3: "¡Te volviste loca Park Jihyo!"
Oh Jesús, deseché toda oportunidad de enorgullecer a mi madre... ¡Soy una tarada!
Los ojos de mis madre se clavan en mí, los de Jungkook y Namjoon imitan dicha acción. ¡Obvio que lo hacen, están tratando de buscar una explicación válida!
¿Jihyo, a dónde tan boba?
Jungkook me mira extrañado, él me conoce, sabe muy bien que hago y que dejo de hacer. Mi sobrino es el más confundido y el que merece más una respuesta, ¿yo con una novia? Jeon sabía perfectamente que eso no era verdad, pero él tampoco se atrevería —como ciertas personas— a debatirlo conmigo.
Él sólo me miraba esperando su dejara de ignorarlos, sus ojos brillaban en confusión, casi podía oír el: "¿Por qué no me contaste, Tía Jih?"
Y eso me hacía sentir peor por lo que había dicho...
El silencio se apodero del comedor, y mi madre quiso empezar su interrogatorio, pero Jungkook fue más rápido:
— ¿T-Tienes novia?— Pregunta bajito mi sobrino. Me atrevo a mirarlo por primera vez, y ni siquiera sus ojos iluminados en duda me hacen dejar de seguir con mi blanda mentira.— No... No sabía, Tía Jih, ¿desde cuándo?
— H-Hace tres meses.—¡Oh no, Jihyo! ¿Qué estás haciendo mujer, no te parece suficiente con mentirle a tu madre? ¡Ahora a tu querido sobrino!—No lo saben porque... Ya saben, es privado, no me conviene que la gente por ahí sepa y cree chismes alrededor mío.
Falso, todo era falso, ¡tres meses de novia con el aire será, porque yo no salgo con nadie!
Jungkook se ve lastimado por mi declaración, y eso quema en mi pecho cuando lo veo removerse en su asiento y forzar una sonrisa. Yo amaba a mi sobrino, él y yo éramos como hermanos también, lo trataba y lo consentía en grande, había sido el recuerdo vivo de mi hermano, y yo estaba traicionando su confianza, él confiaba toda su vida en mí, y yo había fallado mintiendo sobre algo tan importante cómo tener una novia...
— Supongo que... Hoy es un día lleno de sorpresas. Wow, Jihyo, felicidades.—Habla Namjoon, con una alegría genuina. Quise abofetearme para reaccionar, estaba todo escalando tan rápido cuando me di cuenta que no estaba solo con mi madre, ¡estábamos las tres personas más esenciales de mi familia y mi vida! ¿Cómo me atrevo a mentirles y ser tan descarada?
Quería esconderme debajo de la tierra, ay no...
— Sí Tía Jih. Me alegro muchísimo.—Jeon vuelve a sonreír, y aunque no lo hace tan ampliamente como sé que él podría hacerlo, se ve que está contento con mi "novia", la cual era igual de real que mis ganas de seguir aquí, mintiendo como una adolescente. Ni siquiera mi sobrino mentía, no estaba siendo honesta y sólo por estupidez, seguí con mi mentira.— ¿Podríamos saber más de ella?
Mi madre sale de su trance, por unos instantes se queda tan callada, ¿quizá le ha dado duro la noticia de que tengo una relación? ¿Se sentirá derrotada ella también por qué no le he contado algo tan importante para ella? Algo que ella siempre quiso de mi parte. Quizá pensaba que realmente la detestaba por irse tantos años y perderse esa noticia tan grande.
— Si querida. Somos tu familia, me importa un comino si tú eres una famosa CEO—ríe con gracia, pero eso no provoca lo mismo en mí.—Me gustaría saber a mi también, ¿cómo es ella? ¡Con detalles por favor!—Pregunta ilusionada. Todos están ilusionados. Claro que lo están, ¡la solitaria Park aparentemente encontró el amor!
— Ehm... Ella es...—¿Cómo es mi novia imaginaria? Con la cuál no he iniciado ni siquiera la relación y debería buscar terminarle ya mismo para salir de ésta y no crear falsas esperanzas en mi madre—,... es hermosa, inteligente, un poco más alta que yo y...—Oh, soy una farsante—... Y también tiene un lindo acento, es bastante tímida por eso no la he presentado aún. Le aterra la idea de ya saben... Salir con alguien bajo el ojo público.—Lleno mi boca de comida después de eso, para evitar futuras preguntas, ¡Dios mío Park Jihyo, eres una demente! No tengo novia y tampoco quiero tenerla, ¡soy tan mala bajo presión, mierda!
