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"1993"

El auditorio estaba lleno, aunque el entusiasmo de los estudiantes dejaba mucho que desear. El profesor Finnerty subió al escenario, acomodando sus gafas mientras agarraba el micrófono.

—Como parte de la celebración del Año Nuevo Lunar, verán las decoraciones, incluyendo los bokjori. Por favor, demos la bienvenida a la señorita Miller, miembro del comité organizador del festival, quien nos contará más sobre esta tradición.

Maddison subió al escenario con su típica actitud segura.

—El bokjori es una herramienta para filtrar la tierra del arroz —comenzó, mirando de reojo a los estudiantes, que parecían más interesados en sus teléfonos—. Además, el Seollal representa buena fortuna para el año nuevo, una tradición que merece nuestro respeto.

Apenas terminando su explicación, Maddison sonrió al público y regresó a su asiento con elegancia.

—Gracias, señorita Miller —dijo Alex, tomando el micrófono—. Como siempre, su conocimiento de la cultura coreana es admirable.

Maddison le devolvió una sonrisa fingida de modestia, mientras Alex, volviendo a la audiencia, anunció:

—Ahora, tenemos la apertura de la cápsula del tiempo de la clase que se graduó hace cuarenta años. Estas cápsulas son importantes pilares de KISS para preservar la historia de la escuela... o Kisstoria, como me gusta llamarla.

Soltó una pequeña risa después de su chiste, pero el auditorio permaneció en completo silencio. Alex aclaró la garganta con incomodidad.

—Ejem... como decía, también documentan las experiencias de los estudiantes. Sin embargo —su tono cambió ligeramente—, lamentablemente este año ya no se realizará una cápsula del tiempo para la beca herencia. El presupuesto y tiempo han sido redirigidos hacia actividades menos académicas, por desgracia.

Los murmullos llenaron el lugar, hasta que el señor Moon se levantó rápidamente, interrumpiendo la incomodidad.

—Y aquí es donde entro yo, justo a tiempo antes de que todos se duerman.

La audiencia rió con alivio. El señor Moon tomó el micrófono, su voz llena de entusiasmo.

—Con el espíritu de Seollal, tengo un regalo para ustedes. Quiero celebrar este nuevo ciclo con algo especial.

Los murmullos volvieron, esta vez de emoción.

—Quiero anunciar la realización de una exhibición de talento estudiantil al final del semestre.

Un griterío estalló entre los estudiantes, y el entusiasmo era evidente por primera vez en la asamblea.

—¡Y para motivarlos aún más! —continuó el señor Moon con una sonrisa—, el ganador recibirá un premio en efectivo.

Las ovaciones fueron aún mayores. Harper, sentada junto a Kitty, se inclinó hacia ella.

—Bueno, al menos esto se puso interesante.

Kitty asintió, con una sonrisa que prometía que ya se le ocurría algo.

Harper caminaba por los pasillos de la escuela, distraída en sus pensamientos, cuando llegó hasta un salón donde escuchaba música provenir de adentro. Curiosa, se asomó y vio a Min Ho, Stella y Dae, aparentemente preparándose para el concurso de canto. En medio de la conversación y la práctica, Min Ho giró a Stella, quien, con gracia, cayó ligeramente hacia atrás, siendo atrapada justo a tiempo en los brazos de él.

Harper, al ver esto, sintió una mezcla de incomodidad y celos, aunque trató de disimularlo. Su rostro se endureció, y con rapidez dio media vuelta, buscando escapar de esa escena. Min Ho, sin embargo, notó su reacción y, preocupado, se levantó para alcanzarla.

— Harper, espera. — Llamó, caminando rápidamente tras ella.

Harper apretó el paso, sin mirar atrás. Estaba decidida a no involucrarse, a no dejar que la incomodidad de la situación tuviera más poder sobre ella.

Min Ho la alcanzó, deteniéndola suavemente al colocar una mano en su hombro. Ella respiró hondo, pero no lo miró.

— ¿Por qué te vas? — Preguntó él, su voz llena de incertidumbre.

Harper siguió sin mirarlo, su silencio le respondía con una clara indiferencia. Su respiración se aceleró ligeramente, pero hizo caso omiso de él. Solo quería desaparecer de allí.

— Es solo un paso de baile, — dijo Min Ho, intentando aclarar la situación, — no es nada más.

Harper continuó caminando, como si no lo hubiera escuchado. Ella quería ignorarlo, como si, de alguna manera, eso pudiera calmar la tormenta interna que se había desatado en su pecho. No quería pensar en lo que vio, ni en lo que podría implicar.

Min Ho la miró con frustración, sin saber qué hacer. Los pasos de Harper se aligeraban mientras se alejaba, dejando atrás una distancia creciente que Min Ho no podía cruzar tan fácilmente.

— Harper, — repitió, una vez más, casi suplicando. — Déjame explicarte...

Pero ella ya estaba demasiado lejos, y su indiferencia dolía más de lo que había imaginado.

Más tarde, Harper había recibido el pedido de ayuda de Kitty para robar la cápsula del tiempo de la clase de su mamá, y, sin dudarlo, aceptó. Sin embargo, cuando llegó al lugar donde se reunirían, no pudo evitar suspirar al ver a Min Ho ahí.

