Capítulo Final - Parte 2

— Eso quisieras... — La voz de Taehyung los sorprendió a ambos pues, esta llegó junto con infinitos disparos de dos fusiles automáticos que tenía cruzados en sus hombres.

Tanto Seokjin como Moonbyul se lanzaron al suelo frente al fuego cruzado que aumentó con la llegada de Hoseok, Yoongi y la señora Jeon. Arrastrándose por el piso, la rubia intentó llegar a la pistola que había soltado pero a centímetros de ella, su mano fue pisada por una de las botas de Younghee mientras la otra golpeaba su mandíbula.

— Te metiste con los hijos equivocados después de que te dejáramos vivir. — Espetó tomándola de sus cabellos ahora que los hombres que estaban en esa sala habían sido derrumbados. Solo tenían segundos, sabían que pronto llegarían refuerzos. — Tu padre fue el causante de la muerte de más de ocho mil niños y mujeres con los que hacía trata de blancas como negocios e incluso los utilizaba para pasar uranio por las fronteras y luego los asesinaba. No fue un santo.

— ¡Pero era mi padre! — Gritó golpeando su estómago pero pese a su debilidad, la madre de Jungkook no la soltó.

Lo primero que hizo Taehyung fue abrazar a su hermano, que miraba a su alrededor algo confundido. Recibió dos pistolas que verificó rápidamente antes de observar a Moonbyul. Younghee presionó el cañón de su arma pero el grito de Seokjin la detuvo de presionar el gatillo.

— ¡Espera! Necesito saber dónde está mi hijo, ella lo trajo hace un momento para que yo lo viera con sus ojos tapados.

— Imbécil, ¿crees que te diré?

— Si lo trajo es porque está en alguna parte de la propiedad, no ha salido ni entrado nadie aquí desde que ustedes vinieron. Es madre después de todo así que era evidente que tendría a su hijo cerca. Aunque si fuera yo, no permitiría que mi hijo siendo un niño esté en el lugar donde se puede librar una guerra sin cuartel. — Habló Taehyung dándolo un poco de seguridad a su hermano. — No  podemos tardar más.

Podían escuchar las alarmas activarse así como los disparos que se resonaban cerca de la propiedad y dentro de la misma. Por mucho que Taehyung deseara torturar hasta el cansancio a Moonbyul no podía hacerlo. El factor tiempo estaba en su contra, la situación también y sabía que dentro de poco llegarían por parte del gobierno refuerzos aéreos y terrestres que podrían sepultarlos allí. La prioridad era salir todos vivos y libres de allí, lo demás era negociable.

Moonbyul volvió esta vez a golpear a la madre de Jungkook pero en su intento de huida, se encontró con el Liquidador y Jimin que le apuntaban con un arma a su frente. En un segundo pasaban tantas cosas y en ese no fue la excepción, cinco dedos presionaron un gatillo y sino tiros colisionaron contra el impoluto traje blanco que comenzaba a teñirse de rojo. Hoseok, Yoongi, Taehyung, Younghee y Jungkook, los cinco dispararon a la vez contra Moonbyul mientras Jimin le disparaba a dos sujetos que se acercaban a ellos.

Seokjin sintió sus lágrimas descender al mismo tiempo que caía sobre el suelo el cuerpo de la mujer que amaba, la madre de su hijo. Sí, él había estado dispuesto a dispararle pero la verdad es que dudaba haberlo logrado porque en el momento que su pulgar quitó el seguro, recuerdos de una década le impidieron hacer más. Hasta horas atrás ella fue su esposa, perfecta a sus ojos y ahora no era más que el cadáver de alguien que tenía como la mayoría de los presentes sangre en sus manos pero ella tenía la de mucha seres inocentes, incluyendo la de su propio hijo.

— Tenemos que salir de aquí, los radares me avisan que en menos de cinco minutos tendremos visita aérea. — Avisó Namjoon entrando corriendo al lugar.

Jungkook se aseguró de que Moonbyul estuviese muerta dándole un último disparo en la cabeza antes de salir corriendo junto a los demás.

