Capítulo 52
Nunca confiar en nadie era la primera regla que tocaba aprender y aplicar, eso fue algo que Taehyung tuvo siempre claro. El amigo de hoy se tornaba el enemigo de mañana. Estaba siempre preparado para enfrentarse contra todo que no perteneciera a su familia pero, ¿cómo pensar que esa niña que desde adolescente consideró relativamente cercana, sería la causante de tantas desgracias?
Una vez que entró a las filas policiales no existió persona que se acercó que él no investigó. Al menos esas personas que él notaba y no otras que llegaban a través de sus hermanos y de los cuales él no tenía conocimiento como lo hizo BamBam. Ya de agente se volvió mucho más perspicaz y desconfiado pero para ese entonces, hacía mucho años que Moonbyul había llegado a sus vidas.
Esta era mayor que él, era de la misma edad de Seokjin y llegó a ellos desde que eran adolescentes. Un día se mudó a su vecindario junto a sus padres, comenzando a asistir al mismo colegio que ellos y desde aquel entonces, su amistad con Jin fue evidente. No se sorprendió cuando su hermano la presentó como novia, tanto él como Yoori ya se lo esperaban.
Llegó en un momento vulnerable porque hacía poco de la muerte de su madre y ella significó un nuevo motivo de sonrisa para el mayor. Ella significaba más que solo la pareja de Jin, eran familia, la madre de sus sobrinos, una hermana más al menos fue lo que creyó hasta ese preciso instante.
— Debe haber un error, Moonbyul no... — Musitó en alta voz su pensamiento, desviando la mirada del antiguo director de la NIS por breves segundos.
No existían motivos para estar siendo engañado y quizás eso, lo desconcertaba aún más. Los agentes como otras personas podían ser tan hijos de perras que solo por mortificar serían capaces de decir, herir o lastimar a alguien sin miramiento mismo si están al borde de la muerte. No obstante, había una sinceridad que reconocía y no le gustaba.
— ¿Realmente crees que es un error? — Casi rió adolorido pero no pudo hacer más que una mueca. — Moon Byulyi es más poderosa e inteligente de lo que te imaginas, tanto que yo estoy aquí confinado y ustedes llevan meses más muerto que vivos. Sorprendente para muchos ha sido que por separados como juntos ustedes hubieran sobrevivido tantos años. Los iban a eliminar pero justo entonces surgió que aquellos que estaban destinados a aniquilarse mutuamente, unieron fuerzas.
— Ya sabemos que querían que nos elimináramos entre nosotros aunque es estúpida la forma que determinaron para ello.
— Nunca subestimes el poder del dolor y la fuerza que depara lograr muchas cosas, incluso venganzas que pueden parecer casi imposibles. Creo que ambos deberían saberlo mejor que yo. — Hablaba con dificultad, dolía todo su cuerpo y sentía su interior quemarlo. — Jeon Jihoon fue por años nuestro mejor agente, no solo un doctor en nuestras filas sino el mejor agente activo en el campo antes de que lo mataran junto a su esposa.
— No deberías usar tu boca para mencionar a mis padres. — Se expresó Jungkook con evidente molestia porque si bien ellos aún no sabían que seguían respirando, no quería que esos imbéciles.
— Todo esto el efecto de una misión que se nos salió de las manos. A Jeon se le asignó eliminar al hermano menor del presidente de la República de Corea del Sur cuatro mandatos atrás después de que se diera a conocer que desde el comienzo de la Sexta República él se encontraba cometiendo alta traición al país. De todos nuestros agente, solo el padre del Liquidador y su compañera eran capaces de llegar a él. Lo hicieron y lograron llevar a cabo la misión con total éxito. Sin embargo, hubo un cabo suelto, la hija de este hombre. Tus padres no quisieron matar a una inocente y esta niña no tan inocente, decidió vengar a su familia justo como lo hacen ustedes ahora.
— Moonbyul está vengando la muerte de su padre...
— Cuando su padre murió ella apenas tenía quince años pero al parecer su padre nunca le ocultó lo que hacía y la llevaba consigo a todos lados. Ella desde temprana edad estaba bien activa e informada de todo por lo que se quedó a cargo de todo. Se perdió el rastro de ella temporalmente y luego de, se puso en contacto directo con la CIA y a través de ellos recibió cierta amnistía con nosotros. Regresó a Corea del Sur a sus dieciséis años, fue entonces que...
— Que se mudó a nuestro vecindario con sus supuestos padres.
