Juu nana | 17.

Existe el diálogo para resolver problemas.

—Oye, Dazai-san, ¿a qué edad diste tu primer beso? —pregunté de la nada.

Había cavado mi propia tumba sin darme cuenta de ello. Ya entendíamos que debido a mi personalidad, me era difícil mantener una postura y menos enojada. Aquello simplemente salió como si nada, porque olvidé que habíamos "discutido" antes.

—¿Qué te hace pensar que lo he dado? Desde el preescolar las niñas corren de mí y los niños me odian por ser inteligente —contestó serio, sin despegar la mirada de su móvil, poco después le vi tomar un pedazo de pastel con el tenedor para llevárselo a la boca.

Juré haber sentido como la incomodidad creció en el ambiente, y por sobre todo, la forma en que lo dijo, con algún tipo de molestia, me hizo sentir mal.
Bueno, lo importante aquí era que el muchacho aún no había dado su primer beso, aprovecharía y le recomendaría que se comiera un chicle antes de ello, porque al parecer es un buen y obligatorio paso para un primer beso perfecto. ¡Vivan los artículos de adolescentes!

—Bueno, pues yo... —Lo sé, nadie me preguntó, pero necesitaba igualar la balanza—. Mmm, mi primer beso fue con Akutagawa-san, tú vecino, creo que ya te había dicho que íbamos juntos a la primaría.

Comencé avergonzada, salvo que aquello, pareció llamar mucho la atención de mi acompañante, ya que despegó la mirada del móvil y me vio de reojo. Él tendría que escuchar mi horrible historia.

—Sucedió antes del incidente con la piñata. Akutagawa-san, Atsushi-kun, yo y algunos otros niños quisimos jugar a la "botellita". Ya sabes, ese juego donde utilizas una, no importa si es de plástico o vidrio, aunque personalmente me gustan más las de vidrio... En fin, la boca decide que hará al que le tocó la parte trasera; bueno, me he ido a otra parte.
>>El caso es que nos creímos bastante grandecitos para jugar un juego de mayores y le dimos vuelta. Tuve tan mala suerte que le tocó a la niña presumida del salón dictarle una orden al muchacho. Aún recuerdo sus palabras: "dale un beso en los labios a Ritsuko". Como odié y la sigo odiando, porque Akutagawa obedeció y con asco me dio un poquito que pareció una eternidad —Al terminar, me dieron escalofríos y me quejé con un "iu".

Esa era la historia de mi primer beso, el único que había tenido. Tal vez por eso tampoco podía ver al muchacho sin necesitar golpearlo en el proceso.

Sin quererlo, había olvidado la situación y donde estaba exactamente, por lo que me sorprendió que al ver al muchacho, este me estuviera observando también, pero de una manera un tanto... ¿Molesta? ¿¡Qué!?

—¿Qué sucede? —no me limité y pregunté.

—Nada, te estaba escuchando —respondió bajito. Después encajó nuevamente el tenedor en el pastel, y cuando iba a levantarlo, lo soltó de manera inesperada.

—Algo te pasa —afirmé.

Si, algo raro le sucedía, no podía engañarme con su actuación, pero tampoco podía saber que era aquello, así que me acerqué en el sofá.

—No es nada, solo pensaba en lo que me preguntaste antes. —Fue sincero, ya por lo menos.

—Acerca del primer beso... Oh, pues, como te lo digo... —Quería darle apoyo con su respuesta anterior acerca de que no había dado su primer beso, salvo que no sabía cómo dárselo—. No pasa nada si no lo has dado, creo entonces que cuando lo hagas será más especial, porque bueno, será con la persona a quien desees dárselo y lo recordarás muy bien, no como el mío con Akutagawa-san que terminó en un desastre. —Me reí al final, pero luego me callé de una al ver que no había ayudado en nada.

Él seguía observando el pastel con atención.

—Lo siento, ya sabes que hablo por hablar...

—Ritsuko.

Intenté disculparme, pero él me interrumpió, y de un momento a otro, ahora me veía directo a los ojos. ¡Madre mía, pero que ojazos! No podía negar que Dazai era muy lindo y me ponía nerviosa. Y cuando pensé que me diría algo más, él solo dijo:

—Ya tengo... Tengo que llamar a Mori-san para que me recoja.

