Capítulo 35

— ¡Oye, levántate! Creo que ya es hora de que ta vayas a pasar tarjeta a tu trabajo. — Despertó Yoongi al agente que aún yacía en su cama.

Debía estar  loco por permitirle a alguien que podía acabar con su vida entrar ahí. Lo  único que le daba seguridad es que en esa casa el no mantenía absolutamente nada que tuviese que ver son sus negocios.

— Tan odioso e insoportable desde tan temprano. — Murmuró incorporándose. — Yo no tengo que pasar tarjeta imbécil.

— Ustedes sí que se dan una buena vida. — Expresó con sorna cogiendo la almohada que estaba siendo utilizada por el visitante. — ¿Puedes moverte bien?

— Sin problema alguno. No fue para nada como lo recordaba, supongo que los años te han debilitado y no tienes la misma potencia que cuando nos vimos las última vez. — Se quiso levantar pero la mano que se afianzó en su cabello fue un tanto más veloz a la hora de tirar de él. — ¿Herí tu ego, Suga?

— En lo absoluto, yo sé que lo que dice esta aboca ahora no se compara a la sinceridad que salió de ella durante toda la noche. —Buscó sus labios para morderlos y hacer desaparecer esa sonrisa que alumbraba el rostro de ese idiota. — Debes darte con un canto en el pecho por estar aquí.

Hoseok se dejó besar, después de todo no era nada desagradable estar con ese hombre sexualmente. Todo lo que permitió que ocurriera no fue jamas por sentirse presionado sino porque no le era indiferente ocho años atrás y tampoco en ese momento. Tenía un tira y afloja divertido en la cama que, mezclado con la rabia y lujuria que despertaban en el otro se volvía extremadamente excitante.

Colocó sus rodillas entre ambos y se impulsó para hacerlo girar y caer a ahorcajadas sobre ella pálido delincuente de cabello color menta.

— Más bien creo que es al revés. Acostumbrado estar con tantas personas prepagos que están contigo por el billete que les sueltas, a esos que te follas por necesidad y no por verdadero gusto; deberías ser tú quien se de con un canto en el pecho por tenerme en tu cama y no hacer este encuentro en una celda con un compañero diferente.

— ¿Te crees tan diferente? Estás aquí por la misma razón, seguro tengo algo que necesitas. — Contestó serio mirándolo con fiereza.

A él solamente le interesaba su Liquidador y no tenía interés en estar poniendo emociones con nadie más. Si con él se comportaba diferente era única y exclusivamente porque era un agente de cuidar que follaba divinamente.

— Te equivocas, estoy contigo porque me apetece y me gusta como nuestros encuentros se vuelven explosivos, por esto, — apretó su entrepiernas con fuerza — tu pene y ese apetitoso culo. Por nada más.

— Por mi boca también o lo vas a negar. — Besó su pecho y el pelirrojo asintió.

— No lo niego. Puede que sí haya siempre necesitado algo de tu parte pero si permito que lleguemos a este punto es porque lo disfruto y no por obligación o a fin de ganar algo. Disfruto que nos follemos y eso es todo. — Respondió devolviendo los besos por su cuerpo de forma descendente hasta poder intercalar con facilidad entre su trasero y su miembro.

No despertaba lo que Jungkook solo con su presencia pero ese jodido oficial sabía muy bien cómo hacer las cosas.

— ¿Qué quieres esta vez? — Tiró de su cabello para verle la cara y él se apoyó sobre sus codos. — Te advierto que no permitiré que me la vuelvan a jugar y dañen al Liquidador. Una cosa fue que me engañaran diciendo que le darían máximo cinco años de cárcel por ventas ilícitas y que yo aceptara para castigarlo cuando le terminaron dando cadena perpetua por diez mil tonterías absurdas. Otra muy distinta es volverlos ayudar hacerle cualquier cosa, menos matarlo.

— No se trata de eso. — Interrumpió Hoseok sentándose.

— No pienso dejar títere con cabeza si intentan hacerle daño nuevamente, aunque termine siendo yo el condenado a cadena perpetua por hacer explotar la puta central de inteligencia.

Su miembro se había vuelto flácido y su ceño fruncido junto a la fiera mirada que daba le dejaba claro al pelirrojo lo bravo que este se encontraba.