— ¡Mi hijo! — Gritó Seokjin queriendo ir en su búsqueda pero Taehyung lo frenó.

— Tú quédate aquí con Jungkook, yo iré por mi sobrino. — El pelinegro negó echándose a correr él en busca del niño.

Por alguna razón, el corazón del castaño se sintió demasiado pesado y agitado. Corrió junto a todos los demás hacia uno de los helicópteros que los esperaba, subió a su hermano en uno de ellos e ignorando todos los gritos que escuchó para que no se fuera. Hoseok maldijo en silencio preparándose para saltar del helicóptero en donde ya estaba con Yoongi al que se le había reabierto la herida y sangraba un poco. El peliverde lo sostuvo por un segundo para besarlo, confundiéndolo por milésimas pero el pelirrojo sonrió dándole un asentimiento.

No podía dejar a Taehyung ir solo en busca de Jungkook cuando más soldados se acercaban. Desde su lugar, Namjoon lanzó varias granadas o unas camionetas que se acercaron, controlando acto y seguido el tiempo que quedaba antes de que los explosivos instalados en la propiedad explotaran borrando todas las evidencias.

Todo aquel que aparecía ante los agentes eran derribados con balas e incluso algunos con cuchillos pero, todos iban cayendo de a poco. Jungkook tuvo que abrir varias puertas en busca del niño pero no fue hasta que bajó al sótano que lo encontró.

— Cierra los ojos, campeón. — Le dijo al niño que lo miraba detrás de las rejas sentado en su cama porque no era sordo, había estado escuchando todo el tiroteo en esa casa. Obedeció y el Liquidador suspiró aliviado.

Para evitar traumatizar al niño no disparó contra quien lo cuidaba, sino que se limitó a sacar el cuchillo de su arnés y correr hacia él. Se impulsó poniendo un pie en una de las sillas y brincó por encima de él para con un ágil movimiento de muñeca abrir su cuello. Rebuscó en su bolsillo las llaves y rápidamente abrió las puertas.

— ¿Sabes quién soy yo verdad? — El menor asintió.

— Tío Jungkook. — El pelinegro sonrió ante esto abrazándolo, escondiendo la cabeza en su cuello. — ¿Qué pasa?

— No pasa nada, campeón, confía en mí. Ahora te voy a llevar con tu papá y tío Tae pero necesito que hagas exactamente todo lo que yo te digo. Te voy a cargar y tú me abrazarás con toda tu fuerza sin soltarme en un solo momento. Cerrarás tus ojitos y guardarás tu carita en mi cuello hasta que estés con tu papá. ¿Podrás hacerlo?

— Sí.

— Eso es... — Asintió volteando la cara del niño que iba mirar hacia el hombre que acababa de degollar.

Cargó al menor frente a él a pesar de que esto le dificultaba un poco más su movimientos pero no podía ver a su espalda y así estaría más seguro en todo momento. Subió las escaleras con rapidez y justo cuando abrió la puerta del pasillo, un disparo en su muslo lo hizo gruñir. Dolía, ardía como no podría explicarlo pero aún así no se detuvo y abrió fuego contra los hombres apuntándole. No quería disparar cerca del niño pero no le quedaban opciones.

Corrió a la velocidad que su herida, el niño y la cautela se lo permitieron quedando rodeado por varios hombres antes de salir a la terraza. No obstante, dos de estos fueron derrumbados por él y otros dos por su hombre. Taehyung desvió su mirada hasta la ensangrentada pierna sintiendo su pecho estrujarse como pocas veces.

— Yo te cubro. — Anunció.

— Toma tú al niño, puedes correr más rápido que yo ahora mismo hacia el helicóptero. — El castaño iba a rebatir pero con mirada seria lo enfrentó. — ¡Ahora!

El castaño así lo hizo, corrió hacia el helicóptero que tenía ya sus hélices en movimiento, volteándose al escuchar a Jungkook ordenar el despegue mientras corría en su dirección. Intentó tirarse pero Hoseok lo sostuvo. Lo golpeó en su mentón mas al girarse vio al pelinegro enganchándose en los patines de aterrizaje luchando por subirse pero varios disparos que chocaron con el metal le impidieron moverse.