Casi termino en el suelo como en esos programas cómicos. Aunque, a decir verdad, no sabía que era lo que esperaba. Tal vez, ¿qué me pidiera ser su primer beso? Antes bien, Dazai me había rechazado, así que las posibilidades de que fuera aquello eran nulas. Además, ¿qué demonios estaba pensando mi persona?

—Ah, bien, ya van a dar las seis, así para que no se te haga tan tarde —dije y volví a lo mío con el móvil.

El muchacho se levantó del sofá y se alejó un poco para llamar. Por mi parte, como andaba en calcetines, subí los pies al sofá mientras me acomodaba de forma horizontal al recargar mi espalda en el soporte. Seguí entonces revisando mis redes sociales sin ningún pensamiento de por medio, luego el castaño volvió.

—Estará aquí en media hora como... —se interrumpió a sí mismo y no con palabras, sino que se tropezó con la pata de la mesa ratonera.

Antes de que mis mejillas se encendieran, vi todo, es decir, no me perdí de nada. Válgame la redundancia. Dazai se tropezó, cayó en cámara lenta a mi mirar, y como era alto, tras unos traspiés, fue directo justo encima mío. Lo peor había sido que abrí las piernas para no lastimarlo y fue exactamente el lugar a donde fue a caer su estómago. Su rostro tuvo más suerte y cayó sobre mis pechos. ¡El infierno en vida, ya lo había dicho!

—Y-Yo, lo lamento, ¡fue un a-accidente! —se disculpó cuando alzó la cabeza. También intentó alejarse, pero cuando se apoyó en el sofá, su mano tocó el teléfono, este se resbaló haciendo que él lo hiciera y su rostro volvió a caer en el mismo lugar.

¡Ayuda! ¡Por favor!

—Es-Está bien, está bien... —Me encontraba en un estado difícil de describir. Mi cabeza iba a explotar en cualquier momento y mis palabras parecían las de un robot.

No fue suficiente con aquello, pues Dazai se puso tan nervioso cuando descubrió frente a su mirar mi pecho, que en vez de alejarse, empujó su cuerpo hacia arriba. Lo único que pude hacer fue abrir bien los ojos con la mirada hacia abajo.
Recé para que nadie llegara en ese momento como había hecho Mori Ougai la última vez que tuvimos un malentendido similar, porque bueno, no sabía cómo justificar esa posición.

—¡Ah, lo he empeorado! —exclamó demás avergonzado.

Intentó alejarse nuevamente, antes bien, en vez de dejarle libre, le acomodé los lentes que se le habían aflojado con la caída con mi dedo en medio de estos y coloqué una mano en su mejilla logrando hacer que se quedara quieto como piedra.

Tenía mis razones, no lo hacía porque sí. Yo quería ser el primer beso de Dazai Osamu. Lo quería, por eso parecía que estaba demente esperando por cosas que no sucederían porque solas. Así que solo lo hice. Me acerqué hasta que nuestras narices estuvieron pegadas y miré sus delgados, pero lindos labios.

—Yo seré tu primer beso —anuncié en un susurro aún quisiera o no, y antes de que pudiera decir algo, ya le había sellado los labios con los míos.

No me comí ningún chicle, pero el sabor era dulce por haber comido pastel de nieve antes. No era su novia, pero él me gustaba tanto para hacerlo. No era tampoco una experta besando gente, así que solo me dejé llevar y tomé como ejemplo las novelas juveniles con las que tanto peleábamos Chuuya y yo.

Solo lo besé y punto. Fue una sensación agradable mientras duró.

—También me gustas, Ritsuko —y eso fue lo que Dazai mencionó cuando nos separamos solo de boca, porque quedamos en la misma posición—. No te lo dije la otra noche, porque muy en el fondo pensé que te burlabas de mi como todos lo hacen, además de mi tonto pensar, que me decía que no debía confundir estos sentimientos con los de una buena amistad.

Para su sorpresa, comencé a reír después de sus palabras y tomé entonces sus dos mejillas entre mis manos; las apreté un poco haciendo que pareciera un pato y él bajó las cejas sin entenderlo.

—Eres un tonto y pareces un pato —me burlé sin poder dejar de reír. Me atacó un terrible sentimiento de felicidad al escucharle.