Culminó Taehyung la frase soltando el pequeño recipiente que aún sostenía. Con molestia se quitó los guantes llevando sus manos para frotar su rostro con frustración rememorando desde el día en que conocieron a Moonbyul hasta la fecha. No debía ser demasiado inteligente para saber el motivo por el cual se acercó a Seokjin en primer lugar y eso le molestaba aún más.
Que hubiese tenido el descaro para acercárseles actuando como una amiga ya de por sí le hacía hervir la sangre pero que hubiese utilizado a su hermano por años incluso cuando ambos eran padres de sus sobrinos, no sabía exactamente qué ocasionaba en él.
La pregunta de por qué acercárseles a ellos cuando en ese entonces seguían siendo niños y no tenían nada que ver con los Jeon se le instaló por segundos en su mente. La respuesta le siguió acto y seguido, ya ella debía haber tenido el conocimiento de que Yoori trabajaba con los Jeon en aquel entonces.
— Tenemos que ponernos en movimiento. — Avisó Jungkkook luego de mirar la hora, solo quedaban siete minutos para la media noche, si se registraba a Taehyung, estaba seguro que todos obtendrían su ubicación y la salida del recinto se vería totalmente afectada. — Hay que irnos.
Diciendo esto, el convicto dio cuatro pasos adelante hasta hacerse con la cabeza del ya moribundo hombre que comenzaba a desvariar. Posicionándose a su espalda para inmovilizar el cuerpo de su oponente que comenzaba a temblar ejerció fuerza en sus manos utilizando la barbilla como palanca. Doblar el cuello solamente no sería suficiente dado que este podía flexionales en más de una dirección por lo que lo dobló y torció simultáneamente hasta sentir las vértebras quebrarse.
— ¿Qué estás haciendo? — Preguntó Taehyung al ver que aquello sucedió tan rápido. — Tenía algo más que preguntarle, además, se hubiera muerto en unos minutos de todas formas.
— ¿No escuchaste? No hay tiempo y no podemos correr riesgo, ustedes con presionar un méndigo botón pueden voltear el tablero. Ya estamos contra el reloj y lo más probable es que pronto vengan por nosotros tus antiguos compañeros de trabajos e incluso el ejército.
Caminó hacia el sobrino del presidente para repetir la acción antes realizada en el director pero el castaño lo detuvo. Sus miradas se cruzaron en desacuerdo pero Jungkook terminó accediendo a retirar sus manos sin mediar palabra.
— A parte del apartamento de mi hermano, ella debe tener mínimo dos lugares más. Uno sería su búnker de seguridad, el sitio inalcanzable al que no creo que tengas mucho acceso y el segundo sería un lugar de reuniones del que algunos de sus socios han podido escuchar o ver. Necesito ubicación y detalles generales.
— P-Puedo ayudarlos con ambos lugares si prometen no hacerme nada. Yo no los delataré, solamente quiero seguir viviendo, nada d esto me importa en realidad. Puedo darles las coordenadas exactas porque he estado ahí aunque... — Se removió en su sitio sosteniendo su muslo herido. — Dudo que logren acercarse demasiado, tiene anillos de seguridad y a medio ejército nacional bajo su mando. Mi tío le ha dado carta blanca como lo han hecho los anteriores con ella e incluso su familia.
La pareja compartió una rápida mirada y Taehyung asintió pero el hombre esperaba la confirmación del Liquidador. Jungkook se la dio y este suspiró aliviado dándole toda la información que pidieron, misma que ambos grabaron en sus cerebros. Sin embargo, no todo fue según lo planeado puesto que el pelinegro al final de la conversación, también lo mató dando la orden para que pasaran a descomponer su cuerpo.
Él sabía que ambos estaban mintiendo, el sobrino del presidente no se iba a quedar sin hacer nada y él no podía dejar cabos sueltos. Literalmente, habían vidas en juegos, vidas que para él significaban todo, Taehyung y sus padres, esa era toda su preocupación.
Salieron corriendo del sitio guiado por los guardias del penal, los mismos que estuvieron encargándose de dejar todo el sitio como crisol. El director del presidio a esa hora ya no se encontraba presente y la salida por la puerta amplia una vez más fue posible. Una camioneta negra los esperaba afuera, sus compañeros echaron a andar apenas se subieron, compartiendo ciertas miradas de preocupación.
— ¿Registros, cámaras? — Preguntó Jungkook marcando un número en su celular.