Dos camionetas iban disparando y a su vez, otro helicóptero perteneciente del gobierno les disparaba con sus metralletas, esas que los de ellos no tenían.

— Alguien debe dispararle a las hélices de ese maldito chapter. — Gritó Jungkook sujetándose en su lugar sin poder maniobrar mucho entre los disparos, su herida y el helicóptero en movimiento. — ¡Taehyung! — Le gritó para que dejara de intentar subirse.

— Tú eres el mejor francotirador bajo presión y movimiento, Taehyung. — Habló Hoseok pasándole un rifle de largo alcance.

El castaño lo tomó mirando al pelinegro que pese a todo le sonreía. Él le pedía tácitamente que se cuidara mientras que la mirada del convicto le recordaba que eso eran y que estaban juntos. Se posicionó siendo sostenido por el pelirrojo para no tambalearse, sintiendo la fuerte ráfaga de viento golpearlo.

Otro helicóptero del gobierno se acercaba, esta vez pegado a al lado de Jungkook, haciendo que este se sostuviera con una sola mano mientras disparaba a la par de Yoongi. El peso de su propio cuerpo tiraba de él, las maniobras de la aeronave y el viento que la velocidad hacía batir contra él le estaba dificultando sostenerse. Pudo notar que comenzaban a perder altura debido a un enganche lanzado por el otro helicóptero, mismo enganche por el que un agente de la NIS se movía con su paracaídas de emergencia.

La explosión del primer helicóptero se escuchó y seguido de esta, Taehyung se apresuró una vez más a tratar de ayudar a Jungkook. El aire metía en sus ojos su cabello castaño, sus manos sudadas dificultaban sus movimientos pero aún así, justo antes de que la mano del pelinegro se abriera y cayera, lo agarró.

— ¡Te tengo, convicto, te tengo! — Exclamó mirándolo a los ojos. — Aquí estoy.

Jungkook sonrió impulsándose con su cuerpo para aferrarse y agarrarse más de Taehyung mientras que este era sostenido por Hoseok y Yoongi seguía disparando al segundo avión. Pero, justo cuando lo estaban subiendo, el agente de la NIS que se había estado desplazando por la cuerda de metal, se acercó a ellos señalando directamente al ex agente.

El corazón del convicto latió desenfrenado, sintiendo el miedo recorrerlo, sus ojos se ensancharon al ver que Taehyung no lograría defenderse porque si lo hacía, ambos caerían y posiblemente Hoseok también. Cerrando sus ojos sonrió antes de volverlos abrir y hacer una mímica con sus labios que dejaban claro el "te amo" que no escucharía. Con el brazo que estaba intentando agarrarse lo empujó y en un rápido movimiento tomó su pistola personal, esa que hasta el momento no había utilizado, disparando directamente hacia la cabeza del otro agente.

— ¡No! No...... ¡No!

Las venas del cuello y frente de Taehyung sobresalieron con su grito al ver a su convicto soltarse e ir cayendo al vacío. Procuró seguirlo pero Hoseok tiró de él antes de que lo consiguiera ayudado por Yoongi que trataba de tirar de su ropa con una mano mientras con la otra seguía disparándole al piloto del otro helicóptero.

— J-Jungkook, convicto... ¡Suéltame! — Gritó luchando contra el pelirrojo. — Regresen den media vuelta, tengo que ir a buscarlo.

— T-Taehyung... — Susurró Hoseok con sus ojos cristalizados frente a la imagen que tenía delante de él. Taehyung gritaba como si estuviera loco, moviéndose por el helicóptero buscando la forma de lanzarse. — No podemos aterrizar en esta zona, es un lago y estamos siendo perseguidos, si nos regresamos ahora, todos acabaremos igual.

— Me importa una mierda como acaben todos. Mi convicto es el único que no puede acabar así. Así que, ahora mismo tienen dos opciones o le dan la vuelta a esta porquería de helicóptero o yo haré que todos nos estrellemos. — Exigió quitándole el seguro a su pistola. — Ustedes escogen.