— ¿Aún lo amas? — Yoongi entrecerró más sus ojos y el contrario fingió una amplia sonrisa. — ¿Piensas que no sabríamos algo tan notable como eso? Parecían un hombre dolido por el abandono de alguien a quien ama la última vez que nos vimos.

— Pues sí pero no todo lo que se ama se puede tener cuando uno quiere. — se encogió de hombros y dejó caer tapando sus ojos con el antebrazos.

Hoseok lo entendía mejor que nadie, sabía lo que era amar a alguien y no poder tenerlo o siquiera permitirse sentir libremente esos sentimientos por trabajo o seguridad. Los seres queridos siempre eran el punto débil de las y eso era lo que los hacía a la mayoría de los agentes especiales reclutados diferentes de las demás personas.

No tendrían que preocuparse porque algún rencoroso quisiera utilizar a la familia o pareja para vengarse, no podría nadie usar ese punto para ejercer presión y hasta cierto punto, ser así los iba desprendiendo de su humanidad.

Por esa razón no quería jamás que se supiera lo mucho que Taehyung significaba para él porque de cierta forma ese hombre era su eje. El que se enamoraba perdía pero, ¿cómo se podía vivir sin amar o perder? Para conocer el verdadero significado de las cosas se debían experimentar esas dos. 

Una mezcla de celos con envidia lo recorría porque a pesar de todo lo que era, ese delincuente tenía a dos personas interesadas en él, dos hombres que lo querían. Porque por mucho que su subalterno lo negase, sabía perfectamente que gustaba de Jeon jungkook. No entendía qué hacía a todos caer ante él en los negocios, en la cama, en la vida...

— Necesito que me pongas en contacto con uno de los socios de tu organización, Kim Mingyu. — Automáticamente el peliverde se destapó la cara y lo miró sorprendido. — No hagas preguntas, sólo quiero que concretes una reunión entre ambos, del resto me encargo yo.

— Mis socios no se pueden enterar jamás de que yo he colaborado con las autoridades, eso es fatal para los negocios y no lo pienso hacer.

— Te doy mi palabra que no se enterará, sé cómo manejar el asunto. Puedes alivianarte, solamente ponme en contacto con él y así como la última vez tú quedarás fuera de todo esto. — El líder de los cocodrilos parecía estárselo pensando y Hoseok lo tomó como la mejor de las señales.

— Kim Taehyung. — El contrario se paralizó y palideció en cuestiones de segundos al escucharlo mencionar ese hombre. — Haré lo que me pides si me averiguas todo lo que tenga que ver ese nombre, te pasaré foto suya y quiero que lo investigues a fondo. Creo que es un policía pero no tengo la seguridad. No puedo irme de frente cuando el Liquidador está de por medio.

La calma y alivio que sintió el pelinegro al darse cuenta que no lo había descubierto casi pudo ser percibida. Todos se estaban usando pero aunque él entrase en contacto con Suga, no podía revelarle que Kim también era un agente. Sin lugar a dudas terminaría muerto y eso, él tampoco lo iba a permitir.

— De acuerdo, en cuanto tenga toda la información sobre ese sujeto te llamaré para que le pongas fecha y hora a mi encuentro con Mingyu. No quiero peros o pretexto.

— Me ofendes. — Sonrió ladino. — Otra cosa, no te quiero husmeando en mis negocio, si me entero que me la estás jugando no vivirás para contarlo.

El contrario simplemente se limitó a sonreír mientras se sentaba a horcajadas sobre él para empezar con un juego de besos que a diferencia de otras veces no fueron rechazados y mordidas. Quizás si no fueran las personas que eran, el delincuente y el policía, si no existieran Jungkook y Taehyung en sus vidas ellos podrían ser dos personas que se envolvieran en lo que sea que significara tener una relación.

Puso su mente en blanco para centrarse en el momento sintiendo extrañas caricias por parte del mafioso que acariciaba su cabello con suavidad mientras él le daba tratamiento especial con su boca a su entrepierna. Los largos dedos que con poca dificultad gracias a la noche anterior se abrieron paso dentro de él, ayudándose simultáneamente a entrar en calor.

— ¿Qué haces? — Preguntó Yoongi cuando sus piernas estaban siendo abiertas.

