—Si tuviéramos un hijo... Tendría tu sonrisa.

USA recordó su propia frase mientras desayunaba con sus dos estrellitas. Él aún estaba mordiendo su tostada, pero aquellos dos ya casi terminaban.

Eran su familia.

De mejillas redondeadas mientras saboreaban los waffles y miel, cabellos levemente rizados, con aquella fascinación por sonreír entre mordidas y el cerrar sus ojos para disfrutar de los aromas.

—En serio tiene tu sonrisa.

Canadá lo miró confundido y Hub se estiró para poder alcanzar la miel.

—¿Dijiste algo, Ame?

—Dije que ustedes dos van a enfermar por comer tanta miel.

—Papi miente —Hub rio bajito antes de pararse en su silla para así alcanzar la miel—. Papi dijo otra cosa.

—¿Qué dijo?

—Papi dijo que tengo tu sonrisa.

El pequeño volvió a reír antes de maniobrar con la botella, Canadá ayudó para que no derramaran nada, y USA sólo podía sonreír enamorado de su pequeña familia.