— A-Aterrizaremos en un kilómetro donde hay tierra firme. — Avisó Jimin que era el piloto de la aeronave.

Ya en tierra firme, Taehyung echó a correr y ellos se comunicaron con el otro helicóptero donde iban Seokjin con el niño, los padres de Jungkook y Namjoon. Al darles la noticia de lo ocurrido, los Jeon fueron hacia las coordenadas dadas pero aquel lugar en su totalidad estaba infectado por agentes y soldados. Taehyung se camufló entre ellos pero, por mucho que buscó, por mucho que buceó y visitó el lugar durante meses seguidos, no tuvo suerte encontrando al Liquidador.

Guardaba la esperanza de que sobreviviera, él era invencible, no podía acabar todo tan rápido. Le prometió que seguirían juntos en esa vida, saldrían de todo ilesos, él no podía simplemente morir o desaparecer él no. Él era una jodida leyenda viviente, el Liquidador, su convicto, él no podía acabar así.

+++

— ¿Dónde está Taehyung? — Preguntó Younghee con un aspecto mucho más deteriorado que cuando despertó del coma.

Ella estuvo dispuesta a dar su vida años atrás para que su hijo siguiera respirando y tuviera la oportunidad de seguir vivo. Tantos años dormida para despertar y perderlo horas después. Confiaba en su hijo, su fortaleza, su experiencia para salir de muchas situaciones pero, seis meses habían pasado y por mucho que todos habían estado buscando, hasta ahora no había rastros de él o su cuerpo, las autoridades tampoco habían dicho nada así que eso los tenía algo más calmados.

Taehyung había querido irse solo pero ellos en las condiciones que estaba no se permitieron dejarlo ir y, por otro lado, el castaño tampoco podía simplemente desaparecer dejando a los padres de su convicto a la deriva.

— No pasó aquí la noche. — Habló el señor Jeon preparando el desayuno para ambos antes de también volver a salir. No podía quedarse en su casa sin saber si su hijo estaba vivo o muerto. — Probablemente está en busca de respuesta, como todos.

— ¡Buenos días! — La voz de Taehyung llegó a la cocina del lugar donde ese estaban quedando. — ¿Cómo amanecieron hoy? — Preguntó por cortesía siguiendo con la mirada la mano del señor Jeon que le señalaba la mesa para que se sentara a desayunar con ellos.

" Hoy nuestro país vuelve a colarse una medalla en honor al pueblo. Después de la destitución y encarcelamiento del antiguo Presidente, Primer Ministro y otros funcionarios del gobierno debido a todos los actos ilegales de los que formaron parte, las fuerzas especiales acaban de confirmar en un comunicado de emergencia, la re-captura de quien fuera el asesino serial más joven de Corea del Sur. A las seis horas de este día, el forense confirmó que, tras una larga persecución, Jeon Jungkook, alias el Liquidador, fue dado de baja. Se dictaminó que la causa de muerte se debe a la caída de un helicóptero donde tenía pensado escapar. A pesar de tener ya herida de bala en su pierna, fue el fuerte impacto con el agua y las profundidades lo que ocasionaron una conmoción cerebral que le hizo perder la vida al instante. Los ciudadanos hoy, están un poco más a salvo de la violencia, secuestros, asesinatos, corrupción y demás crímenes graves que azotan nuestro país."

Al escuchar la noticia en el televisor, los tres dejaron de comer. El señor Jeon dejó de lado los utensilios mientras que su esposa aclamaba por aire estallando en un llanto sin precedentes llamando a su hijo. Toda aquella escena abrumó a Taehyung, hasta el momento él no había llorado y aunque muchas veces tuvo deseos, no lo hizo. Llorar significaba aceptar que Jungkook no regresaría él, llorar significaba aceptar la derrotar y hacerse a la idea de que su convicto había fallecido.

Aún cuando pasaron las imágenes en los que mostraron las fotografías de cómo y dónde fue encontrado, de la ropa que llevaba ese último día en que lo vio, él no podía aceptarlo, no quería. ¿Tanto luchar para quedar así? No lo aceptaba, no lo haría jamás.

