Capitulo 3
-Brrr... brrrr.... Brrrr.... –balbuceos llegan hasta mis oídos, me han traído de mi corto sueño, como ya me es común mente. Pero saben, es el mejor despertar del mundo.
Me reincorporo un poco en la cama. Giro hacia el lado derecho, y como siempre, Luhan ya no está, se ha ido al trabajo.
Dos cunas; una color rosa y otra azul, están a mi costado. Mei y Shaoran parecen haber despertado ya.
Me levanto, estoy a punto de acercarme aún más a las cunas de mis bebés, pero antes me cruzo inevitablemente con mi reflejo en la ventana; ojeras decoran mi rostro pálido. Llevo mi diestra hasta ellas, las acaricio y sonrió; son preciosas. No puedo creerme que son causadas por esos dos angelillos que yacen inquietos dentro de sus cunas.
Me acerco hasta ellos, hasta que sus grandes ojos se posan en mí. Saben que soy "Mamá". Sus bracitos regordetes se estiran pidiendo brazos hacia mí.
Sonrió enternecido.
-¿Mis niños están hambrientos, no es así? –les pregunto.
Shaoran se rinde de mantener sus brazos hacia mí, así que lleva su pequeña y regordeta mano a la boca. Yo de inmediato se lo impido sosteniéndola. Él es tan gruñón y berrinchudo como su padre porque de inmediato se echa a llorar.
-Shao, ahora no nene –pido, pero es inútil. Su llanto parece tomar intensidad.
Con cuidado, lo saco de su cuna y después hago lo mismo con Mei.
-Mami les dará de comer a los pobres bebés –me burlo.
Comen como si no les alimentara en días. En serio.
Me encamino hasta la cocina.
Tres meses con mis pequeños ángeles se me hace una eternidad que quiero seguir teniendo.
Camino por aquí y por allá hasta dar con sus portabebés. El de Mei es de Loopy y el de Shaoran era de pororo. A decir verdad, los portabebés son muy monos. Si hubiera uno grande se Krong, juro que no salgo de él.
Dejo a mis dos bebés en sus respectivos portabebés mientras ponen completa atención a los colgantes musicales que portan.
Tomo el termo y comienzo hacer la mezcla para la leche de mis niños. Después de que ellos queden satisfechos, me preparare algo yo.
Después del primer mes de tenerlos, yo ya estaba perfectamente bien. Le dije a Luhan que no era necesario una niñera ni una persona del servicio. Que una vez cumpliendo sus 3 meses, podría regresar a estudiar, pero de verdad pensar en ello se me está haciendo imposible. No quiero dejarlos. Ellos de verdad que están muy apegados a mí. ChanYeol ya ha venido hablar conmigo de esto ayer y Luhan le apoyo, dicen que es hora de regresar a clases. Luhan me ha asegurado que la nana de mis bebés será la que una vez fue suya.
Ya tengo sus biberones preparados. Me siento en la alfombra de la sala donde los he dejado, estoy en medio de sus portabebés para tenerlos por igual. Le doy primero su biberón a Mei y después a Shaoran. Mis dietas están estiradas hacia ellos. Esto es cansado, pero no me importa, mientras sea por ellos.
Mientras ellos toman yo les miro. Una tristeza grande me invade al saber que en unos días ya no podre estar con ellos las 24 horas del día. Sin ser consiente, ya estoy llorando. Haciendo un mar de lágrimas. Simplemente no quiero estar lejos de ellos.
Sé que Luhan y Chanyeol quieren lo mejor para mí, y eso para ellos, es que termine mis estudios. Una vez que tenga mi carrera, podre dedicarme completamente a mis niños ¿Pero acaso es que no sabe que para ello me faltan como 5 o 6 años? Es demasiado tiempo lejos de mis niños. La etapa donde necesitan de sus padres al 100%.
Un día se lo discutí a Luhan y lo único que me gane fue una reprenda de su parte además de que se molestó conmigo todo el día hasta que le pedí disculpas y que acepaba regresar a los estudios cumplidos los 3 meses de Mei y Shaoran.
-Mami los ama –suelto entre las lágrimas.
