo sé ―mintió ― Lo voy a averiguar ahora ―abrió el sobre y se dispuso a leer

«Querido Harry:

¡Feliz cumpleaños! Estás viejo mi querido amigo, espero que puedas pasar un día bonito junto a tus amigos, me hubiese encantado ir a saludarte personalmente pero no es posible por todo lo que está pasando actualmente y te debo el regalo, mi padre es demasiado paranoico y solo me deja ir a casa de Draco.

Nos vemos en Hogwarts, te quiero

April

Pd: me han nombrado capitana de quidditch de Slytherin, prepárate para perder Potter »

Harry sintió como sus mejillas comenzaban a arder y una estúpida sonrisa floreció en sus labios.

― ¿Por qué sonríes como bobo? ―preguntó Ron ― Ni que te haya escrito Gallagher ―dijo y vio que Harry se sonrojó peor ― No jodas Harry, otra vez tengo que soportarte hablando de esa ―masculló

― Es mi amiga ―dijo Harry guardando la carta en su baúl

― Pero tú quieres más que eso, de verdad Harry necesitas más aumento en esos anteojos ―dijo Ron

Era sábado por la mañana, a April no le hacía mucha gracia ir a comprar sus cosas de Hogwarts tan temprano pero para su padre y Narcissa era lo más adecuado.

― ¿Estás lista hija? ―preguntó John al entrar al cuarto de April

― Casi ―respondió mientras se colocaba sus zapatillas

― Cuando termines baja por favor ―dijo antes de marcharse

La azabache asintió y a los pocos minutos bajó al living donde su padre la esperaba.

― Toma fuerte mi brazo ―dijo John y April obedeció

En menos de tres segundos estaban en el Caldero Chorreante y en frente de ellos estaban Draco y Narcissa. Draco al ver a su novia rápidamente la abrazó, John al ver la escena carraspeó algo molesto y la pareja se separó.

― Gracias Cissy por aceptar acompañar a Apri a comprar sus libros, el trabajo me tiene agotado ―agradeció John

― No te preocupes, es un placer ayudar ―respondió Narcissa

― Bien yo debo volver al trabajo, cuídense ―besó la frente de su hija y desapareció

― Vayamos por su libros primero y luego por las túnicas ―dijo Narcissa y los chicos asintieron

Mientras caminaban por el desierto Callejón Diagon, April sentía un vacío enorme al ver varias tiendas cerradas o destruidas. Compraron sus libros en Flourish y Blotts con rapidez y se dirigieron a la tienda de Madame Malkin. Al entrar a dicha tienda estaba vacía.

Una señora apareció y sonrió amablemente.

― ¿Hogwarts queridos? ―preguntó y todos asintieron ― Bien, primero pasa tu querida ―le señaló un taburete para que se parara allí

April se situó donde Madame Malkin le indicó y ésta comenzó a tomarle las medidas.

― Has crecido un poco y has adelgazado mucho niña ―la miró regañándola con la mirada ― Debes comer mejor ―dijo mientras comenzaba a clavar alfileres en la tela

― No sabe los problemas que tengo en mi vida señora, y por favor no me clave el alfiler en el brazo ―dijo cortante

Con lo de su madre y la misión de Voldemort, April había dejado de comer como antes y adelgazó bastante.

Unos quince minutos más tarde April ya tenía sus túnicas nuevas listas. Las pagó y esperó el turno de Draco.

― Ha crecido un poco mi niño así que necesita túnicas nuevas ―dijo Narcissa ― Con estos tiempos no puedo dejarlo solo ―dijo

― Madre cuantas veces te he dicho que ya no soy un niño y tanto Apri y yo podemos hacer las compras por nosotros mismos ―masculló molesto

April vio como Narcissa bajó la mirada algo afligida y frunció el ceño.

― Niño tu madre tiene razón, con estos tiempos no puedes andar solo tranquilamente paseando con tu novia y no tiene que ver con la edad ―masculló Madame Malkin

― ¡Quiere mirar donde clava el maldito alfiler! ―masculló Draco molesto

Draco se bajó del taburete y se dirigió al espejo para ver cómo le quedaba la túnica, April volteó y vio a Harry, Ron y Hermione que observaban curiosamente. Harry le sonrió y April le devolvió el gesto tímidamente.

