3.- Pensamiento
Soobin se estaba rompiendo la cabeza pensando en cómo hacer que Beomgyu deje de pensar de esa manera, tampoco es como si le pudiese contar a Yeonjun sobre eso ¿Verdad?
Tampoco sabía que es lo que el adolescente quería para su cumpleaños, cumpliría 17, a la vista de Soobin, a su edad, él hubiera querido una fiesta y ya, pero Beomgyu no tenía amigos a los cuales invitar así que como mínimo le daría un regalito, pero ahora la pregunta és ¿Qué le gusta a Beomgyu?
-Amo, ya es hora de que vaya a su clase- Beomgyu seguía llevando la gran remera que Soobin le había dado.
-Tienes razón, Beomgyu, somos amigos, no tienes porqué seguir siendo formal.
-No puedo hacer eso, Amo, tengo que respetarlo.
-Y yo te digo que no es necesario.
-Lo siento- bajó su cabeza sabiendo que había cometido un error al abrir la boca.
-No te disculpes, no hiciste nada malo, nadie te hará nada malo mientras yo esté aquí- Quiso abrazarlo y protegerlo de sus inseguridades... pero se contuvo.
-Llegará tarde, mi Señor- tuvo dueños que le prohibieron llamarlos "Amo" y lo reemplazaron con "Mi Señor".
-No me llames así ¿si? Somos amigos.
-Lo siento, Amo.
Soobin suspiró rendido ante el pensamiento de ese adolescente, ya mañana era su cumpleaños y no sabía que hacer.
-No hay cuidado, cuida la casa ¿si? Volveré pronto- De algún modo decir aquellas palabras hacía que se sintiese mejor y esbozara una sonrisa.
-Claro que si, Amo- su rostro era neutral y aunque no tenía expresión alguna sus facciones eran delicadas y hermosas.
-Adiós- salió en dirección a la universidad, estaba pensando en si sería buena idea decírselo a Yeonjun o no... tal vez después.
Caminó unas cuadras antes de que su mejor amigo lo tacleara.
-Buen día- dijo Yeonjun de lo más feliz después de taclear a su amigo.
-Contigo solo son días- habló como todo mejor amigo.
-¿Alguna novedad?
-Recogí al gatito, tiene muchas heridas, debió haber sufrido mucho.
-No sé cómo las personas dañan a un animalito, si no les gusta, simplemente pueden pasar de lado sin hacer daño a nadie.
-La gente es estúpida, Jun.
-Eso si- cambiaron de tema, quejarse de gente idiota empeoraba su buen estado de humor.
-Tengo que ir al cumpleaños de mi primito- mintió -No sé qué regalarle y es mañana, ¿Podrías ayudarme?
-Claro, ¿Qué cosas le gutan?
-Ni idea, apenas me enteré de su existencia ayer, cumplirá 17 añitos.
-Oww, está chiquito, pero si no sabes qué le gusta será difícil complacerlo.
-No quiero ir a clase, ¿Nos la saltamos?
-Bien por mi, así pensamos en qué le comprarás a tu primito.- cambiaron de dirección de la universidad al centro comercial
Vieron desde lámparas hasta cosas de alta tecnología, nada captaba su atención, hasta que Soobin vio un peluche de conejito blanco y recordó como Beomgyu admiraba los pequeños peluches de adorno en la habitación de Soobin. Decidió comprar aquel peluche y ropa que le quedase bien, comprando de paso shampoo, acondicionador y un cepillo de dientes nuevo para Beomgyu.
-Creo que es todo- Habló Soobin con sus bolsas en mano y el peluche en su mochila para que Beomgyu no lo viese cuando entre a casa.
-Vamos a comer que tengo hambre- se estiró un poco haciendo sonar su espalda.
-Tú puedes hacer aparecer comida, solo quieres que gaste mi dinero.
-La comida que hago no es segura, tengo que perfeccionar o puedes comer patas de rana en tu hamburguesa- aunque también quería que Soobin gastase de su dinero.
-Ugh!- se quejó pensando en que comería patas de rana si Yeonjun se lo ofrecía -Bien, pero pagas la mitad.
-Bien- al menos no pagaría todo, punto a su favor.
.
.
-Beomgyu, ya llegué- Soobin cerró la puerta tras suyo, anunciando su llegada sin obtener respuesta, tal vez está durmiendo... aunque eran las 6 de la tarde.
Buscó a Beomgyu y lo encontró justo como pensó, durmiendo en la mullida cama.
Apenas la puerta rechinó Beomgyu se levantó asustado de haber dormido sin el permiso de su Amo y aún peor, dormido en la cama.
-Lo siento, Amo, solo estaba un poco cansado, perdone mi irrespetuoso actuar, prometo que no volverá a pasar- se levantó de la cama, sus delgadas piernas temblaban y su cabeza daba vueltas.
-¿Estás bien?- Soobin ignoró las anteriores palabras de Beomgyu, estaba preocupado por aquel adolescente.
-Claro que si- claramente mintió, su estómago rugió y segundos después cayó al suelo.
-Beomgyu!- exclamó para poder sostener su delgado y muy liviano cuerpo para colocarlo en la cama.
Le tomó temperatura, todo bien, seguro se desmayó por no haber comido ¿Porqué no había comido?
Beomgyu abrió los ojos sintiendo un deliciosos aroma a estofado, obviamente no preguntaría, conocía bien las reglas, pero estaba desconcertado del porqué estaba en aquella cama nuevamente, tampoco preguntó.
Se levantó y con sus piernas débiles se dirigió a la cocina a pedir perdón por no haber recibido bien a su Amo.
-Lamento lo que pasó, me sentía un poco débil y no pude recibirlo como se debe, espero me--
-Me preocupaste bastante- Soobin se dió la vuelta mirando algo preocupado a Beomgyu -Llevaré la comida, ve a la cama- suspiró -Y no tienes que disculparte, en este momento eres mi prioridad número uno.
-S-si... Amo.- se encaminó nuevamente hacia la habitación, ¿Acaso su Amo estaba preocupado por él?
Minutos después Soobin entró a la habitación con dos platos de estofado de cerdo, entregó uno a Beomgyu.
-¿Al menos desayunaste?
-Claro que no, Amo, solo se me permite comer cuando usted me lo permite.
-Entonces, desde ahora te permito comer cuando quieras en cualquier momento del día, esté o no en casa puedes comer si tienes hambre.
Dijo todo eso con una sonrisa, haciéndole sentir a Beomgyu seguro.
-Muchas gracias, Amo.
Aunque ésa seguridad no era suficiente.
Y tal vez nunca lo séa.
Cami~
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