Extra #2
JiMin y yo entramos al apartamento, tambaleándonos un poco, estábamos algo ebrios y molestos. JungKook tuvo que manejar la camioneta de JiMin y dejarnos sanos y salvos aquí.
Intenté quitarme las botas pero perdía el equilibrio cuando me agachaba para hacerlo.
–Deja que yo lo haga por ti. –JiMin se agachó frente a mi.
–Aléjate de mi –di unos pasos hacia atrás– eres un traidor. –Él me miró y chasqueó la lengua, colocándose de pie. –¡Estabas coqueteando con esa chica!
–¡No estaba coqueteando con nadie!
No sé que hora de la madrugada era exactamente, pero ambos estábamos gritándonos en medio de la sala.
–¡Esa zorra casi tenía sus pechos en tu cara, Park JiMin! ¡No... no te atrevas a decir lo contrario! –me senté en el piso quitándome las botas– Tuvo suerte de que no la arrastré por los pelos... y a ti también. Todo por tu maldita caballerosidad. –Lo señalé.
Él me dio la espalda caminando hacia la cocina, se chocó con el mueble y casi cae, reprimí una risa al verlo.
–¡Ya sé! –volteó a verme, y yo aún trataba de no reírme– ¡Llamaré a YoonGi, él te dirá que no estaba coqueteando con nadie! –Sacó su celular, señalándome con el dedo.
–¡Llámalo, llámalo! –Apuré, y me puse de pie siguiéndolo a la cocina.
–Y va a confirmar que tu eras la que estaba coqueteando con ese tipo de la barba, además de aceptarle los tragos. –Acusó, mirándome mientras se apoyaba en la barra dejando el celular sobre la superficie de mármol.
–¡Yo no es–
–¿Qué quieres Park? –Se escuchó la voz ronca de YoonGi por el altavoz. –Justo estaba en algo con Shua.
–Su voz se escucha sexy. –Susurré, apoyándome del otro lado de la barra, frente a él.
–¿Verdad? –dijo, JiMin, de igual manera con una sonrisa– Min YoonGi tu voz es sexy. –Cambió su tono a uno más agudo y rompimos en risas.
–Voy a colgar.
–Oh, no, no, espera... –volvimos a la seriedad– ¡Dile a Bae que yo no estaba coqueteando con nadie! ¡Dile! ¡Dile!
–Él no...
–En cambio ella –continuó, y me miró entrecerrando los ojos– estaba coqueteando con ese tipo horrible de la barba, que le dio los tragos tu la viste ¿cierto?
–Tu dejaste que esa chica pusiera sus pechos en tu cara. –Halé de su oreja.
–¡Ahhh! –Gritó, sobándose ésta. Por suerte no tenía las argollas puestas.
–A ver par de estúpidos –ambos abrimos la boca en indignación– ambos están malditamente ebrios y ambos son jodidamente coquetos con todo lo que se les cruce, no es intencional así es su forma de ser, así que no entien-...
–Es que mira esa carita hermosa –JiMin interrumpió a YoonGi, de nuevo, llevando sus manos a mi cara apretando mis mejillas– es obvio que querrán coquetear contigo y comprarte tragos. –Hizo puchero. Se veía ridículamente adorable y me dio mucha ternura.
–Tu carita es hermosa y adorable bebé –llevé mis manos a sus mejillas, moviendo su cabeza de un lado a otro– obviamente todas las zorras querrán poner sus pechos en tu cara.
Ambos nos alzamos por sobre la barra para poder besarnos.
–Ustedes son muy estúpidos y empalagosos cuando se embriagan. –YoonGi se quejó y JiMin se separó de mi para cortar la llamada.
–Ven aquí. –Moví las manos y él rodeó la barra para llegar a mi.
Volvimos a unir nuestros labios, el llevó sus manos a mi cintura para después bajarlas a mi trasero, yo lo tenía sujeto por el cuello y acariciaba su cabello.
Me separé y acerqué mi boca a su oído. –Quiero que me folles, cielo.
–Mierda, bebé. –Gruñó.
Caminamos hasta el baño, entramos y él encendió la luz, me quité la blusa y sus manos fueron a mi falda para quitarla, pero ejerció más fuerza de lo debido y los botones salieron volando.
–Mi falda... –Dije, algo triste, mirando los botones negros en el piso.
–Te compraré diez faldas iguales si quieres. –Me besó y yo llevé mis manos a su camisa para subirla, olvidándome por completo que había arruinado una de mis faldas favoritas. Nos separamos y él mismo se quitó el pantalón.
Ya en ropa interior, nos metimos a la ducha, era un lugar peligroso para hacerlo estando ebrios, podíamos caernos o algo, pero no importaba correríamos el riesgo.
Nos besábamos mientras el agua caía sobre nosotros.