—Lo sé, soy un tonto, porque fui descuidado, tanto con tus sentimientos como con los míos. Pude haberte lastimado y no lo mereces... No de alguien como yo —aceptó decaído.

De incómodo, sorprendente y gracioso, el ambiente volvió a cambiar increíblemente rápido con sus palabras a uno serio. Suspiré dejándole la cara en paz y me recargué cómoda en mí mismo lugar, pues la tensión se había marchado.

—También pude haberte lastimado, Dazai-san. No debí hacerlo, pero deberás comprender que somos personas diferentes. Yo suelto sin pensar mis palabras y tú te las guardas hasta que ves el camino libre de baches.

Eso que decía, era un claro ejemplo de eso mismo que decía. ¡Qué confuso! Aunque sé que alcanzábamos a comprender mi punto. ¿No?

—Aun así, creo que ahora que todo está claro, nosotros podemos...

—Esto es increíble. ¡Consíganse una habitación, jovencitos hormonales! —alguien nos reprendió desde la puerta e interrumpió mis palabras.

Al mismo tiempo, el castaño encima mío y yo volteamos a ver a dicha persona. De pie, cubriendo sus ojos de manera exagerada, Ritsuka nos había descubierto. No le faltó mucho para que se diera la media vuelta.

¿Por qué no escuchamos la puerta?

—¡No es lo que estás pensando! —me defendí enseguida y no sé cómo hice, que lancé a Dazai hacia el suelo cuando se descuidó de la misma impresión que yo tuve.

Se quejó del golpe, por supuesto, sin embargo, teníamos cosas más importantes que aclarar en esa sala.

—No me importa que sea, para eso tienes tú habitación —ella insistió porque sabía, me moría de la vergüenza. Solo lo hacía para avergonzarme aún más—Además, ¿quién es ese chico? Pensé que ya tenías novio. ¿No era Dazai-san?

No era el momento perfecto para sentirme orgullosa de su cambio, no obstante, para que mentir, realmente me sentí orgullosa.

—Él es Dazai-san —hice saber a la menor, señalando al muchacho que ya se había vuelto a acomodar las gafas.

Ritsuka entrecerró los ojos, de aquella manera juzgaba la jovencita y ahora le dejé hacerlo. No más borradores en su frente hasta nuevo aviso.

—Bueno, da igual quien sea, Ritsuko, ¿te has puesto a pensar lo que diría nuestra madre si ella los hubiese encontrado? —Después de decir aquello, en vez de sonar como debió haber sonado de manera molesta, la muy... Ella sonrió maldosa.

Así que entrecerré mis ojos y también le miré de la misma manera. En esa habitación, estaba a punto de formar un pacto con el diablo.

—¿Qué es lo que quieres? —inquirí, pero después de mis palabras ella se llevó la mano al pecho ofendida.

—¿Piensas que quiero chantajearte por mi silencio? —Aun después de eso, seguí con los ojos entrecerrados—. Bueno, pues estás en lo correcto. Quiero todas mis tareas de esta y la otra semana. No sé cómo le vas a hacer, Ritsuko, pero quiero un diez en todas...

—Todo menos eso —interrumpí molesta—. Sabes que no puedo hacerlo...

—Por eso dije: no sé cómo le vas a hacer. —y ella me interrumpió a mi para luego marcharse a un paso feliz escaleras arriba.

Iba a seguirle, pero Dazai me detuvo.

—Te ayudaré con ellas —pronunció todavía sentado en el suelo.

—No, prefiero que se lo diga a mi madre, después de todo esto fue un mal entendido —me quejé molesta.

Sin embargo, luego retrocedí con mi elección, pues el muchacho había enrojecido como antes. Entonces, debía aceptar que no era solo mi trato, sino que también el de él por haber estado involucrado de primera mano. Su reacción me hizo entender que no deseaba que mi madre estuviera al tanto de aquella situación.

¡Feliz cumpleaños a nuestro poderosísimo Dazai Osamu! 🥳🥳

Se que aquí todavía no es, pero en Japón si y mañana yo no público nada de este bebo. Así que me adelanto.

Por otra parte, ya se que ya lo anuncié en mi perfil, pero enserio estoy emocionada de saber cuál es la noticia que darán acerca del anime. Ojalá sea algo bueno, o ya me ví como payasa por hacer tanto ruido.

¡Gracias por leer!

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