Capítulo 15 | S
Stephen
— Shh... ya estoy contigo, ángel. Estoy aquí— sostenía a Cam abrazada a mí, ella no había dejado de llorar y aún no me había dicho nada. No pude llegar a tiempo, no esta vez, pero Max si lo hizo.
Cuándo nos encontrábamos en la empresa, el cerdo de Cross logró escabullirse sin que pudiéramos darnos cuenta. Nos habíamos reunidos con el fin de llevar a cabo un nuevo proyecto y Cross tenía que dar su aprobación, apenas lo hizo, alguien le informó que Camila estaba en su casa. Y de algún modo logró irse sin que pudiéramos detenerlo.
Sé que alguien le informó porque presioné a su secretaria para que nos dijera dónde se había ido. Fue la única forma de saberlo. Cuándo leí el mensaje de Cam, diciendo que iría por algunas cosas de su madre, Cross ya no estaba en la reunión. Entonces fue que me puse en alerta.
Al dar por finalizada la estúpida reunión, después de prácticamente amenazar a la secretaria, lo primero que hice fue hablar con un trabajador de la casa de Cross, era el jardinero. Había logrado sobornarlo hace tiempo atrás para que me diese información cada tanto. Y lo sigue haciendo. Él me confirmó que efectivamente Camila y su padre estaban allí pero algo malo estaba pasando. Una tal Ana le dijo que Cross había encerrado a Camila en su habitación, dejándola allí sin poder comunicarse.
Gracias a esa señora, el jardinero pudo decirme lo ocurrido e inmediatamente salimos con Max para ir por Camila. Al llegar a la casa nos topamos con William en la entrada, no quiso dejarnos pasar y mientras intentaba separarlo del camino, Max no dudó en avanzar y seguir el camino hacia la planta alta.
El imbécil de Cross no sabía cómo defenderse, inclusive intentó justificarse con algo que no logré entender hasta que escuché ruidos más fuertes y el grito de Max arriba. Y claramente no era nada bueno, alcancé a oír que le insultaba a un hombre e inmediatamente empujé a William echándolo al suelo para luego correr a la planta alta.
Al llegar a la habitación de Cam observé a Max golpeando a un hombre. Nunca lo había vuelto a ver de esa manera, sólo defendía de ese modo a mi hermana y lo hacía porque él, estaba enamorado de ella. No me detuve mucho tiempo en él, apenas unos segundos, rápidamente me dirigí a Camila quién se encontraba en una esquina de su habitación llorando. Sin blusa y temblando de susto.
La abracé intentando calmarla, diciéndole que ya estaba con ella. Se aferró a mí como si en cualquier momento cayera al suelo. No decía nada, no era necesario. Ya nos imaginábamos lo ocurrido aquí. Gracias al cielo, Max subió e ingresó a tiempo en la habitación. Quería matar al hombre, quería destrozarlo con mis propias manos pero Camila era mi prioridad.
— Hija, no sabía lo que hacía. Por favor perdóname— su padre ingresó al dormitorio y Camila se aferró aún más a mí, escondiendo su rostro sobre mi pecho. Su llanto se hizo más fuerte y tuve claro que ella no quería estar cerca de su papá— Hija escúchame, no sabía qué hacer. Tienes que quedarte conmigo, te prometo que no volveré a equivocarme.
— Por favor sácame de aquí—Camila habló en medio sus llantos sin levantar la mirada. La cargué en mis brazos dirigiéndome hacia la salida.
— Muévase— hablé entre dientes cuándo el cerdo de Cross no se movía de mi camino.
— ¡Es mi hija! Ella debe quedarse conmigo. ¡Yo soy su padre!
— ¡Cállese! Porque rendirá cuentas a la justicia por esto. Al igual que esta basura— Max estaba con el sujeto, reteniéndolo para que no escapara. En un momento dado mientras intentaba calmar a Cami, escuché que él llamaba a la policia. El hombre se encontraba totalmente golpeado. La última pelea a la que Max se metió, fue cuándo me defendió de un grupo de pendejos que querían retarme a una pelea dispareja. Eran tres contra uno. Y uno de ellos había mencionado a mi hermana y eso fue el detonante para que Max arremetiera como bestia contra ellos, junto conmigo.
Quiero creer, que aprecia a Camila como una buena amiga y por eso su reacción. Por eso actúa de la misma forma en que yo lo haría.
Salí con Cam de esa habitación mientras Cross me pisaba los talones y Max estaba al pendiente de ese hombre que se había atrevido a tocarla.
