Capítulo 48
Existía una regla que aún sin ser pronunciada, Min Yoongi aprendió a la semana de conocer a quien se convirtió por años en su compañero, aliado e incluso amante cuando tomó sin permiso el arma que él mismo le había entregado. Cuando el cañón de esa pistola apuntó su frente en un abrir y cerrar de ojos, viendo la furia y posesividad emanando del cuerpo contrario, supo que odiaba cuando tocaban sus cosas. Sabía que la mayor regla entre ellos no era el ser sinceros y leales. La mayor de todas esas reglas, la mayor de las leyes era que, lo del Liquidador, no se toca.
Por esa sencilla razón él no movió un solo dedo en contra del hombre que hora atrás había mandado a buscar, si realmente Taehyung era su hombre, él no podía tocarlo por mucho que lo deseara cubierto de moscas y gusanos pudriéndose en algún alcantarillado.
Sin embargo, para él, había una regla que no dejaba de lado ni siquiera por su mejor amigo o el hombre que por años amó. No se perdonaban traiciones, así vinieran del pelinegro, él pondría una bala entre sus cejas y suponía que el contrario haría lo mismo si supiera lo que hizo años atrás, dejando de lado el tener al hombre que amaba bajo esas cadenas.
— Liquidador... — Musitó sabiendo que ese probablemente sería un duelo a muerte en el que él no saldría con vida.
— ¿Qué has hecho, Suga? ¿Qué hiciste?
Jung Hoseok se removió en su silla sin poder ocultar su temor, intentando mover sus manos para liberarse por primera vez desde que fue encadenado a esa silla. No se esperó que el pelimenta decidiera ir tras quien fue su agente, no creyó que a esas alturas descubriera que fue un infiltrado porque sinceramente aquello jamás fue según lo planeado.
Kim Taehyung jamás fue un chico bueno pretendiendo ser malo en una infiltración. Con el caso del Liquidador confirmó sus sospechas de que era totalmente al revés. Él fue siempre un chico malo pretendiendo ser bueno y quizás por eso siempre se le dio tan bien estar entre criminales e infiltrarse sin sospechas. A decir verdad, si él le diera por completo rienda suelta a su verdadero yo, sería igual o más peligroso que Jungkook. ¿Psicópata el Liquidador? No, psicópatas él y su pareja aunque el término verdaderamente no les hiciera justicia porque no mataban por matar o placer, mismo si sintieran satisfacción muchas veces en ello.
El castaño observaba en silencio a los dos socios observándose, apuntándose con un arma y sintió como una vez más se enamoraba de su convicto. Nunca deseó ser salvado, cuando lo necesitó en el pasado nunca nadie estuvo ahí para él. Sin embargo, una vez más, ahí estaba ese hombre poniendo en la línea su vida para salvarlo a pesar del turbio comienzo que tuvieron.
Él pudo haber acabado con la vida del líder de Los Cocodrilos minutos antes y aún así, no lo hizo. No se sintió indefenso, atrapado o sin salida del todo pero viéndolo, sentía como si verdaderamente la puerta de la libertad viniese siempre junto a él.
Nunca se había sentido más feliz que desde que comenzó a experimentar emociones de la mano de ese pelinegro. Jamás se había alegrado tanto de saber que alguien cuidaba su espalda sin dejarlo a la deriva.
— Sé que ahora mismo pides mi cabeza, — habló Yoongi manteniéndole la mirada, sus dedos aferrados con fuerza a su arma mientras aparentaba una calma que no tenía porque su corazón estaba a punto de abandonar su pecho. — Sin embargo, te aconsejo que me escuches primero y si después deseas liquidarme, eres libre de hacerlo.
Yoongi fue el hombre que curó sus heridas y le dio refugio cuando andaba huyendo. Le dio un techo, fuerza y un nuevo propósito de vida cuando en todo lo que podía pensar era en acabar con ese martirio enviándose a mejor vida junto a los padres que creía haber matado. Se convirtió en la familia que ya no tenía e incluso un poco más. Lo vio matar por él, recibir balas por él por eso en su corazón, él siempre ocupó un lugar especial.
