7: "Bares y bombones." (Parte I)
Recomendación musical: [S&M – Rihanna]
Jihyo's POV.
Dos días pasaron, días en los que Jeongyeon y Nayeon se quedaron en mi casa. Días en los qué, mis mejores amigas utilizaron—para sorpresa de nadie—, mi hogar como un jodido motel. ¡¿Dios mío es que Nayeon no puede gritar más fuerte?!
Eran las seis de la mañana, mientras ojeaba los papeles de mi escritorio. Había estado trabajando en mi despacho como usualmente haría, pero es tanto el ruido de los jadeos de mi amiga con flequillo, que sencillamente tuve que ir a mi habitación, la cuál tenía un pequeño escritorio plegable y traje a rastras la silla del ordenador del despacho. Pero después de una horas, tentativamente terminé haciendo mi trabajo en la cama.
El brillo de mi laptop se reflejaba en mis lentes de lectura, y mientras el desorden de documentos y contratos importantes yacían en mi cama, mi teléfono vibra debajo de mi almohada. Bbyou ronronea tranquilo en mi regazo, él tampoco estaba de ánimos para soportar a sus tías Jeong y Nay...
Contesto la llamada, y activo el altavoz:
— ¿Tía Jih?—la voz de Jungkook se escucha en la habitación.
— ¿Sí Kookie?—digo con voz pacífica.
— ¿Hablaste con tu novia sobre... Uhm, ya sabes... Adelantar el encuentro?—ahí vamos otra vez...
Habían pasado dos días desde el escandaloso almuerzo con Susan Park, quién gracias a su cinismo, terminó por arrinconarme a mentirle a mi familia.
No era su culpa, jamás podría serlo. ¿Quién era la mentirosa que había asegurado tener una perfecta relación? La misma mujer que ahora soltaba una risa nerviosa, acomodaba a sus gafas y rezaba al cielo que su sobrino y su madre dejaran atrás el tema.
Lo cierto era que, Jungkook había estado más emocionado y alegre que nunca desde la noticia, había estado llamando los últimos dos días para preguntar cosas y detalles ineditos de mi relación, obviamente falsa, con... ¿Debería inventarle un nombre? ¡No tonta, podría ser muchísimo peor!
Un suspiro sale y Jungkook no se percata de ello. ¿Cómo le quito la expectativa a mi sobrino de que solitaria y única tía tiene una novia? Era difícil no quitarle esa idea de tener no una, sino ahora... Dos tías.
Él lo había dicho, me costaba aceptar que por primera vez en la vida podría decepcionar a Jungkook, me detestaba por que sabía que tarde o temprano, y esperaba que lo más pronto posible, supiese la verdad. Sigo siendo Jihyo, su tía millonaria que vive en Midtown y lo visita dos veces a la semana, que vive firmando papeles y haciendo reuniones, la mujer que jamás en su vida ha traído a la casa a otra mujer de su edad o siquiera un par de años menor.
Silencio, no había respuesta. Pues en los últimos días, era lo único que podía ofrecerle.
— Erm—carraspeo—. Sí Kookie, todo bien, he hablado con ella, ya sabes... Sigue muy ocupada, el Sábado como lo prometimos, que irá tu abuela.— Aseguré, pero vamos a ser sinceros, ni yo misma estaba segura de que el Sábado tendría una novia etérea que encante a mi madre y la mande directo a Londres sin palabras.— ¿Cómo va todo con los estudios?—desvié el tema inmediatamente.
No quería más preguntas que no sabría responder.
Jungkook se mantuvo pensativo por unos tortuosos segundos, pero al final hizo un pequeño sonido de victoria:— ¡Yay, el Sábado!—sonreí aliviada—. Oh sí, todo bien con ellos, el Sábado después que te fuiste Jimin-shi me ha estado insistiendo en salir de nuevo—dijo en voz baja, desanimado, apreté mis dientes por la mención del rubio—. Pero tus consejos me ayudaron mucho, ¡pude decirle en su cara el lunes que era un idiota!
Sonreí orgullosa de mi sobrina. Aunque el ni siquiera pudiera verme en realidad, sabía que a pesar de que fuese una simple llamada, yo celebraba con él ese pequeño logro con respecto a su vida romántica.
¡Al menos Jungkook tiene a alguien para mandar a la mierda en el amor, yo tengo que fingir que sí tengo a alguien!
Nos mantuvimos unos largos minutos hablando, se me había casi olvidado que, estaba mintiendole—cosa que ya quería aclararle el fin de semana cuando mi madre se largara—, y nos entretuvimos hablando sobre algunos temas de la empresa, al parecer los amigos de Jungkook envidiaba a mi sobrino sólo por el consentido de la poderosa empresaria Park Jihyo.
Algo que por supuesto, como un buen Park, nos hizo sonreír como unos idiotas.
Casi olvido que esta idiota, realmente lo es, porque de nuevo mi sobrino trae a colación el tema de mi pareja imaginaria, ¿ya debería ponerle nombre? ¿Qué tal... Uhm...?
— Sabes Tía Jih... Ese día nos tomaste por sorpresa, hasta parecía que mi papá se iba a caer de la silla—reí a carcajadas cuando mencionó eso, ¿Namjoon cayéndose de la silla por el impacto? Sonaba como posibilidad—, y mi abuela parecía demasiado feliz y contenta, ves; te dije que todo estaría bien—Ay Kookie, si supieras...—Pero hay algo que no entiendo, ¿por qué no me lo dijiste?
Mierda.
Lo que menos quería que él preguntara de entre tantas preguntas, esa y la del nombre de mi supuesta novia, eran las más temidas.
— ¿Tía Jih?—habla cuando me distraigo con el pensamiento.
— ¡E-Eh si, si! Kook, es que estoy todavía trabajando... Ya sabes, no lo dije porque era bastante complicado, ella igual casi nunca está en la ciudad—aclaré con nerviosismo que para él fue irreconocible.
— Ah... ya veo—¿Por qué me preocupa lo que ha dicho?
— Y sabes, tampoco me dijiste el nombre de la chica, eso es raro—dijo simplemente. Pude sentir como mi cuerpo se inmoviliza, como mi presión baja. ¡Mierda, no!
Definitivamente esto se podía descontrolar.
« ¿Qué iba a hacer? ¿Qué iba a decirle? Quizá debería decirle, ya sé... ¡Qué crees Kookie mi novia se llama
heterosexualidad porque al igual que la mía, no existe! »
Silencio. Un silencio abrumador. Estaba lleno de gritos. Literalmente.