— ¡Suena maravilloso, cariño!—Felicita mi madre. En años hubiese podido imaginarme que ella diría tan anhelada frase. Le he dado lo que quiere, y solamente aspiro a que eso sea suficiente para que olvidemos el tema, ¿no es eso lo que ella quería? Una novia, y saber que no estoy sola.
Parece que olvidé quién es la Señora Park...
Cinco años pegan fuerte.
— Estoy muy contenta de saber esto ahora, Jihyo. ¡Te lo tenías bien guardado! Un amor secreto, oh mi Dios. ¿Y cuándo la vamos a conocer? ¡No me puedo ir entonces todavía a Londres tengo que verlo con mis ojos, ¡por fin algo bueno de tu parte y...–
« ¡Carajo, es que no he pensado bien, soy malisima para esto! »
La idea de que mi madre buscara extender su visita en Nueva York solo para conocer a mi nuevo amor. Me mareaba, mi cabeza dolía muchísimo peor que antes, me lo había buscado yo misma. Tenía que terminar ya mismo con ese engaño y admitir que si era un fracaso en el amor frente a mí madre, mi cuñado y Jungkook, ¿qué clase de ejemplo le estaba dando? ¡Opté por el camino fácil y maligno de la falsedad! Eso no era muy moralmente correcto.
— Mamá... Ella vive lejos, no creo que haya tiempo. Puede ser en otra ocasión.—Le doy la excusa más barata posible, rogando al cielo, mar y tierra que mi madre no indagara más en la identidad de mi novia, y eso que no sabía cómo apaciguar sus hartas ganas de seguir conociendo sobre esto.— ¿Verdad?
La Señora Park suelta una carcajada sonora que podría hacer que los pájaros de los cables allá afuera huyeran despavoridos, y me abraza, ¡¿me abrazó?!
Todo me da vueltas en estos momentos...
— ¡Ow Jihyo, parece que los años te han pegado duro mi niña! Me voy a quedar, conoceré a tu novia, y veremos si es digna de la familia Park, eso dalo por hecho. No me iré, es más, voy a quedarme en la casa de Nam. Ya está decidido. ¡Esto es fenomenal, querida!—Mierda, mierda, mierda. ¡¿Cómo se me va pasar que mi madre hace todo lo que quiere sin preguntar siquiera?!
« ¡Namjoon tiene que echar a mi madre de la casa o todo se irá a la mierda! ¡Ayuda! »
Namjoon muestra su desconcierto cuando su suegra anuncia, prácticamente se invita sola a quedarse en su casa; él no protestará, puedo verlo en su expresión, cuando toma del vaso de agua mirándome con extrañeza y sigue comiendo pacíficamente, ni siquiera él puede salvarme ahora...
Y mucho menos Jungkook, su sonrisa podría encender mil faroles, porque está tan emocionado con la idea de que su abuela se quedé más tiempo, con toda la razón, son pocas las veces que ellos comparten juntos, y no menos importante. Él está emocionado y atento de de conocer a mi novia.
« ¡La novia que ni siquiera sé su nombre y dónde vive, ni siquiera si me quiere! »
— ¿Entonces querido, qué opinas? Una semanita más no hace daño a nadie...— Namjoon di que no, por favor...
— Me parece bien. ¿Tú estas de acuerdo, hijo?—Pregunta a Jungkook, y él asiente efusivamente, come su comida más alegre que nunca. ¿Cómo apago yo esa ilusión en mi sobrino? ¡Soy una mierda total! El fracaso tiene mi nombre tatuado...
Había cavado mi tumba y mi "reputación" con mi familia, estaba hundida tal cual un barco en vela.
Aunque yo nunca había tenido una buena reputación, y menos con mi madre.
...¿Y ahora qué hice?
¿Ahora qué se supone que iba a hacer?
Luego de poder convencer a mi madre de que el fin de semana siguiente podríamos organizar una pequeña reunión para que entreviste a "mi perfecta novia". No puedo evitar pensar que estoy echando a la borda todos mis principios, ¿estoy mintiendome a mí y a mi familia? Por supuesto, y estaba dispuesta a seguir la mentira a donde diera lugar.
Al menos eso quería, por lo menos hasta que mi madre tómase el primer vuelo a Londres, siguiendo con su vida, con su marido inglés y el maldito Big Ben, en otro continente. Alejada de mí cómo siempre, y así por fin todo volvería a la normalidad.
La cena culminó con éxito y sin otra guerra de madre e hija como al inicio. Al parecer desapareció todo rastro de una persona molesta cuando he dicho que tengo una relación de tres meses, a ella le ha encantado la idea de que por fin su única hija tenga una pareja estable, o eso le he hecho pensar, estaba decidida a callar sus quejas sobre mí, ¡diablos, es que odiaba que fuese tan fastidiosa!
