Siete.

JiMin

Hoy iría al orfanato, quería visitar a los niños y pasar con ellos un rato, para conocerlos.

Yo había cambiado de carrera recién, cuando empezó el año. Anteriormente estaba estudiando Medicina, pero me di cuenta que no era lo mío, quería ayudar a las personas, por supuesto, pero de otra manera. Por lo que lo pensé mucho, ya llevaba dos años de carrera y no quería decepcionar a mi tío que tanto me había apoyado al comienzo de ésta.

No quería seguir con algo que no me llenaba por completo, me gustaba la Medicina, pero conforme iba pasando el tiempo no me sentía cómodo, aunque me esforzaba de igual manera para obtener buenas calificaciones.

Cuando se lo dije a mi tío, este se molestó muchísimo y lo entendía. Pero al final, me alentó a que estudiara lo que de verdad me llenara y con lo que me sintiera a gusto.

De vez en cuando, lo acompañaba cuando hacía donaciones a distintas organizaciones, y me di cuenta que ser Trabajador Social sería algo perfecto para mi, quería ayudar a las personas que de alguna u otra manera habían sufrido abusos, a personas de muy bajos recursos y ayudarlos a integrarse a la sociedad.

Sobretodo quería ayudar a los niños huérfanos que han sufrido una infancia muy difícil, como la mía. Si bien, no me faltó nada, ni recibí ningún tipo de maltrato por parte de mi familia -como muchos de esos niños- crecer sin padres no fue fácil, ir al colegio significaba recibir, constantemente, burlas por no tener padres.

Los tuve, pero los perdí y aprendí a vivir con ello, aunque me costó al principio.

Mis tíos se esforzaron mucho por mi, pero jamás alguien podría ocupar ese lugar.

Eran las nueve de la mañana y HoSeok pasaría buscándome, ya que le había dejado mi camioneta a HyunJin, ella tenía un par de cosas por hacer. Y yo debía ir a clases en media hora, por lo que estaba alistándome.

Cuando estuve listo, bajé a la cocina para guardar una bebida energizante en mi bolso, la noche anterior me había dormido tarde, estudiando.

Una de las chicas entró con una bandeja, con algunos vasos vacíos en ésta.

–MinHa, ¿mi tío está en casa? –Le pregunté.

–Si, se encuentra reunido en su oficina. ¿Necesitas algo?

–No, gracias. –Sonreí y ella asintió antes de salir de la cocina.

Era extraño que mi tío estuviera tan temprano en casa y más que se reuniera con alguien aquí, debía ser algo importante.

El timbré sonó y me dirigí hasta la entrada para abrir, ya MinHa iba en camino a hacerlo, pero le hice un gesto indicándole que yo lo haría.

Era HoSeok, hicimos nuestro saludo y me hice a un lado para que pasara.

–Tengo una resaca de los mil demonios. –Se quejó frotandose la sien.

–Te adelantaste un poco, ¿no crees? –Reí.

–Tuve una discusión con EunBi ayer, así que me fui por ahí con unos compañeros. –Se encogió de hombros.

–Me contarás en el camino –recordé que había dejado mi teléfono en la habitación–, ya vuelvo.

Subí las escaleras para buscarlo, mi habitación estaba hecha un desastre y no me había dado tiempo de acomodarla. MinHa me mataría.

Al bajar de nuevo, estaba mi tío junto a dos hombres, hablando con HoSeok. Nunca los había visto, ni por los restaurantes o las oficinas.

Llevaban trajes, suponía que eran empresarios igualmente.

–Hijo, ¿cómo estás? –Mi tío me palmeó el hombro cuando llegué hasta ellos. –Te presento a unos amigos y colegas. –Señaló a los dos hombres a su lado.

Hice una breve reverencia.

–Lee YiSung. –Me ofreció su mano y la estreché.

–Nam HoJong. –Repetimos la acción.

–Park JiMin, un gusto. –Me incliné nuevamente.

Parecían ser hombres de mucho dinero.

–Nos vemos en la cena, JiMin. Cuídate, HoSeok. –Nos miró a ambos.

–Hasta luego, señor P. –HoSeok hizo una reverencia exagerada, a lo que reímos.

Los tres hombres se despidieron y salieron de la casa.

Fui en busca de mi bolso que había dejado en la cocina.