JiMin se separó y me sacó el brasier, me encantaba lo sexy que se veía con el cabello mojado, yo aproveché para bajar sus boxers ahora si dejándolo completamente desnudo. El agua hizo que se nos bajara un poco la borrachera, nuestros movimientos no eran tan torpes ahora.
Acaricié su miembro duro y él soltó un jadeo volviendo a besarme, me bajó las bragas y yo las pateé. Llevó sus manos a mis muslos impulsándome para que rodeara su cintura, me sostuve de sus hombros y me pegó contra la pared. Su erección rozaba mi entrada y yo casi estaba perdiendo la cabeza.
JiMin buscó mis ojos antes de entrar lentamente en mi, no perdía aquella costumbre ni porque estuviese ebrio.
–Me encanta estar dentro de ti. –Masculló, sobre mis labios y mordió mi labio inferior levemente, empezó sus embestidas. Nuestras pieles chocando y los gemidos resonaban por sobre el sonido del agua cayendo.
Nadie resultó herido por suerte.
Teníamos sueño así que luego de esa ronda, salimos de la ducha y nos secamos. JiMin me ayudó a secarme el cabello lo más posible, me puse unas bragas y una de sus camisas, él sólo se colocó unos boxers y caímos como un par de rocas en la cama.
Desperté, y JiMin no estaba a mi lado, me senté en la cama estirándome, me dolía un poco la cabeza, pero era soportable. Me metí al baño y a los minutos salí de la habitación.
JiMin estaba en el balcón, tenía la puerta corrediza abierta y el aire fresco entraba, no sabía que hora era no se me ocurrió ver mi teléfono, ni sabía donde estaba. Salí y él giró su cabeza para verme, me sonrió y palmeó su pierna. Me senté sobre su regazo, pasando un brazo por su hombro y él me besó en la mejilla.
–Te despertaste a tiempo para el desayuno, bonita. –Llevó una tostada cubierta con mermelada a mi boca y le di un mordisco.
–¿Qué hora es?
–Mediodía. –Reí y él me imitó.
–Deberíamos estar almorzando, no desayunando. –Señalé.
–Puedo hacer ramen, así almorzamos de una vez. –Propuso.
Recordé todo lo que pasó en la madrugada y miré a JiMin sonriendo, él enarcó una ceja.
–Fuimos muy estúpidos anoche, YoonGi nos debe estar odiando.
–Recibí varios mensajes con insultos de su parte. –se encogió de hombros– "esa zorra puso sus pechos en tu cara, Park JiMin." –Intentó imitar mi voz, burlándose de mi.
–Idiota, me reclamaste que acepté los tragos de ese tipo cuando fue tu idea que los aceptara. –Negué con la cabeza y él se carcajeó divertido.
La verdad es que nadie puso nada en la cara de JiMin, pero estaba ebria y exageré.
Estábamos en el bar, todos, en una de esas Shua, EunBi, BoMi, la novia de Nam, y yo estábamos unos metros alejadas de los chicos, bebiendo tranquilamente, porque Shua nos estaba hablando de que YoonGi le había ofrecido vivir juntos y ella estaba feliz pero a la vez tenía miedo porque no había llegado tan lejos con un chico. El punto es que en ese momento pude notar como unas chicas se acercaron a ellos, pero fueron rechazadas, una de ellas quiso acercarse de más a JiMin pero él se alejó mientras le decía algo. La cosa es que él era muy amable y respetuoso, pero también era obvio que la chica no entendía las señales, la verdad sólo me divertía ver la escena, hasta que ella tocó su hombro acercándose más, en una actitud seductora, pero fallando terriblemente.
En ese momento decidí intervenir.
La cara de la pelinegra de lindo cuerpo y grandes atributos, fue todo un poema cuando me vio llegar junto a ellos y como JiMin me rodeó con su brazo por la cintura.
Era normal que las chicas quisieran acercarse a él, porque lo conocían y además ¿qué mejor que ligarte al dueño del bar? pero terminaban por ser rechazadas, aunque algunas zorras no se daban por vencidas tan fácilmente.
Al final la chica se esfumó de inmediato y JiMin me contó que ella insistía en ir a un lugar aparte aún si él le había dicho que tenía novia. Que jodida zorra.
Luego todo siguió como si nada pasó, EunBi y yo estábamos en una mesa mientras los demás andaban por ahí, JungKook con YoonGi y Shua, afuera fumando, Nam con BoMi en la barra y JiMin había ido a su oficina. Un chico llegó con una bandeja repleta de shots diciendo que los había comprado para mi y mi amiga, refiriéndose a Monie, nos dio algunos cumplidos. En ese momento JiMin llegó y había escuchado todo, yo intenté rechazar los tragos pero él me pellizcó la pierna y por el rabillo del ojo vi que asintió levemente, queriendo decir que los aceptara, así que lo hice y simplemente le dediqué una sonrisa en agradecimiento al tipo de barba y él regresó con sus amigos que estaban en la mesa cercana quienes lo felicitaron. Al parecer no sabían quien era JiMin. Pero creo que su ilusión se rompió después, porque JiMin me besó y luego tomó uno de los caballitos diciendo que no era malo recibir tragos gratis en su propio bar, EunBi no podía dejar de reír. Así fue como empezamos una competencia de shots, ya que no estaba Jin.