Estoy de pie, aquí en la entrada de la casa de Namjoon, intentando desprenderme del cariñoso abrazo de mi sobrino, Jungkook siempre se le hace difícil separarse de mí cuando lo visito. Hemos disfrutado del delicioso pie de limón de Namjoon, un repostero nato si me lo preguntan, jugamos al Mario Kart. Y definitivamente fue lo mejor del día, a mí parecer. Adoraba a mi sobrino, único en su clase y me había hecho olvidar por unos segundos que me estaba doliendo mentirle...
Pero el pequeño Jungkook—aunque ya no era tan pequeño— Me besa la mejilla y me recuerda que estoy cometiendo un error gravísimo cuando menciona nuevamente el tema de mi pareja:
— ¡Ay Tía Jih, no quisiera que te vayas, pero ya debes estar cansada! Recuerda dormir, y ¡oh, no te olvides de avisarle a tu novia que queremos conocerla!—Dice tan emocionado, su voz chilla por unos instantes, todos parecen ilusionados al igual que mi sobrino. ¿Qué he hecho?
— Claro que sí Kookie... ¿Trataré de acordar una fecha cercana, sí?—Juego con el cabello de mi sobrino, quién me regala una sonrisa. Jungkook es un poco más alto que yo, pero sigue siendo mi pequeño sobrino. Aún recordaba cuando era una pulga a mi lado.— Ah, y recuerda que el lunes tienes que...–
— Tengo que entregar el proyecto. Claro, claro. Tengo todo bajo control.—Sube su pecho con orgullo, y no podemos evitar reír con su pequeño acto de egocentrismo. Digno hijo de su padre, digno sobrino de Park Jihyo, competitivos hasta la médula.
Jungkook se suelta, y estrecho mi mano con Namjoon, quién me agradece en un susurro por todo.
Llega la hora de despedirme del ser que me ha arrinconado a tener que mentirles, aunque no era del todo su culpa, esa había sido mi decisión. Mi madre se acerca, y me recibe con otro abrazo que no pude anticipar; era raro tener su contacto dos veces en un mismo día, me acerco a ella torpemente y por primera vez en años, intento rodearla sin sentir que estoy rígida. Ella acaricia mi cabello, por un fugaz instante, siento que ella está dándome algo de lo que alguna vez fue la vieja Señora Park, algo de lo que no estaba acostumbrada.
— Ow Jihyo. Mi niña, ¡qué emoción que tengas novia! Ya era hora. Menos mal Nam ha sido tan bueno y me podré quedar una semana más, ¿por qué si la conoceremos el fin que viene, no?—Carajo. Mis suposiciones de que por un momento Susan Park podría haber dejado de lado su arrogancia y exigencia se vienen abajo con la emoción, con su tono de voz risueño. Ella sólo está mostrando interés por algo mío porque, enhorabuena, conseguí tener una "relación". ¿Por qué nunca habla de mis logros o alguno de los artistas que lanzó al estrellato? Mierda, soy invisible cuando se trata de otra cosa que no sea amor y relaciones.
No sabía que tener novia podría abrirme tantas puertas...
No respondo su pregunta, tengo ganas de retirarme y llorar toda la noche por lo que está pasando, mentir es algo atroz y que me está matando lentamente. Mi madre podrá ser la menos preocupada por su hija, ¡pero por Dios, no se merecía que le hiciera eso!
¿Entonces por qué tuve tanto miedo de decepcionarla diciendo la verdad?
Asentí y articulé un corto 'sí', con desgano que ninguno de los tres llegó a reconocer. Di un último abrazo a mi madre. Y me despedí finalmente de ellos, rumbo a mi casa, con mi gato, y sola.
Porque realmente así estaba yo...
Sola, por siempre. Y eso nunca parecía cambiar.
Por unos segundos en el auto, mirándome por el retrovisor, le di en silencio la razón a mi madre.
Park Jihyo, estás tan sola.
Llegué esa habitual soledad que me perseguía a diario, en la oscuridad de mi apartamento, escuchando los suaves ronquidos de mi gato. Dejando caer mi bolso en cualquier esquina del suelo, quitando mis tacones, y en dirección casi inmediata a la cocina, abriendo la primera botella del licor más fuerte en el minibar.
Escucho el sonido del tequila—que era lo que más detestaba— vertiendose en el primer vaso que encontré suelto por la cocina. No me importaba si estaba limpio o sucio, sólo necesitaba beber, necesitaba pensar, ¿a dónde iba a parar todo esto?