Porque en ese silencio incómodo, se vuelve aún peor para mi mala suerte, cuando el grito—o más bien sollozo— de Nayeon, se escucha en hasta mi habitación:
« ¡Oh Jeongyeon, por favor déjame correrme, ah, ah! » ¡¿Acaso Nayeon tiene un maldito altavoz en la garganta?! ¡Este par de imbéciles!
El gemido de Nayeon fue tan fuerte, que mis mejillas se tiñen de rojo cuando hasta el mismo Jungkook se da cuenta de ello, el: "¿Y eso?" de mi sobrino hace que quiera ir ahora mismo con una sartén a joderles la fiesta de fluidos y hormonas a mis mejores amigas. ¡Qué pecado que mi puritano sobrino escuché a Nayeon gemir como gata en un tejado!
— ¿Tía Jih?—¡Ayuda me muero de la vergüenza, que bochorno!—¡Ey!
Y ahí fue cuando utilice la vieja confiable.
— Pssttt—empecé a hacer ruidos en el micrófono, con una papel arrugado que se encontraba regado sobre mi cama, y también con mi boca para que Jungkook pensara que me estaba quedando sin señal, era tan infantil ese comportamiento. ¡Pero prefería eso a responder sus preguntas y escuchara el orgasmo de Nayeon!— Psssttt, m-me estoy quedando sin... Psstt— seguí— ¡J-Jungkook te llamo después!— Colgué la llamada de inmediato.
Baje mi cabeza derrotada, eso había estado cerca, como alguien que conozco. Fruncí el entrecejo cuando escuché el estruendoso sonido de un jarrón cayendo al piso. ¡¿Están grabando una película porno o qué carajos?!
— Al menos no logró preguntar sobre la novia—dije en suspiro mientras miraba al techo— Mierda, parece que la están matando.
Luego de la llamada de mi sobrino, me di cuenta de que debia actuar ya, ¿iba a seguir con mi mentira? ¡Decidido, no hay duda, aunque me cueste! Pero para ello necesitaba sacar a Nayeon y Jeongyeon de su fantasía lésbica en el cuarto de huéspedes—o quién sabe dónde estén—; iríamos al maldito bar y llevaría a una mujer, y cuando mi madre se vaya, ¡me zafare de esta tonta mentira infantil que me inventé! No sabía a qué clase de bar me llevaría Jeongyeon, sólo esperaba que fuese uno decente y dónde nadie me reconociera, así, haría lo más estúpido que he hecho en mucho tiempo. ¿Por qué estaba tan dispuesta a seguir con el engaño a mi familia? Cómo si ellos no fuese valiosos y me doliera en el alma ser una mentirosa.
No sabía, pero algo me impulsaba a esto.
Movería mi trasero a cualquier bar al que mis amigas me llevasen, porque ya no había marcha atrás, seguía en mi trecho a ser una mentirosa... ¿Al menos llevaría una chica linda?
Ya lo sabría, cuando hablara con Jeongyeon.
Fui inmediatamente a la cocina a buscar mi mejor sartén.
— ¿Era necesario usar un sartén y echarnos arena de gato de dudosa procedencia?—Jeongyeon sale con una toalla enrollando su cabeza y mirándme divertida—. No me mires así...
— ¿Era necesario convertir mi habitación de huéspedes en tu cuarto rojo a lo Christian Grey?—escupí con sarcasmo, y Jeongyeon soltó una risa ronca, seguramente de tanto gemir y gemir—. ¿Segura que te bañaste bien? Apestas a sexo Yoo Jeongyeon.
— El mejor sexo de mi vida—corrigió con un gran orgullo—, deberías probar el bondage o los vibradores con control, ¡el de Yeonnie es rosa pastel!—Chilló emocionada como una niña pequeña.
Rodé mis ojos. No había manera de que yo fuese una sádica y ninfomana como esas dos. Lo único que faltaba era que tuvieran sexo en un baño publico o en mi oficina. Además... ¡¿Hay de colores pastel?!
« ¡Jihyo no te desvíes, mierda! »
Mire a la pelicorto, y le di una mirada que la haría saber que lo menos que quería ahora era entrar en detalles sobre su sesión de sexo en la madrugada.
— Hice eso porque necesitaba hablar contigo y Nay—informé.
Jeongyeon me mira con una inusual curiosidad. Por supuesto, le conviene ser curiosa, necesito urgentemente su ayuda con mi problemática actual.
— Habla—sentencia.
— Bueno, antes de ser "aguafiestas"—hago comillas con mis dedos y Jeongyeon ríe por mi sarcasmo—. Pase toda la noche organizando papeles, luego me llamó Kook.—Jeongyeon sonríe, ella y Jungkook se habían visto pocas veces, pero a mi mejor amiga le agradaba en grande la personalidad y carisma de mi sobrino.— Y bueno, antes de que escuchara todo tu espectáculo...
— Te diste cuenta que la palabra espectáculo tiene "culo" en ella—interrumpió repentinamente y la miré con boca abierta, ¿qué carajos...?— Oh Dios, como amo los traseros, extraño el de Nayeon—hace esa habitual cara de estúpida enamorada, como una adolescente.
— El sexo te tiene idiota, ¡estoy hablando de algo serio Yoo!—Exclamé.— Además pasaste toda la mañana con ella... ¡¿Cómo es que ya la extrañas?!—era una pregunta retórica.
Cosa que Jeongyeon no parece entender, porque responde de inmediato:
— Supongo que es amor—se encongió de hombros.— ¿Qué es lo que ibas a decir?
La miró con severidad. Ella me recuerda mi problema: « Amor » ¿Por qué esa palabra no despierta nada en mí? ¡Más bien era fastidiosa! Si no fuese por el maldito cuento de hadas que te venden cuando estás enamorado, no tendría por qué mentirle a mi madre sobre que lo estoy y tengo una maldita novia.
— Ah sí. Antes de que te pusieras más idiota que nunca—bromeó y ella enarca una ceja, se tira en el sillón mientras se pone cómoda—, Kook preguntó algo que me dejó inquieta, de por sí ya lo estoy—dije con nervios.
— ¿Qué fue lo que pregunto esta vez?—Ella sabía que Jungkook tenía esos dos días llamando y llamando para preguntar por la visita de mi novia falsa, que aún no encontramos.
— Pues...
— ¿Jihyo...?
— Preguntó el nombre... De la chica—solté cerrando mis ojos.
— ¡¿Y qué le dijiste?!—me toma por los hombros de repente—, ¡dime por favor que no la cagaste, Jihyo!
