Una pequeña niña miraba la TV mientras su amado padre cepillaba sus largos cabellos marrón oscuro casi negros, su padre temblaba un poco por las heridas vendadas que tenía.

─ Papá... ─ el hombre de unos 28 años paro de peinarla al escuchar el llamado de su hija de 7 años ─ ¿Dime Ratoncita? ─ menciono con cierto tono de duda sin dejar atrás su tono cálido ─ ¿Por qué "madre" te lastima?...─ cuestiono la menor.

La sala quedo en un horrible silencio, el hombre con las vendas (La mayoría desarregladas) miraba con un poco de sorpresa a su hija, realmente esperaba una pregunta más normal como "¿por qué el cielo es azul?" o el "¿de donde vienen los bebés?", luego de mucho tiempo de silencio el mayor vio como su hija se ponía de pie, su vestido azúl como la noche se movía ligeramente, volteo ahora estando cara a cara, los ojos negros del hombre miraban directamente a los ojos celestes (bastante parecidos a los de un gato).

─ ¿Por qué "Madre" te golpea?...─ volvió a preguntar, el hombre al no poder estar más tiempo callado soltó un suspiro

─ Tu "madre" me golpea por que me esta demostrando su amor...─ explicó a la pequeña la cual vio como su querido padre empezaba a temblar y algunas lagrimas resbalaron por sus mejillas pálidas como el, pasaron unos minutos de vuelta al silencio o bueno el silencio junto a los sollozos del hombre de cabellos castaños.

la pequeña puso su mano sobre la cabeza del mayor dio suaves caricias y luego dijo ─ ¡Dolor desaparece! ¡Dolor desaparece! ─ el hombre miraba a su pequeña para luego sonreír gentilmente, la abrazo con cuidado hasta que escucho un golpe fuerte en la puerta, al saber que era su esposa, cargó a la pequeña y la llevaba a su habitación, prendió la TV, le puso un programa cualquiera, le dio un beso en la frente ─ No abras la puerta, ¿Entendido? ─ Ella asintió ─ Bien y recuerda papá te adora, pequeña diosa ─ dicho eso el se retiro de esa habitación, ella se quedo sola en esa habitación, apagó las luces, se envolvió en las cobijas blancas, puso su programa favorito el cual era de "Crimines y Asesinos", le fascinaba el como el ser humano era tan vengativo.

─ ¡¡DETENTE POR FAVOR!! ─ escuchaba los gritos de su papá mientras su "madre" lo golpea estando borracha de nuevo, la pequeña solo pudo abrazar a su peluche de gato el tenía varios parches, ella le subió el volumen mientras intentaba no llorar.

Miro la TV y escucho como habían asesinado a alguien, sus ojos brillaron al tener una idea, se quitó las cobijas de encima y salió de la habitación en silencio como un gato, saltó alcanzando un cuchillo de carnicero, sonrió contenta al caer de pie, examinando el cuchillo, lo toco en la parte del filo.

Largo un suspiro para ir donde se encontraba su "madre", la encontró tomando Licor como siempre, fue hacia ella por detrás ─ ¡BIENVENIDA AL INFIERNO! ─ gritó, la mujer volteo a ver a la niña pero la niña había saltado y le clavo el cuchillo en medio del pecho, la de mayor edad cayó al piso mientras se ahogaba en su propia sangre, la niña suspiró aliviada al ver que ella ya no respiraba, sonrió y fue donde su papá el cual estaba inconciente por los golpes, la pequeña llevo con cuidado a su padre a la habitación, lo vendó con cuidado, lo arropó, fue donde el cadaver y lo llevó a la cocina ─ ¿Qué haré contigo?...─ dijo al aire pero se le ocurrió una idea.

Al día siguiente, ella fue donde su padre ─ ¿Mmm...? ¿Ratoncita?...─ el hombre la miró, en cuanto logró verla mejor la abrazo con fuerzas ─ ¡¿Ella te hizo daño?! ¡¿Por qué estas cubierta de sangre?! ─ La niña sonrió ─ Papá, "Madre" ya no te pegará ─ El, incredulo se levantó y reviso toda la casa, estaba todo limpio y ordenado, reviso a su hija, ella estaba bien, bañada en sangre pero bien, llegó el medio día, la pequeña hizo el almuerzo ─ ¡Esta delicioso, Mi amor! ─ Ella sonrió ya limpia y lo único que pensó fue 

─ "Al final 'Madre' funcionó para algo" ─