— ¡Taehyung! — Llamó el señor Jeon cuando lo vio armarse y salir. — ¿A dónde vas?

— A reclamar el cuerpo de mi convicto y de paso, a eliminar algunas personas que deberían estar más muertos que él.

El castaño salió del lugar yendo primero a la casa apartada del mundo que los Jeon tenían, esa a donde Jungkook lo llevó cuando estaba herido y que tanto había visitado esperando que llegase ahí en algún momento. Corrió hasta agotarse por el bosque, se tiró a nadar en el frío río y caminó por el pequeño riachuelo. Descargó todas las municiones de una de sus pistolas en el tronco de un árbol escuchando como las aves huían despavoridas por el ruido.

— ¡Ahhhh! — Gritó con fuerza hasta caer de rodillas luchando contra las lágrimas que por primera vez salieron. — ¡Convicto mentiroso! Dijiste que viviríamos y moriríamos juntos, me prometiste tantas cosas y fallaste, incumpliste cada una de tus promesas.

Con su arma vacía y su llanto se refugió entre sus brazos, apretando con fuerza sus rodillas para llorar como no recordaba hacerlo desde el día en que vio el cuerpo sin vida de su hermana. ¿Por qué el estaba pasando por eso nuevamente? ¿Por qué?

Por su mente cruzaron pensamientos que nunca contempló por muy jodido que estuviera. La salida fácil y cobarde, el suicidio no era algo que iba con él pero en esos momento, la idea le pareció tan atractiva mientras la acariciaba su cuerpo. Si había que morir, ellos debieron hacerlo juntos, no así. Él iba a encontrarlo, tal como dijo el Liquidador, si no era en esa vida, sería en la siguiente pero antes de ir en su búsqueda, enviaría a unos cuantos antes.

Para el momento en que regresó con los Jeon, comenzaban a pasar la noticia del fallecimiento del padre y abuelo de Mingyu, esos que estuvieron también detrás de todo lo sucedido y que tan buena vida se estaban dando en la cárcel, junto a ellos se fue el antiguo presidente haciéndoles compañía.

— Tienes que salir del país en este instante. — Avisó Jeon Jihyun lanzándole un maletín moviéndose de un lado a otro. — Jungkook dejó todo organizado para que en caso de que le sucediera algo, tú salieras bien librado de todo. Hoy tuvimos la confirmación de su muerte y...

— ¡Me importa una mierda lo que dijo o quiso tu hijo! Yo también dije y quise muchas cosas, nos hicimos promesas y al final, ¿de qué valió todo eso? Lo que quiera ese convicto hijo de puta me tiene sin cuidado. — Se quejó rompiendo en llanto. — No me iré a ningún lado, yo no me voy.

Dicho esto, su suegro lo golpeó con toda la fuerza que pudo reunir pero tomando cuidado de no darle en ningún lugar vital, lo golpeó haciendo que perdiera el conocimiento. Con ayuda de su esposa lo sacó de su casa, lo montaron en su auto y condujeron hacia un hangar privado en donde lo subieron a un avión.

Cuando abrió sus ojos, estaba prácticamente solo a excepción de los pilotos en un jet privado a miles de pies de altura. Justo ahí, en un lugar que le recordaba tanto lo sucedido en aquella fatídica noche en donde estuvieron literalmente tranquilos por última vez, volvió a romper en llanto hasta quedarse dormido.

La luz del sol golpeó sus párpados a través del cristal de la ventana, viendo desde las nubes un agradable amanecer. Su mente estaba en blanco, ya no pensaba en absolutamente nada y solo miraba al horizonte sin saber exactamente dónde se encontraba. Aproximadamente una hora después, el descenso le hizo darse cuenta que estaba llegando a su destino. Todo lo que veía era mar pero, por mucho que deseara regresar a Corea del Sur, en esos momentos, no podía.