Le resultaba sumamente enrevesado poder hacer un juicio ciego cuando a un lado de la balanza estaba la personaba que amaba, la luz que repelaba la oscuridad en su interior y vida, mientras que al otro extremo estaba la persona por la cual no pudieron aprovecharse más de él, quien no lo dejó morir y que, a capa y espada lo defendió, le dio sentido a su miseria.
Por ese motivo no pudo creerle a Hwasa aunque en su corazón sabía que era verdad y fue entregado por ese peliverde que ahora mantenía cautivo a su agente. Miró de soslayo a Taehyung y luego cerró los ojos con fuerza bajando el arma, escuchando como Yoongi volvía a respirar y bajaba la suya.
— Un minuto tienes para hablar. — Volvió a elevar el fusil automático que había adquirido de uno de sus hombres.
— Yo no tocaría lo que es tuyo, lo sabes mejor que nadie, pero ese hombre que vez ahí, es un puto agente que trabaja no solamente para el gobierno coreano, sino también americano. Es uno de los pocos agentes colaboradores entre la NIS y la CIA. Su misión es acabar con nuestra organización pero principalmente, contigo. Quien está a su lado, es su superior, quien lideraba toda esta maldita trampa y en quien yo también creí. Al igual que tú comencé a tener sentimientos por él pero ellos dos, no sienten nada por nosotros, están solamente haciendo su trabajo y nos van a entregar no para ir a prisión sino que nos van a sacar de circulación completamente.
Jungkook ahora comprendía la razón detrás aquella locura, fue algo que se esperó que sucediera al comienzo y en vez de Hoseok, creyó que estaría sentado él en su lugar porque si una cosa Yoongi no dejaba impune era la traición. No obstante, no dejaba de sentirse agraviado y traicionado, ver a Taehyung en esas circunstancio le mantenía las flamas de su odio activas y amenazantes.
Sinceramente, como único su agente podría estar amarrado o indefenso era en su cama y no bajo la mano de cualquier otra persona. Lo procuró con la mirada y allí se encontró con unas comisuras elevadas que disminuyeron su tensión. De ahí, sus ojos viajaron a los de Hoseok, viendo como aún cuando intentaba contenerse, una lágrima se revelaba en una de sus mejillas. Yoongi por el contrario, no dejó de contemplarlo ni un solo segundo.
— Ya lo sabía. — Se expresó Jungkook cuando una batallas de mirada se daba en aquel cuarto, siendo la de su socio la más sorprendida.
Miró en todas las direcciones, percatándose que todos estaban enterados de este hecho menos él y, aunque desde el comienzo tuvo sus sospechas, se sintió un imbécil por no haberlo confirmado. Ladeó su cabeza casi al punto de traquearla, relamiendo sus labios mientras un mechón de su cabello color esperanza ondulaba en el aire. Empuñando con más fuerza su pistola la elevó, sintiéndose cruelmente traicionado por Jungkook.
— ¿Lo sabías? — Preguntó necesitando verificar que lo escuchado fue un error porque si él lo sabía y no había hecho nada siquiera en contra de Hoseok, significaba que estuvo enterado desde el comienzo de todo no fue engañado o traicionado.
— Lo supe desde el primer momento en que el agente Kim se presentó en la prisión. — El mayor frunció el entrecejo, mostrando lo mucho que esas palabras le incomodaban. — ¿Cómo crees que logré salir de una cárcel de máxima seguridad en la que fui recluido para cumplir una condena perpetua? El agente al que tienes encadenado en esa silla me sacó del lugar en el que muchos me recluyeron ayudados por la persona más cercana a mí, mi socio, mi compañero, el hombre que muchas veces compartió mi cama y el único que consideraba un amigo. Si esa persona no me hubiera entregado, ¿crees que yo hubiera necesitado hacer un trato con los gobiernos?