— Las cámaras estuvieron desactivadas, retransmitiendo las imágenes capturadas durante la noche. Logramos eliminar los registros de Taehyung y tuvimos bloqueada toda la señal telefónica e internet. Nadie pudo haber llamado o avisado en este tiempo, tampoco accedido a la información del presidio.
— Quién hubiera pensado que el Pirómano sería mucho mejor con la tecnología que con el fuego. — Intentó bromear Jimin pero nadie parecía estar de humor. — ¿Qué sucede?
— ¿Pudiste comunicarte? — Se hizo silencio mientras todos escuchaban al Liquidador hablar por teléfono, notando como su mirada se ensombrecía, seguida por la de Taehyung. — A la guarida. — Ordenó en un tono bajo.
— ¿A la guarida? — Jimin cuestionó incrédulo pero siendo testigo de los semblantes de todos, calló sabiendo lo que se aproximaba.
Solamente había escuchado mencionar ese lugar una vez, ni siquiera había ido personalmente. Según lo entendido en la conversación que tuvieron meses atrás, La Guarida del Liquidador se trataba de una especie de fuerte creado por ellos para abastecer a casi un ejército y que tenía todo el armamento o tecnología necesaria para librar una guerra.
— ¿Qué dijo tu padre? — Preguntó Taehyung centrando su mirada en la carretera sin mirar a su pareja. Ya se presentía por alguna razón la respuesta pero aún así, necesitaba escucharla. — ¿Pudo comunicarse con Seokjin?
— No. Intentó comunicarse y rastrear su teléfono pero no consiguió nada, su apartamento estaba vacío y en su habitación, había algunas gotas de sangre. Las cámaras del vecindario estuvieron desactivadas por más de treinta minutos e incluso su auto está en el estacionamiento. Eso significa que...
— Sé lo que significa, no tienes que decírmelo. — Interrumpió seriamente. — ¿Tienen las grabaciones del testimonio del director de la NIS y el sobrino del presidente? No nos sirven delante de un juicio pero sí para la opinión pública.
— Ese testimonio no sirve para encarcelar o desprestigiar a Moonbyul. — Argumentó Jimin.
— ¿Quién dijo que la vamos a encarcelar? — Preguntaron a unísono el Liquidador y el agente como si se hubieran puesto de acuerdo.
— Ella solo lleva un final... — Musitó el castaño desviando su mirada.
+++
Kim Seokjin despertó en medio de un lugar totalmente desconocido para él con hombres uniformados y armados que le apuntaban. Todos compartían el mismo imperturbable semblante, el mismo estilo que aquellos entrenados y pertenecientes al ejército coreano. Por un momento, no entendió nada pero, a medida que cobraba completa consciencia, los recuerdos regresaron a él.
En un momento, él había estado conversando con su esposa y madre de sus hijos, esa mujer que por años había sido su compañera de vida. Le estaba compartiendo sus preocupaciones por su hermano entre otros asuntos, compartían una noche en apariencia como cualquier otra aunque pudo notar la tensión emanando de ella.
Si tuviera que hablar de su mujer, diría que era una ama de casa como cualquier otra, extremadamente atenta con su familia e incluso los allegados de esta. Nunca le pareció extraño cuando le preguntaba por su hermano a pesar de ya saber que Taehyung pocas veces daba detalles de lo que hacía, tampoco le pareció raro su emoción al ver al menor de los Kim emparejarse con el Liquidador. La verdad, es que en ese entonces solamente creyó que se emocionó como lo hubiera hecho Yoori, su hermana. Para él, Moonbyul era una hermana más para Taehyung.
Por su mente nunca pasó escucharla hablar abiertamente por teléfono cuando lo hacía en el baño. Había olvidado tomar el repuesto de su máquina y por ello regresó a su habitación pero, cuando estaba a punto de regresar a su ducha, escuchó algo que lo dejó confundido, casi petrificado.
— Dije que no quería retrasarlo más, los quiero muertos de una maldita vez. ¿Es tan difícil localizar al Liquidador y al agente Kim? No me sirven evasivas, mucho menos especulaciones. Esta mañana han detenido misteriosamente a personas que estaban vinculados a esto, no me interesan pero, algo no me huele bien. Desde la muerte de Mingyu el ministro ha estado reacio y eso solo significa que las cosas se complicarán. No me gustan las cosas complicadas, quiero al Liquidador y a Kim Taehyung, muertos. — Gritó Moonbyul tratando de contenerse para que no se escuchara.