Draco volteó y una sonrisa maliciosa se coló en su rostro.

― Si preguntas porque apesta madre, es que acaba de entrar una sangre sucia ―dijo Draco

― ¡En mi tienda no se aplica ese lenguaje muchachito! ―exclamó llegando con una cinta métrica y su varita en mano ― ¡Y tampoco permito que saquen sus varitas! ―les dijo a Ron y Harry que estaban con su varita en mano apuntando a Draco

― Déjenlo chicos, él no vale la pena ―dijo Hermione

― Como si se animaran a realizar magia fuera de Hogwarts ―los provocó el rubio ― ¿Quién te ha dejado el ojo así Granger? Me gustaría enviarle flores ―se burló

― ¡Basta ya! ―exclamó Madame Malkin ― Señora y señorita por favor ―miró a Narcissa y April suplicante

Narcissa se soltó del agarre que April tenía en su brazo y se acercó a donde estaba el trío de amigos.

― Guarden sus varitas ahora, y como le hagan daño a mi hijo juro que será lo último que hagan en sus vidas ―dijo seria

― ¿Lo dice enserio? ―masculló Harry acercándose a Narcissa ― ¿Va a llamar a los mortífagos amigos suyos para que nos maten? ―la desafió

― Por Merlín muchacho, acusar sin pruebas es malo y por favor baja esa varita ―dijo Madame Malkin asustada

Pero Harry no le hizo caso y siguió con la varita apuntando a Narcissa.

― Veo que ser el preferido de Dumbledore te ha dado una seguridad que no posees Potter, él no estará por siempre protegiéndote ―dijo

― Yo no lo veo por aquí ―dijo con sorna ― ¿Por qué no lo intenta? Así se asegura una celda en Azkaban para hacerle compañía al fracasa de su marido ―Harry tuvo que morderse la lengua para no nombrar a la madre de April, no quería arruinarlo

― Harry detente ―dijo April mirándolo molesta

― ¡A mi madre le hablas con respeto Potter! ―exclamó Draco furioso

― No pasa nada chicos ―tomó a Draco del brazo ― Estoy segura que Harry se reunirá primero con su adorado Sirius antes de que yo me encuentre con Lucius

Harry levantó la varita más alto.

― ¡Detente por Merlín! ―exclamó April furiosa

Harry reaccionó y la bajó rápidamente, mientras tanto Madame Malkin volvió al trabajo en la túnica de Draco.

― Hay que acortar la manga izquierda ―murmuró

― ¡Ay! ―se quejó el rubio y quitó la mano de la bruja de un golpe ― ¡Tenga cuidado con los alfileres señora!―masculló ― Sabes madre no quiero esta maldita túnica ― se sacó la túnica y la arrojó al suelo

April sintió pena por Madame Malkin por todo el escándalo que armaron Draco y los demás.

― Tienes razón hijo ―miró despectivamente a Hermione ― Ahora que veo que tipo de gentuza frecuenta esta tienda lo mejor será ir a Twilfitt y Tatting

Draco tomó a April de la mano y prácticamente la arrastró hacia la salida.

― Esos malditos me las van a pagar ― masculló Draco

― Ignóralos Draco ―dijo April cansada de todo

― Apri tiene razón hijo, vamos por tus túnicas ―dijo Narcissa

Luego de comprar las túnicas de Draco iban a comprar unos calderos nuevos. Narcissa caminaba delante de ellos y no se dio cuenta cuando Draco arrastró a April hacia otro lado.

― ¿Qué haces? ―preguntó April

― Necesito ir a un lugar sin mi madre ―respondió

― ¿A dónde vamos? ―estaba asustada, la mirada de Draco estaba llena de oscuridad algo nuevo en él

― Ya lo verás y no abras la boca ―masculló caminando rápido

April solo se limitó a asentir con miedo, la oscuridad estaba cambiando a su Draco.

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