Capítulo 49
Escuchar a detalle lo planificado por el Liquidador no fue algo que le tomó por sorpresa, en parte, se había imaginado algo parecido en sus conversaciones luego de lo sucedido con BamBam. Muchas veces sintió que en todo lo planeado, en todo lo que hablaban, habían cartas escondidas que Jungkook no revelaba, dándole la constante sensación de que cada momento podría ser una despedida.
Sus vidas tenían muchos precios, buenos y malos los querían sepultados pero ese era un final para el que estaban preparados. Ellos dos estaban conscientes de lo que podría ser su final, solo que ambos deseaban de que, en caso de tocarles morir, fueran ellos y no su pareja. Los dos pensaban igual, lo sabían y por eso el castaño entendía el proceder del convicto.
Conociéndose él mismo, lo más probable fuera que en su posición, él hubiese tenido el mismo proceder para minimizar sus riesgos, para mantenerlo a salvo y de paso aprovechar para que todo el teatro fuera creíble en su agencia. A vistas de la NIS, fue Taehyung quien a pesar de sus sentimientos entregó a Jungkook junto con su jefe, el agente Jung Hoseok. Esto no lo eximía de ser un objetivo para eliminar pero estaba bien.
De esta manera, ellos quizás no se creerían el cuento completamente pero les darían un margen de tiempo para accionar, el pelinegro desde la prisión y el mayor junto con su padre. No cabía duda que Jungkook sabía lo que hacía, sin embargo, él debía haber contado con una variante clara.
Kim Taehyung no lo dejaría completamente solo y desamparado aunque supiera que el convicto bastaba para un ejército. No era invencible y entre los dos, tocaría a menos todo lo negativo. Aceptaba que quisiera protegerlo poniéndose él en la mirilla pero las cosas se harían parejas o no se harían del todo. Si morían, lo hacían juntos y si la libraban, eso también sería juntos.
El señor Jeon vio al castaño tan tranquilo y silencioso cuando terminó de escuchar todo que no pudo evitar presentir que esa era la calma antes de la tormenta. Veía su cabeza maquinando en silencio y lo único que le tranquilizaba era que, pese a todo, se le notaba con la cabeza fría, analizando correctamente cada movimiento a seguir.
Tomando su teléfono, marcando y avisándole a quien estuviera del otro lado de la línea que le daría una dirección para encontrarse en una hora, el castaño dio por finalizada la plática con su suegro. Ellos eran una mancuerna, la mejor, no eran llaneros solitarios y juntos, tal como le dijo un día el convicto, eran lo más cercano a lo invencible.
— No puedo permitir que hagas esto, la mínima alteración en los planes podría cambiar todo el resultado. Solo, mi hijo puedo luchar sin muchas cosas en la cabeza pero si están juntos, lo primero en lo que pensarán será en el bienestar contrario y descuidarán el suyo propio.
— Comprendo el motivo por el que me dices todo esto pero créeme cuando te digo que nosotros juntos podemos ser mucho más letales. No necesito en estos momentos tu apoyo así que no tienes que permitirme absolutamente nada porque por suerte, hace muchos años yo me gobierno solo aunque haya aprendido a seguir ciertas órdenes. — Contestó serio, notando que pese a sus palabras, su suegro no estaba en contra de lo que sabía que iba hacer.
— Le hice una promesa a mi hijo, le dije que hasta que regresara velaría por ti. — Comentó manteniéndole la mirada firme que Taehyung le brindaba.
— Yo a él también le hice una que no pienso romper jamás y esa fue la de estar siempre juntos, en las malas y en las peores. No habré estado allá adentro y claramente no la conozco como Jungkook que vivió en esa selva y conoce sus entrañas pero no me guío solo por instinto salvaje y de supervivencia, sé lo que estoy haciendo.
— Allá adentro...
— Allá adentro está la pista principal, la carta que derribará este castillo de naipes corruptos como me dijiste anteriormente, pero también está la otra parte de mí y no pienso vivir sin ella. — Interrumpió el menor. — Lo que él está siguiendo es algo muy gordo, una pista demasiado grande como para dejarlo solo.