— ¡Obviamente no!—me suelto de su agarre—. ¡No le dije nada, no tengo un nombre, Jeong, a eso me refiero!
— ¿A qué te refieres?—Pregunta dudosa.
— Jeongyeon... Tenemos que ir al bar, ¿iremos?—pregunté con hilo de voz, que demostraba miedo. Miedo de lo que podría pasar en ese club si ese era justo destino está noche.
— ¿Quieres ir a un club en pleno martes?—pregunta burlona.
— ¡¿Tienes una mejor idea?! El sábado es imposible Jeong, estoy perdida. Frita, calcinada si me atrevo a decirte—bajo la cabeza derrotada.
— Jodida también—completa ella. Tan oportuna como siempre, aplausos para Yoo Jeongyeon y su increíble tacto.
— ¡Cállate Jeong, no ayudas!
— Va... ¿Entonces qué? Yo voy, pero no sin mi Nayeon—me mira seria.— Yeonnie quiere estrangularte hasta la muerte Jihyo, la cagaste en grande, es decir... Yo podría hacerte el favor contentandola con sexo—niego, no hay forma de que la deje hacer eso de nuevo en mi jodido apartamento.— Pero como eres sensible a los gritos de Nay... Supongo que...–
« Oh no, no voy a hacer eso, ni siquiera ha terminado, tiene que haber otra forma... »
— No.
— ¡Jihyo es la única manera de que la convenzas, y lo sabes!—me señala.
Gruní frustrada. « No, no, no y ¡no mil veces más! »
— Prefiero que la amarres y le pegues con una fusta si eso la convence.
— Nope. En dado caso eso sería algo que ella haría conmigo, o con esposas.
— ¡Puedes ser seria por una vez en tu vida Yoo Jeongyeon!—reclamé y ella ríe escandalosamente.
— Pues entonces ve pensando Jihyo, así no vas a lograr nada. ¡Y sabes que tengo razón!
Lo peor es que si la tenía, y mucha.
No tenía más opciones, tendría que...
— Bien. Tú ganas, voy a dejarla ganar en el UNO—maldije internamente. Aceptando las condiciones de la novia de Nayeon, porque sí. Lo que tanto me temía para convencerla era, hacerle creer que me había ganado. ¡Siempre que jugábamos había una guerra en la mesa! Ya fuera porque alguna escondió una carta en el valle de sus pechos, o en el caso de Jeongyeon que la tiró al río de las anguilas en su reserva de animales. Una de las tantas veces jugando hice que Nayeon perdiera—lo mejor que me pasó— y como ambas somos tan orgullosas, pasamos una semana entera sin hablarnos. ¿Nos tomabamos muy en serio ese juego? ¡Claro que sí, era nuestro favorito! El punto es que desde ese día, Jeongyeon jode y jode con que la deje ganar para ver a su novia feliz, las agallas—. ¡Pero sólo está vez, y porque no necesito que me perdone!
Ella aplaude emocionada y me abraza, pongo mis ojos en blanco:— ¡Yay!—ese característico tono de festejo digno de pasar tanto tiempo con Nayeon como dos gatos siameses—. ¿Lista para encontrar a tu mujer ideal en un bar homosexual del que no sabes nada?
No, no lo estoy.
— Cállate Jeongyeon, anda a ver si tu novia ya salió de la ducha—suspiré—. Ya me parece que en cualquier momento le salen escamas como la Sirenita.
— ¡Nayeon se vería hermosa de Sirena!—añade ella.
— ¡Iugh, amor!—respondí en juego, para luego reírnos como unas tontas.
Nayeon me mira con la mirada más orgullosa del universo. En efecto, odiaba toda esta situación, pero era para
una "buena causa", la de conseguir una mujer dispuesta a fingir que me ama y me adora. ¿Entienden el sarcasmo de esa oración?
— ¡Ganamos, ganamos Jeongie! —Grita emocionada, su alegría es tan evidente, ni se molesta en ocultarlo. Abraza a Jeongyeon mientras ambas dan saltitos, y acontinuacion ocurre el ansiado suceso que Nayeon tiene meses esperando desde la última vez que jugamos este maldito juego de cartas adictivo.— ¡Chúpame el pene, Park! ¡Mamá soy alguien!
— Im Nayeon, ni tienes pene—me pongo a la defensiva, mofé en cuanto vi que Nayeon sacaba su lengua en burla.
— ¡Pero si lo tuviera me lo estarías-...
— Ya, ya, amor—calla Jeongyeon antes que Nayeon se ponga espantosamente irritable. Desventajas de tener una novia y mejor amiga competitivas entre ellas supongo.
Enarqué una ceja, típico de Nayeon. Jeongyeon ríe a carcajadas y besa apasionadamente a su novia, en efecto, me veo como la maldita vela de su relación, falta que traiga un violín y estamos perfectas. El beso que comparten ambas se pone más intenso de lo esperado, carraspeo fuerte para que me escuchen:— Mierda, a este paso habrán follado en todas las superficies de mi casa, que asco, voy a fumigar—digo en tono burlón. Ambas castañas ríen, y Nayeon le guiña un ojo a Jeongyeon antes de dirigirse a mí.
— ¿Qué se siente perder Jihyo-ssi? —tienta una vez más Nayeon. Ella pasará todo el resto del día, el mes, y quizá una década entera jodiendo con esta situación. Me atrevería a decir que si fuésemos unas señoras con cabello blanco y en sillas de rueda ella sería capaz de levantar en alto dicha silla, y bailar en victoria por haberme ganado en la cartas, lo que ella no sabe—y por la seguridad del trasero de Jeongyeon, no debería saber—; es que la he dejado ganar, sólo para poder ir al club, porque aparentemente mi mejor amiga no es capaz de salir sin su chica dientes de conejo ni por cinco minutos, cosa que comprendía por un lado pero por el otro no, soy alérgica a la relación de ambas.— ¿Y bien, qué te pondrás para el club?
Bingo.
Sonreí a Jeongyeon, nuestro plan había funcionado. Además que ella se deslumbra con el brillo en la sonrisa amplia de su novia al ganarme en una partida, increíble, esta perdida en esos ojos café.
¿Podía reírme de su rostro ilusionado? Más tarde sería buena opción.
— ¿Me perdonas?—toco su hombro juguetonamente. Ella asiente efusivamente.
— ¡Por supuesto que sí! Fue una mierda lo que hiciste claro...—hace una pausa—, pero te perdono Jihyo-yah. ¡Además necesito celebrar en el club que te gané, pedazo de perdeder-...