— Hija escúchame, no puedes irte con él. No permitiré que toquen un solo centavo de la herencia de tu madre. ¡Esa herencia la administraré yo!— debí suponerlo, era lo único que le importaba a William. El maldito dinero. Bajé con cuidado a Camila para luego despojarme de mi polo y colocárselo a ella. No iba a sacarla así a la calle. Camila seguía en shock, no levantaba la mirada y tenía un golpe en la mejilla. Cross intentó tocarla pero no se lo permití.
— No vuelva a dirigirse a ella. Ni se le ocurra tocarla. Y si su madre dejó una herencia a nombre de ella, fue por algo. Por algún motivo no quiso dejarle nada a usted, después de todo iba a dejarlo ¿no es así?— estaba a nada de golpear a William, él me observó con odio y se hizo a un lado— No crea que esto se quedará así.
Salí con Camila de la casa y subí con ella al vehículo. Mientras aguardábamos a Max. Los policías habían llegado y estaba seguro que Cam tenía que declarar pero en el estado en el que se encontraba no era conveniente.
— Espérame aquí, ángel. No tardaré lo prometo, debo hablar con los policías— Camila levantó su mirada, cuando vi el temor en sus ojos supe que no quería estar sola pero no permitiría que declare en ese estado. Tenía que hacerlo por ella. Besé su frente y salí del auto.
Una vez que terminé de redactar lo sucedido, Max se encargó de todo lo demás entregando al sujeto que quiso abusar de Camila. Cross también quedó detenido por haberse confabulado a esa situación. Pero estoy seguro de que con dinero saldrá de nuevo. Debo asegurarme de que no vuelva a acercarse a Camila. Por dinero es capaz de cualquier cosa ese maldito infeliz.
Regresé al vehículo aún sin una camisa puesta aguardando a Max mientras abrazaba a Cam. Ella seguía llorando y asustada por lo que acababa de pasar. No puedo creer hasta donde fue capaz de llegar ese infeliz y con su propia hija. Sabía lo miserable que era pero no hasta qué punto. Ahora más que nunca debo cumplir mi objetivo. Y acabar con esa escoria humana.
— Él...mi papá... lo encerró conmigo. Él le dijo que así... que así pagaría su deuda. Yo le grité, le pedí ayuda pe-pero él mismo me dejó allí, con ese hombre— Camila apenas podía hilar sus palabras, estaba muy afectada.
— Te juro que él no volverá a lastimarte. Tu padre pagará por lo que hizo. Nunca más te hará daño.
— Pasé de nue-nuevo por lo mismo que Logan me hizo. Y mi papá no hizo nada. Él mismo me entregó a ese hombre. Es lo que más me duele Stephen, me duele mucho. Mi padre es un hombre malo, muy malo. No sé... no sé si podré olvidar, ese hombre tenía sus manos en todo mi cuerpo... no puedo cerrar los ojos sin que su rostro se me aparezca. Siento que no puedo seguir Stephen, ya no puedo.
— Eres fuerte, muy fuerte Cam. Juntos vamos a superar esto. Yo estaré contigo, eres la mujer más valiente que he conocido y sé qué esto quedará atrás mi amor. No dejaré que caigas, siempre estaré para levantarte— atraje a Cam sin dejar distancia entre nosotros, abrazándola y acariciando su pelo suavemente para poder calmarla. La impotencia al escucharla hablar de ese modo hacía que quisiera salir del auto y matar a Cross por lo que se atrevió a hacer y luego a ese hombre por haberla tocado.
Max llegó junto a nosotros arrancando el vehículo y yéndonos a mi departamento. Nadie decía nada y Cam estuvo inquieta todo el trayecto, apenas cerraba los ojos volvía a abrirlos asustada. Era como si intentara dormir para olvidar lo que pasó pero en el segundo que lo hacía, parecía revivirlo todo.
Al llegar a mi departamento la ayudé a ducharse, la acariciaba con cuidado, borrando cada rastro de las manos de ese bastardo. Ella no dejó de llorar pero estaba un poco más tranquila y me había permitido ayudarla, vestirla, no me alejó ni me rechazó. Como si necesitara de mí para olvidar lo qué pasó. En cuanto tomó sus medicamentos, cayó rendida.
Se inquietaba al dormir pero al menos estaba bien, estaba conmigo. Me cambié de ropa, tenia que saber que pasaría con Cross a partir de ahora. Al llegar a la sala, Max se encontraba hablando por teléfono. Cuándo colgó me explicó la situación y que si William Cross paga una fianza, él podría salir libre. Mientras que el otro hombre permanecerá en la cárcel.
