Quince.
Era el día de la reinauguración del restaurante. No tuve clases hoy, por lo que pasé la tarde en el orfanato con Jin. Se nos había pasado un poco la hora, así que tuvimos que apurarnos a llegar a nuestras casas, él también iría al evento.
En mi casa sólo estaban las chicas del servicio. Anna estaba dónde los Park y EunBi se quedó con HoSeok, en su apartamento, por lo que nos veríamos en el restaurante.
Yo no estaba segura de ir, pero lo decidí a último minuto.
Después de una ducha, busqué lo que me pondría. No era un evento formal, así que escogí algo cómodo, una blusa que iba amarrada justo bajo mis senos -no quería tapar el tatuaje- y un pantalón talle alto, venía con un short porque la tela de éste era de encaje. Me maquillé sencilla y peiné mi cabello dejándolo suelto.
Salí de la casa, subiéndome a mi auto. Me quité los tacones para manejar más cómoda. Probablemente ya todo el mundo estuviera allá, por lo que sabía los chicos también estarían. Jin no me había respondido, él tardaba más que yo en alistarse, así que no lo esperaría.
Cuando llegué al sitio, habían muchos autos estacionados. Conseguí un puesto justo al lado del auto de EunBi, me bajé pasando el seguro.
Entré al local, siendo recibida por el anfitrión, me incliné en forma de saludo y busqué con la vista a alguien conocido. Estaba un grupo cantando en vivo, el ambiente estaba animado. Monie, HoSeok, TaeHyung y JungKook estaban juntos conversando, me acerqué a ellos.
–Cassie, llegaste –mi hermana tomó mi mano cuando estuve junto a ella– te ves muy bien. –Hizo que diera una vuelta en mi lugar.
–Gracias, hermanita. –La abracé.
–Noona, estás muy linda. –JungKook me miraba sonriente y se sonrojó un poco al soltar aquél cumplido.
–Gracias, Jk –miré a su mejor amigo– Hola, Tae.
–Cassie, exijo que nos casemos. –Expresó seriamente, acentuando su característico tono de voz.
–No creo que puedas manejar esto. –Bromeé, guiñándole un ojo. Él quiso aguantar la risa, pero no pudo, sonrojándose también en el proceso.
–Hay que comprobarlo. –Continuó con el juego y yo sonreí divertida.
–Hola, cuñada. –HoSeok llamó mi atención saludándome amable.
–Hola, Jung. –Le respondí seria, aún seguía molesta con él.
Un mesero se acercó con unos cócteles, todos tomamos una copa agradeciéndole al chico.
–YoonGi no pudo venir, está muy ocupado. –Comentó JungKook.
–¿Nam no vino? –Él señaló a un lugar detrás de mi.
Mi compañero se encontraba hablando con una chica, muy animadamente, parecían cercanos. JungKook y yo nos miramos cómplices, sabía que lo molestaría después.
–Ya te superó, Cassie.
–Idiota –reí– ¿y JiMin? –Miré a mi alrededor.
–¿Por qué tan interesada? –Cuestionó Tae. –Oh, olvidaba que ahora son amigos. –Sonrió, alzando ambas cejas de forma insinuante. Lo ignoré.
–Lo vimos hace un rato con HyunJin, estaban hablando con unas personas. –Respondió EunBi.
Decidí alejarme de ellos para dar una vuelta por el lugar, era muy grande con dos pisos y terraza incluida. Se notaba que habían invertido mucho dinero en la remodelación.
Park SungJun y Anna estaban en un grupo hablando, con otros empresarios. Algunos los reconocía de veces anteriores. SungJun se dio cuenta que estaba cerca de ellos y me sonrió para acercarse.
–¿Te gustó el restaurante, Cassie?
–Todo se ve muy bien. –Respondí con una sonrisa de lado.
–JiMin puso mucho esfuerzo en este proyecto. –Habló orgulloso. –Él es el encargado, ahora decidí ponerlo a su nombre, hizo un buen trabajo.