— Él puede hacerlo, puede lograrlo solo y sin ponerlos en riesgo a los dos.
— Sí, tienes razón. Yo sé que tu hijo, mi hombre, es capaz de eso y mucho más por su cuenta pero él ya no está solo, me tiene a mí y no tiene un porqué ir contra el mundo en solitario. Aunque yo haya dudado de eso en el pasado, no es una máquina de matar y mismo si el mundo se empeñó en volverlo un monstruo como el que todos podemos llegar a ser, aunque por supervivencia tú hayas tenido que entrenar a tu hijo para que sea una despiadada bestia feroz desde pequeño, él es un ser humano. Y si bien ya no puede desaparecer el monstruo que también es porque forma parte de su persona, eso no importa. Incluso los monstruos cuando están unidos son más fuertes. Por eso y porque amo a ese hombre, es que no pienso dejar su culo solo allá adentro sin apoyo. Él es el Liquidador, yo soy el Desquiciado...
Bajo la atenta mirada del mayor, Taehyung se desplazó hacia la despensa de armas para cambiar las que tenía así como recargar municiones. A largo plazo no las necesitaría pero debía estar preparado para lo que pudiese ocurrir. Tomó una plácida ducha como pocas veces tenía el placer de tomar, comió con tranquilidad y cuando notó la hora, se levantó acomodando su gorra negra y arnés acompañado de una mascarilla, todo del mismo color.
— Ven aquí. — Comentó serio Jeon observándolo acercarse. — Lo más probable es que él me mate por permitir esto pero si soy sincero también me siento más seguro de este modo, con ustedes dos juntos. No obstante, si te llegase a suceder algo, no me lo perdonaría, eres como un hijo para mí y no solo por ser el compañero de mi hijo, sino porque aunque no lo creas, a la distancia te vi crecer gracias a tu hermana Yoori, quien te adoraba con su vida. Los quiero a los dos de regreso vivos.
Unos brazos fuertes rodearon al castaño y aunque a primera estancia permaneció estático por la sorpresa y la falta de costumbre a esas muestras de cariños sinceros, terminó correspondiéndole el abrazo por varios segundos. Ambos palmearon sus espaldas y con un asentimiento, se despidieron porque Taehyung no tenía un segundo más que perder.
Le tomarían exactamente ocho minutos ir desde el punto A al punto B, lugar de su encuentro. Mas una cosa era claro, las cosas para él nunca eran tan fáciles. No se le dificultó notar que su punto de encuentro podría ser invadido porque cuando lo pensó por segunda vez, ese fue un lugar antes utilizado en una de sus misiones, sería estúpido ir allí y lo confirmó sin necesidad de llegar viendo como a la distancia varios agentes merodeaban. Volvió hacer una llamada para cambiar su lugar de encuentro y en cinco minutos más, se estacionó allí.
— ¿Te acordaste que existimos? — Ironizó Namjoon bajándose de su auto revisando silenciosamente los alrededores. — Nos tienes haciendo trabajos de logística y a nosotros también nos gusta un poco la acción.
— Te gusta a ti, yo sinceramente prefiero mantenerla lejos cuando no es necesaria. — Contraatacó Jimin acercándose a Taehyung y su pareja. — ¿Para qué somos buenos?
— ¿Qué tan rápido puedes meterte en el sistema de Seodaemun y ponerme como un preso que será trasladado esta noche de emergencia por parte de la NIS? — Tanto Jimin como Namjoon se miraron confundidos, como si hubiesen entendido mal sus palabras. — No hace falta que me registres ahora mismo en cada uno de los ordenadores por igual, con ponerme en la base principal bastará, es el proceder de los agentes. Saben que hay casos que no se avisan con tiempo de antelación y algunos ni siquiera se dicen.
— De poder, puedo. — Contestó Namjoon peinándose el cabello, él fue parte esencial en el plan de Jungkook, incluso estuvo vigilando el perímetro mientras este era arrestado sin intervenir por sus propias órdenes pero en ninguno de los momento que Taehyung entrase a la misma cárcel que él fue una opción. — Te encanta meterme en problemas, agente Kim. ¿Sabes que me querrán colgar de los huevos por esto?
