⻝ ┇ ❝tres.

Su lengua pasó por toda la extensión del miembro, para luego meter la punta en su boca, acariciándola con su lengua para después liberarlo en un pop, volviendo a hacer el mismo proceso. Lalisa echó su cabeza atrás, sintiendo la boca de Jennie hacer maravillas en su miembro.

Sentía como palpitaba en su boca y eso la impulsaba a volver a meterlo en su boca, y volver a lamer.

Jennie agradeció mentalmente que Lalisa no fuera una headpusher porque los odiaba. Las veces que tenía a una persona que simulaba estocadas en su boca quería terminar la actividad sexual lo antes posible, porque le asqueaba. Terminaba todo aunque al final quedaba dolorida por su celo, y por no tener una polla dentro de ella.

Lalisa gruñó al momento de sentir lo más profundo de la garganta de la omega, nadie había podido meter todo en su boca. Supuso que la mayor ya tenía experiencia en eso, así que mejor se dispuso a disfrutar de la mamada que le proporcionaba.

Y era tan caliente. Lalisa se consideraba una persona resistente al momento de tener relaciones sexuales pero todo lo que le estaba haciendo Jennie la hacía enloquecer.

Intentó contar hasta cien cuando volvió a sentir todo su miembro en la boca de la mayor, y su lengua enrollándolo. Subía y bajaba, lamia y lo liberaba en un pop, jamás viéndola.

Para su suerte Jennie no era de esas chicas vulgares que la veían cuando le estaban haciendo una felación, porque pensaba que era eso. Vulgar.

Sabe lo que está haciendo. Lalisa pensó.

Pero también estaba pensando en "Treinta, Treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres". Así que no se hizo mucho caso.

Y Jennie no quería abrir los ojos porque había escuchado que el contacto visual era importante al momento de tener intimidad, y ella había ido a coger. Besó la punta para volver a lamer toda su extensión, chupando como si fuera una paleta. Succionaba y escuchaba a Lalisa gemir y soltar unos gruñidos.

Tal vez sólo quería abrir sus ojos para ver a su acompañante retorcerse en la silla.

Y lo hizo.

Cuando abrió sus ojos lo primero que notó es que Lalisa tenía los suyos cerrados, y la cabeza hacia atrás. Sus manos estaban aferradas a la silla, haciendo que sus nudillos se marcaran tanto y su mano se notara algo venosa. Puede que el efecto de su celo ya esté sucediendo, porque sintió su centro húmedo.

Bajó sus dedos hasta éste, y comenzó a masturbarse al mismo tiempo que la polla de Lalisa seguía en su boca, y su percepción de la situación se tornó borrosa. Tal vez si era excitante tener dos dedos dentro de ella mientras tenía una polla en su boca.

Agradeció tener el pene de Lalisa al momento que evitó gemir, pero supo que la menor la escuchó porque volvió a palpitar.

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