Hasta ese día juraba que mi vida era de lo menos complicada, pero la sola aparición de mi madre se dedico a romper esas barreras y muros altos que había construido para no lastimarme. Repasé el día caótico que tuve, si bien Jungkook y Namjoon se encargaron de hacerlo menos tedioso, la realidad era: mi madre y yo no logramos caernos bien aún.
Y le he mentido, solo para callarla y no darle de que hablar, porque detestaba que hiciese y deshiciese con sus palabras, una y otra vez, cada parte de mí...
Era terrible como me sentía cuando era comparada en cualquier oportunidad.
El sabor fuerte del tequila, quemando mi garganta tal cual las palabras de mi madre quemaban en mi corazón; bebí y bebí, hasta que pudiese quedar inconsciente y no luchar contra el insomnio que me produciría pensar, ¿qué mierda haré para tener una novia en menos de seis días? ¡Era insólito!
Y al contrario de lo que yo pensé, ni siquiera el sabor de distintos licores mezclándose con mi sangre y mareandome en medio de todos mis pensamientos y miedos, pudieron hacerme dormir.
Pasé la noche buscando una solución viable.
Estaba pérdida, si me lo preguntaban.
El día siguiente no fue mejor, ni siquiera podía levantarme, fue cuando el tono de mi alarma anunciaba que debía levantarme temprano. Estaba con un dolor punzante en mi cabeza. Una resaca asquerosa y el aliento me apestaba a tequila y quién sabe que otras sustancias ilícitas para menores de edad. Eso poco me importó, nadie iba a oler mi aliento por las mañanas, porque yo prefería dormir sola.
No quise levantarme, ni siquiera hacerme el desayuno, hasta que el sonido del timbre atacó mis oídos, y gruní frustrada cuando quise dormir más.
— Agh...— Me removí inquieta, los maullidos de Bbyou no se hicieron esperar. Y mientras me debatía mentalmente si debería abrir la maldita puerta o no, un segundo timbrazo cambia mis planes.— Ya voy...
Me dirijo a la puerta, aún vestida con la ropa del día anterior. Tallo mis ojos, y veo el peor aspecto que he tenido en años, ¡y eso qué ayer me veía tan brillante! Mis ojeras podrían llegar al piso, y mis hombros caídos por el cansancio. Cuando abro la puerta finalmente, revela a dos personas que conozco muy bien, la cabellera castaña y corta de mi mejor amiga se hace presente, más la de mi secretaria con un flequillo. Nayeon y Jeongyeon me miran, ambas quedan en silencio cuando me ven detrás de la puerta.
— ¡Por la mierda Jihyo, parece que te atropellaron! ¿Por qué tan llevada por la vida? — La pregunta, que me atrevo a catalogar como absurda, de Jeongyeon, hace que mi actitud de perra por la mañana quiera salir a flote. ¿Pero qué culpa tenían mis mejores amigas de que yo no haya conciliado el sueño?— ¿Nos vamos o...
— No, no... Pasen, por favor.—Abro completamente la puerta y les doy el paso libre a mi sala de estar, en la cuál Nayeon y Jeongyeon me observan como camino coja hasta la cocina, buscando entre los almacenes un poco de café.
Nayeon decide romper el silencio.— Te ves terrible, Park Jihyo. ¿Qué carajos te pasó? ¡Ayer te veías bien!
— No puedo creer que haya pasado semanas fuera y lo primero que veo es a Jihyo con cara de...—Nayeon tapa su boca antes de termine esa frase, niego divertida, y me acerco hacía donde están sentadas. Aprieto mi sien en cuanto me doy cuenta que el dolor de la resaca aún no se ha esfumado.— ¿No nos vas a decir qué te pasó? Ni me darás un abracito... Oh vamos UJB, ten piedad con tu buena Jeongyeonnie.—Jeongyeon extiende sus brazos mientras bromea.— ¿No me darás mi abrazo de oso?
Nayeon ríe jovialmemte por los intentos fallidos de su novia por animarme a mí. Veo la preocupación impregnada en su rostro cuando no respondo a Jeongyeon con los ánimos que en cualquier otra oportunidad hubiera hecho.
¿Acaso me veía tan mal?
— Jihyo, por favor... Me preocupas, ¿tiene que ver con la oficina? ¿Metieron la pata con las promociones de Dahyun? Tú sabes que yo misma me encargué de hacer todo lo posible porque salga bien...—Pregunta directamente a mí. Mientras Jeongyeon me rodea con su brazo y siento como levemente me ofrece una caricia de fuerza. Dios, como quisiera poder devolverle el abrazo, lo necesitaba mucho...