— ¿No querías acción?
— No esta clase de acción que me pone a chocar contra tu convicto. — Rebatió yendo hacia el automóvil en busca de su ordenador y otros aparatos que Taehyung ignoró.
— Meterte en el sistema puede que sea la parte más fácil, ¿cómo entrarás de verdad? — Esta vez fue el rubio quien habló.
— Seré un caso discreto más de la NIS, a mí se me estaba buscando junto con Jungkook así que no creo que se dificulte la credibilidad. Tengo de mi lado al agente activo que me entregará, todo estará cubierto. — Jimin ensanchó los ojos negando hasta suspirar vencido.
— ¿Volverás a convertirte en el Desquiciado? ¿El perro rabioso que muerde a quien se le atraviese en el camino? — Cuestionó Park sin poder ocultar su evidente preocupación.
— ¿Perro rabioso? — Taehyung elevó sus comisuras junto con una ceja de una forma que, sin exagerar, erizó cada vello del cuerpo del mayor. — Para nada, estas ya son ligas mayores y un simple animal que se puede domesticar como intentaban hacerlo en la agencia no podrá sobrevivir allá adentro. Nunca me desagradó que me apodaran Desquiciado y un día como hoy, creo que ese debió ser mi nombre de pila.
— Hay líneas que cuando se cruzan, no se puede regresar.
— Yo crucé todas mis líneas hace mucho tiempo respaldado por las autoridades en misiones supuestamente por el bien del país que ellos se empeñan en dominar, del que se nutren sin importar nada más. Ahora simplemente seré libre de aquello que ellos mismos crearon, lo que tal vez siempre fui.
Namjoon elevó su mirada al escuchar esas palabras porque fueron muy parecidas a las que una vez él dijo, Kim Taehyung pertenecía al destacado bando de élite que muy pocos lograban conocer. El Liquidador, el Desquiciado y el Pirómano... Un mal chiste que en su cabeza lo hizo sonreír pues sinceramente le encantaría presenciar a los otros dos en el presidio juntos. Oh, las cosas podrían ponerse muy feas.
En un uniforme de reo azul como los que tenía el presidio pero sin un número designado aún, sus manos esposadas y un ligero golpe en sus labios proporcionado por el propio agente Park Jimin para hacer las cosas un poco más creíbles, Taehyung descendió de una de las camionetas de la que fuera su agencia.
— ¿Es un buen momento para decir que el azul hace resaltar tu piel? — Preguntó el agente Park en un casi susurro a su oído para liberar un poco la tensión.
El castaño ladeó su sonrisa por un breve segundo antes de retomar su serio semblante. ¿Por qué sentía que en algún momento de su vida tenía que obligatoriamente pisar un lugar como ese justo como lo estaba haciendo ahora? Como un delincuente más.
Observaba a su compañero recibir algunos documentos en la entrada que fingió revisar bien, siguiendo a cabalidad con los procedimientos estipulados antes de asentir y regresar a su lado para agarrarlo por uno de sus bíceps.
— Si quieres al pez grande... — Musitó bien bajo Jimin.
— Tienes que tener los cojones de zambullirte en el mar profundo... — Completó, esa era una frase que ambos se dijeron más de una vez.
— No estoy seguro de si eres muy valiente, muy estúpido o estás totalmente loco. Quizás es una mezcla de los tres. — Agregó empujándolo.
— No aproveches la oportunidad para desquitarte. — Se burló Taehyung sin mirarlo, susurrándole manteniendo su mirada al piso.
— Está todo arreglado para que hagan lo que tengan que hacer. Tienes una semana antes de que los trasladen pero recuerda que, una vez que pasen veinticuatro horas, tus fuellas dactilares y el resto de tus datos entrarán realmente a la base de datos. Te identificarán y todos sabrán de ello por lo que tu salida será riesgosa. Si logran hacerlo todo en un día, yo realmente se los agradecería.