Tomando el maletín que le fue entregado y rechazó, caminó hacia la puerta que el piloto le había abierto tras aterrizar. Al asomarse, notó dos autos estacionados, ambos negros pero de diferentes modelos. Uno era un Mercedes Benz  S600 Maybach Guard y el otro era un BMW M2 CS. Del Mercedes descendió un rostro conocido que no esperaba ver allí, se trataba del canadiense Arthur, hijo de la gobernadora de Canadá.

— ¿Qué haces aquí? — Le preguntó escéptico, serio y sin ganas de conversar realmente.

— Estoy saldando una deuda de vida por parte de mi familia. El Liquidador nos ayudó a salir con vida de Corea del Sur a Amell mi hermano mayor y a mí aún cuando no tenía obligación para ello. Es por eso que quedamos en deuda eterna con él. Estoy aquí única y exclusivamente para hacerte entrega de estos documentos que serán tu nueva identidad. Este vehículo es para ti, lleva meses aguardando por ti en este hangar, está totalmente limpio pero eres libre de revisarlo. Lamento mucho lo ocurrido pero espero que puedas salir adelante, sinceramente. — Mencionó entregándole un sobre con todos los documentos. — Bienvenido a Madagascar.

El hombre se subió en el mismo avión del que él descendió. Una vez más le quedaba claro que al convicto le gustaba ir siempre mil pasos por delante. Revisó el vehículo para asegurarse de que no tuviera rastreadores o algo más pero, lo único que había era fajos de billetes debajo de cada asiento y maletero. El GPS se activó con su huella digital, mostrando una dirección que siguió sintiendo la brisa del mar invadirlo, llorando una vez más en silencio.

Llegó a una casa apartada bastante modesta pero aún así resaltaba bastante, el código de esta venía tanto en el propio GPS como en la carta entregada por su suegro. Entró, se sentó en el primer asiento que vio cubierto por sábanas rememorando cuando fue con él a Busan. Se recostó en el sillón y cerró los ojos antes de disponerse a revisar todo lo que había en el maletín entregado por su suegro.

Más dinero en efectivo y los datos de la cuenta bancaria que sus padres le habían dejado en un paraíso fiscal y que Jungkook no tocó. Una foto de él durmiendo entre los brazos del pelinegro que le hizo llorar una vez más y por último, dos cartas.

Mi agente:

Si estás leyendo esto es porque las cosas no salieron tan bien como queríamos y de seguro, debes haberme maldecido millones de veces. Tienes todo el derecho de hacerlo, maldíceme hasta el cansancio, ódiame pero, muy egoístamente te pido también que me ames como ya lo haces.

Ya no estoy en tu vida pero espero que la termines de vivir bien, sin apuros porque yo te estaré esperando eternamente. Porque contigo nació mi vida y esta por siempre te pertenecerá.

¿Recuerdas cuando me dijiste que si todo se acababa desearías vivir en una isla lejos de Corea del Sur y toda la mierda que por años nos envolvió? Me gustó tanto esa idea que horas después de escucharla comencé a organizar todo eso que estás viendo. ¿Por qué Madagascar? Es tan etéreo, caliente, hermoso y exótico como tú, salvaje e intrigante.  Lo tiene todo, así como tú.

Quiero escribirte muchas cosas pero, realmente esto no se me da bien. Solo te escribo para dejarte saber que te amo y disculparme por no poder estar a tu lado en estos momentos, por no cumplir mi promesa. Eras todo lo que tenía y por eso, te dejo todo lo que tengo, eres libre de hacer con ello lo que desees, lo que elijas, estará bien para mí.

Solo quiero que me prometas una última cosa a pesar de no estar en posición de pedirte nada más.

Agente, Tae, mi amor... No más luchas, no más misiones, no más guerras o venganzas, vive en libertad y hazlo como te plazca sin volver ponerte en peligros es la única cosa que no te perdonaré jamás y, cuando nos veamos, te castigaré por ello.

Te he dejado otra carta donde te explico a detalle todo lo planificado para tu nueva vida, cada una de mis propiedades, todo lo que sé...

Gracias por cruzar la puerta del presidio, por sacarme y salvarme de mí mismo, por amarme y permitirme amarte. Agracias agente, de verdad...

