Veintisiete.

JiMin


Han pasado dos semanas desde que terminé con Hyun, y como era de esperarse me odiaba. Le dije la verdad y nunca la había visto tan histérica y enojada como en ese momento, me gritó y me empujó varias veces mientras lloraba, pero yo acepté todo sin emitir ni un comentario. Luego de eso me corrió de su casa, al día siguiente fue a buscar sus cosas, cuando llegué, su ropa y el resto de sus cosas ya no estaban.

También en estos días las cosas con Bae habían cambiado, se podría decir que nos habíamos convertido en folla-amigos, pero no todo era sexo, es decir, nos veíamos casi todos los días, íbamos al orfanato juntos y al salir nos quedábamos en su apartamento, ella iba al restaurante y me esperaba cuando yo estaba por terminar. De verdad la pasábamos bien, cocinábamos juntos, salíamos o a veces sólo nos quedábamos en su apartamento viendo películas o series hasta que nos daba sueño y nos íbamos a dormir.

A la hora de tener relaciones no éramos rudos siempre, que a ella le gustaba y había descubierto que a mi también, muchas otras veces yo era suave y delicado con ella, sólo me dedicaba a adorar su cuerpo y Bae lo disfrutaba de igual manera. Lo habíamos hecho en cada espacio del apartamento, sentía que nunca iba a poder saciarme completamente de ella.

En ocasiones no hacíamos nada, nos acostábamos en la cama y simplemente nos dedicábamos a hablar, entre besos y caricias. En este tiempo había podido conocerla aún más, no siempre era la chica seria, ruda y sarcástica –que el que tuviera un carácter fuerte me gustaba mucho, debía admitir– sino que también podía comportarse como una niña, al mismo tiempo sin dejar el toque coqueto que la caracterizaba, y descubrir esa faceta me había encantado.

En muchas de nuestras charlas que se extendían hasta la madrugada, me llegó a contar algunas cosas sobre su pasado, pero no me daba muchos detalles y sabía que evitaba decirme ciertas cosas. Su mirada cambiaba cuando recordaba momentos de su niñez y adolescencia, me di cuenta que no fue fácil para ella. Y debido a ello podía entender su forma de ser.

Esperaba que algún día pudiera confiar en mi lo suficiente para contarme todo.

Era interesante la manera en la que veía la vida y todo a su alrededor, sus pensamientos podían ser muy profundos, y eso me resultaba bastante fascinante.


Hoy habíamos quedado en almorzar juntos, ella estaba llevándole algunas cosas a los niños del orfanato y yo debía ir a la empresa a llevarle unos documentos a mi tío y luego tenía el resto del día libre. Cuando llegué al piso correspondiente, vi a HoSeok pasar, pero él y yo no nos hablábamos, discutimos luego de que supiera lo que había pasado, entendía que estuviera molesto conmigo. Él sabía que Bae y yo nos seguíamos viendo, Hyun se lo dijo a pesar de que nunca le mencioné algo parecido, ella lo suponía.

Hace días Nam y YoonGi, se lo consiguieron en un bar y cuando se embriagó habló entre insultos sobre mi y mencionó algo como que: "Por qué Bae querría estar con alguien como JiMin."

YoonGi me lo contó porque le pareció extraño que dijera aquello, y a mi también. No sabría si fue por causa de los tragos que tenía encima y quiso decir otra cosa.

El punto es que nuestra amistad había llegado a su fin y no había nada que pudiera hacer.

Entré a la oficina de mi tío pensando que estaría solo, Anna estaba allí también. Ya sabía cual era el proyecto secreto, mi tío me lo había comentado porque ya todo estaba listo, formaron una academia para entrenar a chicas e impulsarlas al mundo del modelaje y actuación. Pero la sede sería en China, los socios se encargaron de la construcción de los edificios allá. Todo esto lo manejaría Anna, según era su sueño tener algo así. No sabía que mi tío estuviese tan enamorado de ella como para hacer todo esto, pero tampoco me metería en sus asuntos.

–Disculpen –hice una reverencia y miré a Anna– no sabía que estabas aquí.

–Tranquilo, cariño. –Me sonrió desde la silla que estaba frente al escritorio.