No me sentía tranquilo, necesitaba ir y saber realmente a qué atenernos a partir de ahora. Le pedí a Max que cuidara un momento a Cam, minutos después ya estaba frente a la comandancia de policías pidiendo ver a Cross. Al tenerlo frente a mí, lo único que quería era romperle la cara hasta que me suplicara detenerme.
— Haré que pagues por lo que le has hecho a tu propia hija. Esto no quedará así, eso te lo aseguro.
— Ella estará conmigo, ¡con su padre! No permitiré que tú estés con ella. Nunca debiste meterte en mi camino Rusell— tenía una sonrisa de superioridad cómo si no hubiese hecho nada malo. Y cómo si ya tuviera en mente su siguiente paso.
— No sé cómo puedes estar tranquilo después de lo que ha sufrido tu hija. ¿Aún así pretendes que ella esté contigo? Eres un asco de persona, sin embargo, debo reconocer que me facilitaste el camino. Tú mismo lograste que tu hija no quiera saber de ti, que te odie. Y saber eso, es mi mayor satisfacción. Ahora estas completamente solo Cross.
—¡Sabía que escondías algo! Pero esto no se quedará así ¡Ya veremos quién gana al final! ¡Te arrepentirás de haber nacido Stephen Rusell! ¡Te lo juro!— William golpeaba los barrotes mientras despotricaba contra mí. Salí con una sonrisa victoriosa en el rostro demostrándole que ya estaba arruinado. Pronto estará completamente acabado.
Realmente quería que Camila lo odiase, no a costa de lo qué pasó y mucho menos menos a costa de su sufrimiento. Y desde que me enamoré de ella, hubiese preferido que no esté en medio de todo esto. Pero no sé cómo alejarla de toda esta mierda.
Cuándo llegué de nuevo a mi departamento no vi a Max por ninguna parte. Al menos no estaba en la sala, o en la cocina. Me asomé a mi habitación, ya que la puerta estaba entreabierta, escuché a Cam hablar. Y observé por la rendija.
— No puedo olvidar a ese hombre, tengo miedo. Mucho miedo— ella lloraba sobre su hombro mientras Max la abrazaba, la estaba consolando.
— Tranquila, todo estará bien. No estás sola, pequeña. Nosotros te cuidaremos. Confía en mí— nunca había sentido celos de mi mejor amigo. Pero al verlo con la mujer que me gusta, la mujer quiero, al ver sus actitudes, la postura que toma para con Cam... no sé qué pensar. Y lo único que me provoca son celos al darme cuenta de su cercanía con ella.
Ingresé a la habitación haciendo un carraspeo con la garganta. Se distanció un poco de ella pero no lo suficiente. Cam al verme quiso levantarse pero no se lo permití acercándome a ella para dejar un beso en sus labios y perderme en su olor.
— Tuve miedo y-y no estabas— al sentarnos Cam aún estaba con los ojos llorosos, me dolía verla así— lo siento, siento haberte asustado Max— se apoyó sobre mi pecho dirigiéndose a mi amigo.
— Cami tuvo una pesadilla— él sabía que me incomodó encontrarlo de esta forma, lo había notado. Sonrío a medias para Cam, intentando calmarla— no te preocupes pequeña, puedes contar con nosotros. Descansa.
Salió de la habitación dejándome con Cam. Me acosté a su lado para que así, ella pudiera seguir descansando. Lo necesitaba. El doctor había sido muy claro respecto a su salud y no hemos podido cumplir con ello. Camila me abrazaba como si en cualquier momento intentara escapar.
— Todo estará bien, ángel. Descansa, no me iré de nuevo. Estaré aquí cuidándote.
— No...¿no volverás a irte?
— No mi amor, no volveré a hacerlo. Me quedaré aquí, contigo— la besé despacio acariciando su mejilla. Al finalizar el beso nos quedamos abrazados, ella se mantenía sobre mi pecho mientras yo pasaba mi mano sobre su pelo.
Al sentir su respiración ralentizarse y darme cuenta de que se había quedado dormida, me levanté de la cama cuidando de no despertarla. Tenía que hablar con Max. Que me diga cuáles son realmente sus intenciones para con Cam.
Es mi mejor amigo, lo conozco. Sé que no me traicionaría pero la forma en que mira a Camila, el modo en que también está pendiente de ella y está presente para ayudarla... Es cómo si tuviera un interés más profundo, diferente a la de una simple amistad.
🙊😱🙊 será que Max tiene otras intenciones?
Menos mal llegaron a tiempo! El papá de Camila necesita una lección 😡 es un hombre sin escrúpulos.
¿Qué me dicen? Les gusto?
Ya falta muy poco para The Race en semanas más veré al fin las ilustraciones 😍🙌🏻
Los quiero!
Hasta el próximo capítulo!💜😘
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