Su primer instinto fue reclamarle como esposo, el segundo, fue el de un detective que se acababa de dar cuenta de algo. Muchas cosas en la mente de Seokjin comenzaban a encajar pero otras tantas se disipaban o enredaban. Dio rápidamente un paso atrás cuando notó que su mujer se iba a voltear para que no lo viera. Sin embargo, no contó con que esta lo estuviese viendo por el reflejo que la claridad le permitía sobre el cristal de la estantería.
Moonbyul terminó su llamada pero pretendió seguir hablando, caminando lentamente tras dos minutos hacia su habitación. Seokjin se vestía rápidamente sin mirar qué prenda tomaba, él solo necesitaba salir de ahí cuanto antes para localizar a su hermano y poner su mente en orden.
¿Quién era su esposa realmente?
Se lo preguntaba continuamente sin imaginarse que pronto tendría una respuesta. Terminaba de ponerse unas zapatillas deportivas cuando la vio de soslayo apoyarse al marco de la puerta. Pretendió no notar nada, actuando con normalidad a pesar de que, por alguna razón, sintió temor.
¿Realmente su hijo estaba bien? ¿Por qué su esposa estaba actuando de esa manera? ¿Formaba parte de alguna organización y por ello alguien más se quiso cobrar matando a su hijo mayor? Realmente no tenía idea pero confrontándola directamente en ese momento no obtendría respuesta alguna y lo sabía muy bien.
— ¿A dónde vas a estar hora? — Preguntó Moonbyul. — Aún escucho el agua de la ducha correr, pensé que estarías bañándote en estos momentos.
— Surgió algo en la comandancia, debo ir a la comisaría cuanto antes. — Contestó con tranquilidad, yendo en busca de su arma designada, placa y demás bajo la atenta mirada que podía sentir a su espalda. — Posiblemente no regrese esta noche pero trataré de llegar para el desayuno. Si no lo logro, es cien por ciento seguro que estaré aquí para la cena.
— De acuerdo. — Fueron las únicas palabras que escuchó. — Tu identificación policial está en la cocina, ayer la dejaste ahí.
Jin asintió con una sonrisa e incluso se le acercó para darle un beso de despedida como hacían siempre pero, aunque estuvieran viviendo una mentira, habían cosas que no podían falsificarse, se conocían poco más de lo que a Moonbyul le hubiese gustado aceptar.
Guardaba su placa en el bolsillo cuando sintió que alguien más se acercaba a él por atrás. Se volteó logrando dispararle, hiriendo incluso al sujeto antes de ser golpeado en el brazo con fuerza perdiendo su arma. Se agachó para recuperándola rápidamente pero el pinchazo en su cuello lo hizo llevar la mano a este, perdiendo instantáneamente su movilidad, siendo el rostro de su esposa lo último que vio.
Ahora, una vez más veía su rostro, sentado en una silla frente a él. Esta vez, no lucía como el ama de casa que acostumbraba a ver, tampoco como la mujer que se arreglaba para salir con él con vestidos y maquillajes sencillos. Esta, lucía un traje de pantalón blanco, todo era de ese mismo color, incluyendo la liga que sostenía su cabello rubio en una alta cola de caballo pulcramente peinada. En sus manos sostenía una pistola y su forma de sentarse era mucho menos sutil y femenina de lo que recordaba.
— A veces la ignorancia es buena, me gustaba mi esposo, ese que era completamente entregado a su trabajo y familia pero no interfería en mis asuntos. De hecho, hubieras podido interferir en cualquiera menos en este. Este ha sido la razón de mi existencia desde el día que asesinaron a mi padre. Eres un buen padre, un buen esposo y amante. Si no hubieses escuchado esa conversación y permanecido ajeno a todo por un tiempo más, te hubiera acompañado a llorar la muerte de tu hermano, así como lo hice con la de tu hermana. Yo seguiría a tu lado como una esposa ejemplar y hubieses tenido a tu hijo sin tenerte que preocuparte por nada. Nuestro hijo crecería con un padre y yo, no me vería en la penosa obligación de contarle cómo la delincuencia de este país se llevó a su ejemplar papá en el cumplimiento de su deber.
— Me acabas de decir que asesinaron a tu padre y ahora me dices que harías lo mismo con el padre de tu hijo. ¿Realmente me asesinaría y dejarías a nuestro hijo sin mí por alguna venganza que desconozco? — Preguntó Seokjin notando como por segundos Moonbyul calló relamiendo sus labios.— ¿Cómo puedes hacerle a Yongbok lo mismo que te hicieron a ti?