Yo antes pensaba que JiMin sólo derrochaba el dinero de su tío. No era como se veía, me di cuenta de ello cuando lo vi por primera vez en el orfanato.
–Qué bien. –No supe que más decir, tampoco me pondría a hablar con él de lo bueno que era su sobrino.
–Cassie, con respecto a tu caso. Los agentes siguen trabajando en él, no creas que todo se quedará así.
Quise decirle que en efecto todo se quedaría así, quizás eso era lo que le decían a él, pero la realidad era otra.
–No te preocupes, SungJun.
En ese momento, se acercaron a nosotros JiMin, tomando de la mano a HyunJin y junto a ella estaba un chico, pero se veía algo mayor que yo. El señor Park se excusó porque lo llamaron y se alejó.
–Hola, Cassie. –Saludó JiMin, que ahora tenía el cabello negro. Debía admitir que se veía bien.
–¿Cómo estás, Park?–sonreí– Hola, Hyun. –Dije a propósito mirando a la chica, ésta se limitó a sonreír hipócritamente. Volví mi vista al ahora pelinegro. –Felicidades, quedó muy bien el local.
–Gracias –sonrió–, mira te presento al hermano de Hyun. –Señaló al chico, que no había dejado de mirarme en todo el rato.
–Gae SungYeol. –Me tendió su mano y yo la tomé.
–Won Acassia. –Estrechamos manos por unos segundos.
–Eres hermosa. –Soltó, pero no parecía nada tímido, en cambio me sonreía ladino.
–Gracias. –Me incliné un poco y el me imitó.
HyunJin no parecía muy feliz con que su hermano me haya dicho aquello y quise reírme en su cara.
–¿Te importaría si hablamos? –Cuestionó y se apresuró a agregar: –Claro, si quieres.
Vaya, pero que directo.
–No hay problema. –Le sonreí.
No me interesaba conocerlo para nada, pero acepté por joder a HyunJin.
Le eché un vistazo a la parejita antes de comenzar a caminar junto a SungYeol. La estúpida de HyunJin me estaba matando con la mirada y JiMin sólo tenía una expresión seria.
Ya en la terraza, habían pocas personas. Ésta era al aire libre, algunas plantas que estaban allí se movían debido a la suave brisa que estaba haciendo. Nos recostamos de las barandas viendo hacia la ciudad.
–Disculpa si fui muy atrevido.
–Tranquilo, está bien. –Me encogí de hombros. –Me gustan los hombres directos. –Sonreí.
No estaría mal coquetear un poco con él, de todas maneras no haría nada. Además era lindo.
–Yo...en verdad quería conocerte. –Se rascó la nuca.
–Pues, aprovechemos la oportunidad. –Él me miró soltando una risa.
Hablamos y bebimos por un buen rato, SungYeol era mayor que HyunJin, como ya suponía, a mi me llevaba seis años de diferencia. Gracias a que parecía que él tenía poca tolerancia al alcohol, supe que la familia Gae no era millonaria, pero vivían bien podría decirse, ahora que recién estaban saliendo de un problema económico gracias a SungJun que los ayudó, de hecho SungYeol era uno de sus empleados.
HyunJin hacía ver todo lo contrario, tenía un complejo de superioridad muy alto, él mismo me dijo que su hermana era una caprichosa y no le importaba otra cosa que no fuera usar la ropa y el maquillaje más caro. Aquello me hizo cuestionarme si en verdad esa chica estaba enamorada de JiMin o sólo quería asegurar su futuro.
Ella llegó buscando a su hermano y se lo llevó no sin antes lanzarme una mirada fulminante. Me quedé allí, viendo las luces de los edificios, hasta que sentí que alguien se colocaba a mi lado.
–¿Qué haces aquí sola? –No me miraba, tenía los codos apoyados en la baranda.