–Vamos. –Le di un golpecito en la cabeza a HoSeok, que estaba concentrado en su teléfono.

–Eres un idiota, JiMin. –Se quejó.

Nos montamos en su camioneta y salimos rumbo a la universidad.

–Ahora dime que sucedió con EunBi. –Inquirí.

–Fue una estupidez. –Soltó indignado. –En realidad, discutimos por lo de HyunJin y Acassia, le dije que debía ser auténtica y no hacerle tanto caso a su hermana. –Suspiró.

–Creo que todos deberíamos olvidar aquello, ya pasó. –Recalqué.

–Si, pero es molesto que Acassia le meta tantas cosas en la cabeza...

–En parte tiene razón. –Solté sin dejarlo terminar.

–¿Estás de su lado? –Me miró por unos segundos, frunciendo el ceño, para luego volver su vista a la carretera. –Se supone que deberías estar del lado de tu novia.

–Y lo estoy, pero tu y yo sabemos que las dos estuvieron mal de igual manera. –Señalé.

–Como sea, el punto es que ahora EunBi está molesta aún más, porque salí anoche y no le dije nada.

–Ustedes casi no discuten, deberías hablarle, ademas creo que te pasaste en decirle que no era auténtica.

–Lo sé, si Cassie se entera me va a matar. –Se estremeció y yo reí. –En serio, hermano, esa chica da miedo.

–Un poco. –Admití.

Recordé como llegó anoche a donde estaba con Jin, obviamente no le hizo gracia vernos hablando.

Llegamos al campus y nos despedimos, para luego irnos a nuestros respectivos edificios. Hyun me traería la camioneta antes de que finalizara mi clase y ella entrara a la suya.

Al finalizar mi primera clase, recibí un mensaje, era de NaHaeun, decía que debía ir urgente al estacionamiento. Apuré el paso.

Cuando iba llegando divisé el Jeep de BaeMin y mi camioneta, también distinguí la larga cabellera de la morena, estaba cruzada de brazos, viendo hacia mi novia quien hacía gestos con las manos. ¿Ahora que había pasado?

–¡Tienes que pagarlo! –Escuché al acercarme a ellas.

Habían algunas personas viendo, entre ellas, JungKook, YoonGi y NaHaeun.

–¿Qué sucede? –Hablé colocándome al lado de Hyun.

–Amor, mira lo que hizo. –Señaló hacia un costado de mi camioneta, tenía un golpe en la puerta del copiloto. No era grave, pero si notable. –Tienes que pagarlo. –Se volvió hacia Bae de nuevo.

–¿No piensas responder por esto, Won? –Hablé molesto, pero sin alterarme. Aunque no sabía como había sido todo.

–Ella se atravesó. –Contestó tranquila, como si estuviésemos hablando de cualquier otra cosa y no de un choque.

–¡Mentira! Tú lo hiciste a propósito. –Hyun la señaló con el dedo e iba dispuesta a acercarse más, pero la frené.

–Claro, mi sueño es llevarte por el medio con mi auto. –Soltó sarcástica la morena, pero manteniendo su expresión seria.

–Eres una...

–¿Una qué? –BaeMin avanzó queriendo enfrentar a Hyun, pero YoonGi la tomó del brazo.

Busqué la mano de Hyun y la tomé, apretándola.

A mi no me gustaban este tipo de confrontaciones, todo se podía hablar civilizadamente. Esto se estaba saliendo de control.

–Cálmense. JiMin, tú y Acassia son los que deberían resolver esto. –Habló JungKook dirigiéndose a mi.

Antes de que pudiera decir algo, Bae se adelantó.

–Basta de esta mierda, hazme llegar cuánto sale el arreglo y lo pagaré. –Me miró por unos segundos.

–Lo dices porque sabes que fue tú culpa. –HyunJin se entrometió y yo cerré los ojos, cansado.

–No, lo digo porque no quiero seguir perdiendo mi tiempo, viéndoles las caras –La miró fijamente y luego a mi. –Deberías darle clases de manejo a la inútil de tu novia.

Se soltó del agarre de YoonGi y caminó hasta el lado de conductor de su auto.

–¡¿Quien te cre–...

–Basta, HyunJin. –Dije harto.

–¡¿Vas a dejar que me insulte?! –Chilló, mirándome. La solté pasándome las manos por la cara, exasperado.

