Capítulo Cuatro

Mis dedos se movían sin césar en la mesa en la cual estaba sentada mientras esperaba a Yoongi acercarse con las bebidas. Me sentía completamente nerviosa  y no sabía que hacer, Yoongi me había propuesto que vinieramos a la cafetería que se encontraba en el hospital porque quería hablar conmigo. Yo sabía perfectamente de que quería hablar.

Pero al mismo tiempo no quería enfrentarlo. 

Luego de la muerte de mi madre, yo me había vuelto una chica cerrada y no solía desenvolverme como lo había hecho el día que Yoongi me dijo todas esas cosas, por primera vez había dicho lo que tenía guardado en el pecho. Yoongi no era el primero que me decía ese tipo de cosas, pero siempre hacía caso omiso. Wendy me solía aconsejar que no dijera nada, que si los ignoraba ellos dejarían de decirme aquellas críticas que tanto me dolían.

Sin embargo, Min Yoongi se había convertido en mi detonante. 

Ahora me encontraba esperándolo, pensando múltiples escenarios. Tal vez me topaba con un 'Sería bueno que no tengamos estas discusiones en un hospital' o probablemente con otra grosería.  

Sentí algo helado posarse cerca de mis dedos y levanté la vista encontrándome con aquel chico que me había tratado de la patada desde que nos conocimos. Tenía una media sonrisa, como si se sintiera arrepentido de lo que pasó días atrás, pero por lo poco que llevaba conociéndolo; Yoongi no parecía el tipo de chico que con solo mirarlo sabías que te iba a decir. 

—Lo siento.—lo escuché decir mientras tomaba un sorbo de mi té.

Yo me quedé callada. No sabía que responder.

—Cuando dije todo aquello ese día fue sin pensarlo—prosiguió—Habías cumplido con tu promesa a mi hermana y fuiste un amor con ella. Yo simplemente te juzgué sin conocerte, es por eso que te pido perdón.

Pude notar la sinceridad en sus ojos a medida hablaba y por algún motivo sentí alivio, me mordí el labio y pensé claramente lo que iba a decir a continuación.

—Te perdono.—respondí bajando mi mirada hacia mi té y trazando circulos con mi dedo—Yo también quiero pedir perdón por lo que respondí, no tenía que tomar esa actitud.—hice una pausa—Aunque te confieso que me sentí bien.

—¿Ah, si?

—Si—dije, y solté una risita. 

Él se rió conmigo y asintió lentamente, como si meditara lo que le decía. 

—No eres la primera persona que me dijo ese tipo de cosas, Yoongi—me confesé—Pero si fuiste a la primera que le respondí. Yo suelo dar esa impresión cuando la gente me conoce, pero no lo puedo evitar es como un mecanismo de defensa.

—¿Tener la cara de quiero matar a alguien es un mecanismo de defensa?

—Oh, vamos. Tú también la tienes! 

Él se volvió a reír, cosa que me por algún motivo me agradó. Yoongi se miraba demasiado frío por fuera o por lo menos conmigo lo había demostrado sin embargo ver esa faceta de fanfarrón me agradaba...es más me gustaba.

Yoongi tomó un sorbo de su café antes de seguir—La diferencia es que al parecer tú la andas siempre y yo solo lo hago cuando alguien no me cae bien.

—Entonces, ¿tanto de desagrado?—le pregunté. 

—Antes si, pero después de que me abofeteaste y respondiste como lo hiciste me comenzaste a caer bien—se recostó en su silla—Siendo sincero me hiciste sentir muy mal después de eso.

—De verdad lo lamento, no era mi intención golpearte solo...me deje llevar.—me disculpe—¿Podemos comenzar con el pie derecho? Digo, soy la madrina de JiYoon y pasaré con ella el tiempo que sea. Ella es alguien bastante especial. 

Yoongi sonrió y miró a su café, como si tuviera miedo que leyera a tráves de sus ojos el dolor que sentía cada vez que mencionaba a su hermana, no sabía de donde pero agarré valentía y toque su muñeca. 