— ¿Qué demonios sabes tú lo que me hicieron a mí? — Cuestionó entre dientes dejando entre ver su molestia. — A mí no solo me quitaron a mi padre, literalmente, lo vi morir ante mis ojos. Yo, vi como gracias a tu estimada hermana Kim Yoori y Jeon Jihyun junto a su esposa mataron no solamente a mis padres sino que acabaron con toda una organización delante de mis ojos. Por mucho que la señora Jeon me haya tapado los ojos y llevado a otra habitación, por mucho que su esposo me haya dejado con vida y tu hermana decidiera entregarme a su agencia, no cambia el hecho de que mataron a toda mi familia y me dejaron en la calle. A la hora de actuar y saldar cuenta, poco importa que un niño esté presente.
Lentamente, su voz se tornaba más fría y su tono descendía observando la confusión en su marido, riendo ante esto. Claramente ese pobre infeliz no estaba al tanto de nada, nunca notaba nada.
— Sí a todo lo que estás pensando. Te usé desde el primer momento en que me acerqué a ti. Cuando llegué a tu vida tras la muerte de tu madre, ya yo venía con la idea de acabar con todo tu familia a cualquier costo. Fue gracioso, Yoori, quien también era una agente de la NIS, algo de lo que tampoco estabas enterado como es costumbre, no reconoció en primera instancia a la niña que ella entregó. Sin embargo, cuando lo hizo, fue muy tarde, su sentencia de muerte ya había sido dictada.
Seokjin escuchaba cada palabra estupefacto, calculando la magnitud de todo aquello, dándose cuenta que la mujer de la que se había enamorado, no existía. Todo fue un montaje desde el comienzo y lo peor, es que había funcionado a la perfección porque, aún cuando escuchaba sus palabras, todo parecía un extraño sueño. No era posible que su Moonbyul, fuese esa mujer que ahora tenía frente a éñ.
— Todo me estuvo saliendo perfectamente aunque no todo fue maravilloso, por el error de un agente perdí a mi hijo y aunque lo maté por imbécil, eso no trajo a nuestro Seungmin de regreso. Es algo de lo que solo yo soy culpable me arrepiento cada día, es lo único que me ha dolido, lo único que me detuvo durante un tiempo pero a su vez, fue algo que me dio fuerza.
— ¿S-Seungmin? ¿M-Me estás diciendo de forma tan tranquila que mi hijo murió por tu culpa? ¿Qué clase de madre eres que no te detienes ni siquiera ante la pérdida de tu hijo? ¿Es más importante vengar lo que le hicieron a tu padre que tus propios hijos? — Quería gritarle, zafarse de aquella silla pero todo lo que hacía era negar con sus ojos cristalizados.
— Seungmin fue un daño colateral. — Mencionó presionando sus ojos con los dedos medio, índice y pulgar. — ¿Tiene algún sentido detenerme después de haber perdido tanto? ¿Sus vidas no tienen valor? No puedo tirar todo por la borda, Jin. Han sido muchos años, demasiadas cosas en juego como para simplemente dar un paso atrás y alejarme. Dije que acabaría con toda la familia Jeon e incluso con la Kim, te iba a dejar vivir, si no hubieses escuchado esa conversación hoy yo de verdad te hubiese dejado vivir porque pese a todo, he llegado a quererte, te amo, aunque no lo creas amo a mi familia pero, ni siquiera ustedes pueden detener esto.
+++
Nunca se imaginaron que un día estaría no solo vengándose, sino luchando por una libertad que daban por perdida y que tampoco les interesaba demasiado. Vivieron su vida entre demonios, sin conocer almo más que el infierno y a decir verdad, no lo veían tan mal, era su todo aunque inconscientemente pensaran de vez en cuando en que existía algo más allá de las brasas que los rodeaban.
Ellos nunca se imaginaron estar a punto de ir a una batalla y no solos, sino acompañados por su compañero de lucha, ese que iba a su lado sin importar qué haciendo dos cuerpos uno solo. No estaban tampoco solo ellos dos, ahí, en ese amplio lugar, habían hombres reunidos que estaban dispuestos a todo y sin querer, habían formado una familia muy extraña y única.
Jung Hoseok era como un pequeño camaleón que pese a ser conocido, lograba acoplarse a todo camuflándose a simple vista. Lo hizo con ellos, con las agencias, los Cocodrilos e incluso con él mismo. El señor Jeon era un cerebro más, un hombre que podía usar tanto la fuerza física como la mental y en ambas sacaría sobresalientes.