— Ayer te permití a lo largo de la noche y madrugada hacer todo lo que quisiste, entré en ti una sola vez así que ahora me toca a mí. — Pidió con una sonrisa que lo desarmó y aunque mantenía su ceño fruncido, le permitió continuar.

No estaba acostumbrado a dejarse hacer, solamente Jungkook tenía control sobre su trasero pero, después de todo él andaba con ese tal Kim. Los vio haciendo lo mismo que hacían ellos e incluso vio un deje de gozo en su rostro del que no había sido testigo. Aquello le dolió mucho más que cuando dijo que no estarían nuevamente juntos o cuando quiso abandonar la organización ocho años atrás. No le costaba nada volverse a entregar a ese hombre rizado cabello rojo.

— Apriétame fuerte las caderas, muestra la fuerza de esos brazos, rojo. — Pidió con lascivia camuflada de sorna, disfrutando cuando fue complacido.

Quizás ellos eran las personas que más alejadas deberían de estar, estaban conscientes de que se usaban. Que de ser necesario fácilmente se pondrían un tiro en la cabeza sin dudar pero en ese instante formaban parte del mismo bando, el placer carnal que podían ofrecerse y el refugio temporal de todos sus pensamientos.

+++

— ¿Estás notando lo mismo que yo? — Le susurró Jimin a Namjoon mientras el otro convicto y agente recogían la mesa luego de desayunar, en perfecta sincronía intercambiando esporádicas risas que suprimían. — ¿Crees que entre esos dos esté pasando algo?

— No sé y no me importa, debería dejar de estar pendiente a la vida de los demás. — Refunfuñó levantándose de la mesa para irse de allí sin despedirse.

— Ya nos vamos, estamos detrás de algo y Kim se acordó de algo que quiere verificar. Hablaremos de lo demás más tarde. — Se disculpó el oficial yendo tras su compañero de vivienda temporal.

No entendía por qué este seguía de mal humor. Llevaba días así y la convivencia con él se tornaba insoportable. Subió las escaleras como si un pie le pidiera permiso al otro para avanzar, no tenía deseos de caminar pero se obligó a ello. Solamente debía subir un piso pero parecían ser cinco en ese momento.

Entró en el apartamento divisando al pirómano sentado en el sofá. Miraba fijamente a la pantalla del televisor con cierta furia emanando de su cuerpo, empuñaba sus manos y tensaba su mandíbula. Lentamente caminó hacia él y se sentó sobre su muslo derecho.

— ¿Qué te pasa?

— Odio perder el tiempo. Prácticamente me obligaron a venir aquí para trabajar en resolver casos, hacer cosas pero estoy como si estuviera en la prisión sin poder andar por ahí libremente y aburrido. Tu jefe y el Liquidador andan por ahí todo el tiempo prescindiendo de nosotros. ¿Qué fue toda esa baba de equipo y no sé qué otras cosas?

— ¿Eso es lo que te tiene así? — Asintió señalando al televisor. — Entiendo, realmente te preocupas por eso.

— Claro, supuestamente seríamos ese super equipo que iba agarrar al culpable de esos asesinatos y simplemente me tienen como hacker a cargo de la inteligencia para sus otras actividades. No quito que sean importantes pero y lo demás qué...

— Hablaré de eso con Taehyung mañana. — Sostuvo sus mejillas y se fundió en un lánguido beso lleno de una paz que no pensó sentir junto a ese delincuente que lo abrazaba cada noche. — ¿Te parece bien? ¿Puedes quitar esa cara de querer incendiar el mundo?

— ¿Por qué juegas con eso? Yo solamente quiero incendiar esto sin necesidad de fuego real. — Respondió apretando su trasero. — Pero no ahora, necesito relajarme de lo contrario terminé descargando todo en ti.

Cargó al menor para sentarlo en el lugar que él estaba ocupando en el sofá e irse a tomar una ducha. Necesitaba estar activo y hacer algo productivo. No es que se quejara de la compañía de Jimin a la que ya se había acostumbrado en esos dos meses de convivencia forzada, muy por el contrario, sentía que no merecía alguien así con tanta mierda que había hecho en su vida. Simplemente estaba molesto por la situación.

La calidez de unos brazos lo rodearon y sonrió, tuvo que suponer que el oficial se pasaría su pedido por el lugar más recóndito de su cuerpo. Sin embargo, por varios minutos no hicieron absolutamente nada, permanecieron debajo de la ducha; el rubio abrazando su cintura con la cabeza apoyada a su espalda y él con sus brazos apoyados en la pared.