BaeMin ya había encendido su auto, vi que le hizo un gesto a YoonGi, éste se subió del lado del copiloto y se fueron.

HyunJin me entregó las llaves de mala gana, para después irse con NaHaeun. Luego hablaría con ella.

Las personas que se encontraban viendo todo ya se estaban yendo, JungKook se acercó a mi.

–Necesito una cerveza. –Le dije y este soltó una risa.

–Por lo menos ya sabes que Cassie va a pagarlo –colocó una mano en mi hombro–, aunque yo vi como fue todo, HyunJin se metió cuando Cassie estaba saliendo del puesto y es casi imposible que ella no haya visto el Jeep.

–Quizás se distrajo con algo.

–Puede ser. –Asintió, aunque parecía dudoso.

JungKook se despidió de mi antes de irse a su edificio, mi camioneta estaba en medio de una sección del estacionamiento, me subí a ella y la moví para aparcarla en el puesto, donde anteriormente estaba BaeMin.

Iría a almorzar, luego tenía otra clase y ya estaba libre por lo que quedaba del día.

Salí de la universidad directo al orfanato, no podía, ni quería faltar. Luego me encargaría de llevar mi auto al taller.

Cuando empecé la carrera había visitado algunos orfanatos, en Busan y en las afueras de la ciudad. En el evento de la fundación, mi tío había hecho una donación al orfanato que visitaría hoy, que por lo que me di cuenta en aquel momento, Won YeongSok, solía ayudar.

Al llegar, fui recibido por una de las psicólogas y también directora del lugar, me llevó al área de juegos de los niños más pequeños. Me dio el permiso para caminar por las instalaciones si así lo deseaba.

Llevaba alrededor de una hora aquí, había jugado un poco con los niños pequeños y ahora me encontraba conviviendo con los niños más grandes y los adolescentes, les causaba curiosidad, así que me hacían preguntas de todo tipo. También les conté sobre mi vida y eso hizo que me recibieran de mejor manera, al saber que teníamos algo en común.

Eran buenos chicos, habían logrado que me olvidara de la situación de hace unas horas.

Se acercaba la hora de la cena, así que los encargados estaban preparando a todos para eso, en ese momento decidí que había llegado la hora de irme, me despedí prometiendo que volvería.

Aunque algunos no lo creían y era compresible que pensaran de esa manera, si a muchos los habían abandonado, y creo que se les hacía difícil confiar en lo que decía, si no tenía nada que ver con ellos. Pero yo decía la verdad, me había gustado pasar tiempo conociéndolos, la próxima vez vendría con regalos.

Iba caminando por el área de juegos y me fijé en una persona bastante conocida. BaeMin, tenía en sus brazos a la pequeña con la que la había visto interactuando en el evento. No me sorprendió verla, pero no me esperaba que viniera justo el mismo día.

Ella no se dio cuenta de mi presencia así que seguí por el pasillo, camino a la oficina de la directora, quería despedirme.

Jin venía caminando en dirección contraria.

–Así que si viniste. –Comentó al cruzarnos de frente.

–Te dije que lo haría, aunque no me dijiste que tú también vendrías.

–No lo tenía planeado, Acassia me pidió que la acompañara, ¿la viste? –Preguntó.

–Si, la vi. Está con una pequeña. –Señalé detrás de mi.

–Está bien, entonces nos estamos viendo por ahí, Park. –Me sonrió.

–Seguro. –Asentí y este siguió su camino.

Jin y yo no éramos muy cercanos, pero habíamos hablado un par de veces, está más adelantado en la carrera y había consultado algunas cosas con él.

Toqué la puerta de la oficina de la directora y al escuchar un pase, entré.

–JiMin, ¿en qué puedo ayudarte? ¿Ya te vas? –La mujer habló amablemente, detrás de su escritorio.

–Si, ya me voy. Sólo quiero despedirme.

–Oh, gracias por venir, me alegra que te hayas tomado el tiempo. Estamos muy agradecidos con tu tío por las donaciones que ha hecho. –Sonrió y yo la imité.

–No es nada, sé que para él no es problema hacerlo. Y para mi no es problema venir, estoy estudiando para ser trabajador social.

–Eso es estupendo, JiMin, tienes las puertas abiertas de esta institución, a los chicos les hace bien recibir este tipo de visitas.