— No creo que se pueda pero haré todo lo posible, que Namjoon no despegue el culo del ordenador y se mantenga retrasando todo lo más que pueda sin que noten que el sistema está comprometido. Sé que en el momento que borre mis datos todos lo sabrán porque alguna alarma se activará y no podemos alertarlos aún.
— Recuerda que entrar siempre es fácil, salir, no tanto. — Comentó el agente justo antes de acercarse a entregar las pseudo pertenencias del nuevo recluso. — Nam me acaba de avisar que Jungkook está en las celdas del bloque B. Es otra vez el rey del tinglado así que llegar a él quizás no será tan fácil. — Jimin lo había apartado un poco hablando bien bajo para que los micrófonos no lograran captarlo.
— El rey de la selva sabe quién entra y quién sale, lo más probable es que para el amanecer, ya sepa que hay un nuevo recluso pero como vengo por la NIS la información tardará en llegarle. Mismo así, no será necesario porque quizás otro no pueda pero yo... Yo soy el otro rey de esta selva solo que los demás aún no están enterado.
Taehyung conocía perfectamente cada procedimiento, cada trampa y mierda que allí se movía pero tenía que actuar como un preso común, aguantando que lo revisaran y dirigieran a su celda. Llegó pasada de la hora de sueño por lo que en ese momento muy pocos se levantaron de sus camas para observar el ligero movimiento, lo más probable es que pensaran que se tratara de un patrullaje de rutina. No obstante, no sucedió lo mismo con los que parecerían ser sus compañeros.
— Te toca dormir en el suelo, las camas ya están ocupadas. — Habló uno de ellos.
El recién llegado no medió palabra o hizo movimiento alguno mientras que los guardias cerraban las puertas y les avisaran que fueran rápidos para acomodarse ya que en media hora volverían a pasar y todos debían estar en sus camas con las luces apagadas. No obstante, una vez que estuvieron solos, el castaño reanudó su camino hacia la litera más decente.
Habían dos y ambos reclusos ocupaban las partes de arriba pero, la que quedaba a su derecha, en la pared de la puerta de la celda, parecía un criadero de cerdos en la cama libre por lo que se dirigió a la otra. A su memoria venían las anécdotas de Jungkook en la cárcel, riéndose de la ironía al ver que estaba a punto de experimentar lo mismo porque dos ineptos chihuahuas estaban a punto de probar fuerza con él.
No necesitaba mirarlos fijamente para estar al tanto del más mínimo movimiento, notando sus risas sarcásticas, haciendo señas para doblegarlo. El reo de su izquierda hizo el ademán de acercársele cuando brincó de la litera pero junto con su brinco, el agente dejaba caer sus pertenencias en la cama vacía y lo neutralizaba con una mano mientras que con la otra tiraba del reo espectador hasta sentirlo colisionar con el piso creando un notable estruendo, pasando a inmovilizarlo con sus piernas.
Apretó su cuello con fuerza pero cuando sintió que palmeaban sus piernas vencidos, los liberó sacudiéndose las manos, girándose para proceder a preparar su cama sin que ninguno dijera nada más. Para el momento en que los guardias regresaron, tal como habían dicho, el castaño ya estaba instalado, todos estaban en sus camas y las luces apagadas.
¿Dormir? Eso fue algo que no pudo hacer pero sí logró que descansaran sus ojos y un poco su cuerpo aunque su corazón latiera desbocado ante sus deseos de encontrarse nuevamente con Jungkook. Seguro él tampoco podía dormir, quizás le costaba volverse acostumbrar al sigilo de andar siempre con un ojo abierto y otro cerrado sin dormir correctamente. Posiblemente, sentía la nostalgia de sus cuerpos juntos como lo hacía él.
Estaba perdido en sus pensamientos con sus sentidos configurados a conveniencia cuando sintió unos pasos acercárseles luego de que uno de sus compañeros de celda lo llamara y, cuando intentaron tocarlo, de una tiró de su brazo para inmovilizarlo ayudado por sus piernas.