« Ay Nayeon-ssi, es algo mucho peor... »
Niego lentamente, no tengo ánimos ni de hacer el mínimo esfuerzo en moverme. Tampoco de hablar sobre el trabajo, aunque estaba últimamente fascinada con los próximos planes de la disquera.
El recuerdo el café que se está colando y cuando me levanto, me tambaleo un poco, empiezo a sentir mi mente nublarse y mi cuerpo tomando una temperatura superior. Nayeon me toma por el brazo al notar esto y me mira seria, su mirada café con pánico:— ¿A dónde crees que vas Jihyo? ¡Estás por morirte, mujer! —ella toca mi frente para descartar posibilidades, asegurandose de que estuviese bien. La expresión aterrada de Im niega que yo pueda estarlo.— Ay Jeongie, ¡la chica está prendida en fiebre! Trae un botiquín ya...
Nayeon me vuelve a sentar en el sofá, y me recuesta, mientras veo que Jeongyeon trae algo entre sus manos algo que no logro ver del todo, pues mis ojos se sienten pesados; todo me da vueltas.
Siento como las voces de mis dos amigas van alejándose poco a poco.
Y cuando menos me lo espero, estoy sumida es un profundo sueño.
Los acontecimientos pasados de la mañana, parecen repetirse, de repente todo vuelve a pasar exactamente igual, la alarma suena. Pero cuando abro lentamente mis ojos dándome cuenta de que: uno, no estoy en mi cama y dos, ya no son las siete de la mañana, sino las once en punto. Casi mediodía.
Oh por Dios, ¿cuánto he dormido?
— Hasta que por fin despiertas.— A mí lado Jeongyeon leyendo un libro con sus gafas, vestida con un hoodie gris, y con una de sus piernas por encima de la otra. ¿Cómo estaba tan cómoda en mi casa? Ah claro, es Yoo Jeongyeon...— Sabes, empiezo a pensar que deberías decirle a tu cuñadito que venga a hacerle renovación al diseño de tu casa... Es muy gris para mí gusto, ¡ugh!—. Hace una mueca de asco falso. Y me río con dificultad, por un momento me doy cuenta que... ¡Ya no me duele la cabeza, gloria al cielo por eso!
Detrás de Jeongyeon aparece Nayeon, ¿ya había dicho que mi mejor amiga se enamoró de mi secretaria? Las vueltas de la vida. Veo a Nayeon tocar levemente con ternura el hombro de la pelicorto, y estás comparten una sonrisita que sólo ellas sabrán, par de enamoradas tontas que son...
— ¡Jihyo, por fin despiertas, casi me asustas!— Reclama Nayeon. Y sé que ella está realmente alterada cuando Jeongyeon me mira con mofa mientras estas me explica las mil razones por las que, no, debería seguir bebiendo y perdiendo la oportunidad de dormir luego de arduas jornadas laborales. —¿Me estás escuchando, Jihyo? ¿Jihyo? ¡¿Park Jihyo?!
Jeongyeon y yo reímos juntas por la preocupación de su novia. Cierto, Nayeon es extremadamente cautelosa con nosotras, éramos un grupo tres mejores amigas—yo era la tercera rueda, claro está—que salían desde hace años juntas a todos lados, a disfrutar de las noches en esta gran ciudad. Pero ahora era diferente, eramos adultas con trabajos y al menos ellas, una relación que cuidar. Nayeon nos cuidaba a ambas por separado, antes solamente a mí por ser mi secretaria y compañera en la universidad, actualmente mi fiel mano derecha. ¿Qué haríamos nosotras sin ella?
— Amor, harás que vuelva a desmayarse, cálmate.—Tranquiliza con un casto beso en su mejilla a una enojada Im Nayeon. Pero la última parece no dejarse llevar por los afectos de su novia. Su mirada acusadora me observa fijamente.
— ¡Ay Jeongyeon, por favor! Paso todo el maldito día cuidando de qué no se le olvide tomarse la pastilla, ¡y ella va y bebe como una ebria! No me sorprendería que lo termine siendo luego...—Suelta un bufido en ironía.
— Nayeon-ssi, no exageres. Estoy bien, gracias por brindarme tu ayuda de nuevo innie, yo–
— ¡Nada de 'Nayeon-ssi'! Me vas a explicar ahora mismo porque hemos venido a verte y parece que te colaste a un corral de gallinas con menopausia, Park Jihyo.— Jeongyeon aguanta la risa cuando su novia me reta con una de las cosas más dignas que podrían salir de la boca de Im Nayeon. En otra ocasión las bromas de Nayeon serían protagonistas de un encuentro entre las tres, porque ella era el alma de este grupo, pero tal parece que mi borrachera y momento de debilidad ante todo tipo de alcohol, no deja que Nayeon se muestre adorable y brillante como siempre.