–Gracias, volveré pronto. –Dije y ella se levantó de su silla, para tenderme la mano.

–Esperaremos tu visita. –Nos despedimos luego de estrechar manos y me incliné levemente antes de salir.

Salí del orfanato y caminé hacia el aparcamiento. Casualmente miré hacia un lado, vi a Jin y a BaeMin, ésta estaba recostada contra su auto y él estaba frente a ella, en una actitud muy íntima podría decirse, no podía ver si se estaban besando o qué, pero estaban muy cerca.

Hasta donde sabía él tenía novia, lo había visto algunas veces con la chica. No quise seguir mirando y que ellos se dieran cuenta, así que seguí mi camino hasta la camioneta, arranqué y salí de allí.

En el camino a casa iba pensando en aquella escena, al parecer BaeMin y Jin no eran sólo simples amigos. La verdad no era mi problema, y yo no era quién para juzgar las acciones de nadie, pero no pensé que fueran ese tipo de personas.

Muchas cosas se decían sobre Bae, quizás algunas pudieran ser ciertas.













Decidí irme, porque no quería perder el poco control que me quedaba. Ya estaba harta de las confrontaciones con JiMin y su novia.

–Creí que no cederías a pagar el golpe, no fue tu culpa. –YoonGi habló a mi lado. Le daría un aventón hasta su casa.

–Y no lo iba a hacer, pero no quiero que el idiota de tu amigo me esté molestando después.

–Te contuviste mucho, ¿no? –El teñido soltó una risa.

–No pensé que me detendrías. –Lo miré por unos segundos y volví mi vista al frente.

–No lo hice por ella, lo hice por JiMin –lo miré nuevamente, al mismo tiempo que se encogía de hombros–, si él no hubiese estado, habría dejado que hicieras lo que sea que pensaras hacer.

–Tuvo suerte entonces. –Comenté.

–Ya lo creo. –Dijo y reímos.

Dejé a Min frente al edificio donde vivía e hice mi camino hacia una tienda de ropa para niños, escogí muchas cosas para los niños del orfanato, luego fui hasta una juguetería, compré varias muñecas, de todo tipo, balones y carros a control remoto. Aparté lo que le había comprado a la pequeña Gigi, porque quería dárselo personalmente.

No me molestaba gastar dinero en esto, la fortuna que yo poseía no era mía, mi papá se había esforzado por tener todo lo que tuvo, y sabía que él estaba orgulloso por yo hacer que los niños fueran felices, al menos por hoy.

Tardé mucho en hacer las compras, me encontraría con Jin en el orfanato.

Los de la juguetería mandaron a alguien, que llevara todo lo que había comprado. En mi auto llevaba las bolsas con la ropa y ya no cabía más nada.

Al llegar, le pedí a los encargados de que me ayudaran a guardar las cosas, les indiqué que se los entregaran luego de la cena.

–Al fin llegaste Cassie, ¿y todo esto? –Escuché la voz de mi amigo, se acercó a ver como sacaban las bolsas del Jeep.

–Sólo quise darles un regalo a los niños. –Volteé a verlo y él me sonrió.

–Me parece bien, linda. Tienes corazón. –Bromeó y yo lo empujé al escuchar lo último.

Entramos al hogar, para buscar a Haneul, ella nos llevó con varios niños que estaban en el patio, y compartimos con ellos un rato.

Dimos vueltas por el lugar, Haneul nos contó sobre algunas situaciones de los niños, podía ver que los tenían bien cuidados y que usaban el dinero que donaban las personas, de manera adecuada.

Le pedí que me llevara con Gigi, Jin se quedaría por ahí con los niños.

Gigi era la única que tenía una habitación para ella sola, por el trauma que había sufrido y además que era la más pequeña de todos. Al entrar ella estaba con su cuidadora, Haneul me había dicho que no le gustaba estar sola, en ningún momento.

–Gigi, mira quien vino a visitarte. –Haneul habló.

La pequeña estaba sobre su cama jugando con unas muñecas, levantó la vista y me sonrió, me había reconocido, al parecer.

–Hola, princesita. ¿Me recuerdas? –Asintió y me acerqué a ella para sentarme a su lado, me ofreció una de las muñecas y la tomé.

–Es muy bonita como tú. –Le sonreí y acaricié su cabello, ella era toda risitas.

