Capítulo 43
— Espera... — Musitó Mingyu intentando detener a Yoongi a pocos segundos de la partida de los demás. — Tengo algo que ofrecerte y sé que nos beneficiará a los dos. Necesito eliminar a Taehyung, sacarlo del camino y si me ayudas, ambos nos beneficiaríamos.
El de verde cabellera estalló en una risa irónica que se esfumó a los pocos segundos, regresando a su estoico semblante, zafándose del agarre que el contrario ejercía en su brazo, empujándolo con fuerza.
— No te confundas, Kim. — Se sacudió su brazo y guardó ambas manos en los bolsillos. — Claramente bailaría de felicidad si a ese hombre le sucediera algo porque sinceramente, no lo soporto. Sin embargo, ahora mismo si tuviera que defenderlo, capaz y lo hago porque si a él le ocurre algo eso no solamente sacaría lo peor de Liquidador que tú no quieres ver, sino que también lo dañaría.
El contrario frunció su ceño sin comprender el cambio de actitud del líder de los cocodrilos cuando él mismo le pidió meses atrás colaborar para sacarlo de circulación
— Su relación al igual que a ti, no me da felicidad pero creo que ya le quitamos lo suficiente. Si él quiere estar con Taehyung o cualquier otro, bien puede. Lo amo aún, me costó años darme cuenta de esto pero merece hacer lo que le plazca aunque esto lo aparte de mí. — Perdió un cigarro y caló con fuerza para luego echarle el humo en la cara a Mingyu.
— ¿Qué carajos te pasa? — No lo entendía, esa actitud pacífica en Suga, no la entendía.
Riéndose, el pelimenta se acercó para palmear su brazo con la mano libre. — Consíguete otro pene y si uno real no te da a basto, entre las armas de contrabando que traes pide que te incorpore algunos juguetes sexuales, tienes para comprarte todos los existentes, el mayor cargamento que cualquiera podría ver. — Alzó su mano rotando la muñeca para indicarle a sus hombres que se retiraban mientras se despedía de él y lanzaba lo que quedaba del cigarro. — Es la última vez que me molestas para algo que no sean negocios, tú y yo no somos amigos.
Mingyu estaba molesto, no solamente por la actitud de su socio porque de cierta forma ya lo conocía sino porque se sentía impotente. Hacía mucho que entendió el hecho de que el Liquidador no era para él, que nunca sería correspondido y estaba bien con eso pero, no quería a Kim Taehyung vivo. Aunque luego de eso el pelinegro fuera a estar con el mismo Suga o cualquier otro, no le importaba pero con ese hombre que se creyó con el derecho de humillarlo, simplemente no. Tomó su teléfono y le marcó a su padre.
— Papá, necesito pedirte algo...
Otro que también tomaba su teléfono para hacer una llamada en ese instante era Min, ya se había tardado y tendría que cambiar de planes pero, debía avisar primero.
— ¿Dónde estás? — Preguntó serio. — No puedo ir a tu casa pero mandé a alguien por ti.
— Yo estoy entrando a mi apartamento en este preciso instante. Me imagino que tu secreta reunión ya terminó si me estás llamando. —Hoseok se quitaba su chaqueta con la comisura de sus labios elevadas pero detuvo este acto y se la volvió a poner. — ¿Cuánto tiempo tengo?
— Dos minutos.
— De acuerdo, voy a bajar ya. — Respondió dejando su arma oficial guardada mientras tomaba una limpia, sin número de serie e imposible de rastrear. Sabía perfectamente que se la quitarían una vez que llegara a la guarida de Yoongi pero prefería estar siempre seguro. — Ya quiero verte.
La última cosa que se esperó Jung Hoseok cuando iba a salir de su apartamento para ir al encuentro de Suga mientras aún hablaba con él por teléfono, fue el estallido que se produjo cuando la puerta fue abierta de par en par de un solo golpe y su subalterno junto con el Liquidador entraron haciendo gala. Más nervioso de lo que se imaginó poder estar terminó la llamada tratando de disimular pero Jungkook se lo arrebató de las manos.
Intentó pelear por él pero Taehyung lo apuntó con su arma de fuego y bien sabía que cuando él la sacaba, era para usarla, motivo por el cual levantó ambas manos y se detuvo. Maldijo mentalmente porque ese móvil no estaba codificado y el único número que aparecía era el del pelimenta. Si bien no estaba registrado, él siempre borraba las llamadas para no dejar rastros pero al ser sorprendido de esa manera no pudo hacer nada.
Si bien no estaba agregado a los contactos, el pelinegro conocía absolutamente todos y cada uno de los números que Yoongi utilizaba por eso le bastaron solamente dos segundos antes de reconocerlo. Frunció su ceño, yendo hacia la bandeja de mensajes en donde únicamente habían mensajes de ese día, algunas fotos y videos intercambiados que le sirvieron para comenzar a unir los puntos.