–Tío, aquí está lo que pediste. –Le entregué el sobre.

–Gracias, hijo. Lamento hacer que vinieras hasta acá, ¿estabas ocupado?

–No, descuida, iba a almorzar ahora.

–Oh, podemos ir a comer juntos. –Dijo mirando a su prometida y ésta asintió.

–No puedo –ambos me miraron– iré a comer con Cassie, ella está esperando.

–Me alegra que tú y mi hija se lleven tan bien ahora. –Comentó la mujer.

Obviamente ellos no sabían nada de lo que pasaba entre nosotros.

–Si... –dije un poco incómodo– y perdonen que no pueda acompañarlos.

–No te preocupes, hijo –mi tío hizo un gesto restándole importancia– gracias por traerme los documentos.

Me despedí de ambos y cuando salí del edificio revisé mi celular, extrañamente Bae no me había escrito, no sabía si almorzaríamos en su casa o en otro lugar.

Me subí a mi camioneta y marqué su numero.

Dime. –Fruncí el ceño ante su tono brusco al contestar.

–Eh... ¿voy a tu apartamento o...?

Ven –me interrumpió– ya pedí la comida, no tenía ánimos de cocinar. –Su voz se escuchaba rara, algo tensa.

–¿Estás bien?

No, no estoy bien porque la estúpida de NaHaeun me golpeó. –Dijo con rabia.

–¿Qué? ¿Por qué?

No podía creer lo que estaba escuchando.

Hablamos aquí. –Cortó antes de que pudiera decir algo.

Me quedé quieto pensando en lo que Bae me acababa de decir ¿Por qué esa chica haría algo así? Además ¿en dónde se habían visto? ¿Bae la habrá golpeado también? Es decir estaba claro de como podía ser a veces.

Arranqué el auto para apresurarme a llegar, y saber que era lo que había pasado exactamente.

Cuando llegué al apartamento, introduje el código en la puerta y entré caminando directo hasta la cocina porque escuché su voz provenir de allí, estaba hablando por teléfono, aunque hablaba en otro idioma el cual identifiqué como portugués. No la había escuchado hablar fluidamente antes, solo palabras. Supuse que la persona al otro lado de la línea era su tía, ella me contó que de vez en cuando la llamaba.

Dejé de concentrarme en lo bien que se escuchaba, y la observé, estaba con una mano sosteniendo el celular y con la otra tenía una compresa de gel contra su mejilla. Me senté sobre la barra e hice un gesto para que se acercara, ella mantenía su ceño fruncido aunque su tono de voz era tranquilo, a pesar de no tener idea de lo que estaba diciendo.

Se colocó entre mis piernas, pero no me miraba, pasé mi mano sobre la suya para quitar la compresa y enseguida me fijé en el golpe, tenía una marca roja sobre el pómulo y estaba un poco hinchado. Acaricié con mi dedo, tratando de no presionar y noté que ella hizo una mueca.

A los segundos terminó la llamada y aproveché para darle un beso corto en los labios.

–¿Que fue lo que pasó?
Ella exhaló profundamente antes de hablar.

–Fui al súper porque recordé que debía comprar algunas cosas para cocinar –comenzó a explicar de forma neutra– me devolví al auto porque se me olvidó mi monedero, cuando cerré la puerta escuché mi nombre, al girarme sentí el golpe. Por la sorpresa retrocedí, perdiendo la estabilidad pero la vi alejándose rápidamente, era NaHaeun –aseguró– después escuché el sonido de un auto arrancar.

–¿Por qué haría algo como eso?

–Yo que sé, está loca al igual que tu ex, además es una cobarde se alejó por que sabe que hubiese acabado con ella en segundos. –Pronunció entre dientes. –Seguramente HyunJin le dijo que lo hiciera.

–No lo creo.

–¿Por qué? Claramente me odia.

–No creo que sea capaz de mandar a alguien a atacarte, pero si es así, puede que lo haya hecho porque sigue afectada por todo. –Dije, ella me miró entrecerrando los ojos de forma fulminante.

–Entonces ¿estás de acuerdo con que su amiga me haya golpeado? –Dio unos pasos hacia atrás, separándose de mi.

–No dije eso, Bae, obviamente está mal que te haya golpeado pero...

