Capítulo 5 | S - DISPONIBLE EN LIBRERÍAS

Stephen

— Señor, el señor Cross lo invita a su mesa.

— Dile que ya no me alcanzaste, que ya me marché— me levanté de mi asiento y salí del salón de ese hotel, estás reuniones solo eran una pantalla para hacerle creer a los demás que el gran William Cross era un empresario intachable.

Tenía que encontrar pruebas más contundentes en su contra y con Camila de por medio, todo se me había complicado. La había visto cuando ingresó, estaba preciosa. Pero hace como algunos largos minutos que desapareció, de seguro se marchó de aquí.

No sé lo que haré de ahora en adelante, todo se me complicó. Ya hace una semana que no me atreví a buscarla de nuevo. Fui imbécil y la dejé plantada en esa feria dónde nada había salido como esperaba. Todo lo había empeorado yo mismo.

No sé por qué pude abrirme con ella y cometí el error de contarle sobre mi hermana. No debí de haber hecho eso. ¡No debí siquiera haberla llevado a esa feria! ¡¿Por qué carajos le dije que ya no estaría sola?! ¡Mi objetivo no era ese!

Por eso dejé de buscarla, tenía que concentrarme en lo que había planeado desde un principio y no en conocerla más. No volveré a equivocarme, no con ella. Al llegar al estacionamiento comencé a escuchar algunos murmullos, parecía que alguien se estaba quejando.

—Por fa...por favor ayúdenme... — era la voz de una mujer. Mis sentidos se pusieron en alerta y comencé a buscar con la mirada para encontrar a la persona que pedía ayuda.

— ¡Mírame! ¡Quiero que me veas hacerte mía! ¡Mírame!— logré avanzar hasta donde provino ese grito. Me encontré con una asquerosa escena. ¡El miserable de Logan estaba encima de Camila! No dudé ni un segundo en abalanzarme sobre él y alejarlo de ella.

—¡¿QUÉ LE HICISTE HIJO DE PUTA?!— cuándo lo saqué de encima de ella pude darme cuenta que estaba golpeada, con su vestido manchado de sangre y subido hasta el muslo. Estaba rasgado la parte superior y él se encontraba con el pantalón a medio abrir — ¡TE VAS A ARREPENTIR DE HABERLA TOCADO!— rugí con furia propinándole un puño directamente en la cara. Si la primera vez que lo golpeé no le bastó, esta vez se recordará de mí toda su asquerosa vida.

— ¡EL QUE SE VA A ARREPENTIR ERES TÚ!— me devolvió el golpe pero de inmediato volví a arremeter en su contra— ¡ELLA ES MÍA! ¡NO DEBISTE METERTE! ¡ME VAS APAGAR POR LO DEL OTRO DÍA!

— ¡CÁLLATE PEDAZO DE BASURA! ¡EL QUÉ VA A PAGAR AQUÍ ERES TÚ!—logré taclearlo  y comencé pegarle por todas partes sin siquiera medir las consecuencias, llevé su cabeza al suelo ocasionándole una herida abierta, hice que se doblara de dolor al pegarle en las costillas, quería matarlo con mis propias manos.

No debió tocarla, no debió tocarla nunca. No debió siquiera pensar en ponerle un solo dedo encima. Volví a golpearlo en la cara rompiéndole la nariz, todo había pasado rápido y algunos trabajadores ya se encontraban observando. Fue cuando me percaté de que Camila aún seguía tirada en el piso.

— ¡Ayuden a la señorita Cross! ¡Llamen una ambulancia! ¡AHORA!— uno de los meseros fue hasta dónde Camila y luego vino otro para ayudarla, mientras la rabia y el odio se apoderaban de mí haciendo que no suelte al miserable, dejándolo completamente irreconocible.

— ¡Señor! ¡Lo está matando! ¡Lo está matando! ¡Déjelo! ¡La Policia ya viene en camino!— más personas se encontraban ahora viendo todo lo que estaba pasando, inclusive las personas que habían venido a la reunión entre ellos los padres de Camila.

No sé cómo lograron separarme de la basura a quién sólo quería matarlo a golpes. Vinieron a ayudarlo mientras que un policía se acercó a mi esposándome porque no lograba tranquilizarme. Pude lograr ver que la madre de Camila le tomaba de la mano mientras se la llevaban en la camilla subiéndola a la ambulancia.

*** Cuarenta y cinco minutos después ***

¡Hey! ¡Sáquenme de aquí!