— Oh vamos, Yeonnie. No seas dura con ella, quizá solo estaba bebiendo por ahí con alguna mujer...— No podría estar más equivocada.—Seguro ha pasado la noche con alguien, que sabemos nosotras.—Equivocadisima.
— No, Jihyo no sale ni a la esquina. Prefiere beber agua de los floreros de su casa, antes que los de la calle, Jeongie. Agh— Ella se lanza en el sillón, resoplando molesta. Reímos por su ocurrencia, y aunque al principio mi amiga parecía un tanto enfadada, logramos que se integre al buen ambiente que siempre solemos tener.— Ay Park... Qué habrás hecho esta vez.
¡Oh, oh! ¡Sé lo que pasará, claro que lo sé!
Nayeon y Jeongyeon van a matarme, darme una charla moral, palmaditas en la espalda y quizá me darían una solución mejor. Tal cual como dos padres que recién regañan a su hijito por cometer una travesura... ¡Salvenme de la mirada juzgadora de Im y Yoo, por favor!
— ¿Y bien? —Cuestiona Jeongyeon.— ¿Si te peleaste con gallinas o solo te pusiste a beber como desquiciada? Y sin mí—muestra un puchero que Nayeon recrimina como algo que no era especialmente necesario en esos momentos.
— ¿Mi madre cuenta como una de esas gallinas?— Jeongyeon y Nayeon abren sus ojos cuando entienden ahora la razón de por qué no he dormido anoche. Del por qué mi hogar está "patas arriba" y por qué parezco sacada de una película de Tim Burton.—Exacto, es lo que están pensando...
— ¡O sea que la bruja volvió en su escoba y...–
— ¡Yoo Jeongyeon, qué te he dicho de insultar a la madre de Jihyo!—Grita Nayeon y la pelicorto se encoge cuando su novia muestra su enfado. Logró soltar una carcajada en todo lo que va de la mañana, por como la maravillosa y libre Yoo Jeongyeon, se vuelve tan pequeña y obediente al lado de mi otra amiga. — ¿Entonces es cierto? ¡Sí la viste ayer! Han pasado siglos desde la última vez—torció su labios—. Juraba que la Reina Isabel moría antes de que ustedes dos volvieran a compartir aire, mujer.
Reímos por la broma de Nayeon, pero a diferencia de la risas de ellas dos, la mía es una nerviosa, una destinada a morir.
Como yo si no encontraba una chica antes del fin de semana próximo.
— Sí. Ha sido pésimo, Nay. En serio creí que estaría lista pero...
— ¿Pero? ¡Necesito saber que te hizo está vez, voy a matarla!— Sentencia Jeongyeon, su novia la asesina con la mirada, uy pobre Jeongyeon...— Ehm. ¿Entonces qué pasó ella? Je.—Ríe nerviosa mi mejor amiga, ya sabemos quién manda a quién.
Suspiro antes de empezar a contar. ¿Cuál es la manera correcta de contarles a tus mejores amigas sin que estas se burlen de ti, que le has asegurado a tu madre que tienes una jodida novia de ensueño? ¡Es ridículo, van a reírse de mí!
— ¿Ustedes conocen a alguna chica disponible y que sea...?— Aclaro mi garganta.— Ya saben a ser mi novia unas cuántas semanas...
Nayeon y Jeongyeon parecen dos hienas en el preciso momento en el que digo 'novia'. ¡Oh claro que sé iban a reír, no se tomaron nada en serio!
Ellas no creen que yo consiga una novia a esta edad, tengo un gato y una habitación llena de vinilos. ¿Eso no lo dice todo por mí?
— ¿Terminaron par de taradas? — Reclamo cuando sus risas cesan. Y me atrevo a siquiera ofenderme por dicha acción.
— ¡N-No puede ser Jihyo!—Jeongyeon respira hondo tratando de recuperar la compostura luego de reír salvajemente ante mí pregunta —casi suplica—de que me presentaran a una chica sin nada que hacer un Sábado por la mañana.— ¿En qué líos te metiste ahora, mujer? Novia y tú no van en la misma frase, eso se sabe hasta Hugo.
Hugo, es el portero de aquella zona.
¡Y lamentablemente Jeongyeon tenía razón, Hugo seguro diría que sí con su acento latino!
Uy, esas miradas, me están juzgando y yo definitivamente tenía que ir a juicio por ser tan boba...
— ¡Ja! ¿Te comiste un payaso hoy?—pongo mis ojos en blanco.— No estoy jugando, Jeongyeon. Necesito una novia, una chica, algo... ¡Lo que sea!