–No te importa. –Me interrumpió, su expresión era de total enojo. –Aún crees que HyunJin no es capaz de romper un plato.

Bae me había dado a entender que ella y HyunJin llegaron a tener ciertas discusiones mientras yo no estaba cerca, no me dio detalles de ello, ni de lo que se decían y sabía que no todo había sido por parte de la morena. Pero aún así me costaba creer que mi ex fuera capaz de hacer ese tipo de cosas, aunque la verdad es que nunca terminamos de conocer a las personas en su totalidad.

–¿Qué dices? Claro que me importa, sólo estoy tratando de entender toda la situación. –Aclaré y después me di cuenta de algo. –Estás celosa.

–No... –Me bajé de la barra y la halé de nuevo, pegándola a mi.

–Lo estás, bonita –afirmé, molestándola. La tomé del cuello y besé donde tenía el golpe con delicadeza. –Hablaré con esa chica, con ambas si es necesario.

–No necesito que me defiendas. –Dijo cortante.

Tenía muy en claro que ella podía defenderse por su cuenta, pero existía en mi una necesidad de protegerla de quien fuera.

–Lo sé, pero no quiero que se convierta en un problema.

–No lo hagas, en cualquier momento me desquitaré.

–No vale la pena. –No quería que se volviera un problema más grande, pero sabía que ella no le prestaría atención a mis palabras.

Intenté besarla pero corrió su cara, tenía los brazos cruzados, comencé a darle besitos en la mejilla pasando por su mandíbula. Acaricié su cintura con una mano, y con la otra la tomé del rostro besándola en los labios, esta vez cedió pasando sus brazos por mi cuello, y sonreí entre medio del beso. La subí a la barra, metiéndome entre sus piernas, bajé mis manos a su trasero masajeándolo y dando una palmada.

Ella cortó el beso, soltando una risa y yo la miré sonriendo mientras me mordía el labio.

Me gustaba escucharla reír, al menos ya se le estaba pasando el enojo.

–Fue... agradable escucharte hablar portugués. –Dije, tratando de desviar el tema del inconveniente.

–No me digas que era tu fantasía. –Pronunció con una sonrisa, mientras acariciaba mi cabello.

–Desde que supe que lo hablabas, puede que si. –Le di un beso en los labios y en donde tenía el golpe nuevamente.

Las personas quizás creerían que éramos una pareja, pero la verdad sólo disfrutábamos del momento, estábamos bien así. No quería empezar otra relación si acababa de salir de una y era consciente de que Bae no era de tener relaciones.

Sólo dejaría que las cosas fluyeran.





















Estaba esperando que JiMin viniera a buscarme, iríamos a un club, Jin me llamó diciendo que quería ir antes de su viaje. El creía que se iría de viaje por un año al parecer, cuando sólo serían unos pocos días donde visitaría a su madre en Japón.

También iría JungKook, Monie, YoonGi y Shua. Los dos últimos no tenían nada formal, pero si estaban juntos según lo que me contó ella.

Recibí un mensaje de Park, diciendo que ya estaba abajo. Me vi en el espejo una última vez, la hinchazón por el golpe había bajado y no se notaba por el maquillaje. Si bien no fue tan fuerte, esa estúpida no se escaparía de mi en cuanto la viera, ni JiMin ni nadie podría detenerme. Y no hablaba de NaHaeun.

Tenía un vestido amarillo, cuello alto y con una pequeña abertura en el escote, me llegaba a mitad del muslo. Mi cabello caía libre por mi espalda, me coloqué los adidas antes de salir de la habitación.

Él me estaba esperando fuera de la camioneta, recostado en ésta, tenía unos jeans con roturas en algunas partes, una camisa negra y encima una chaqueta verde militar. Su cabello negro brillaba debido a la luz del poste, al verme sonrió de lado recorriéndome por completo. Cuando estuve frente a él, me tomó por la cintura y pasé mis manos por su cuello.

–Te ves hermosa. –Dijo antes de darme un beso corto.

–Gracias. –Respondí, pasando mi dedo por sus labios que se había llenado de mi labial rojo. –Tú también te ves bien, lástima que debamos irnos ahora. –Dije con fingido pesar, provocándolo.