Min detestaba a la policía, no obstante sabía perfectamente a lo que se dedicaba Hoseok y aún así, le contó de su reunión junto a otros pequeños detalles que le bastaron para caer en cuenta de una cosa que quiso negar desde que Hwasa se lo dijo. No quería aceptarlo pero era un hecho de que Min Yoongi, estuvo detrás de su aprensión, de todo lo que le ocurrió y eso no se iba a quedar así. Guardó el teléfono en el bolsillo y le asintió a su pareja para que dejara de apuntarle.
Cuando se plantearon ir en búsqueda de su jefe la primera idea fue ir a la agencia pero no convenía que los vieran allí en esos momentos, la cabeza de ambos ya tenían precio y lo sabían. Que vieran a Hoseok hablando con ellos no era algo que querían, no por ahora, motivo por el cual esperaron ir hacia él después de acaba la reunión con las demás organizaciones.
Ser sorprendido hablando con Suga no fue lo único que lo hizo palidecer y temblar internamente de un extraño miedo que se estaba apoderando de él. Creyó a Taehyung muerto, según el informe que recibió, BamBam lo había matado por lo que verlo íntegro y en perfectas condiciones fue una gran sorpresa. Una sorpresa que no pasó desapercibida para el castaño, quien confirmaba que una vez más, su superior estaba al tanto de todo.
— Por tu cara puedo constatar que no te esperabas verme vivito y coleando, ha de ser una gran sorpresa para ti. Ya debes saber que si estoy ahora aquí es porque ya estoy enterado de todo pero, hay algunas cosas que no me quedan claras y para ello estás tú, ¿verdad? — Preguntó lleno de sarcasmo y con falsa sonrisa mientras caminaba hacia él para sentarlo bruscamente en el sofá. — Cuéntanos todo lo que sabes. Conozco tu entrenamiento y todo lo que nuestra agencia nos enseñó, que sabes recibir torturas pero créeme cuando te digo que lo mejor es que hables pronto. No intentes ser un héroe.
La mano de Jungkook rodeó la cintura del agente, apoyando su mentón sobre su hombro para besarle fugazmente su cuello y susurrarle algo al oído que Hoseok no pudo escuchar. Taehyung mordió su labio y el convicto se alejó sonriente para sentarse sobre la mesilla frente al pelirrojo.
— La única cosa que no me queda clara es la insistencia en que fuera yo quien tomara el casa de Jungkook. Eso de que fue al azar, que la muerte de mi hermana fue porque sí, para hacernos a Seokjin y a mí entrar a la agencia no lo creo. Quizás Bambam no manejaba esa información pero tú, tú si la conoces y quiero que la compartas con nosotros.
— Lo haré. — Dijo Hoseok sorprendiéndolos, realmente esperaban tener que ser un poco más violentos hasta que este decidiera hablar por lo que ambos no pudieron evitar entrecerrar sus ojos con desconfianza. — Lo sabrán tarde o temprano de todos modos, así que les diré.
— Habla... — Musitó Jungkook que había estado callado.
— No fue al azar y ella no fue un objetivo simplemente por ser tu hermana. Jeon, el padre del Liquidador era profesor de química en la universidad de Yoori y ella era su alumna estrella.
La pareja se observó y quien hablaba suspiró.
— Cuando la agencia se enteró de que esto era una fachada más y que ella en realidad lo estuvo ayudando a él y a su esposa, decidieron eliminarla luego de que Yoori se negara a colaborar con nosotros. No querían cabos sueltos. Al estar unidos sus familiares, se pensó en un momento que ustedes dos podrían tener cierta información y que tarde o temprano terminarían colaborando juntos por eso la agencia prefirió mover los hilos de esa unión a su favor. Se creyó que había mayor conexión pero al sacarlo de la cárcel los de arriba se dieron cuenta de que el Liquidador tampoco conocía todos los hechos.
Hoseok todavía no entendía por qué lo habían dejado hablar hasta el final sin interrumpirlo, menos que lo dejaran vivo. Estaba seguro que Jungkook se dio cuenta de que hablaba con Yoongi, pudo verlo en su mirar pero tampoco dijo nada de esto. Cuando terminó de hablar solamente recibió la advertencia de que no dijera nada y que pronto se verían nuevamente, que siguiera actuando como si nada. No era boba, cómo no sabía pero era claro que ellos lo estarían vigilando, estaba jodido por ambas partes si hablaba de lo ocurrido, para la agencia se volvería descartable y la parejita le iba a querer matar igual así que su única opción era por el momento, permanecer quieto y callado.