–Tu novia vino a buscar a SungYeol, al parecer no le agrada la idea de ser mi cuñada. –Comenté irónica. JiMin sonrió de lado, negando con la cabeza.
–¿Te gustó? –Fijó sus ojos en mi. –Creí que te gustaba Kang.
–Es lindo –me crucé de brazos– y eso no tiene nada que ver, puedo hablar con quien quiera. –Pronuncié algo brusca.
Sentí que me estaba recriminando ese hecho.
–Tranquila, Cassie, solo fue una pregunta. –Dijo seriamente.
Nos quedamos en silencio, ambos mirando hacia los edificios. Exhalé profundamente, no era conveniente que volviéramos a discutir o algo parecido.
–SungJun me dijo que te esforzaste mucho en lograr todo esto. –Comenté viendo su perfil, cortando con la tensión.
Park JiMin, era atractivo, no era tonta como para no notarlo. Pero siempre me concentré en mi desagrado hacia su persona. Él era popular en el instituto más que todo por eso, aunque en ese tiempo a mi me daba completamente igual.
Aún así, ahora no me interesaba tampoco.
–Si –exhaló profundamente– el último mes fue de mucho estrés para mi.
–Valió la pena, supongo.
–Quiero hacer las cosas bien, para poder cumplir con todo lo que tengo planeado junto a HyunJin.
–¿Qué tienes planeado? Si se puede saber. –Me acerqué más a él, me echó un vistazo y volvió su atención al frente.
–Planeamos casarnos al terminar nuestras carreras. –Sonrió levemente.
–Qué lindo. –Pronuncié fingiendo estar conmovida.
Estaba loco como para querer casarse con esa idiota. Me compadecía un poco de él, planeaba pasar el resto de su vida junto a una persona tan insoportable y superficial como lo era ella.
–Cassie –nos giramos, Jin se acercaba a nosotros– te estaba buscando. Hola, JiMin. –Se saludaron y Jin paso su brazo por mis hombros. –Por cierto tu tío está buscándote.
–Gracias por decirme. –Se alejó para bajar las escaleras.
–Un poco más y los encuentro besándose, no seas descarada Cassie. –Mi amigo me miró con una ceja alzada.
–¿Qué dices? –Le di un golpecito en el pecho. –No seas exagerado.
–Esto terminará mal. –Chasqueó la lengua.
–Creí que no opinarías más al respecto. –Dije en tono cansado.
–Lo sé, pero es un presentimiento.
–Cállate.
La verdad yo no sabía si meterme de lleno con JiMin, es decir, intentar que él le fuera infiel a HyunJin conmigo. Por ahora sólo quería jugar a seducirlo, pero no al punto de llegar tan lejos.
Aunque HyunJin ya me estaba colmando la paciencia, y me daban ganas no solo de fastidiarla, sino también de destruir su cuento de hadas.
Jin y yo volvimos a dónde estaban las demás personas, pasando el rato con los chicos. Cuando todo terminó regresé a casa sola, EunBi se fue con HoSeok y Anna se quedaría con SungJun.
Gu estaba visitando a su madre por lo que no lo vería en unos días.
Escuché que tocaban la puerta de mi habitación, vi la hora en el reloj de pared, eran las nueve de la mañana. Me levanté para abrir, encontrándome con Jen mirándome apenada.
–Disculpa que te despierte, pero te buscan abajo. –Fruncí el ceño. No esperaba a nadie y mucho menos a esta hora.
–¿Quién es?
–Park JiMin, dice que es urgente.
–Dile que ya bajo. –Ella asintió y se fue por el pasillo.
Me metí al baño para cepillarme los dientes. Como estaba en ropa interior, tomé una bata y me la coloqué. Salí de mi habitación.
JiMin estaba frente a las escaleras, yo bajé mientras me anudaba la bata, él al ver esto desvió la mirada.
–¿Qué sucedió Park?
–Lo siento si aún estabas durmiendo.
–Lo estaba. –Rodé los ojos. Odiaba que me despertaran.