No fue hasta que sus cabezas se habían enfriado con el agua templada con la que se bañaban en pleno invierno que Jimin se permitió descender un poco más sus manos. No abandonó el sitio hasta que un gruñido llenó el baño acompañado de la evidencia del orgasmo que quedó en sus manos. El favor le fue devuelto entre besos y toques suaves pero concisos que lo hicieron flaquear entre gemidos.

Como de costumbre se vistieron, abrieron dos cervezas y se acostaron en el sofá a ver las noticias y otros videos necesarios para sus casos como si fuera una película más.

— J-Jimin... — El aludido se giró luego de sentir que su hombro era casi tumbado por la torpeza de Namjoon. — ¿Reconoces a estos dos hombres?

— No.

— Han estado vigilando el edificio durante dos días completos, turnándose a ratos pero es primera vez que están juntos mirando hacia el apartamento de Jungkook y Taehyung. — Volteó el ordenador.

— Deja ver... Sí, tienes razón. Mantente alerta, yo llamaré a Taehyung.

Los cuatros se alertaron, iban a dejarlo pasar según el consejo del Liquidador. Actuar como si no supiesen nada para descubrir qué buscaban pero, cuando uno de esos le hizo una seña al otro para que vigilara mientras corría tras una chica que forcejeaba para ser soltada, el castaño no se pudo contener.

Antes de que pudieran decirle nada, bajó a gran velocidad la escalera del edificio, ya en la calle, miró hacia ambos lados pero no lograba ver hacia dónde la había arrastrado.

— ¿Dónde está tu compañero? — El sujeto se hizo el desentendido negando con la cabeza pero su memoria regresó en cuanto el cañón de una pistola se pegó a su frente.

Señaló un viejo callejón y el agente de verdad tuvo que contenerse para no apretar el gatillo. Su labio superior temblaba por su ira y el extraño deseo de volarle la cabeza no desaparecía. El cinismo de su mirar lo molestaba sobremanera pero le era más importante llegar a donde estaba la chica. Un extraño presentimiento le oprimía el pecho y la única imagen que se repetía para él una y otra vez era la de su hermana.

— Ve, yo me encargo de esta cosa. — Escuchó a su espalda una voz que reconocería de mil maneras distintas. — ¡Ve!

Quitó la pistola y el hombre rió por un breve segundo ya que, el puño del Liquidador encontró como blanco su rostro. Sin pensarlo, Taehyung corrió desesperado, un segundo podía ser crucial. Pedía que ese hombre no estuviera haciendo nada de lo que él imaginaba pero al ver como golpeaba a la chica como si esta fuera un costal de hortalizas y rasgaba su ropa, supo que era en vano pedir o rezar a las deidades que se tapaban los ojos, oídos y bocas.

La chica parecía ser menos de edad, llevaba un uniforme escolar que simulaba casi un vestido y estaba quieta, como si se hubiese dado por vencida, esperando salir viva de ahí luego de que aquel sujeto terminara con ella. Su ensangrentado rostro estaba cubierto por el cabello que se había quedado pegado. El sujeto pasaba la navaja por sus senos contemplándola cuando asqueado el castaño pateó su cabeza.

Este intentó defenderse con el arma blanca que cayó a unos centímetros de él cuando rodó por el suelo, mas su muñeca fue pisoteada con la bota de militar del agente. Pateó lejos la navaja con sus ojos nublado por la furia que lo corroía de pies a cabeza. ¿Cómo pudo?

— ¿Cómo pudiste hacerle ese a una chica inocente? — Preguntaba a gritos mientras lo golpeaba.

— N-No fue mi culpa, ella me provocó paseándose por delante de mí con ese vestido corto. — Taehyung detuvo todos sus movimientos ensanchando sus ojos al escuchar semejante aberración.

— ¿Vestido? ¿Vestido? ¡Es su maldito uniforme escolar, hijo de puta! — Le sostuvo el cuello con una mano mientras continuaba golpeándolo a puño limpio con su diestra. — Aunque hubiese ido desnuda, ¿qué derecho tienes para obligarla hacer algo que no quiere?