— ¿Qué era eso en lo que tus padres trabajaban que mi hermana los ayudaba? ¿Crees que ella también fue alguna agente encubierta o algo por el estilo?
— No lo sé, todo puede ser pero pronto lo averiguaremos. — Musitó saliendo del ascensor del edificio del pelirrojo rodeándolo con sus brazos. — Sé que mi padre tenía un laboratorio, que era profesor de química y mi madre doctora, al menos en una de sus vidas falsas, otras veces era al revés o simplemente era un matrimonio simple desempeñando cualquier otro oficio. Hay muchas cosas que no puedo recordar, algunas sí pero otras no y esas que no puedo recordar siento que son las más importantes.
— Pensé que ellos estaban envueltos en asuntos políticos, que estaban ayudando ya sabes a qué, pero todo eso de la universidad y mi hermana envueltos con ese asunto me confunde.
— No te preocupes, yo... — Sus palabras se vieron interrumpidas cuando un sujeto corrió a su dirección chocando con él.
Pudo darse cuenta que justo como sucedió en Busan, le habían dejado. No estaba seguro si se trataba del mismo hombre o no pero lo iban a averiguar. Ambos echaron a correr, lo siguieron por varias calles hasta que este simplemente desapareció en un vehículo que se le acercó. Memorizaron la placa pero bien sabían que podía ser falsa, robada o simplemente abandonarían el auto en algún lugar.
No obstante, se la enviaron a Namjoon, quien le siguió el rastro gracias a las cámaras de seguridad de la ciudad. Sin embargo, este entró en un centro comercial y en ese horario, todas las cámaras del estacionamiento parecieron no funcionar. Les quedó claro que estas habían sido hackeadas y quien fuera que lo haya hecho, no era una persona cualquiera.
— ¿Quién crees que esté detrás de todo esto? — Preguntó Taehyung sentándose a su lado en el nuevo apartamento al que se habían mudado.
Cuando regresaron al apartamento del que su agencia tenía información pudieron ver como estaba lleno de agentes y policías. Ya los estaban buscando y ahí no podían regresar. Lo bueno era que ya lo habían anticipado y cuando llamaron para avisarles a Namjoon y Jimin que regresarían a la ciudad, le indicaron también que vaciaran todo y encontraran un nuevo lugar en donde pudieran guardarlo todo hasta después de la reunión donde le dieron la información de sus nuevas viviendas temporales.
— No lo sé pero quien sea es muy astuto. — Observaba el teléfono que le entregaron, lo había inspeccionado de mil maneras y no contenía ningún tipo de información.
Justo en el momento que decidió dejarlo de lado, el aparato sonó y él rápidamente lo tomó.
— ¿Quién? — Fue la primera y única palabra que logró decir. — Vamos, vístete... — Le indicó a Taehyung quien sin preguntarle, asintió, poniéndose los zapatos.
Se tardó un poco en darse cuenta hacia dónde se dirigían pero, una vez que se perdieron en el bosque, pudo hacerse una idea. Le sorprendía el hecho de que Jungkook ni siquiera utilizara una linterna para caminar y ver por dónde iba, no era un lobo o tenía visión nocturna por lo que ser llevado sin siquiera tropezar con una rama fuera de lugar lo dejó literalmente mudo. Nunca dejaba de sorprenderlo y a decir verdad, eso le encantaba.
Cuando entraron a la casa que solía ser de los Jeon, en donde pasó días recuperándose, no pudo evitar recordar todo lo sucedido la última vez que estuvo allí. Sin embargo, el pelinegro caminó directamente hacia la habitación que fue de sus padres. Taehyung había entrado ahí a escondidas y lo revisó todo de arriba abajo sin encontrar absolutamente nada por lo que no comprendía qué estaba buscando ahí.
Lo vio perderse en el clóset de la ropa y cuando un bajo sonido llegó a su oído, seguido del ruido de una puerta abriéndose y una luz que llegó a sus ojos, no pudo hacer más que quedarse boquiabierto, siguiéndolo al interior.
— ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Qué te dijeron en esa llamada que viniste hasta aquí? — Jungkook no respondía, estaba centrado en lo que sea que estuviera buscando en el trofeo que mantenía entre sus manos. — Convicto.
— Ahora te explico todo. — Fue lo único que respondió caminando hacia uno de los armarios de ese laboratorio, corriéndolo hacia un lado.
Ambos parpadearon cuando vieron que al remover la alfombra que estaba debajo de aquel armario, una aldaba estaba en el suelo. El pelinegro la levantó encontrándose con lo que parecía una caja fuerte introduciendo en la pantalla los dígitos que se encontraban cifrados en ese trofeo que su padre con tanto tesón protegió y que tantos querían por alguna razón. Una luz verde indicó que la clave que introdujo era correcta, permitiéndole abrirla para encontrarse con una escalera.