La mano que hasta ese momento se había mantenido firme, se volvió trémula. La frialdad y seguridad con la que Jungkook dijo esas última frases se convirtieron en dagas clavándose en su cuerpo logrando desestabilizarlo, trastabillándose algunos pasos hacia atrás.
— Sin embargo, aquí nadie ha dado información o hecho algo en contra de la organización o tu persona. — Agregó ahora dando su fusil de lado para sacar la Glock que el propio Suga le regaló cuando lo conoció. — Entonces dime una cosa, hyung, ¿de todos los presentes en este lugar, quién es el único que ha cometido traición?
— ¡Jungkook! — Gritó Hoseok con toda la fuerza que pudo. — P-Por favor, no le dispares, no lo hagas.
— ¡Dime de una puta vez! — Exclamó el Liquidador sobrepasando el grito antes dado por el pelirrojo, caminando apresuradamente hasta con la mano libre agarrar el cuello del pelimenta hasta incrustarlo con la pared, presionando el cañón del arma contra su frente. — ¿Quién es el único que me ha traicionado aquí, hyung? Me vendiste al puto gobierno, supiste varias de las atrocidades hechas por Mingyu sin detenerlo y encima de eso, tiene encadenado al hombre que amo. ¿Quién carajos es quien me ha fallado una y otra vez?
Yoongi entreabrió sus labios para decir algo pero nada salió, lo único que atinó hacer fue dejar caer su arma en el suelo sin luchar, sin agitarse, sin dejar de mirar a Jungkook con lágrimas en sus ojos. Sabía perfectamente que ese día llegaría aunque no de esa forma. Haber dado su ubicación, entretenerlo y permitir que lo agarraran fue algo que jamás se perdonó del todo.
— ¿No vas hablar?
— No tengo que decir algo que ya no sepas. Que fue mi error o que no sabía el hecho de que te encarcelarían de por vida en una prisión de máxima seguridad en vez de una mínima protección y con solo cinco años a cumplir, sería solamente darte excusas porque una traición siempre va a ser eso con o sin mala intención.
Bordeó la mano que sostenía el arma de Jungkook con la suya para descenderla a su pecho, acercándolo hasta besar sus labios mientras le quitaba el seguro al arma ajena, llevando su dedo pulgar al índice que presionaba el gatillo. Todo ocurrió en cuestiones de segundos, cuando el disparo se escuchó, todos en la habitación quedaron paralizados.
Aún cuando el Liquidador se presintió lo que su socio pensaba hacer, su reacción fue demasiado lenta para evitar que aquel disparo le alcanzara y la sangre llegara hasta su propio rostro. Taehyung miraba preocupado y Hoseok había entrado en un completo shock viendo como el cuerpo del pelinegro cubría a su mayor, viendo a Yoongi desplomarse en sus brazos con gotas de sangre manchando el suelo.
El aliento de Jungkook desapareció, su mano y cuerpo temblaban mientras su lágrimas también comenzaban a descender, escuchando como el pelimenta tosía y reía aferrándose a él. Sus mirados se encontraron e infinitas memorias compartidas vinieron a ambos.
A diferencia de lo esperado, Taehyung no sintió celos o sentido de posesión alguna cuando vio sus bocas cercas, rozándose como si intentaran con sus labios mantenerse en pie. Hoseok por su parte, tampoco sentía celos pero no podía evitar sentirse hasta cierto punto dolido al ver el amor que aquellos ojos seguían profesando hacia el convicto y que nunca lo habían mirado de la misma manera.
— N-No quise traicionarte, s-solo quería q-que siguieras a mi lado. L-Lo siento, m-mi Liquidador. — Musitó entregándole las llaves que abrían los candados.
Uno de los hombres de Jungkook entraron con un grito del mismo, le lanzó las llaves para que liberaran a los que estaban encadenados y cargó a Yoongi, sintiendo la sangre caliente traspasar su propia ropa. No se detuvo a esperar. Corrió al exterior con él en brazos procurando no caerse con los cadáveres que habían en su camino, metiéndolo en una de las camionetas negras.