Jeongyeon la abrazo por detrás y la callo de inmediato:
— Ya entendió Yeonnie, mi Dios.—Inevitablemente rueda sus ojos. Me sonríe mientras sigue rodeando a su novia.— Eh Jihyo-yah, vamos a vestirnos, ya se nos hace tarde.
Habíamos pasado alrededor de cinco horas jugando UNO, Jeongyeon pidió latas de cerveza a domicilio y un jugo natural para mí, porque en palabras de Nayeon, "ya está bueno de beber"; Al inicio tenía previsto jugar una sola vez con Nayeon, y hacerla ganar, pero Jeongyeon sugirió que jugáramos al menos unas cuatro o seis partida, así no levantaba sospechas en Nayeon el hecho de que estuviéramos jugando UNO con intenciones de ir al club luego. Y esas cuatro, cinco, seis, siete partidas... Se volvieron en una sólida racha de veinticuatro veces jugadas.
Y bueno, aparentemente, sí iríamos al club.
El hormigueo en mis manos se hizo presente.
— ¡Dios mío no puede creer que te gané!— repetía por enésima vez Im. Podría apostar que estaba a punto de brincar de la felicidad, o que tenía resortes en las plantas de los pies en esos instantes. Mientras Nayeon sigue burlándose de mí, me dirijo al closet a buscar la ropa para ir al club que había mencionado Jeongyeon, del cuál no tenía idea. Sacó uno de mis tantos trajes y Nayeon me mira con cejas arrugadas, con extrañeza—. Mierda, te vas a vestir como monja, ¿no quieres mejor que lleve a un convento?
Bufé por el comentario de Nayeon.
— ¿Eh?—fue lo único que logré decir, antes de que Im me arrebatara de las manos el traje que colgaba en un gancho de ropa, y tenía entre mis dedos hace unos segundos— ¡Cuidado, lo vas a arrugar, lo lleve a la tintorería anteayer!
Nayeon me mira con desaprobación:
— Jihyo, Jihyo, Jihyo. ¿De verdad cuánto tiempo tienes desde que vas a una discoteca? ¡Es 2018 chica, ponte atrevida mujer! ¡Jeongie, la chica quiere vestirse como si fuese a dar la palabra!—Llama a Jeongyeon, y casi de inmediato, la pelicorto llega gracias a la voz de su novia.
— ¿Qué tiene de malo mi traje gris?
— Que parece que me vas a cobrar impuestos de hipoteca. O que vas a resolver el caso de un divorcio, ¡y créeme conozco abogadas muy sexys, con esto no vas a levantar ni el polvo!—dice ella son total seguridad.
— ¿Ya, y qué debería ponerme entonces según ustedes?— pregunté.
Jeongyeon y Nayeon se miran con picardía. Yoo empieza a hablar.
— Jihyo, te estamos dando la oportunidad no solo de mentirle a tu mamá con mentalidad de mierda de que tienes la novia más hermosa de Nueva York— sonríe con convicción—, sino también, te estamos dando la dicha de acompañarnos a Moonlight Sunrise.— Un momento... ¿Qué?
« ¿Moonlight Sunrise? ¿Amanecer de Luna? ¿Y eso qué significaba? »
—... No estoy entendiendo, Jeong—la miro confundida.
— Moonlight Sunrise es el mejor bar lesbico de Chelsea— comienza Yoo, sabía l que era Chelsea, era de las calles más famosas, pero a diferencia de Fifth Avenue, esta se caracterizaba por sus clubes y bares de ambiente, si alguna vez has sido gay en Nueva York, y no habías pisado Chelsea o sabías de ello remotamente, probablemente estabas condenado al olvido—, ¿me captas, Jihyo? ¡Es, el, mejor, bar, lésbico!—hace varias pausas y acentúa cada palabra con una euforia infalible, ya hasta me estaba convenciendo de ir en pelotas—. ¡Y por eso, hermana, irás con tres pedazos de tela, y sin sostén!—Abro mis ojos por el último comentario.
— ¡¿Qué?!—me alarmo.
— Tienes que vestirte mejor Jihyo, y tenemos que hacer algo con tu cabello, esta hermoso, pero puede estarlo más...—Nayeon toca mis mechones sueltos, esos que llegan hasta los hombros.—No podemos hacer mucho, así que vamos a colocarte extensiones—añadió.
— Y hay que buscarte un nombre que suene sexy, quizá algo como Megan, quién sabe—completó.
¿Eh? ¿Nombre sexy? ¿Qué tiene mi nombre? ¿Extensiones?
No estaba entiendo ni una palabra.
— Antes de que empieces a quejarte—me detiene, wow Jeongyeon realmente me conoce—. Es un bar distinto, Jih. Completamente distinto, no es como otros, hay lesbianas, meseras bonitas e identidades secretas. ¡Por eso no podemos dejarte ir como la novia del Papa Francisco o una contadora pública!
— Jeongyeon tu tía es contadora.
— ¿Y?—se encoge de hombros.
Las miradas que me dan Jeongyeon y Nayeon me hacen temblar, ¿que estarán pensando esas dos hacer con mi cabello, mi aparecia y mi vida?
— Pero... No entiendo, ¿por qué otro nombre?—analizo mejor su respuesta—¡¿Jeongyeon no estarás pensando meterme a un prostíbulo, o sí?!
— ¿Qué? No, Jih, no seas tarada—me dice.
Aunque no confiaba mucho en su palabra, Jeongyeon era capaz de hacer cosas completamente ilegales, y eso que Nayeon alclamaba que veía como un tierno cachorrito, o una avestruz, eso último no l entendía.
— ¿Entonces...?
— Entonces vete a bañar, y lávate el cabello, ¡préstame tu laptop!
No estaba entendiendo una mierda. Y para mí fortuna, según ellas, no debía hacerlo. Solo dejarme llevar.
« ¿Qué es Moonlight Sunrise? » Pensé mientras masajeaba mi cabello y dejaba que el agua fría relajase mi cuerpo.
Ya lo estaba por descubrir.
— ¿Ya?
— No Jihyo.
Me impacienta que Nayeon no me de respuesta. Lleva un buen rato arreglando mi cabello, con esas jodidas extensiones que compro a domicilio y con una plancha de pelo en sus manos trabajando en alisar mi cabello.
— ¿Ya estoy lista?
— ¡Qué no, maldita seas!—me dice entre dientes.