Él simplemente no recordaba ese lugar, ni siquiera recordaba del todo bien ese estudia antes de haberlo visitado la vez anterior, no se imaginó que su padre allí tuviera un lugar como ese. Bajó sin dudarlo y el castaño lo siguió también si hesitar, cerrando tras de sí la puerta.
Al llegar abajo todo se alumbró, dejándole ver un extenso túnel algo estrecho pero a su derecha había otra puerta que abrió, viendo que estaba lleno de armas de todo tipo y calibre. Desde las más pequeñas hasta unas verdaderamente aterradoras que solamente el ejército o grandes agencias tenían y que No era para el uso de todos. Varios dardos, y tubos de ensayo llamaron su atención, junto a varios líquidos que ambos supieron eran peligrosos.
Jungkook se armó con lo que allí había colocándolo en un arnés y su acompañante lo imitó sin hacer preguntas. Caminaron un kilómetro hasta que se encontraron con una escalera más que los dejó confundido. Pasaron por el mismo procedimiento de seguridad, con la única diferencia de que esta tenía lectura de retina. La puerta se abrió y ambos subieron de forma precavida, con las manos ocupadas por sus armas.
No obstante, se encontraron en un cuarto absolutamente vacío. Sin ventanas, sin sillas, sin mucha iluminación y con una única puerta a parte de la del piso por donde entraron. El convicto maldijo por lo bajo, había sido engañado pero no entendía por qué. ¿Quién podría engañarlo de esa forma? ¿Quién tenía tanta información con respecto a su familia? Supuestamente allí lo estaría esperando alguien pero no había absolutamente nadie.
Se apoyó a una pared frotándose con fuerza su sien, frustrado, molesto consigo mismo hasta que los brazos de Taehyung lo rodearon. Permanecieron allí varios minutos sin mediar palabra, él no estaba listo para hablar y el castaño lo sabía. No iba a presionarlo, tarde o temprano le diría todo, ahora lo único que quería era ayudarlo a calmarse y hacerse saber a su convicto que estaba ahí para él, que no estaba solo.
En algún momento sus labios terminaron como de costumbre, encontrándose, calmando la ansiedad y necesidad que ambos tenían perdiéndose en incontables besos hasta que sus respiraciones se aceleraron más de la cuenta y decidieron parar porque no era el momento ni el lugar. Peinaron sus cabellos y se separaron con una sonrisa.
Controlaron sus celulares pero ninguno parecía tener señal, muy diferente al que le entregó aquel desconocido. Lo miró extrañado cayendo en cuenta de que quizás eso lugar bloqueaba la señal de algunos aparatos, esperando recibir alguna llamada. Sin embargo, no hubo ninguna. Ni llamada, ni mensaje, absolutamente nada durante toda la hora que allí estuvieron en silencio.
Cuando decidió irse, atrajo a Taehyung para un abrazo que necesitaba y le fue dado, tomándolo de la mano para dirigirse nuevamente a la puerta por la que llegaron cuando la otra que había en la habitación crujió, avisándoles que estaba siendo abierta. Había intentado abrirla de muchas formas pero esta no se abrió y ahora lo hacía desde el exterior. Sacaron sus pistolas y apuntaron en esa dirección, viendo como el mismo hombre que le había entregado el teléfono aparecía levantando sus brazos.
Llevaba unos jeans negros, una camiseta que estaba siendo cubierta por una chaqueta de cuero negra, botas, mascarilla y gorra del mismo colorad dejando ver únicamente sus ojos.
— Estoy desarmado... — Anunció haciendo que el castaño sonriera con cinismo y, sin hacerle caso a Jungkook, caminó hacia el sujeto para revisarlo, viendo que lo único que este sostenía era la mascarilla que cubría su boca. — No necesitan temerme, e estoy de su lado.
— Permítenos dudar de eso. — Contestó Taehyung asintiendo, el hombre no estaba armado.
El ceño de Jungkook se fruncía cada segundo más, caminando a paso firme hacia aquel desconocido que tanto lo inquietaba. Su pareja se hizo a un lado y sin dudarlo lo desenmascaró, eliminando el pedazo de tela que cubría su rostro y la gorra, encontrándose con otro pelinegro que elevó las comisuras. Tanto él como Taehyung dieron un paso atrás ante la impresión que el rostro del no tan desconocido les causó.
— Jungkook. — Habló el sujeto acercándose mientras el aludido le apuntaba con el ceño fruncido deseando jalar pronto el gatillo.
— ¿P-Papá?
💜💜💜
Hellooooo!!!
¿Cómo han estado?
Espero que les haya gustado el capítulo, nos vemos en el próximo, caminando juntos hacia el final. 🙈😘
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