Jeongyeon enarca una ceja y vuelve a reírse un poco más bajo.— Ay Jihyo, ¿y cómo crees que ando con Nayeon? Ve y busca una chica, te he dicho por años que vayamos a algún bar de ambiente y enredes en las piernas de una mujer bonita, pero... O no sabes coquetear, o te vas a terminar casando con la silla de tu despacho. Empiezo a creer que estás enamorada de tu trabajo.—Dice ella, y es tan obvio, ella el día anterior había insinuado que saliéramos por lo mismo, y yo había aceptado pero por el trago y el buen rato, no por conocer a nadie.
Ahora estaba obligada a hacerlo.
— Jihyo... No nos has dicho qué pasó.—Intervino Nayeon.
Trago grueso antes de siquiera admitir, que soy una cobarde.
Suelto un suspiro antes de iniciar la incómoda charla, ellas serían las únicas con las que podría sincerarme.
— Ayer fui a la casa de Namjoon, mi madre apareció ahí de la nada. Primero pensé que podríamos convivir, porque... ¡Ustedes la conocen, chicas! Ella es tan obstinada y nunca puedo hacer que esté satisfecha.— Nayeon y Jeongyeon posan toda su atención en mi, notan la frustración y carga de mi voz.— Ella empezó a hacer los típicos comentarios sobre la empresa y...
— El matrimonio, ¿no? —Jeongyeon lo sabía. Por eso detestaba a mi madre, o no detestarla, evitarla y llamarla "anticuada". Esa mujer no te reconocía el éxito si no cumplias los pasos tradicionales de "vida perfecta y feliz".— Te he dicho mil veces que ella no tiene derecho a opinar sobre tu visa amorosa. Nosotras solo bromeamos contigo, pero ella es muy cruel Jih...
Y si que lo era.
— Lo fue, y mucho. Hasta me hizo llorar, Jeongyeon yo...—Intento esconderlo, pero frente a ellas y la honestidad de mis palabras me juegan en contra, no he podido retener más tiempo las pequeñas lágrimas que se retienen en mis ojos. La primera se desliza por mi mejilla, justo como ayer.— Ella mencionó a Seokjin...
Nayeon se remueve en su asiento cuando escucha el nombre de Seokjin, ella también lo conocía. Le pareció por mucho tiempo una buena persona, y él había ayudado a la empresa en algún punto cuando recién comenzaba, pues al ser abogado su conocimientos en temas legales fueron de total ayuda; así que hasta Nayeon y la misma Jeongyeon, sabían lo triste que era decir ese nombre en voz alta para mí.
— Diablos mujer... Entiendo ahora porque terminaste ebria y con una resaca terrible. Por eso la odio tanto.—La pelicorto sonríe amargamente, trata de reconfortarme con eso. Nayeon por su parte, decide acercarse y acariciar mi espalda con ternura. Me siento indescriptiblemente mal, porque sé que aún no les cuento la peor parte de aquel caso.— ¿Algo más que debamos saber?
— Le mentí. Y-Yo...—titubeó antes de siguiera decirlo, en otro lugar que no sea en mi mente—,... yo le mentí, le dije que tenía novia para que dejara de hablar de ello. Ha estado pésimo, ¿lo peor? Jungkook estaba ahí, Jeong... Él me miró con esa cara de cachorro que sabes que me pone mal...
Nayeon y Jeongyeon me abrazan, porque la mención de que hice que Jungkook se sintiera ciertamente dejado de lado, me hace llorar, me rompo en cuanto siento los brazos de mis mejores amigas. No me siento merecedora de aquel confort, porque mentí, y una mentira nunca puede suponer algo bueno, nunca termina bien, y es algo que debía parar.
Sin embargo no lo hice...
— ¡Oh Jihyo, te volviste loca, Jungkook es prácticamente la copia de ti, él te sigue a ti y todo lo que haces! Mentir así sea para callar a tu madre es...–
— Repugnante, lo sé.—Completo aquella frase en un susurro amargo.
— De todas maneras. Puedes explicarles a ellos después, ¿no? Cuando se vaya tu madre. Diles que fue para que ella se quedara tranquila, ellos entenderán Jih.—Trata de calmar Jeongyeon. ¿Cómo le digo?
— Uhm... Eso no es posible, Jeong.
— ¿Por qué?
El silencio incómodo se hace presente.
« Jihyo, Jihyo, Jihyo. Tan tarada » Me dije a mí misma.
— Jihyo...—Empieza Nayeon en cuánto no obtienen una respuesta.