Detrás de él llegaron con varios segundos de retraso los agentes que se quedaron completamente petrificado ante lo que sus ojos veía. Taehyung rápidamente se agachó para tomar un arma de los cadáveres en el suelo, pero el cañón que presionó su sien lo hizo detenerte por un segundo.
— Yo que tú no haría eso, Kim. — Susurró Hoseok, agachándose para ponerle unas esposas mientras el castaño agitado pero manteniendo la calma observaba como todos eran rodeados por un innumerable grupo de agentes.
Su mirada se cruzó con la de Jungkook que terminaba de colocar a un ensangrentado Suga en el asiento trasero de una camioneta, comunicándose con su convicto sin necesidad de palabra. Podrían estar cercados por todos esos hombres de negro con sus chalecos antibalas sosteniendo sus armas e incluso algunos escudos pero, ellos solo se valían. Si caían, lo harían luchando y juntos.
— Te voy a sacar de aquí, te vas a salvar hyung. — Musitó Jungkook cerrando la puerta del auto, haciéndole una seña al hombre que estaba al volante esperando instrucciones. — Esto ya no tiene nada que ver contigo, guarda fuerzas. Un cocodrilo no muere así, menos su líder.
El silencio eran preocupante y amplio, no se movían más que pupilas que iban de un lado hacia otro en una calma que solo avisaba la tormenta que se avecinaba. Sin embargo, las cosas se salieron de control cuando con las últimas fuerzas que le quedaban el hombre de cabellera verde le disparó a Hoseok en el brazo, desarmándolo y viendo el dolor en sus ojos pero, a pesar de todo, su lealtad continuaba yaciendo con el pelinegro por mucho que estuviera deseando acabar consigo mismo por lo que acababa de hacer.
Ese momento de desconcierto fue utilizado por el chofer de la camioneta para ponerse en marcha y por la pareja que tomaron los fusiles que tenían a mano, comenzando a dispararles a todos los que se cubrían con sus escudos, corriendo a su encuentro para quedar con sus espaldas pegadas apuntándole a los demás.
— No podremos librarnos de esto con la protección que tienen. — Casi gritó Taehyung por encima de las balas que salían de sus fusiles automáticos, deteniendo los disparos para no desperdiciar balas.
— Te voy a repetir una pregunta que te hice tiempo atrás. — Habló Jungkook recostando su cabeza a la del castaño, hablándole sin perder de la vista a los hombres que se iban acercando cuidadosamente. — ¿Confías en mí?
— Con la vida.
Respondió sin dudarlo un solo segundo, volteándose para encontrar a un sonriente pelinegro que asintió acercándolo para un potente beso antes de empujarlo con gran fuerza hacia uno de los bordes de la calle. Taehyung se incorporó rápidamente, viendo como en sus labios se dibujaba un "te amo" y, cuando iba a correr a su lugar, notó como el convicto era neutralizado con descargas eléctricas.
— ¿Están seguros de que desean matarme o ponerle un solo dedo a Kim Taehyung encima? — Cuestionó Jungkook siendo inmovilizado en el suelo con un arma apuntando a su cabeza. — No es algo que les convenga. — Advirtió. — Si no dejan ir ahora mismo al agente Kim, se les joderán sus planes y aquí nos iremos todos a la mierda.
Como si hubieran estado esperando esa frase, de los tejados, algunos balcones y lugares de la calle, salieron los hombres pertenecientes al liquidador. Unos se mantuvieron apuntándole a los guardias mientras que los otros iban a custodiar al castaño que alejaba sus manos con furia.
— No es a mí a quien tienen que proteger, imbéciles. ¡Ayuden a su puto jefe! — Gritó desesperado tomando el arma de uno de ellos pero fue detenido por todos. — ¡Convicto! ¡Suéltenme hijos de puta, suéltenme! ¡Jungkook! — Volvió gritar siendo arrastrado hacia atrás, viendo su sonrisa dificultada mientras uno de los hombres apoyaba su bota sobre el hombro del pelinegro.