Kitty, con una sonrisa traviesa, pareció alegrarse de ver a Harper y su expresión cambió como si todo hubiera sido parte de un plan que ella había ideado. No dijo nada al respecto, pero la mirada satisfecha en su rostro no pasaba desapercibida.

Antes de que Harper o Min Ho pudieran decir algo, Praveena apareció y, con un gesto serio, los llamó a acercarse.

— Acérquense, este es el plan. — Dijo con tono autoritario, dejando claro que la reunión estaba por comenzar.

Harper y los demás habían conseguido burlar a la mujer y entraron en el lugar donde se encontraba la cápsula del tiempo. El plan de Kitty y Praveena estaba en marcha.

Ella, al instante, intentó ignorarlo, manteniéndose ocupada mirando el lugar donde guardaban la cápsula. Sin embargo, Min Ho no dejó de observarla, se acercó con paso firme pero cauteloso.

— Harper, tenemos que hablar. —dijo él, suavemente, tratando de no llamar demasiado la atención.

Ella, sin mirarlo, se cruzó de brazos, intentando mantenerse distante.

— No es el momento, Min Ho. —respondió con voz firme, sin atreverse a mirarlo directamente.

Min Ho suspiró, frustrado por la indiferencia de Harper.

— Pero… tenemos que aclarar las cosas. Todo esto, sobre lo que pasó entre nosotros. Y con lo de mi papá se complicó todo, ¿no lo ves?

Harper lo miró finalmente, aunque sus ojos mostraban un brillo lleno de dudas y algo de enojo.

—¿No es tu papá quien financia un programa de arte solo para pasar tiempo contigo?. —respondió secamente.

Min Ho la miró a los ojos, exasperado, pero parecía que quería seguir hablando, quería que entendiera su postura.

— Es lo que hace… gestos vacíos para llenar el vacío que deja cuando no está... —sus palabras sonaron amargas, frustradas. — Pero lo que más me molesta es que quiere llevarme a su cabaña de esquí para Seollal, y yo solo... quiero que no se sienta tan incómodo.

Harper lo miró fijamente, como intentando descifrar qué estaba pensando. Min Ho parecía genuino en su necesidad de que las cosas se aclararan, aunque todo estaba envuelto en tensión.

— ¿Y qué quieres que haga? —preguntó Harper, cruzándose de brazos una vez más. Aún no se sentía del todo lista para ceder, pero la forma en que él lo planteaba comenzó a hacerla pensar.

Min Ho, con una mirada algo suplicante, dio un paso hacia ella.

— Bueno... sería menos incómodo si fuéramos más personas, no solo nosotros. Puedes invitar a los demás, Harper. —su voz sonó tranquila, casi como si estuviera esperando su aceptación, como si su presencia fuera una manera de aligerar el peso que él sentía sobre sus hombros.

Ella lo observó un momento en silencio, luego soltó un suspiro profundo.

— No estoy segura de que esto funcione, y sigo furiosa contigo. Pero… —Harper no lo dijo directamente, pero aceptó la invitación de la manera que solo alguien que había estado lejos de la verdad podía. — Está bien, iré. Pero no creas que eso cambia lo que pienso.

Antes de que pudiera añadir algo más, una voz que venía de lejos les interrumpió.

—¡Profesor Lee! —se escuchó a lo lejos, alarmada, como si la advertencia tuviera un efecto directo sobre todos en la sala.

Ambos se miraron apresuradamente, como si de repente todo estuviera en riesgo. Sin decir una palabra más, Harper y Min Ho se agacharon rápidamente, se escondieron detrás de una mesa cercana. Apenas podían oír las voces mientras Kitty y Praveena evitaban al profesor Lee, asegurándose de que el camino estuviera despejado.

El silencio fue una prueba para ambos, mientras esperaban que las voces de los otros se alejaran lo suficiente para que pudieran retomar el plan. Finalmente, Harper, al sentir una proximidad que no le esperaba, sintió que sus nervios se tensaban. De repente, el cuerpo de Min Ho estuvo mucho más cerca de lo que hubiera imaginado.

En un acto inesperado, sin que Harper pudiera evitarlo, Min Ho la besó. Fue un beso apasionado, un gesto que dejó a Harper casi sin aliento. En ese momento, todo lo que había ocurrido entre ellos, todas las confusiones, la ira y las preguntas no parecían tan importantes. Solo estaban allí, sin palabras, compartiendo algo que ninguno de los dos se había atrevido a poner en palabras antes.

Cuando se separaron, ambos quedaron en silencio por un segundo, el aire pesado entre ellos. Harper fue la primera en hablar.

— Aún sigo enojada contigo, ¿sabes? —dijo, con la mirada fija en el suelo.

Min Ho no respondió de inmediato, observándola con una sonrisa que parecía tan sincera como su expresión.

Harper finalmente volvió a levantar la cabeza y sus ojos se dirigieron hacia la cápsula del tiempo que había estado buscando durante tanto tiempo. Allí estaba, etiquetada con la fecha 1993.

— Ahí está. —dijo finalmente, con un atisbo de satisfacción. — Ayúdame a bajarla.

Min Ho, sin pensarlo, se apresuró a ayudarla y bajó la cápsula con cuidado. Juntos, salieron del lugar sin hacer ruido, asegurándose de que todo estuviera en su lugar.

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