Pasan unos minutos hasta que por fin me dice lo que mi pobre trasero aplastado desde hace media hora quieres escuchar:
— ¡Listo, como nueva!—chilla emocionada Nayeon. La imagen que veo en el espejo completamente diferente.— Te ves preciosa, Park.
¿Y esa dulzura? ¡Wow, me veo como una adolescente rebelde!
Al verme en el espejo, es completamente impactante lo que mis ojos observan. En el reflejo del espejo de mi habitación, veo mi figura imponente, pero de manera distinta. Mis ojos resaltan por el maquillaje natural que Jeongyeon había aplicado en mí, un top negro que deja ver mis bíceps y algunas aberturas en los hombros, una falda corta que dejaba ver mis muslos, y botas largas; mi cabello corto es remplazado por las mágicas extensiones y el alisado de Nayeon, cayendo perfectamente en mis hombros.
Era como si Nayeon y Jeongyeon hubieran revivido a la Jihyo de dieciocho, me veía jovial, hasta me atrevía a decir que ruda.
— ¿Y bien, qué opinas?—pregunta Nayeon más emocionada que yo misma.
Mis ojos analizando mi figura son su respuesta.
— Estoy...
— Te ves como la Jihyo de dieciocho, ¡extrañaba mucho tu melena larga, wow!—Sonreí orgullosa por su creación— esa chaqueta te queda excelente, cualquiera que te vea va flaquear sus piernas.
— Hasta yo—completa Jeongyeon.
— Y yo—dice Nayeon ahora.
— Mierda— digo y ellas ríen.
¿Ahora cuál era el siguiente paso? Estaba irreconocible, mi cabello decía que me veía como una de esas mujeres liberales, que salen a sentir la brisa en sus rostros, y no les importa nadie en el mundo.
Es inevitable pensar, que en algún momento yo fui así de verdad.
— Bueno Nay yo creo que-...
Nayeon me detiene.
— ¡Jihyo son son las diez, tenemos que irnos!
— ¿Pero no es muy temprano para eso?— pregunta Jeongyeon a mi lado.
— No Jeongie, iremos ya. Es martes, no creo que vayan muchas mujeres hoy, tiene que aprovechar—explicó—. Andando.
Jeongyeon y yo asentimos, y mientras Jeongyeon buscaba las llaves de su auto y yo dejaba algo de comida a Bbyou. Nayeon se miraba fijamente en el espejo, la castaña se había hecho una coleta desordenada, y tenía unos guantes sin dedos más un chaleco blanco, con sus hombros descubiertos, una falda corta que complementaba y a Jeongyeon la hacía sudar según sus declaraciones, y a mí me parecía que terminaría en sexo en el baño del lugar.
Ay, ese lugar... ¿En ese momento habría adivinado lo que me esperaba allí dentro?
Mentiría si dijera que no había insistido a Jeongyeon que me contará más acerca del presunto "Moonlight Sunrise". Porque según Yoo e Im, ese lugar era mágico, mistico, alguna mierda así, y habían ocultado detalles porque según la pelicorto, había esperado meses que mi agenda estuviera vacía para meterme a ese lugar. Solamente gracias a mi problema estamos yendo, yo no acostumbrada desde hace años a ir a bares de ningún tipo, había abandonado esa vida de rebeldía y alcohol hace mucho, cuando empecé a trabajar en la empresa y asistir a la universidad.
— Nayeon, vas a desgastar el espejo—le dije pasando por su lado, mientras acodaba el labial de sus labios y la gargantilla que adornaba su cuello—. ¿Nayeon?
— ¿Pero que no ves, Jihyo? El espejo se alegra de verme, pff—mofó—. ¿Ya está listo todo?
Asentí ligeramente, y Nayeon dejó de admirarse en el cristal, para acompañar a Yoo al estacionamiento de los edificios de Midtown.
Cuando me subí al auto, me escondí detrás del asiento, la vestimenta que llevaba ahora mismo no tenía nada que ver con la Park Jihyo de todos los días, ¡sería un horror que el vigilante me viese vestida como si fuera a atracar a alguien!
Aunque eso era usual en Nueva York.
— ¡Coloca la radio, seguro esta sonando Dahyun!—animo Jeongyeon, Im le dió una mirada pesada. Aunque Nayeon sabía de sobra que su novia la amaba a ella y sólo a ella, tenía un conflicto con que la mujer a la que representaba y manejaba sus apretadas agendas fuese el celebrity crush de Jeongyeon—, Yeonnie... E-Es Kim Star, tú sabes que-...
Nayeon le tiro un beso, y guiño un ojo para luego colocar la radio.
Para sorpresa de ninguna de las tres, la voz de Kim Dahyun resonó en el auto de Yoo. Orgullo era lo que se instalaba en mi pecho al saber perfectamente que esa canción que ahora sonaba en la radio, había sido uno de sus muchos éxitos: Scandal.
La cuál particularmente sonaba perfecta a la situación. Esa noche planeabamos no sólo conseguirme una chica para mi minúscula mentira. Sino también armar un escándalo, con las luces de las calles de Manhattan, rumbo a la calle Chelsea en la sexta avenida. Nueva York de noche siempre solía ser hermoso, mis ojos se iluminaron con gracia en cuanto Jeongyeon bajo el vidrio dejando que la brisa de la noche nos tocara el rostro.
Era como si fuésemos adolescentes de nuevo. Pero ahora era distinto.
Lo iba a disfrutar como nadie.
— "Baby we're scandal, way too to handle, ¡uh!"— Tararea el coro Jeongyeon, adulando la voz de Dahyun, pero Nayeon sonríe por ver a su novia feliz y cantando contenta, ella ama su voz—: "You can"t keep your eyes off!"
— "And it's just the way i like"—completé con mi voz a la melodía que compartía Jeongyeon. Y casi inmediatamente ambas reímos animadas.
— "Uh!"— Completa Nayeon y reímos cuando ella hace dicho sonido, al igual que en la canción.
Sube más el volumen y amplio mi sonrisa. Sé lo que viene, y estoy emocionada por más en esta noche.
La canción sigue, y cantamos juntas el coro nuevamente:
—"Baby, we're scandal, way too hot that handle. You can't keep your eyes off, my love is like a candle!"—Cantamos las tres al unísono, como si nada ni nadie nos estuviera juzgando, en ese auto iban tres mujeres adultas con corazones de niñas y llenas de vida rumbo a disfrutar una noche distinta, en Manhattan.