— Porque mi madre se va a quedar una semana más en Nueva York. Quiere conocer a la chica. Yo no tengo a nadie... Yo... ¡Estoy atrapada en este lío, maldita sea!—Libero toda mis frustración frente a ellas. La pareja me mira con algo de pena, pero no me juzgan ni cuestionan más allá, sabrán porque lo he hecho. Eso no quitaba que hubiese hecho algo mal. Mentir estaba mal, y querer seguir con ese engaño estaba mucho peor.— No puedo solamente decirles que no... Es que hasta me invente que vive lejos, y llevamos tres meses.
— ¡Oh Jihyo te volviste, loca!— El grito de Nayeon inunda la sala. Y quedó perpleja, ella se ve tan alterada por esto.— ¡Ahora cómo piensas salir de esta, no tienes ni siquiera otra amiga por aquí para eso, Jihyo...
— Lo sé.
— Eres tan terca.
— Eso también lo sé.
— ¿Y qué piensas hacer?—Pregunta Jeongyeon. Ella no se ve alterada como su novia. Más bien le parece cómica toda mi situación, menos el tema de mi madre, claro está.— Es prácticamente imposible que tengas una relación estable en menos de seis días, pudiste decirle que conociste a alguien y ya, y luego decirle que se cancela porque no funcionó.
Wow, Jeongyeon parece experta en esto. Soy una novata, sinceramente, ¡no lo había visto así!
Escondo mi rostro en uno de mis cojines, y gruño por mi propia estupidez. Soy una mentirosa, y ni siquiera lo hago bien.
— ¡Ja! Parece que no has pensado eso. Vaya, que feo...—Jeongyeon no estaba siendo de mucha ayuda...
— Jihyo, tienes que decirles.— Sentencia Nayeon.
— No es tan sencillo, tú sabes como es.
— Pues entonces... Mhmm... Te propongo algo—Ofrece la pelicorto—, te cuidaremos estos días. De todas maneras llegamos acá porque en mi edificio están fumigando, esperamos hasta que se baje la fiebre, e iremos a un club a conseguirte una cita. Quizá te caiga una mujer que esté dispuesta a seguir con tu engaño del fin de semana. ¿No crees?
Eso suena tan absurdo y peliculero. Eso no va a funcionar.
— No creo que sea buena idea...
— ¿Pues entonces qué harás? Ahí sentada en la oficina no vas a conseguir una novia. Tienes que salir, vamos a salir. Jihyo-ssi.— Y Jeongyeon me ruega esto. Ya teníamos planeado salir, pero ahora era casi seguro que debo hacerlo. Era mi única alternativa.
— Saldremos. Necesito conseguir respuestas ya, ¿segura que no conoces a una de tus tantas amigas a ver si se anima a... Ya sabes, lidiar con una suegra?
Jeongyeon bufa:— Oh no. Tengo amigas, pero créeme que no están pensando en conocer a su suegra el mismo día que las invitas a salir, jódete, que mal plan.
Nayeon nos mira como si la conversación entre nosotras fuera algo increíblemente malo. Claro que sí, estamos buscando soluciones para seguir con mi vil mentira.
— Yo insisto en que deberías decirles... Tienes veintiséis, ya no eres una nena, Park.— Son sus últimas palabras antes de prestar toda su atención a la televisión que ella misma enciende. Jeongyeon y yo nos miramos, y con solo una mirada concluimos que por ahora, la conversación debería ser para después. Además que todo ese embrollo, no me había permitido hablar correctamente con mis mejores amigas.
Nayeon y Jeongyeon se quedarían unos días, por no decir del Domingo hasta el Lunes quizá, eso no me molestaba para nada, a menos que se les ocurriera tener sexo por reencuentro. Ellas no eran para nada silenciosas.
El plan de Nayeon hace eco en mi mente, ¿será eso lo que debo hacer? Estaba tan claro, no era así, lo que debía hacer era ir y llamar a mi madre, decirle que una vez más no cumplo con sus exigencias, y volver a desaparecer del mapa. Pero no lo hice, y estaba dispuesta a seguir y seguir, ir a ese club y...
Ojalá ir a ese club, diese buenos resultados.
¡Hola! Estoy pensando en actualizar más seguido este fic, cuando acabe The Donor. Me gustaría que tengan un poco de paciencia ya que inicié de nuevo clases y están bien creativos con un montón de exposiciones y presentaciones, hasta obras de teatro de mandaron. Así que posiblemente no esté tan activa como antes, espero que lo puedan entender, aunque quiero actualizar de todas formas porque amo estar acá <3.
¿Listos para el próximo cap? Ya viene Sana por ahí...
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