Te amé, te amo y amaré infinitamente.

Tu convicto.

— Imbécil, convicto imbécil...— Murmuró Taehyung dejando la carta de lado.

+++

Una cosa que debía concederle a su convicto, fue el escoger Madagascar para él. Un año había transcurrido desde su llegada, un año y seis meses desde que el idiota de su convicto lo dejó pero ahora finalmente podía volver a respirar mientras corría por el bosque cerca de su casa. Debía andarse con cuidado, la selva de ese país podía ser un poco peligrosa y por eso casi siempre optaba por el mar en vez del bosque pero, no podía negar que a veces también lo necesitaba.

Corrió por más de una hora y, ya iba de camino a su casa cuando se percató que estaba siendo seguido. Actuó como si no se hubiera dado cuenta, estudió sus alrededores pero no veía nada. Lo primero que vino a su mente fueron la NIS y la CIA, solo ellos tenían el alcance para quizás encontrarlo y llegar ahí.

Madagascar no tenía extradición, preso no lo podía coger por lo que si habían ido por él, era para matarlo. Reanudó el ritmo de su paso hasta que una rama seca que no fue pisado por él crujió y una sombra se unió a la suya en el sol.

Agarró el brazo que se extendió para agarrarlo, golpeando aún sin ver a quien estaba detrás. Por su ropa tiró de él y lo incrustó contra el suelo para golpearlo, deteniendo su puño en el aire cuando vio a su atacante. Lágrimas cayeron por sus mejillas, no sabía si eran de dolor, rabia, felicidad, angustia o qué exactamente pero lloró a horcajadas de aquel cuerpo mientras presionaba su cuello. Secó sus lágrimas repentinamente y bajó su brazo a gran velocidad golpeándolo con fuerza.

— Juré que te iba a matar si me hacías pasar por algo así, convicto imbécil. Si te desaparecías o te mataban yo te iba a revivir para enterrarte una vez más. — Continuó pegándolo pero el pelinegro no se dejó dar, lucharon como tantas veces lo habían hecho. El castaño agotado, sacó la pistola que siempre llevaba con él y disparó en su dirección pero dando a propósito en el árbol a su lado. — ¡Maldito convicto yo...!

— Tú ahora te vas a calmar y me vas a besar. ¿No es así?

— ¡No!

— ¿No?

— ¡Sí! — Respondió molesto. — ¡No, no te voy a besar, imbécil! No lo haré.

— Entonces lo haré yo.

Jungkook tiró de los ahora largos cabellos castaños recogidos en un moño, eliminando completamente la distancia entre los dos. Sus manos se aferraron a su nuca y rostro mientras dejaban sus frentes unirse, sus lágrimas corrían hasta sus labios y un poco más allá. Se abrazaron por largos minutos y, finalmente una vez calmados, Jungkook sostuvo sus mejillas y unió sus labios.

Al comienzo fue un beso casto y lánguido, compartiendo esa mezcla entre dulce y saladas que tenían sus lágrimas. Lloraban de alegría por su encuentro pero también de tristeza por el tiempo separado, por todo lo ocurrido. Se besaron sin prisas, reconociéndose, saludándose una vez más hasta que Taehyung los separó a la fuerza para mirarlo. Sonrió ladeado observando su estado físico una vez más y corrió hacia él, siendo recibido por unos firmes brazos que lo sostuvieron.

— Creo que sabes la ubicación de nuestra casa, después de todo tú la compraste y organizaste. — Musitó aferrado a las azabaches hebras de pelo mientras lo besaba ahora un poco más desesperado, mordiendo y succionado sus labios sin miramientos.

— Así es, es nuestra casa, agente.

— ¿Entonces qué esperas para llevarme a ella, convicto?

Ahora sí....
¡Hemos llegado al final de Liquidator!
🥺😭🥺😭🥺

¿Qué les ha parecido?

Estaré haciendo un epílogo pero ya eso será en el transcurso de esta semana. Espero no decepcionarlos en este punto de la historia y que sigan gustando de ella.
💜💜💜

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

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