Y cuando la canción termina, sé que aunque estamos yendo a conseguir que mi mentira sea más realista, ellas me están apoyando, estamos cantando, estamos yendo a divertirnos esta noche.
¿Qué más podría pedir con amigas como ellas?
Más tarde, llegamos a la calle Chealsea. Jeongyeon estaciona el auto, y lo que mis ojos ven al bajar de este, es algo que jamás creí presenciar en mi vida.
« ¿Cómo qué este lugar era Moonlight Sunrise? ¡No hay manera! » Pensé al detallar mejor la entrada del ostentoso sitio.
Pero lo imposible a veces no nos limita, porque eso aplica para este gran lugar.
Las luces de Moonlight Sunrise, son colores neón pero no tan brillantes, suaves y agradables a la vista, las letras del lugar eran estéticamente lindas. Al contrario de cualquier bar convencional, era una presentación digna para los ojos, era un gran edificio de al menos dos pisos. En la entrada había la forma de un candado de corazón, la puerta simulaba la cerradura de este, y estaba atónita con la preciosidad de lugar que tenía en frente.
Nayeon toca mi hombro jugetona en cuánto ve mi reacción:— Ves por qué te tenías que vestir así—muestra sus dientes de conejo, Jeongyeon viene a su lado y la toma del brazo.
— P-Pero... ¡Pero esto es gigante chicas, esto no puede ser un bar solamente!—miró específicamente a Jeongyeon quién fue la mente maestra detrás de esta idea, y sólo la miro con dudas, ella ladea su cabeza, negando.
— Jihyo, deja la tontería, este es el lugar y es cien por ciento seguro, nadie te va a agarrar el culo o algo así—tranquiliza ella.
Gracias Jeongyeon, me calma mucho tu paciencia conmigo.
—... A menos que, claro, des consentimiento—me mira con picardía Nayeon, y yo niego burlona.
— Claro— tosó falsamente.— Entremos...
Justo cuando voy a dirigirme al lugar, que llama más mi atención de lo que aparento, Jeongyeon me jala de la chaqueta y me toma por los hombros:
— ¡Ey, ey! ¿Trajiste tu identificación?—pregunta.
— Por supuesto—respondo.
— Dámela—me ofrece su mano y yo enarco una ceja por la extrañas petición. Cuando ella toma mi identificación, me otorga una nueva, que me atrevo a curiosear, un momento... ¡¿Ese es mi rostro?!— No te alarmes, no es por nada ilegal, no vas a vender tus órganos; esto es para qué te dejen pasar.
Veo una identificación con una imagen mía, precisamente una con una foto donde me veo totalmente distinta, con el cabello ondulado y blusa blanca con un corazón, mi disfraz de Hallowen del año pasado. ¿A todas estas por qué Jeongyeon tenía esa foto aún? ¡Era un desastre!
No sólo eso era lo que me preguntaba, sino el nombre que se leía en la identificación: Park Jisoo.
— ¿Park Jisoo?—fije mi mirada en la pelicorto.
— Te dije que me dieras un nombre que te sonara sexy, ¡pero no respondiste! Así que puse el que tu madre te quería poner, Jisoo suena sensual, atrevido, místico—explica con arrogancia—. Aunque mis planes eran ponerte Margarita o Juliana.
¿Acaso tengo cara de señora?
— Estás jodiendo— ella negó—. ¡¿O sea que me tengo que llamar Jisoo toda la noche, JI-SOO?!—lo último lo dije con un enfado evidente, Jisoo era el nombre que mi madre quería ponerme de pequeña, y lo hizo, hasta que yo misma había pedido a mi hermano que me ayudara a cambiarlo; ella se enojó mucho ese día, pero es que, detestaba ese nombre.— Tienes que estar jodiendo, ¡Jeongyeon con eso no se jode!
¡Alguien que le diga que eso no es para joder!
Bueno, mucho « joder » por hoy.
— ¿Y bien, te gusta?
— Estás jodien-... ¿Te comiste un payaso?—digo sarcásticamente.
— No, comí waffles, los hizo mi Yeonnie—sonríe risueña y sus ojos se achican.
— Ya dejen de pelear y entremos, lo martes hay 3x1 en las barras.— Nayeon toma la mano de Jeongyeon con emoción clara, y yo las sigo a regañadientes, cuando entregamos la credencial "falsa" que Jeongyeon nos había hecho, la mujer musculosa de la entrada nos sonríe con cortesía y nos ofrece un cupcake. Wow, ¿esto es un bar para lesbianas calientes o una fiesta infantil?
— ¿Están listas?
No, ni un poco. Podía sentir el temblor de mis propias piernas.
Pero me limité a sonreír con suficiencia.
Nayeon nos abraza a ambas y pasamos por un velo rosa y lavanda, siento un aroma completamente nuevo inundar mis fosas nasales... ¿Perfume? ¿Paris Hilton? ¡Huele delicioso!
— Bienvenida Jihyo-ssi—dice Jeongyeon cuando por fin veo el interior del club.
Y mi boca casi toca al piso al verlo.
El local era como un mundo alterno a la realidad de afuera. Era totalmente diferente en cualquier aspecto, utilizaba los mismos colores que en la entrada, donde predominaban el azul, el púrpura y el amarillo, tenía dos alas, un ala oscura y un ala cálida, como si fuesen dos lados complementarios. Las chicas bailaban animadas, había algunas habitaciones de karaoke y privadas, había decoraciones de mariposas y en las pantallas se reproducían videos musicales de las estrellas pop más emblemáticas de todos nuestros tiempos: reconocí la voz de Rihanna inmediatamente el beat de "S&M" inundaba el club, con algunas chicas bailando tímidamente u otras que realmente disfrutaban de aquella música. Miré a mis alrededores y por cada detalle me sorprendía más y más, tenían la misma temática de candados, corazones y mariposas por doquier, las meseras usaban un estilo de vestimenta distinta.
Las típicas barras de club fueron reemplazadas con un cabinas, me preguntaba cómo funcionaba todo aquello. Veía ir y venir montones de chicas, jóvenes y no tan jóvenes, de distintas apariencias, y al parecer era una regla predeterminada llegar a ese club luciendo completamente atractivo y deseable.
Mierda, ¿Jeongyeon me trajo al paraíso y sueño de las mujeres que asesinaron su heterosexualidad al momento de la concepción?
Jeongyeon tenía toda la razón, la acreditaba sin dudas. Este lugar no era cualquiera, ni lo que yo creía que iba a ser.
Y de eso me daría cuenta más tarde.
—¡Ven Jih, vamos a buscar una mesa!