–Bonita, no me digas eso. –Se quejó, reí por esto y me separé.

Abrió la puerta para mi y luego rodeó el auto para subirse.


Ya llevábamos unas horas en el club, Jin y yo estábamos haciendo nuestra típica competencia de shots, su vuelo saldría al día siguiente temprano y se supone que yo lo llevaría. Bueno, fue su idea hacer esto, así que si lo perdía no era mi culpa.

Los demás estaban a un lado riendo y bebiendo igual.

–Creo que debemos parar. –Le dije a Jin. No estaba ebria, pero tampoco quería estarlo.

–Aburrida. –Bufó.

–Te recuerdo que yo debo llevarte al aeropuerto.

Abrió la boca para decir algo, pero llegó una chica y lo tomó de la mano para que se levantara, él la conocía porque la saludó cuando llegamos. Me guiñó un ojo antes de desaparecer con ella quien sabe a donde.

YoonGi se levantó le hizo una seña a JungKook y JiMin, éstos hicieron lo mismo, el rubio iría a fumar y los chicos lo acompañarían.

EunBi se sentó a mi lado en cuanto ellos se alejaron, ella estaba incómoda porque hace un rato habíamos visto a HoSeok y al parecer no le agradó verla bailando con Jeon, según lo que me contó de como los había mirado.

–Cassie, quiero irme. –Me susurró.

–No dejes que te afecte.

–Lo sé, pero en serio me siento incómoda sabiendo que está aquí. –Insistió y yo suspiré.

–Vamos a buscar a los chicos, entonces –no quería verla mal, así que era mejor irnos– Shua, iremos a buscar a los chicos ¿vienes? –Le hablé a la pelirroja, que bebía de su vaso.

–¿Qué pasa? –Preguntó mirándonos a ambas.

–EunBi se siente mal.

–Oh, claro vamos. –Se levantó, ella enredó su brazo con el de mi hermana y yo caminé adelante para bajar las escaleras.

Ambas chicas se llevaron bien enseguida, Shua decía que mi hermana era encantadora y linda. Pues, ese era el poder de Monie, todos se encariñaban con ella.

Salimos a la parte trasera del club, donde se suponía estarían los chicos. No esperé encontrarme con una escena un tanto interesante.

YoonGi fumaba mientras veía como HyunJin le gritaba algunas cosas a JiMin, tras de ella estaba NaHaeun. JungKook se mantenía detrás de su amigo.

–No entiendo por qué haces esto, tú y yo ya no tenemos nada de que hablar, tu misma lo dijiste. –Le dijo JiMin a la chica.

–¡Eres un maldito imbécil, Park JiMin! –La castaña estaba un tanto alterada contrastando con el tono tranquilo de JiMin. Seguramente estaba ebria.

Ella se dio cuenta que nos acercábamos y soltó una risa falsa. Los chicos voltearon a vernos.

–¡Pero si llegaron las zorras! –aplaudió– EunBi cariño tu no te quedas atrás, ¿tan rápido olvidas a Hobi?–Comentó sarcástica.

Qué patética.

Sentí la mano de Monie en mi muñeca, me conocía y quería evitar que las cosas se salieran de control. Pero aún así seguí avanzando con ella detrás de mi.

–¿Tú que sabes, idiota? –Hablé, colocándome junto a JungKook.

–¡Basta, HyunJin! –JiMin elevó el tono ya cansado– ¿que ganas haciendo todo esto? ¡Madura de una vez! Tu amiga golpeó a Bae y estoy seguro de que fuiste tu quien la mandó ¡Estás loca! –La señaló.

–¡Se lo merecía! ¿Qué? ¿Vas a golpearme?

Empujó a JiMin por el pecho, y cerré los puños en cuanto vi aquello.

Me solté de EunBi y di algunos pasos.

–Él no, pero yo si. –Me situé frente a ella y nadie pudo detener el golpe con puño cerrado que le propiné en su linda carita.

De inmediato sentí como me tomaban de la cintura para halarme hacia atrás, NaHaeun alcanzó a sostener a la castaña, para que no cayera y con una mano en su cara planeaba venirse contra mi, pero JungKook y Shua detuvieron a ambas. YoonGi tomó del brazo a EunBi, para que no pudieran alcanzarla.