–Es una niña muy inteligente. –Comentó su cuidadora, que se llamaba Hyo.

–Ya lo creo –dije mirando a la niña–, Gigi te traje algo. –Alcé las bolsas que llevaba, ella me dedicó toda si atención, curiosa.

Saqué las cosas, le había comprado vestidos, pantalones y camisas, había olvidado comprar zapatos, pero lo haría después. Cuando le mostré la muñeca, sus ojos brillaron aún más.

–Gigi, dale un abrazo a Acassia, ¿si? –Se acercó a mi y la tomé en mis brazos, la apreté contra mi, luego la senté en mis piernas y le di la muñeca.

Parecía muy emocionada con todo y eso me hacía sentir bien, la molestia que sentía por lo que había pasado hace un rato, ya no estaba.

Pasé mucho rato con ella, jugando, le compré dulces, la abrazaba a cada momento, me parecía la niña más adorable. Haneul estaba sorprendida por lo bien que se daba conmigo.

Estábamos en el área de juegos, Jin vino en mi búsqueda, porque ya debíamos irnos y yo no quería. Se acercaba la hora de la cena, así que todos los niños estaban yendo hacia el comedor.

Me despedí de la pequeña, ya estaba por quedarse dormida en mis brazos pero tenía que comer, así que Hyo se la llevó para que lo hiciera. Nos despedimos de la directora y de Han, les dije que volvería pronto.

Salí junto con Jin de allí, iríamos a cenar, ya teníamos hambre.

–Estaba pensando en algo. –Dijo, estábamos al lado de mi auto y yo buscaba las llaves en mi bolso.

–¿En qué? –Lo miré, éste se acercó a mi de manera seductora y yo alcé una ceja.

–Podemos divertirnos como en los viejos tiempos, ¿no crees? –Se acercó más, por ende yo retrocedí pegándome a la puerta.

–Jin, ¿qué te sucede? –El sonrió y colocó su mano en el vidrio y la otra en mi muslo, que por llevar una falda, hacía contacto directo con mi piel.

–Sé sincera y dime que no extrañas como te hacía sentir. –Sonreí, casi rozábamos nuestros labios.

–No creas que vas a usarme por tu despecho, imbécil. –Bajé mi mano y apreté su amiguito, a lo que abrió los ojos sorprendido, ahogando un quejido de dolor.

–A-Acassia...suéltame. –Se le dificultaba hablar, estaba rojo. Reí y lo solté.

Se alejó tomando un respiro profundo, se inclinó, colocando sus manos en las rodillas, me miró molesto.

–Jin, eso quedó en el pasado. Así que consigue a otra. –Dije inocente, para sacar mis llaves y quitarle el seguro a mi auto.

Me subí, encendiendo el motor y bajé el vidrio para mirarlo, seguía en la misma posición.

–¿En dónde vamos a comer? –Pregunté, casual–. Iré adelantándome mientras se te pasa el dolor. –Él se enderezó y volteó a mirarme.

–Vete a la mierda. –Soltó y me mostró el dedo del medio.

–Como quieras, cariño. –Le lancé un beso, para luego subir el vidrio y salir del aparcamiento.

Había herido su orgullo, así que era obvio que no cenaríamos juntos, aunque sabía que su molestia no duraría mucho.

Jin y yo fuimos folla-amigos, hace un tiempo, todo terminó cuando él conoció a su, ahora, ex. Yo estaba bien con eso, porque sólo era algo físico, lo apreciaba mucho como amigo y cuando conoció a HyeRi, dejamos todo claro. Y sólo quedamos en seguir siendo muy buenos amigos, sin aquel beneficio.

No sé que le había hecho pensar que podíamos volver a lo de hace unos años, es decir, lo disfruté no lo voy a negar, pero ya no pensaba de la misma manera. Además creo que lo hacía por despecho, todavía estaba mal por el rompimiento, así que entendía que necesitaba algún tipo de desahogo, pero estaba muy equivocado si quería usarme como eso.

Aquél idiota como que se olvidó con quien estaba tratando, no estaba molesta por su atrevimiento, era mi amigo al fin y al cabo, pero de igual manera quise darle su merecido.

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Capitulo laargo por la demora c;

Espero les haya gustado, cuéntenme, quiero leerlxs💜

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