— ¡Ya cállese! Cuándo su abogado venga le dirá su situación. Deje de gritar porque no lo sacaremos de aquí— me encontraba entre los barrotes de la comisaría, me habían dicho que dependía de la declaración de los testigos y sobre todo de Camila, o de la basura de su ex para poder salir de aquí.

Me dieron la oportunidad de hacer una llamada y me aseguré de que sólo la persona en quién confiaba viniera a ayudarme. Le había pedido que antes de venir junto a mí, pasara para informarse sobre la situación de Camila. Quería saber que tanto la había lastimado esa basura, quería saber cómo se encontraba porque en parte me sentía responsable por lo sucedido.

De alguna manera fue mi culpa que ese infeliz pusiera sus manos sobre ella. Yo la dejé de hablar, mis palabras no fueron sinceras y la dejé sola sabiendo que ella necesitaba de alguien que la cuide. Sabiendo que me prometí cuidarla desde comencé a espiarla.

Juré que haría que ella también odiase a su padre, que iba acercármele solo para mostrarle quien era realmente William Cross y así tendría una aliada conmigo para llevar a cabo mi venganza en contra de Cross. Pero cuándo miro en sus ojos... cuándo puedo llegar hasta su alma a través de ellos, sé que no puedo arrastrarla conmigo.

No puedo traer miserias a su vida, no cuándo sé que su corazón es puro y no existe maldad en él. Sobre todo cuándo el único responsable es su padre. Y ella es una víctima más de ese miserable. Nunca le ha demostrado amor, sólo utiliza a su hija como si fuese un objeto más y pudiera sacar provecho de ella. ¿Cómo se le ocurre venderla?

Sí, porque eso fue lo hizo al hacer ese puto trato con Scott. Su estúpido socio, el padre de la basura de Logan. Pero acabaré con ese acuerdo. Haré que Camila ya no tenga nada que ver con esas personas. Sobre todo que nunca más esté cerca de ese animal. No sé cómo lo haré pero algo encontraré para salvarla de ese acuerdo absurdo.

— Stephen, aquí estoy.

— ¡Max! Llegaste. Sácame de aquí Max, tengo que salir. Debo ir a verla— Max era mi amigo de toda la vida. Mi mejor amigo, nos criamos prácticamente juntos. En cada pelea que nos metíamos, él era quién siempre solucionaba los desastres que terminaba ocasionando al cagarla, cuando no podía parar de golpear.

— No será así de fácil, Stephen. Si mañana la chica que se encuentra en el hospital no puede soltar algunas palabras, no podrás salir de aquí hasta que los testigos terminen de declarar. Por ahora he obtenido la declaración de algunos que te vieron salir del hotel. El tipo a quién casi matas a golpes se encuentra en coma Stephen. ¡En coma! ¡¿Sabes lo que significa?! Es increíble, ¡ya no eres un adolescente para volver a lo mismo! ¡Le rompiste la cabeza! ¡Dios! ¡¿En que estabas pensando?!

— ¡Ahora no Max! ¿Cómo está ella? ¿Qué dijeron en el hospital? ¿Sus padres están con ella?

— ¡Carajo Stephen!— Max se llevó frustrado las manos a la cara para luego hablarme de Camila— La chica llegó semi consciente al hospital pero me informaron que tuvieron que sedarla. Tuvo múltiples golpes, con una luxación en el codo izquierdo. Inmovilizarán su brazo por quince días para una rehabilitación. Tiene señales de que... De que intentaron abusar de ella.

—¡Esa asquerosa basura estaba encima de ella cuándo lo encontré! ¡Debí de haberlo matado! !Por favor, tienes que sacarme de aquí! Debo verla. Max, sácame de aquí.

— Si logramos confirmar que ese tipo estuvo a punto de violarla, podré sacarte de aquí. Pero para  eso tendremos que esperar a que la chica despierte. Además, sus padres únicamente la dejaron allí. Pidieron que nadie diera información exacta, los doctores le dijeron su situación y luego de eso se fueron.

— ¡MALDITOS HIJOS DE PUTA!

— ¡Tranquilízate! No ganas nada con ponerte de ese modo. Lo único que se me ocurre ahora, es que podamos negociar con los padres del tipo, si bien ya tiene dieciocho años, aún vive con ellos y son responsable por él.

— ¡Carajo! No será así de fácil. El padre Camila tiene tratos con esa familia. Esa basura y ella eran novios. Sus padres hicieron un acuerdo. Pero ella ya venía hace tiempo tratando de salir de eso. Ella lo había terminado y esa escoria la solía amenazar, me consta.