— ¡Llévenselo! — Ordenó Hoseok a los oficiales, notando la rabia en un Taehyung que se arrepentía enormemente de no haberle puesto una bala en su cerebro antes!
— ¡Nos traicionaste hijo de puta! ¡Yo todavía me contuve por ti y tú nos traicionaste, infeliz!
El pelirrojo levantó su mano con los dedos índice y medio bien en alto, rotundos muñeca en círculos para que se retiraran. Forcejeando, Kim logró volver a empuñar un arma, disparándole a Hoseok dos veces antes de que pudieran derribarlo los hombres que seguían las órdenes de Jungkook, viéndolo caer al suelo y ser socorrido por otros agentes. Sin embargo, sabía que el maldito no estaba muerto porque llevaba chaleco antibalas.
Todo el cuerpo de élite de la NIS se alejó en sus negras camionetas y solo entonces, los hombres soltaron a Taehyung, quien los empujaba rabioso e incluso mató a cuatro de ellos con las balas que le quedaban en su pistola.
— ¡Bola de ineptos, imbéciles! ¿Qué carajos hacían deteniéndome a mí en vez de abrir fuego contra esos malnacidos? — Interrogó molesto, necesitando derramar sangre, mucha sangre, pero en ese momento le preocupaba más sacar a Jungkook de ese aprieto, lo iban a matar si no hacía algo pronto.
Se subió a una de las camionetas, quitándole la llave de esa a uno de sus hombres y salió a toda velocidad por las calles de Seúl. Salió a la autopista, cuidando a pesar de todo que no lo estuviesen siguiendo, procurando mantener la cabeza firme y fría pese a su volcánica sangre. Hwasa se sorprendió al verlo llegar al refugio cubierto de sangre pero no dijo nada, le abrió paso para que subiera en busca de su suegro.
— ¡Jeon! — Gritó caminando como un loco de un lado a otro, dirigiéndose a la habitación donde guardaba un gran armamento. — ¡El infeliz de Hoseok nos traicionó! Jungkook tenía razón al desconfiar de él, ahora por su puta culpa tienen a mi convicto, a tu hijo.
— ¿Qué?
— ¿Estás sordo? El gobierno tienen a tu hijo y no tardarán en ponerle una bala en su cabeza, tenemos que liberarlo. ¡Ahora! — Creó una pequeña bolsa de granadas que amarró a su cadera, cruzándose dos fusiles y tomando todo armamento que pudiera transportar en su cuerpo. — ¿Qué esperas?
— No vamos a ir a ningún lado. — Taehyung detuvo todos sus movimientos volteándose para encararlo, empujándolo contra la pared.
— Tienen a tu maldito hijo y tú no piensas mover un dedo para liberarlo, ¿qué clase de padre eres?
— El clase de padre que sigue planes y actúa de acorde a lo que su hijo desea. — Musitó alejando sus manos, apuntándole con un arma de la misma forma en que su yerno lo hacía. — Tú ahora mismo no vas a hacer nada.
— ¿Sí? ¿Y quién cojones me lo va a impedir, tú?
— Hoseok no traicionó a Jungkook, muy por el contrario. Todo esto fue un plan que se le ocurrió a mi hijo y nosotros estamos llevando acabo. Yo protegería a mi hijo frente al mundo, incluso lo protegería de mí así que no te permito que pongas en duda mi amor de padre. — Le advirtió bajando su arma. — ¿Quieres escuchar o piensas echarlo todo a perder por tu carácter impulsivo?
💜💜💜
Hola por aquí, actualizando tempranito en vistas de que hoy tengo mucho que hacer.
Espero que les haya gustado, ya nos vamos acercando más al final. Quedan un máximo de 9 capítulos si no me equivoco. 🙈🙈🙈
Nos vemos pronto....
LORED
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