Momentos más tarde, ya teníamos alrededor de 2 horas en el club. Era martes pero la energía de ese día no se sentía acá dentro, todo estaba lleno de energía, euforia y efusividad por doquier. Las chicas que cantaban en la gran pista de baile y las luces den oscuro lugar eran la perfecta compañía más un par de tragos. Jeongyeon no se tardó en instalarse en una de las cabinas, ella había explicado que, en ese lugar, las cabinas eran para que los grupos o parejas tuvieran su privacidad absoluta, también, había carpas, toda la estética era realmente preciosa y valiosa a la vista.
Realmente es admirable el que pensó en este lugar.
— ¿Y bien, cantamos Bang Bang o Greedy?— preguntó Jeongyeon mientras veíamos la larga lista de canciones que ofrecían ese día en Moonlight Sunrise. Aparentemente el bar cambiaba todos los días su catálogo de música para los amantes del karaoke, y a veces hasta colocaban temáticas únicas, o poco convencionales. — ¿Qué dices tú, Hyo?
Medité unos segundos, con un par de tragos ya me había tomado esa decisión como lo más importante de mi vida.
— Bang Bang—dije sin más.
— ¡Bien, Bang Bang será!—chocamos los vasos y yo bebí con prisa.
Estaba de más decir que llevaba algunos tragos de más encima. Cosa que Nayeon me hubiera recriminado si ella no estuviera igual o peor de alterada por el alcohol en sus sistema.
— Mmhh... Esto es buenísimo—dijo Nayeon saboreando la comida que pedimos.— Creo que voy a fallecer mañana, deberías darnos días libres, Jihyo-yah.
— Ya les di muchos días libres, Nayeon-ssi.
— ¡Uno más no hace daño, Park, además tú mañana no vas a poder ni decir pío! —reclama Im.
— Yeonnie...—calma Jeongyeon a su novia acariciando el dorso de su mano con dulzura, misma gesto que se ve opacado cuando mi mejor amiga decide que—ya es momento de que sea su violinista principal—; y decide acercarse peligrosamente a lóbulo de Im, sonriendo. No logro escuchar lo que ella le dice, pero por la expresión de Nayeon. Ellas van a abandonarme seguramente.
Y no me equivoco, pues ambas salen disparadas a la pista de baile. Después de grandes clásicos de música pop. Aparentemente se coloca una canción de un estilo latino, la cuál no no logró identificar, pero beat de la canción es lo suficientemente atrevido y pegajoso para que hasta yo mueva la cabeza al ritmo de la música. Veo como Nayeon baila mi mejor amiga como si su vida dependiese de ello, restregandose, destilando sensualidad y diversión en cada movimiento de sus caderas.
— Definitivamente esas dos van a terminar teniendo sexo—doy un largo sorbo al vodka que me hace fruncir las cejas— Mierda.
— ¿Y tú no piensas hacerlo también, señorita malhablada?— ¿Eh? Escucho una voz particular, que suena como si ya hubiese oído antes. Cuando volteo en dirección a la misteriosa voz, me encuentro con una peligris vestida con un conjunto negro, más un sombrero que se ve esponjoso, con algunas bandejas en mano. Es la mesera personal de nuestra cabina, porque sí, aquella cabina tenía su propia mesera personal, que solo estaba hecha para entendernos a nosotras.
— ¿Disculpa?—le digo.
La peligris sonríe con mofa. Sus ojos felinos me analizan de arriba abajo:
— Habló de que quizá tú también deberías bailar con alguien— dice sin más.
¡Oh mierda! ¿Esto será una señal mixta? ¿O estoy lo suficientemente borracha?
— E-Ehm...—me pongo nerviosa. La idea de buscar una chica en este club no estaba resultando mucho.
Ya teníamos un par de horas en la fantasía neón que era Moonlight Sunrise, pero yo no me atrevía por nada del mundo a acercarme a una mujer e invitarle un trago, veía eso como algo indeseable aunque Jeongyeon dijera que no, que este era un lugar precisamente seguro para realizar dicha acción.
La peligris ríe ligeramente.
— Oh no te equivoques. Yo no coqueteo de esa forma. Además soy casada—hace una pausa para reír—, bueno casi. Pero conozco un par que quizá quieren bailar contigo—. Señala con su cabeza una pareja de lesbianas que en sus ojos se ven sus más oscuras intenciones.
¡Pero yo necesitaba una, no dos, mierda!
— Ya veo... Pues entonces, deberías ir por aquel sendero— me indica la rubia.
¿Qué estaba intentando ella en realidad?
— Uhm... Gracias. ¿Tú... Por qué me dices esto?—logré preguntar.
— Porque es triste ver una chica ruda y con chaqueta de cuero ahí sentada, y no bailando como sus dos amigas. Vamos chica, anímate, acá hay varias sorpresas—esa chica tiene un problema con guiñar el ojo, quizá tenga algún tic nervioso o de verdad le encanta.— Cualquier cosa pregunta por Anna.— La misteriosa rubia con fascinación por guiñarme el ojo y ojos gatunos se retira, dejándome con la duda.
« ¿Anna? ¿Quién es Anna? »
El darle vueltas por pensar en Anna, acabe siendo mejor amiga de vodka en esa
mesa.
— ¡¿Qué?!— grita Nayeon en medio de nuestra cabina, estoy segura que alguien la habrá escuchado.
Jeongyeon ríe cuando Im reacciona de esa manera.
— No lo puedo creer, te llamaron. ¿Qué hiciste? Tienes toda la noche sentada bebiendo y bebiendo—me dice Im.
— Quizá es porque se ve guapa bebiendo vodka como si fuese agua, yo que sé—intervieno la pelicorto—. Deberías, ya sabes... Acercarte.
¿El alcohol ya le estaba afectando el cerebro? ¡Yo no sabía quién era 'Anna'! ¡Ni siquiera quién era la rubia felina de sombrero extravagante!
— No es buena idea, Jeong...—ella me mira seria—. Ni siquiera sé quién, por dios Yoo Pui Pui.
— Nada Jihyo, te recuerdo que no vimos a embriagarte ni a cantar Ariana Grande—me recuerda—. Vinimos a conseguirte una chica, y prácticamente el quedarte aplastada en la cabina atrajo a un alma inocente.
— ¡Es cierto Park, tienes que ir!—convino Nayeon.
— P-Pero
— ¡Nada!—gritaron al unísono.