— ¡Desayuno! — Gritó el hombre palmeando sus muslos. — Sólo queríamos avisarte del desayuno, hombre. Si te demoras solamente cogerás las sobras. — Musitó cuando fue liberado mirando a quien hasta el momento había sido su único compañero. — Queríamos disculparnos por el malentendido de anoche.
Taehyung los estudió en silencio y se levantó de su cama sin asentir o mediar palabra. Lavó su cara y dientes bajo la atenta mirada de los hombres que esperaban sentados en la cama desastrosa. Se secó y los miró gélidamente con despotismo.
— ¿A qué esperan? ¿Se les perdió uno igual que yo? — Interrogó pero ambos negaron.
— Eres nuevo y nos ofrecemos a guiarte, decirte cómo funciona todo. — Por qué esos lamebotas debiluchos estaban en esa cárcel de máxima seguridad, hasta donde estaba llegaba el olor de su miedo repugnante.
— No necesito comparsa, puedo moverme solo.
— Permítenos ser tus seguidores. — Habló el otro reo inclinándose ante Taehyung.
— ¿Nombres? — Tras varios segundos observándolos pensó que aquello no le quitaba nada, muy por el contrario, le serviría para atraer la atención necesaria.
— Lee Daeyeol. — Habló quien lo despertó, el mismo que estaba dispuesto a darle una agresiva bienvenida la noche anterior.
— Park Jaeseok. — Se presentó el otro.
Siguiendo el movimiento de los reclusos que abandonaban sus celdas, Taehyung se dirigió al comedor seguido por sus nuevos compañeros bajo la atenta mirada de muchos. Si bien sabía que Jungkook estaba en el bloque B, tenía conocimiento que él al ser del A compartiría comedor con él por lo que en cuanto entró, lo primero que hizo fue hacer un escaneo exhaustivo, sonriendo internamente cuando sin mucho trabajo divisó a su convicto.
Sin el Pirómano que era el único que solía compartir mesa con él, el Liquidador se sentaba solo, no quería nadie a su alrededor. Su presencia imponía a la distancia, acercándose a recoger el desayuno, Taehyung lo contemplaba enamorándose una vez más como si fuera amor a primera vista. Leía concentrado, ignorando como varios en las mesas de su alrededor miraban la nueva adquisición de Seodaemun.
Ya con su bandeja en mano y nuevamente seguido por esas dos molestas lagartijas, se encaminó a su mesa bajo el murmullo de varios. Jaeseok tiró suavemente de su camisa para prevenirlo de hacer una locura pero solo su mirada bastó para que lo soltara. Algunos no lo notaron porque estaban en lo suyo pero cuando medio comedor hizo silencio al ver como el nuevo acomodaba su bandeja en la mesa del Liquidador, el resto imitó.
— Solamente lo diré una vez... — Espetó bajo y extremadamente pausado el pelinegro mientras pasaba la hoja de su libro sin prestarle atención a quien osó sentarse en su mesa. — Largo.
Varios segundos pasaron y el indeseado acompañante no se movía. El silencio permanecía por lo que aún sin mirar, Jungkook suspiró cerrando su libro para acto y seguido acomodarlo al lado de su bandeja sobre la mesa y alzar su mirada, encontrándose con un rostro serió que lo dejó completamente sin habla.
— Convicto.
¡Felicidades a Liquidator por haber ganado en los Taekook Awards 2020! 🎊🍾🎉 Un nuevo capítulo a modo de celebración.🎊🍾🎉 Muchas gracias a todos los que le han dado una oportunidad a esta historia. 🥺😘
👋🏾
Los he extrañado mucho por eso hice todo lo posible para pasarme por aquí un momento para pese a que realmente estoy muy ocupada.
Quizás muchos no leyeron mi aviso en mi estado porque me han dejado varios comentarios y mensajes pero, he avisado que debido a problemas familiares y personales estaría algo distante y no podría escribir frecuentemente. Hago todo lo posible por no perderme por completo pero pido su comprensión. 🥺
Lamento que deban esperar tanto por mis actualizaciones últimamente pero no puedo hacer más.
Espero que todos estén bien, les envío un beso grande.
LORED
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