—Ella se recuperará, es una niña fuerte.

—Lo es, es solo...—se aclaró la garganta—¿Como lo hiciste...?—lo miré confundida—...lo de tu madre?

Sentí un nudo formarse en mi garganta, desvíe la mirada y medio sonreí.

—Yo...no fue fácil—mi voz salió como un susurro—Quise...

Mis palabras fueron interrumpidas por la mano de Yoongi, mis ojos navegaron hacia ellas cuando sentí su toque. Lo miré y él me otorgó una sonrisa.

—No digas nada. Haz como que nunca pregunté aquello.

No respondí simplemente asentí lentamente sin quitar mis ojos de los suyos. Y de repente, me encontré a mi misma leyendo a través de los ojos de Yoongi; en sus ojos se leía melancolía con un rastro de alegría era como una combinación agridulce.

En sus ojos existía lo que yo sentía años atrás, esperanza y tristeza.

Él me entendía y yo lo entendía a él. Al final no éramos tan distintos como él tanto pensaba. Y por algún motivo sentí una calidez invadió mi cuerpo...

—¿Yoongi?

Quité mi mirada al mismo tiempo que Yoongi quitó su mano de la mía mientras se aclaraba la garganta. Dirigí mi mirada hacia el lado y me encontré con el doctor de JiYoon, el doctor Im.

—Doctor Im.—saludó Yoongi—Es un placer verlo.

—Igualmente. Señorita Kim, es un placer finalmente verla en persona.—dijo mientras llevaba me tendía la mano.

Se la estreche y asentí—El placer es mío, doctor Im.

Retiro su mano de la mía y miro a Yoongi para luego verme a mí. Dejó salir un suspiro y sonrió ampliamente.

—Me alegra mucho que estén ambos aquí, tengo noticias del estado de salud de JiYoon.

Al escuchar eso, noté de reojo como Yoongi se sentaba recto y se ponía tenso; por mi parte, tomé un sorbo de mi té.

—¿JiYoon tiene algo malo doctor?—preguntó Yoongi, con un poco de miedo en su voz—¿Acaso...su estado...empeoró?

Sentí un cosquilleo en mi pecho con sólo pensar que ella se pondría peor pero al mismo ese pensar se esfumó cuando mire al doctor negar.

—Nada de eso.—dijo—Encontramos un transplante de médula ósea para JiYoon.

Yoongi se levantó de su asiento y lo miro sorprendido—Doctor, ¿está hablando enserio?

Cuando asintió, yo sonreí ampliamente y lo abracé. Yoongi se unió al abrazo y nos miramos mutuamente con una sonrisa.

—Sólo falta programarlo y hacer el depósito.—dijo el doctor, tranquilo.—Me tengo que ir, sólo venía a decir esto.

Yo me despedí con la mano y una sonrisa mientras miraba al doctor alejarse, sin embargo cuando mi mirada fue hacia Yoongi; todo se volvió confuso.

Yoongi se quedó serio y mirando a un punto ciego. Coloqué mi mano en su brazo y lo sacudí levemente. Él me miro y trago duro.

—¿Pasa algo?

—No es nada.

—Yoongi...—me acerqué a él—Dijimos que empezaríamos con el pie derecho, somos amigos...dime ¿ocurre algo?

—El depósito...no creo. Yo sabía que teníamos que hacer uno para cuando este momento llegará pero no lo tengo todo sólo la mitad.

Abrí los ojos sorprendida—¿Y que hay de mi apadrinamiento?

—Eso sirve para mantener con los cuidados del hospital hacia JiYoon—respondió—Pero antes de que llegarás, yo utilicé la otra mitad para cubrir las medicinas y los gastos.

—Yoongi, pero yo puedo...

—No Jennie, eso sí que no.

Suspiré y mire hacia los lados, mi vista fue hacia una chica que comía una tartaleta de fresa y una idea me llegó a la mente.

—Tengo una idea.—murmuré.

—¿Idea?

Asentí.

—Tartaletas de durazno.

—¿Qué?



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top