149.
—Ame espera
Canadá suspiraba mientras apretaba la almohada. Temblando al sentir los dedos invasivos en su interior y el roce de su virilidad con los dedos calientes de su esposo
—Qué sucede?
Detuvo sus movimientos un momento, pero siguió repartiendo besitos en esa espalda llena de estrellas rojizas
—Ls cortina está abierta
USA miró la ventana y rio bajito
—Sweetie, la cabaña está en medio de la nada. Nadie nos mirará
—Aun así —tembló—. Me da un poco de vergüenza
—Está bien... Pero no puedo dejarte a punto de correrte así sin más... Sería cruel de mi parte
—Pero...
—Además... Encontré tu punto de gloria
Introdujo sus dedos y rozó con fuerza aquella zona, escuchando el elevado gemido que soltó Canadá
—Ame...
—Mi amor... Disfruta esto. Prometo cerrar la cortina después
Canadá asintió obediente antes de apretar más la almohada y dejar sus suspiros brotar con ganas. Dejó que su esposo le diera atención hasta que sus piernas no dieron más y se recostó por completo en la cama
Apenas escuchó a USA caminar hacia la ventana para darles privacidad, cerró sus ojos para disfrutar de su orgasmo y se dió la vuelta apenas para mirar a su pareja acercarse
Estaba tan excitado y feliz de que ambos dieran el siguiente paso. Su líbido elevado y sus fantasías completas.
Canadá separó sus piernas casi al instante en que sintió el peso extra sobre la cama. En una invitación para que siguieran en ese juego. Vio la sonrisa maliciosa de USA y tembló suavemente.
Le gustaba su esposo, le gustaba mucho.
—Ame... Aún quiero más
Susurró. USA se relamió los labios antes de quitarse el cinturón
—Lo sé, sweetie... Pero será más divertido si no puedes mover tus manos. No crees?
—Eh?
—Confía en mí. Será divertido
Canadá asintió. Confiaba en esas palabras. Porque siempre terminaba exhausto y feliz después
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