013


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"DRESS"

Harper estaba de pie frente al espejo de la tienda, probándose un vestido tras otro. La luz suave del lugar reflejaba en sus ojos, pero ninguno de los vestidos la convencía del todo. Min Ho había sido implacable cuando entraron a la tienda; no solo la acompañaba, sino que parecía dar órdenes de qué elegir, como si su “relación” fuera una misión de extrema importancia. Y en este momento, con el peso de las expectativas de Min Ho sobre sus hombros, no sabía si sentirse frustrada o divertida.

Él estaba recargado contra una pared cercana, observando con atención mientras Harper se desnudaba y se probaba una nueva pieza de ropa.

—¿Qué te parece este? —preguntó ella, levantando la mirada para ver si al menos alguna de las opciones había logrado agradarle.

Min Ho levantó las cejas, pareciendo más concentrado que nunca en su tarea.

—No, no, no… —murmuró, frunciendo el ceño mientras miraba el vestido de tirantes ajustado que Harper llevaba—. Eso no es lo que quiero.

Harper suspiró, exasperada por la cantidad de críticas que le había dado.

—¡¿Qué quieres entonces, Min Ho?! He probado como diez ya y ninguno te gusta.

Él la miró un instante, luego pareció pensar profundamente, casi con una seriedad innecesaria para la ocasión. Finalmente, se acercó con determinación.

—Quiero que lleves un vestido verde.

Harper lo miró como si hubiera dicho una tontería.

—¿Verde? ¿Por qué verde? —preguntó, incrédula.

Min Ho la miró fijamente, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Porque yo voy a ir de verde —respondió con total certeza—. Nada dice "pareja" como ir combinados. ¿No te parece?

Harper no podía evitar reír, aunque su tono era un poco sarcástico.

—¿Así que ahora somos el club de los vestidos verdes? —bromeó, rodando los ojos.

Min Ho, sin perder la compostura, la observó como si fuera lo más lógico del mundo.

—Es más que eso —dijo con tono serio—. Es la oportunidad de que todos vean que estamos juntos, aunque sea de mentira. Un conjunto armonioso muestra compromiso... o algo así.

Harper levantó una ceja, levantando las manos al aire en una especie de gesto de rendición.

—Perfecto. Voy a ser tu reflejo verde, entonces. —Dijo con un tono irónico, aunque, al final, se decidió y buscó un vestido verde en la percha. Un poco de rencor, un poco de diversión, pero sabía que al final, tenía que hacerlo por el trato.

Min Ho sonrió satisfecho, parece que finalmente había logrado que la situación se alineara con sus expectativas.

—Eso es lo que quería oír.

Con la decisión tomada, Harper salió del probador con el vestido verde, un poco más relajada a pesar del toque de sarcasmo que había dado. Pero en el fondo sabía que, mientras más se metieran en este arreglo de pareja falsa, más complicado sería mantenerse en control de la situación.

Cuando Harper salió del probador con el vestido verde, Min Ho la miró de inmediato, y por un segundo, su expresión cambió. Fue como si se hubiera olvidado del resto del mundo por un instante, los ojos fijos en ella, recorriéndola de arriba a abajo. Por un breve momento, Harper pudo sentir su mirada como si fuera la de alguien verdaderamente enamorado, algo que la hizo sentirse incómoda por lo intenso que era el foco de atención, como si su corazón hubiera dado un pequeño vuelco involuntario.

Ella levantó una ceja, sintiendo que esa mirada la analizaba. A lo lejos, sin embargo, algo cambió en la actitud de Min Ho. Claramente se dio cuenta de lo que había hecho y como un rayo, sus ojos se desviarían rápidamente hacia otro lado. Trató de recuperar su compostura.

—Pues... —dijo, con tono indiferente pero un leve color apareciendo en sus mejillas—. Es aceptable.

Aunque intentó sonar frío, Harper podía ver a través de su fachada que había algo más, algo que no lograba ocultar del todo. Era curioso cómo, sin quererlo, su fachada perfecta había quebrado un poco en ese preciso momento.

Ella sonrió divertida, tratando de ocultar cómo ese comentario, aunque rudo, de alguna manera había conseguido hacerle cosquillas en el interior.

—¿"Aceptable"? —repitió, alzando una ceja—. Entonces supongo que soy una obra maestra, ¿no?

Min Ho resopló, respondiendo con su típica arrogancia.

—No me hagas decir que se ve genial, eso es un exageración. Pero aceptable, sí —dijo, mirando su teléfono, como si nada hubiese pasado—. Ya basta, vámonos.

Con una última mirada hacia ella, ambos salieron de la tienda. Las luces brillaban y el aire frío de la calle les dio la bienvenida mientras caminaban juntos por el centro comercial. Pero en el fondo, Harper no pudo evitar pensar que en esa mirada de Min Ho había algo más de lo que él quería admitir.

Harper había estado ignorando las llamadas de Peter durante toda la tarde, aunque sabía que él iba a preguntarle sobre lo que había visto en la videollamada. Él había sido testigo del momento incómodo entre ella y Min Ho, y Harper no quería mentirle ni crear complicaciones. No sabía cómo explicarle que era parte de una "relación falsa", sin que sonara completamente absurdo, y mucho menos el acercamiento que ocurrió cuando casi se besaban. Por eso, había preferido evitar la conversación y seguir enfocada en su arreglo para la fiesta.

Estaba concentrada en ponerse el vestido verde, tomándose su tiempo. El silbido de la llamada entrante se cortaba en su mente y, aunque sentía una extraña culpabilidad, se decía a sí misma que solo estaba haciendo lo correcto, incluso si eso significaba ocultarle algo a Peter.

Una vez que estuvo lista, revisó su reflejo en el espejo. El vestido le quedaba perfecto, un toque elegante y sofisticado que de alguna forma la hacía sentir más confiada. Sin embargo, algo dentro de ella no dejaba de hacerla sentir un poco más distante de todo lo que conocía, especialmente de Peter.

De repente, un golpeteo en la puerta la sacó de sus pensamientos. Era Min Ho.

—¡¿Qué tanto te estás demorando?! —gritó desde afuera. Harper suspiró, recogió sus cosas y se acercó a la puerta, abriéndola rápidamente.

Cuando la puerta se abrió, Min Ho se quedó parado en el umbral, sus ojos ensanchándose al verla. El vestido le quedaba impecable, ajustándose a sus curvas de una forma que él no esperaba. Por un instante, su rostro perdió toda la arrogancia, mostrando una expresión más suave y sorprendente.

—Vaya... —susurró, como si no pudiera dejar de mirarla—. Nunca pensé que te verías... tan bien.

Harper no pudo evitar sonrojarse ligeramente ante la sorpresa de sus palabras, a pesar de su tono despreocupado. Trató de mantener la compostura y dijo con voz algo sarcástica:

—Gracias. ¿Listo para irnos?

Min Ho, al ver que ella parecía tranquila, volvió a la normalidad, aunque con algo de incomodidad en su tono.

—Vamos —respondió simplemente, inclinando ligeramente la cabeza mientras esperaba a que ella saliera.

Se dirigieron hacia la fiesta, pero el aire entre ellos, aunque tenso, no podía ocultar el creciente interés y la conexión inesperada que había entre ellos.

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