Por la borrachera ambos habíamos distorsionado los hechos e hicimos el ridículo ante YoonGi y posiblemente ante JungKook y EunBi porque no recordaba si en el camino cuando nos traían habíamos discutido.
–¿Has hablado con JK?
–Ah si, también me envió un mensaje diciendo que estábamos locos –sonrió, noté un leve sonrojo– dijo que en el camino hacia acá casi lo hacemos sin importarnos que ellos estuvieran –tomó su teléfono buscando el mensaje– "Bi intentó detenerlos, y que no se siguieran besando tan descontroladamente pero no le prestaron atención. Luego cuando llegamos volvieron a molestarse" –terminó de leer y me miró– Están traumados.
–Ahm... lo superarán –me encogí de hombros– ¿Qué haremos hoy? –Pregunté mientras comía de la tostada y él tecleaba en su celular.
–¿Quieres acompañarme a ver la práctica de Ji?
–Claro.
–Después debo pasar al bar y luego al club. –Mencionó, dejó su celular a un lado y me miró. Tenía su mano en mi muslo, justo en la cicatriz, él siempre la acariciaba cuando tenía mis piernas al descubierto.
–Quiero preguntarte algo.
–¿Qué cosa?
–¿Quieres ser mi novio?
Pues, JiMin y yo no éramos novios oficiales, claramente estábamos juntos, pero debido a todo por lo que pasamos, queríamos tomarnos el tema de nuestra relación "con calma".
Había pasado dos meses y medio desde que decidimos intentarlo, todo fue bien, pero claro la vida no es color de rosa. Un día llegué a casa de JiMin y lo encontré llorando en su habitación. Él estuvo muy deprimido, los fantasmas del pasado lo atormentaban y se centró en la presión de ser responsable de tantas cosas a la vez, entre esas, de ser como la figura paterna de JiHwan, así que desde hace unas semanas estuvo yendo a terapia y yo estuve apoyándolo en todo aquel proceso. Se estaba poniendo mucho peso en sus hombros porque quería tener sus propios negocios, ser exitoso –para hacer sentir orgullosos a sus padres– eso lo estaba desgastando y no estaba bien.
En los últimos días ha estado mucho mejor y más tranquilo, por eso habíamos decidido divertirnos anoche. Ya que él se mantuvo en casa descansando.
"JiMin no me respondía. Lo llamaba para saber si ya estaba listo porque iba en camino a buscarlo, iríamos en mi auto a un restaurante donde nos íbamos a encontrar con los chicos.
Llegué a su casa y ya estaba su camioneta por lo tanto ya había llegado. Toqué y abrió YooA.
–JiMin está arriba –Sonrió, haciéndome pasar.
–¿Hace cuanto llegó? –Caminé junto con ella hasta el inicio de las escaleras.
–Hace como una hora. Creo que está dormido.
Suponía que por eso no me respondía.
–¿Y Ji?
–Está con sus amigos en la sala de juego. –Asentí.
Subí y cuando abrí la puerta de su habitación, las luces estaban apagadas pero se filtraba luz del baño, él no estaba en la cama. Toqué la puerta y no recibí respuesta, por lo que giré el pomo encontrándome a JiMin sentado en el piso con la cabeza metida entre las piernas, alzó la cabeza y pude ver su rostro cubierto de lágrimas. La preocupación creció en mi y me acerqué agachándome frente a él.
–JiMin, ¿qué pasa? –Lo abracé.
Él no dijo nada y la preocupación fue en aumento.
–No quiero que me veas así. –Murmuró, un par de minutos después.
–Dime que sucede, cielo. –Lo que hizo fue abrazarme más fuerte. –¿Quieres ir a la cama? –Asintió. Me separé y pasé mis dedos por sus mejillas, me dolía verlo así y no saber el por qué.
Nos levantamos y salimos del baño, él se acostó en la cama y cuando yo lo hice, me abrazó de nuevo colocando su cabeza en mi pecho y llevó su mano debajo de mi suéter. Comencé a acariciar su cabello.
–No quiero salir. –Su voz sonaba demasiado apagada.
–Está bien... pero necesito que me digas que pasa.
–Extraño mucho a mis padres. –Algo me decía que no sólo era eso.