–Detuvieron al que te atacó. –Soltó sin más. Me tomó desprevenida aquella noticia, no me lo esperaba para nada. Ya había aceptado el hecho de que no lo encontrarían. –Te llamé pero tienes tu celular apagado, por eso vine.
–¿Cómo...?
–La policía me llamó, supongo que porque no se pudieron comunicar contigo. Tenían un sospechoso y terminó confesando, ya puedes estar tranquila, Cassie.
–Quiero verlo. –Dije mirándolo.
–¿Qué? ¿Por qué quieres hacer eso? –Frunció el ceño.
–¿Te acuerdas cuando te dije que sentía como si lo conociera? –asintió– Debo ver quien es.
–¿Estás segura? –Preguntó sonando inseguro.
–Si, iré a cambiarme. –Me giré para volver a subir a mi cuarto.
–Te acompañaré a verlo. –Escuché que dijo a mis espaldas.
–Como quieras. –Dije subiendo los escalones.
Después de haberme duchado y cambiado ya nos encontrábamos en camino hacia la estación de policía, JiMin me seguía en su auto.
Al llegar pedí ver al hombre, los agentes no estuvieron muy convencidos con mi petición, pero accedieron. Uno de ellos me guió hasta una de las celdas, en la que estaría temporalmente antes de ser trasladado. JiMin quiso pasar conmigo pero le dije que no.
Era el único que estaba allí encerrado, al notar nuestra presencia se levantó del muro donde estaba sentado y se acercó. Era más alto que yo, algo robusto y con toda la pinta de un psicópata. No lo conocía, nunca lo había visto en mi vida.
¿Entonces por qué me había invadido el sentimiento de familiaridad?
–¿Cómo estás, preciosa? –Me recorrió con la mirada, de forma lasciva. –Es una lástima que no pude probarte. –Sentí mucho asco e impotencia, porque me estaba hablando como si nada.
Apreté los puños, quise devolverle cada uno de los golpes que me había propinado. Me acerqué más a los barrotes y le escupí, este borró la sonrisa maquiavélica que tenía y golpeó la reja, pero no me inmuté.
–Vamos. –El agente me hizo una señal para que comenzara a caminar.
Sentía que temblaba, ver a ese tipo en una actitud tan burlesca me había enojado demasiado. JiMin estaba hablando con los policías que se encontraban ahí, al notar mi expresión se acercó a mi pero yo seguí mi camino hasta salir de la estación.
Una vez afuera miré mis manos y efectivamente estaba temblando. Mis ojos se empañaron, quería llorar pero de la rabia que sentía. Aún si ya lo hubiesen detenido no disminuía mi enojo.
–Cassie, ¿estás bien? –JiMin se colocó delante de mi, buscando mi mirada pero yo lo evitaba.
Notó el temblor en mis manos que sostenían mi teléfono, porque las tomó, apretándolas. En ese momento fijé mis ojos en los suyos.
–Él ya no podrá hacerte nada, ni a ti ni a nadie más. –Volvió a hablar en tono firme.
–Lo sé. –Mi voz salió extraña. Él subió una de sus manos a mi mejilla y limpió una lágrima que no me di cuenta que se había escapado, eso fue suficiente para separarme. –Estoy bien. –Respiré profundamente.
–Cassie...
–Tengo que irme, gracias por acompañarme, JiMin. –Sonreí de lado, forzadamente.
No le di tiempo a que dijera algo. Caminé hasta mi auto, sacando el seguro y cerrando la puerta fuerte cuando ya estuve delante del volante. Apoyé mi frente en este, inhalando y exhalando. Arranqué, para salir del estacionamiento.
Los agentes me habían dicho que el sujeto no tenía nada que ver con los casos de las chicas desaparecidas en las afueras. Sólo esperaba que lo resolvieran pronto y ellas estuvieran bien.
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Hermoso nuestro Jiminie c;
Espero les haya gustado, gracias por leer💜
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