El timbre del departamento suena. Es muy raro que a estas horas de la mañana suene. Quizá sea Luhan que ha olvidado algo o ChanYeol que ha pasado antes de lo común a visitarnos.
-Ahora vengo chiquitines –les digo, pero parece que ya ambos han caído dormidos. Limpio con la toallita un poco de leche que a Mei se le ha escapado gracias a que tiene la costumbre de mantener su boquita abierta cuando duerme.
Una vez asegurado de que están completamente dormidos, me levanto y con el torso de mi mano limpio mi rostro. Sé que no puedo quitar lo rojo que esta por las lágrimas, pero algo me inventare si preguntan.
Camino a paso apresurado hasta la puerta y abro. No reconozco a la chica que me mira de pies a cabeza. Baja un poco sus lentos hasta la punta de su nariz, para examinarme bien. Me está poniendo incómodo.
-H-Hola –saludo. No me gusta que me vea de esa forma.
-Mmm, así que tú eres el tan dichoso Sehun –me estremece escuchar como dice mi nombre, con tanta repugnancia y desprecio.
-S-Sí, soy yo. Usted es... -inquiero.
Y en este momento es cuando me doy cuenta de su vestido tan elegante y hermoso que viste junto con su grandes tacones mientras yo solo llevo mi pants negro con mi playera gris quizá llena de leche en polvo por mis niños.
-Pensé, solo, que eras más grande y... bonito – el alma se me cae a los pies, literalmente. Eso, sin duda, me ha dolido y no sé porque-. Soy Natasha Klein, ex novia de Luhan –extiende su mano en son de saludo.
-O-Oh, mucho gusto –miento. No es ningún gusto conocerle.
-Te ves de 14 a lo mucho 15 años, ¿Qué edad tienes? –inquiere.
Son preguntas personales que no debo responder, pero algo me incita a que lo haga.
-T-tengo 17 años –miento nuevamente. Sé que mi edad de por si es un problema, no quiero que sea una burla.
-Vaya, pues lo siento, pero te ves tal cual es un crio, ¿Puedo pasar? –pregunta y yo asiento.
Dejo que pase y cierro la puerta. Tomo una grande bocanada de aire. Presiento que la necesitare mucho. Me giro y veo como ella analiza todo el departamento, hasta que sus ojos se posan en la sala, justo donde están mi bebés dormidos.
-¿S-Son tuyos? –pregunta incrédula.
-Si –respondo orgulloso. Mis niños son capaz de poner nervioso y robarle el aire a cualquiera. ¡Eso es!.
-Vaya, nunca imagine que Luhan era de tener hijos y menos, con un chico –comenta.
-Pues ya ves, pensaste mal. Esos bebés son nuestros –mi orgullo de madre me hace fuerte.
-¿Puedo acercarme? –pregunta y su tono de voz dócil me toma de sorpresa así que solo asiento.
Ella se acerca lentamente. Me sorprende lo que hace; se hinca con tanta elegancia hasta estar a la altura de los portabebés.
-¡Dios mío! ¡Son preciosos! –chilla con emoción.
Yo sonrió. Claro que son hermosos.
-Él es tan parecido a Luhan y ella, tan a ti... -dice sorprendida.
No puedo dejar de sonreír. En serio.
Ella parece salir de su encanto por ellos y se levanta a la velocidad de la luz.
-Bueno, hablare. Diré la razón por la que estoy aquí, aunque, presiento que esto será aún más difícil –lo último lo musita, pero lo alcanzo a escuchar a la perfección.
-Claro, usted dirá –le apunto el sillón para que tome asiento y ella lo hace. Enseguida lo hago yo.
-Quiero que dejes a Luhan –y mi quijada no puede haberse hecho más grande al escuchar salir esas palabras de su boca.
******
¡Hola Donitas!
Por fin actualizo después de siglos -dramatizo-.
¿Que les pareció el capitulo?
¿Que creen que pase?
Pobre Sehun, no quiere regresar a clases por estar con sus angelitos.
Natasha Klein ¿Como reaccionara Luhan a su llegada?
Puffff son muchas cosas para un Little boy -pequeño niño-.
*
Bueno, esto es todo por hoy.
¡Nos leemos luego!
¡Actualizare mas rápido!
¡Gracias por leer!
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