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"GOOD MORNING, PORTLAND"


Harper estaba profundamente dormida, abrazando la tranquilidad de la mañana. La luz del sol apenas se colaba por las cortinas de su habitación en Portland, y ella aprovechaba hasta el último minuto de descanso. En su sueño, podía jurar que alguien la llamaba, pero no abrió los ojos hasta que sintió un tirón en su pierna.

-¡Harper, arriba! -gritó Owen, quien, junto con Peter, se encontraba de pie al borde de su cama, conspirando con sonrisas traviesas.

-Es demasiado temprano... -murmuró Harper, hundiendo más la cara en su almohada mientras intentaba espantar a sus hermanos con un perezoso movimiento de mano.

-Es sábado, pero eso no significa que puedas hibernar todo el día, tortuga -dijo Peter con tono burlón.

Harper emitió un quejido. Pero antes de que pudiera darles la espalda, ambos la sujetaron por los pies y empezaron a jalarla hacia el borde de la cama.

-¡Oigan! -protestó entre risas y un poco de frustración.

-No te quejes -respondió Owen-. Además, tu novio ya se despertó.

Harper abrió un ojo, confusa. -¿Min Ho está aquí?

-Nah, nos referimos a su equivalente: los waffles en la mesa. Mamá los hizo para nosotros, pero dijo que si no bajabas, no habría para ti. -Peter la soltó con una carcajada.

Con un leve empujón final, Harper terminó cayendo al suelo de manera teatral. Se quedó ahí, cruzando los brazos y fingiendo que estaba ofendida.

-Algún día se las voy a devolver, lo prometo.

Peter y Owen chocaron los cinco, ignorando su advertencia, y salieron de la habitación entre risas. Harper se levantó lentamente, negando con la cabeza pero sonriendo. Sus hermanos podían ser unos completos caos, pero sabía que esa dinámica caótica era una de las cosas que más extrañaba cuando estaba en KISS.

Se vistió con lo primero que encontró y bajó al comedor, donde encontró a toda la familia disfrutando del desayuno. En su plato había unos waffles decorados con crema y fruta, perfectamente preparados.

"Tal vez no está tan mal que me hayan sacado de la cama", pensó mientras daba el primer mordisco y escuchaba las risas de sus hermanos llenar la habitación.

Min Ho respiró profundo antes de tocar la puerta de la casa de Harper. A pesar de haber pasado un mes en Portland, no dejaba de sentir los nervios cada vez que se enfrentaba a su familia, especialmente a los dos hermanos de Harper; Peter y Owen, quienes claramente se tomaban su papel de "protectores" muy en serio.

La puerta se abrió y la madre de Harper apareció con una gran sonrisa en el rostro.

-¡Min Ho! -exclamó cálidamente-. Pasa, pasa. Ya sabes que aquí eres bienvenido.

Min Ho le devolvió la sonrisa y entró, llevando consigo un ramo de tulipanes para la señora Kavinsky, un pequeño detalle que no había olvidado desde su primera visita.

-Gracias, señora Kavinsky. Pensé que estos podrían alegrar el día.

-¡Qué encantador eres! Llámame por mi nombres, Min Ho, ya te lo he dicho. -Tomó las flores mientras él asentía, agradecido.

De la cocina, Harper apareció con una sonrisa radiante al escuchar la voz de Min Ho. Ella le dio un abrazo rápido, y él no pudo evitar relajarse un poco al sentir su cercanía.

-¿Dónde están tus hermanos? -preguntó Min Ho, mirando alrededor.

-En algún lugar tramando cosas -respondió Harper, rodando los ojos.

No tuvo que buscar mucho. Tan pronto como se dirigieron al salón, Peter y Owen estaban sentados en el sofá. Ambos estaban inexplicablemente sincronizados, inclinados hacia adelante y con los brazos cruzados, observando fijamente a Min Ho como si lo estuvieran juzgando.

FLASHBACK

La primera vez que Min Ho los había conocido, Harper y su mamá estaban en la cocina preparando el almuerzo. Él estaba sentado en el sillón, tratando de mantenerse tranquilo mientras Owen y Peter lo escrutaban sin disimulo desde el otro extremo del salón.

Min Ho intentó ser amable.

-Ustedes deben ser Owen y Peter, ¿no?

Owen inclinó la cabeza ligeramente, pero no respondió, mientras que Peter simplemente alzó una ceja.

-¿Así que tú eres el tipo? -preguntó Peter con un tono neutral que claramente llevaba una amenaza implícita.

Min Ho tragó saliva y se aclaró la garganta. -Si se refiere a Harper... sí, somos novios.

Owen dejó escapar un bufido. -¿Y por qué alguien como tú quiere salir con nuestra hermana?

Min Ho estaba a punto de responder cuando Harper intervino desde la cocina. -¡Porque es increíble y porque yo quiero, así que dejen de interrogarlo!

Peter fingió ignorarla y siguió con su cuestionario. -¿Qué te hace pensar que eres lo suficientemente bueno para ella?

Min Ho levantó la barbilla con confianza, aunque estaba claramente nervioso. -No lo sé, tal vez porque la amo.

Eso tomó a Peter y Owen por sorpresa, aunque rápidamente se recompusieron.

-Son muy jóvenes para saber que es el amor -dijo Peter, inclinándose hacia atrás como si Min Ho acabara de fallar una prueba secreta.

Harper salió de la cocina y, con las manos en la cadera, señaló a sus hermanos.

-¡Basta, los dos!

La señora Kavisnky apareció justo detrás de Harper, con una mirada divertida. -Chicos, dejen en paz al pobre muchacho. Es obvio que le importa Harper, así que no lo asusten más.

Fin del Flashback

-¿Listos para otra sesión de preguntas incómodas? -preguntó Owen ahora, sacando a Min Ho de sus pensamientos mientras tomaba asiento junto a Harper.

-No importa lo que digan, no me voy a rendir con Harper -contestó Min Ho, manteniendo la compostura y tomando suavemente la mano de Harper.

Harper rodó los ojos y le dio un pequeño codazo a Owen.

-Basta, en serio.

La señora Kavinsky entró con una bandeja de galletas y café, interrumpiendo cualquier otra provocación.

-Vamos, chicos, sean buenos. Ya se han acostumbrado a tener a Min Ho cerca, ¿cierto? -dijo con una sonrisa cómplice.

-Estamos trabajando en ello -respondió Peter, divertido pero con un deje protector en la voz.

Harper sonrió en silencio. Por un lado, entendía que sus hermanos solo intentaban cuidarla, pero ver cómo Min Ho mantenía la calma y enfrentaba a Peter y Owen con firmeza hacía que su corazón latiera con fuerza.

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