— ¿Tú conoces a la chica?— ¡mierda! Max no sabía de mis planes. No había querido involucrarlo en esto. Pero si no le digo todo ahora, explotaré en este maldito lugar. Y lo único que quiero es salir para ir verla.

— Debo contarte algo serio.

— Pues no perdí dos horas de viaje hasta aquí— Max miró su reloj para luego seguir hablándome— son la dos de la madrugada Stephen, la chica no despertará de inmediato. Dejé a alguien encargado para que me avisara. Tuve que sobornarlo un poco. Así que, cuéntame todo si quieres salir de aquí para ir a verla.

— ¿Nos permitirán hablar los policías?

— Si, me encargué de eso. Se supone que estoy hablando con mi defendido. Empieza de una vez— asentí para luego comenzar a contarle todo. El único que podía hablarme como quería era Max. Ambos nos conocimos en una pelea y sabemos de lo que somos capaces de hacer. La lealtad es lo que nos une y siempre nos hemos apoyado.

Sé todas las miserias por lo qué pasó en esta vida, como él sabe todas las miserias de la mía. Por lo tanto es la única persona en quién confío. Cuando terminé de contarle todo, él me dió su punto de vista e ideó una estrategia para negociar con el padre de Camila. Esa rata tendría que ayudar, con dinero de por medio estoy seguro de que lo hará.

— Bien, ahora que ya sabemos lo que haremos. Iré al hotel a cambiarme y dormir un poco. Debo regresar al hospital temprano para luego ir a hablar con Cross.

— Ve a mi departamento, allí estarás más cómodo. Por el dinero ya lo sabes, daré lo que haga falta.

— No te preocupes. Ah, y... por favor no compliques la vida de esa chica. Por lo que me dijste, ella no tiene ni idea de quién es su padre y mucho menos tiene la culpa de lo pasó con Sam. Yo también la quería, lo sabes, pero esa chica que está en el hospital no tiene porqué sufrir los errores de los demás. Ya tuvo suficiente con que su padre haya hecho ese acuerdo, dejándola en manos de un infeliz  cómo el tipo que casi matas. No puedo imaginar si quiera todo lo que habrá tenido que aguantar esa pobre chica. Si ese tipo intentó lo de esta noche, es probable que...

— ¿Qué la haya forzado en otras ocasiones?— no quería pensar en eso. De tan solo imaginarlo quiero salir de aquí para terminar con esa escoria. Me alejé negando con la cabeza y terminar pegándole a la pared— ¡AHH! ¡DEBÍ MATARLO!

— ¡Cálmate! Aún no sabemos con certeza, son sólo sospechas. Y en caso de que esa conjetura resultara ser verdad, esa chica tendría que denunciarlo. Pero basándome en todo lo que me has dicho, dudo que lo haga. Cómo también puede qué tal vez sus padres ya lo sepan y no hayan hecho nada para ayudarla.

— Sácame de aquí Max. Tengo que salir de aquí. Debo hablar con ella, tengo que verla— necesitaba saber si lo que sospechábamos era verdad. Aquél día... yo estuve cerca, la vi salir en mal estado y no hice nada. ¡Nada! Tengo que saber qué pasó ese día— Max, no aguantaré mucho tiempo aquí. Tengo que verla.

— Haré lo que tenga que hacer, Stephen. Vendré por ti en unas pocas horas más, te lo prometo. Pediré que vengan a verte esa mano— asentí sin importancia porque no me preocupaba en lo más mínimo cómo tenía la mano en estos momentos.

Max se fue y me quedé aguardando a que los minutos pasaran lo más rápido posible. Ella tiene que saber que no volverá a estar desprotegida. Tengo que saber si esa basura llegó a lastimarla más profundamente que esos golpes.

Ahora entiendo porqué la mayoría de las veces estaba sola en su escuela, porque esa tristeza en sus ojos, porqué ese temor y esa inseguridad. Voy a ayudarla. No desistiré en cobrármela con Cross pero ella quedará fuera. Max tiene razón, no arrastraré su vida a más desilusiones.


😱🙊 He aquí otro capítulo más! ¿Qué me dicen? ¿Qué les pareció?
¿Qué hará Stephen a partir de ahora? Omg! Lo sabremos más adelante.

Espero les haya gustado y lo hayan disfrutado.
Hasta el próximo capítulo
Cariños 💜😘

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