Kim Namjoon no solamente se especializó en todo lo que llevaba explosivos y creaba un gran fuego para hacerle honor a su apodo, sino que, junto al agente Park eran los encargados de todo lo referente con la tecnología. Desde circuitos, ordenadores y teléfonos hasta el más complicado e inimaginable algoritmo.
Necesitaban un ejército y no solamente tenían aquel que el Liquidador formó, sino también a los Cocodrilos con su fundador y líder, ese hombre de cabello menta que aunque estaba aún vendado y en proceso de recuperación, estaba en pie listo para lo que se ofreciera.
Los tenían a cada uno de ellos pero, lo más importante, se tenían a ellos dos como pareja y ejecutores con alta precisión. Dos hombres que se comunicaban aún sin palabras, que no que quebraban ante la presión y los obstáculos, dos hombres que podían tambalear pero, jamás perder. Esos eran ellos dos, el Liquidador y su Desquiciado.
— Ya he comprobado el movimiento en las dos direcciones que nos dio el sobrino del presidente, uno de mis drones incluso tiene imágenes bastante nítidas. Moonbyul está en lo que sería su búnker, su casa de seguridad extrema y tiene dos anillos de seguridad del ejército, sin contar con los activos que tiene en la residencia. — Anunció Namjoon mientras Jimin les mostraba las imágenes.
— La entrada será difícil y corremos riesgo de que se escape por alguna vía. Apenas derribemos el primer anillo por muy cautelosos que seamos, podría enterarse incluso antes de que lleguemos al segundo y huir. Si eso sucede, podríamos perder no solo a Kim Seokjin, sino también a ella. Cavará un agujero y se perderá por un buen tiempo.
— Eso no ocurrirá. Le llegaremos por cielo y tierra. Mientras nuestros hombres se vayan acercando a los anillos de seguridad para irlos desmantelando, nosotros caeremos dentro de la propiedad, entre todos podremos lograrlo. — Habló esta vez Jungkook ganándose la mirada de todos.
— ¿Cómo entraremos por el cielo? — Preguntó Yoongi. — Yo no tengo jet privado, los helicópteros son muy ruidosos y si usamos algo de las agencias, podría activarse una alarma que nos eche a perder todo el plan.
— Eso ya lo tengo resuelto. Cuando salgamos afuera, tendremos un jet esperándonos, suficiente para nosotros siete. Volará bajo para evitar los radares pero no tanto como para ser vistos desde tierra en la noche.
— Ese jet tiene que hacer espacio para uno más.
Una voz llegó a los oídos de todos, quienes se voltearon desenvainando sus armas, quitándoles el seguro listos para disparar a pesar de que ninguno entendía cómo alguien burlaría su seguridad. Hubo una sola persona que no se giró y seguía aferrándose a la mesa que tenía frente a él al escuchar esa voz femenina, sintiendo sus piernas temblar.
A excepción de Hoseok que miraba por primera vez un fantasma tan vivo, a Kim Taehyung que también estaba en trance y un pelinegro que al igual que su padre se tambaleó al ver frente a él alser que le dio la vida, a su madre. Caminando a paso firme con un arnés que iba desde la cintura hasta sus tobillos, un alto moño y una amplia sonrisa, Jeon Younghee fue acercándose a su hija.
Jungkook no salía de la sorpresa, para él, su madre aún estaba en coma, postrada en una cama. Ella había estado tantos años acostada que no debería siquiera tener fuerzas para andar por su propia cuenta aún, no obstante, dejando helado la falta de color en su piel, lucía casi perfecta. Sus lágrimas lo vencieron terminando de caer, corriendo a su encuentro para levantarla entro sus brazos y abrazarla.
Por un instante, todo lo demás desapareció y nadie fue capaz de interrumpir ese momento de madre e hijo que se veían nuevamente después de tantos años. Younghee lo abrazó y besó varios minutos, hasta que palmeó sus brazos para ser liberada. Era notable el paso de los años para todos pero la carita de su hijo seguía siendo hermosa e inconfundible.
— Ya tendremos tiempo de abrazarnos y celebrar, creo que ahora todos tenemos algo más urgente e importante que hacer. — Habló la señora Jeon con seguridad y firmeza. — ¿A quién tenemos que matar?
¿Listos para el final?
Aquí estoy nuevamente resubiendo el capítulo, espero que puedan verlo y si no pues, hasta mañana 😂
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top