–Vamos. –JiMin habló en mi oído y me giró para que caminara, manteniéndose detrás de mi.

–¡Esto no se quedará así! –Escuché el chillido de la castaña.

Cuando salimos del callejón, me solté de JiMin y respiré profundo para calmarme.

A los segundos salieron los chicos. YoonGi rodeaba con su brazo los hombros de Shua, tenía una sonrisa en su rostro.

–Buen gancho, Won. –Dijo en tono burlón, quise sonreír de igual manera pero no pude.

Más que por mi, lo había hecho por EunBi, nadie llamaba zorra, ni nada parecido a mi hermanita en mi presencia.

–No debiste hacerlo, Cassie. –Dijo EunBi con su ceño fruncido en preocupación, JungKook pasó su brazo sobre sus hombros.

Chasqueé la lengua dándoles la espalda, JiMin se situó frente a mi, tomándome por las mejillas para que lo mirara. –Tranquila, ¿si? –Su voz era calmada, me limité a asentir. Luego agarró mi mano pasando un dedo, con delicadeza, por mis nudillos que estaban enrojecidos. No me dolía tanto y aunque podría inflamarse.

–No debiste hacerlo. –Murmuró.

Me quedé callada porque seguía molesta y no quería hablar. Sabía y era consciente de que a él no le gustaba ese tipo de enfrentamientos, pero ya había soportado mucho y simplemente mi paciencia no dio para más.

–Le avisaré a Jin que nos iremos. –Escuché decir a JungKook.

Después de lo que había pasado era obvio que no volveríamos entrar y menos si esas dos estaban adentro.

YoonGi y Shua se despidieron, yéndose por la acera hacia el auto del rubio.

Nosotros caminamos hacia la camioneta para irnos a casa. Yo me mantuve en silencio en todo el camino, JiMin de vez en cuando volteaba a verme mientras conducía.

Cuando llegamos, EunBi y JungKook se fueron a la habitación de ella. Yo me metí en la cocina, para agarrar una botella de agua del refrigerador.

–Bae, háblame. –Escuché su voz detrás de mi.

–¿Que quieres que te diga? ¿Que me arrepiento? No lo hago. –Volteé a verlo, estaba apoyado de la isla.

–Eso lo sé –sonrió un poco– pero no hablaste en todo el camino.

–Sólo estaba dejando que se me pasara el enojo.
Me hizo una seña para que me acercara a él, lo hice dejando la botella a un lado.

–Supongo que te desquitaste. –Mencionó y cruzó sus brazos por mi cintura.

–Te dije que en cualquier momento lo iba a hacer, al final resultó el mismo día.

–Pero NaHaeun fue quien te golpeó.

–Ella me da igual, Hyun fue la de la idea, además me debía muchas.

–No me gusta verte lastimada. –Murmuró.

–Esto no es nada. –Me encogí de hombros a lo que él sonrió.

Me besó suavemente y yo le seguí de la misma manera.

Subimos a mi habitación, ambos nos desvestimos quedando en ropa interior, él esperó a que me quitara el maquillaje y luego nos metimos debajo las sábanas. Tenía que dormir un poco si quería despertarme a tiempo para llevar a Jin.

JiMin me rodeó con su brazo y yo pasé mi pierna entre las suyas, mi cara estaba contra su pecho y su barbilla apoyada sobre mi cabeza, comenzó a dar caricias en mi espalda como solía hacer. No era la primera vez que se quedaba aquí también.

Al dormir con él podía conciliar el sueño tranquilamente, pero era algo que no admitiría en voz alta.













Esto no se puede quedar así! ¡Me las tiene que pagar! –Chilló, golpeando los cojines que estaban a su lado en aquél sillón.

–Descuida, lo va a pagar, yo me encargaré.

–¿Que harás?

–No puedo decirte ahora, pero no tendrás que esperar tanto para saberlo. –Una sonrisa casi diabólica se dibujó en su rostro, mientras tomaba de su vaso lleno de whisky. "
















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Este capítulo estuvo un poco acontecido, les gustó? ^^ xd

Por cierto, espero que hayan estado atentas desde el principio de la historia...

Gracias por leer💜

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