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El olor de un té de manzanilla invadió su nariz, junto con el característico olor a cerezas de la omega que estaba frente a ella. Todo un sueño. En el momento que SeulGi se levantó ya tenía frente a ella a una linda chica ofreciéndole una bandeja con el desayuno.

Y qué chica tan linda tenía frente a ella.

—Buenos días cariño. — De inmediato el contrato invadió su mente. No decía nada sobre los apodos cariñosos pero si sobre marcaba fuertemente que no eran pareja. Miraba ambos ojos de la chica, aceptó la taza de té, ocultando su rostro con dicha taza.

— ¿No te duele alguna parte de tu cuerpo?—Un pan untado con mantequilla, SeulGi lo saboreó en su boca como había saboreado a la omega toda la noche anterior. JooHyun ladeó su cabeza, con una sonrisa.

—Me duele la cadera, batallé para mover mis piernas y tengo varios moretones por la cadera. —Un puchero tan tierno invadió la cara de la pelinegra, y la sonrisa no faltó. —Está bien, no te preocupes, fue solo...

JooHyun volteó a ver el mueble al lado de la cama, viendo más de 10 envolturas de preservativos rotas. Se tapó el rostro con un poco de vergüenza.
Se sentía toda una puta. Los moretones en sus muslos interiores, caderas y rodillas, insaciable, por obligar a la menor a pasar más de dos horas para satisfacerla. El puchero fue borrado, y apareció un gran sonrojo.

SeulGi podía ser muchas cosas, pero tonta no estaba en su lista.
Podía notar cuando alguien se ponía incomoda ante su presencia o simplemente cuando algo incomodaba a alguien, y buscaba algo como chivo expiatorio para que la gente riera y se dejaran de sentir así, incómodos. Y lo último que quería en ese momento era que la omega se sintiera incómoda en su presencia.

—No te preocupes, no me molesta pasar mucho tiempo contigo. — Guiñó un ojo y siguió masticando el pan. La pelinegra la miró con curiosidad, sacando una pequeña sonrisa. — Soy bruja.

Jugó con sus dedos y JooHyun comenzó a reír, cerrando sus ojos en el proceso. SeulGi alzó sus cejas aprovechando que la mayor no la estaba viendo, y alzó una sonrisa fugaz. Ver feliz a las personas la hacía feliz.

Dejó la bandeja y se acurrucó en el pecho de la 'bruja' para después acariciar su pecho.

— ¿Estás cansada?—SeulGi negó, y JooHyun se montó sobre sus piernas. —Entonces tienes energía para un mañanero.

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