Me quedé muda. Contarle a mis mejores amigas qué, una misteriosa mujer llamada Anna podría haberse interesado en mí, hizo que interrumpiera su actividad de bailar juntas y restregandose como animales en celo hasta que yo fuese a preguntar por la tal Anna.
« Anna, Anna, ¿quién carajos se llamaba Anna? ¿Siquiera se llamaba así? ¡Acá ninguna mujer decía su nombre verdadero! Es decir... El mío es Jisoo. »
— Irás—ataca Nayeon.
— ¿Desde cuándo me apoyas en esto? ¡Literalmente querías enterrarme viva!—le recuerdo a Im.
Y no era de menos, yo también me enterrarla viva si mis amiga me hace llevarla a un club para conocer una chica y lo único que hace es tomar shots de vodka en un rincón, mientras todos se divierten.
— Está bien—acepté derrotada—. ¿Y cómo voy a saber quién es Anna?
— No lo sabrás hasta que no te acerques, genia, duh—dice Im, con su típico sarcasmo y diversión.— Ve tigre, acá estaremos por si te hace home run.
Enarque una ceja.
— ¿Home run? Nayeon, qué carajos, no soy fan del béisbol y lo sabes—dije.
— Home run porque te batearon lejos, Park—río Jeongyeon. Wow, qué chistosa. Jodidamente chistosa.
— Vaya, con amigas así-...
Ambas me detuvieron.
— ¡Sólo ve a ver a la maldita Anna!—me empujó Nayeon.
Y no tuve más opción que conocer a la famosa Anna.
— A lo que hemos llegado—digo pasando entre las mesas. Algunas chicas que se besan, y llego al lugar del bar que reconozco como el lado "Sunrise", qué a diferencia del morado oscuro en el que estábamos, este se encontraba en la otra punta del club, con colores cálidos y flores, rojo intenso también era el protagonista de dicho lado, con algunas velas falsas que eran lámparas para simular esa temática.— ¿Es aquí?
— Yo creo que sí— dice una voz dulce, llena de sensualidad y profundo, con un ligero tono rasposo. En un lindo acento en inglés que yo no me atrevo a sacarme de la cabeza. Cuando elevo mi vista hacia la nueva voz que desconocía, me llevó la más hermosa sorpresa de todas.
La dueña de la voz aterciopelada y completamente melodiosa que irrumpió en mi pesanmientos era más bella mujer de todo el club. O eso fue lo que mi cabeza maquino inmediatamente al detallarla con cautela.
Ojos café, oscuros, seguramente por el hecho del horario nocturno. Su cabello castaño que se podía confundir con negro es largo, y con algunas ondas, se ve realmente bien, sus facciones son delicadas, como una pequeña muñeca de porcelana, ella estaba de perfil y me atrevo a decir que es el más perfecto que he visto en mucho tiempo. La forma de sus ojos me advierte que es alguien dulce pero también... Peligroso para mi salud, lo compruebo cuando mi visión duda un poco en bajar analizando su vestimenta, al igual que la demás meseras ella seguía la temática, pero aquella blusa rosa pastel estilo corset y falda negra y corta, más botas altas, era distinta, no se comparaba y destacaba entre todas las demás. Su sonrisa me dice que ella sabe bien a qué he venido, pero yo pierdo el aliento por estar admirando al ángel encarnado en un perfecto ser humano frente a mis pobres ojos dichosos de poder observarla de cerca.
Estaba tan ocupada deslumbrada con su belleza y su porte. Que me había olvidado a lo que venía realmente.
— Eh, disculpa—hablo con la chica linda de cabello ondulado—... ¿Tú sabes quién es Anna?—hago énfasis en aquel nombre.
« No Jihyo, estas buscando a la tal Anna, no a este delirio de mujer, ¡por dios me esta sonriendo de nuevo, padre nuestro que estas en el cielo! »
Es muy bonita, y más cuando sonríe.
¿Será esto culpa del alcohol? ¿O de verdad ella es increíblemente guapa? Me guiaba por la segunda opción.
— ¿Anna dices?
Asentí.
— ¿Y qué te trae por estos lares?—apoya su mano tentativamente en su mentón. Mierda, eso fue tan atractivo y... ¡Jihyo concéntrate!
— Hola, soy Jisoo—. Definitivamente estaba borracha, jamás en mi vida diría eso—. ¿Conoces a Anna, podrías presentarmela?
Ella pestañea varias veces, su sonrisa es más amplia que nunca, coqueta, atrevida y sigo diciendo, atractiva hasta la médula. Seductora hasta lo huesos.
— Jisoo... Tienes un precioso acento británico.—Halago ella.
¿Acento británico? Muy pocas personas lograban darse cuenta de él, me esforzaba muchísimo por no dejarlo al aire.
— G-Gracias...—quise agradecerle. Pero me di cuenta que no sabía su nombre.— ¿Cuál es tu nombre...?
Ella ríe, una risa delicada, pero muy sexy. Que va acorde a su aura en estos momentos. La melodía de su risa acaricia mi oído con gracia.
— Hace unos segundos querías hablar con Anna, ahora quieres saber mi nombre. Vaya mujeriega, bombón—dice con mofa, evidentemente no me esperaba eso, además que... ¿Bombón? Nunca nadie por más coqueteo barato que me hicieran, me había puesto aquel mote.
Sonaba divertido viniendo de ella.
— Disculpa, yo...— ¿Qué debería decir? ¿Qué estaba buscando a la tal Anna con la esperanza de que fuese mi novia un fin de semana entero?— Puedo saber dónde está ella, o al menos quién es...
— Claro, ya mismo la busco.—Dijo y me alivie cuando informó aquello.
Pero la mujer no se movió de su sitio, en su lugar, sacó dos vasos de vidrio y sirvió un líquido rosa brillante.
— ¿No la vas a buscar? E-Es decir... No hay problema si estas trabajando, sabes. Sólo quisiera hablar con ella.
La chica desconocida, con aires de ángel caído me mira divertida, como si acabará de contar un chiste para morirse de la risa:
— Estás hablando con ella, bombón—guiña su ojo provocativamente. Ese «Bombón» que aparenentemente soy yo, lo ha dicho con ganas, de verdad ella quería referirse a mí de esa forma, o eso noté.
Oh mierda.
Me quedó muy largo, pero es para qué se
vayan preparando para el capitulo de la noche (que es incluso más largo). Espero que estén disfrutando de los capítulos, estoy tratando de hacer los capítulos lo más interesantes posibles y entretenidos, ¿qué opinan? ¿Jisoo y Anna van a conocerse bien esa noche?
Gracias por leer <3.
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