–Hace un tiempo que no vas a Busan, deberías hacerte un espacio e ir, yo puedo acompañarte si quieres. –Él suspiró y asintió.
Nos quedamos callados nuevamente.
–Siento que no estoy haciendo las cosas bien –habló de nuevo–, me refiero a criar a Ji, siento mucha presión con lo del club y aún siguen hablando de nosotros, siguen señalándome como si yo hubiese tenido la culpa de las cosas que hicieron SungJun y los demás, y a ti te siguen tildando de que tienes un problema por estar conmigo después de todo. Estoy cansado de vivir bajo los errores de otros. ¿Acaso no ven las cosas buenas que hacemos por los demás?
Mordí mi labio sintiendo mucho enojo, pero exhalé tratando de encontrar las palabras correctas, no ganaba nada con molestarme e insultar siendo que JiMin me necesitaba. La verdad es que habían muchas personas que seguían señalándonos, aún si nosotros habíamos sido los afectados, claro hemos recibido mucho apoyo también. Después de todo un escándalo así no se olvidaría tan fácilmente, pasaba con todas las familias adineradas. Los malos comentarios siempre llegaban por más que quisiéramos ignorarlos, de JiMin decían que era igual que SungJun y que él también tuvo que ver en el secuestro de EunBi y en la red de tráfico, de mi decían algo parecido que yo junto con mi madre había vendido a mi hermana, otros decían que tenía algún problema mental por estar con JiMin, que él había abusado de mi, en fin, decían muchas cosas. A las personas les gustaba sacar conclusiones absurdas.
Él se había sentido mal por su herencia, por lo que había hecho SungJun, aún sentía mucha rabia contra él. Le dije que podía usarla para cosas buenas. Así que había hecho muchas donaciones a diferentes organizaciones.
–JiMin, aún si una persona limpiara el mundo de todos los problemas, seguirían buscándole algún error por el cual atacarla. No les prestes atención, tú y yo sabemos lo que pasó, con eso es suficiente –seguí pasando mis dedos por los mechones de su cabello– con respecto a Ji, lo estás haciendo bien, ese chico te ama y admira, él sabe que te esfuerzas por cuidarlo, no deberías menospreciar lo que haces. Eres un hermano mayor increíble.
–De verdad no quería que me vieras así.
Yo pensaba que sólo estaba estresado por el trabajo pero terminó siendo algo más allá de eso, y lo calló. Pero no podía molestarme porque yo lo había hecho por mucho tiempo, así que entendía el no querer que los demás se preocuparan. Aunque también sabía que antes acostumbraba a callar lo que le pasaba sólo por darle más importancia a otra persona.
–Está bien no estar bien, siempre. No tienes que obligarte a no sentir o no sufrir, somos humanos al final del día. ¿Recuerdas cuando me dijiste algo parecido? –asintió lentamente– no estás solo, cielo. Deberías tomarte un descanso, el bar va muy bien y el club será un éxito, tienes a Ravi, aprovecha las semanas que tenemos libre.
–Creo que lo haré. –Ya no sonaba tan afligido y eso me alivió.
–¿Tienes hambre?
–No.
–¿Quieres chocolate caliente? –Asintió. –Iré a prepararlo. –Hice el amago de levantarme pero entonces él me detuvo y acortó la poca distancia para dejar un pequeño beso en mis labios. Sonreí cuando él lo hizo. –Ya vuelvo."
–Ya te habías tardado –bromeó–, claro que quiero, bebé. Olvidé que ninguno de lo dos había hecho la pregunta. –Dijo con burla. Dejé besos por toda su cara ocasionando que riera. –Amo cuando eres así de cariñosa conmigo.
–Siempre lo soy. –Bufé, dándole un golpecito en el pecho.
–Seguro.
–Idiota. –Reímos, pero él se puso serio segundos después. Llevó una mano a mi cabello, pasando un mechón detrás de mi oreja, luego acarició mi mejilla.
–Gracias por estar a mi lado, Bae. –Expresó de forma sincera.
–Me alegra verte bien y más relajado.
–Fuiste de mucha ayuda.
–Somos un equipo, Park –Le di un beso en la mejilla. –Te amo, cielo. –Dejó salir una de esas sonrisas radiantes que tanto me gustaban.
De los dos, JiMin, era más cariñoso y más expresivo, siempre me decía cuanto me quería y muchas otras cosas más, a mi a veces me costaba expresarme con palabras, pero demostraba mis sentimientos hacia él con acciones. Aunque también era apropiado decirle lo que sentía.
–Te amo, bonita. Muchísimo.
JiMin y yo, como pareja, teníamos una conexión mental, espiritual y física muy fuerte. Él me ayudaba y yo igual, nos hacíamos bien. Nos complementábamos.
~~~~~~~~~~
¿Les gustó? ^^
Gracias por leer💜
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top