Perdió toda la cordura, lloraba mientras le pegaba reviviendo el día en el cual encontró a su hermana en un callejón como ese. Cubierta de sangre, sin alguien que la defendiera mientras un malnacido como eso le arrancaba su vida en un abrir y cerrar de ojos.

No se dio cuenta en el momento en que Jungkook entró corriendo y se llevó a la chica para entregársela a Jimin para que la llevase a un hospital en su vehículo. Él solamente quería acabar con la vida de ese hombre, una bestia como esa no podía considerarse ser humano, no lo era.

— ¡Detente de una vez! Lo vas a matar... — Ignoró completamente al convicto, el hombre ya no hablaba o se reía, ni siquiera lo miraba, estaba desfigurado y ensangrentado, casi inerte. — Suéltalo, debes meterlo preso según tus convicciones.

Jungkook logró levantarlo del suelo pero se le escabulló, se arrastró hasta donde la navaja del sujeto había caído e ignorando otro "¡Detente!" del pelinegro, tomó el flácido miembro que ya el mismo sujeto se había sacado minutos antes. Sin pensarlo, sin demorarse más que unos segundos, lo castró y pisoteó lo que quedó en sus manos con asco.

Llamó a una ambulancia junto a Hoseok quien sin preguntar tomó las riendas de todo mientras el convicto lo regresaba al apartamento. No era Taehyung, era un monstruo dolido que no entendía de razones caminando sin permitirle a nadie la cercanía. 

— ¿Dónde está el otro? ¿Dónde está el compañero de ese canalla?  — Interrogó con gritos.

Sin decir una sola palabra, Jungkok lo llevó hasta donde había amarrado al otro sujeto, en la habitación vacía que se encontraba en el apartamento de sus reuniones. Evidentemente fue goleado más de una vez pero eso al agente no le importaba, de ser necesario él mismo lo golpearía mucho más esa noche.

— Nombre. — Arrastró una de las sillas libres hasta quedar sentado delante y le levantó el rostro dándole un fuerte bofetón. — Sé que estás entrenado para recibir golpes, pero yo no tengo el tiempo o la paciencia para esto. Si nos estaban vigilando sabes perfectamente quiénes somos y lo que podemos hacer, así que lo más fácil es que hables. Última vez que te lo preguntaré. Nombres, el tuyo y el del hijo de puta de tu compañero.

— Lee Donpyo mi compañero, yo me llamo Lee Dawon, agente Kim.

— Tu otro compañero también tenía el mismo acento. Ustedes no son de Seúl sino de Busan, ¿son de la cede de esa ciudad?

— Así, es. El director Shindong Hee nos envió a vigilarlos y reportarle cada uno de sus movimientos. Él se encuentra en Busan pero nos mandó a nosotros acá, no es nada personal, solo órdenes. — Taehyung asintió levantándose de su silla risueño como si le hubieran contado el mejor de los chistes.

Al parecer se habían limpiado con la advertencia que les dio e incluso mandaron a un par de agentes que no tenían honor, ni respeto por las vidas inocentes. Escorias que abusaban de su poder e inmunidad. Dudaba que el otro sujeto se salvarse, por ende, dos y quedaba uno. Sacó su pistola y le apuntó.

— Tae, no lo hagas. Creo que deberías hablar con ellos y tus jefes. 

Le indicó Jungkook y el agente simplemente lo miró como si este fuera un espectro de quien realmente era. Por mucho menos el Liquidador ya hubiese matado a ambos.

— Ellos no entienden con plática.

— De acuerdo pero no lo hagas tú, lo haré yo. ¿Qué es una raya más para el tigre? — Intentó bajar su brazo pero el castaño se negaba a ceder.

— Yo también he matado. Inocentes no, pero hijos de putas como estos, tengo muchos a mi espalda.

Sin volver a decir nada, Jungkook disparó y quitándole la vida al sujeto que miraba de un lado a otro en busca de una piedad que no llegó. Amarrado en una silla frente a dos hombres que desaparecerían su cuerpo sin dejar rastros, pereció.

— Dije que lo haría yo. — Guardó su arma y también la de Taehyung que lo miraba confundido luego de ponerle el seguro. Se acercó a él y lo abrazó hasta que toda la tensión de aquel cuerpo disminuyó. Buscó sus labios para unirlos con los suyos por cortos segundos.  — Ahora arreglémonos que tenemos un viaje que hacer. Yo me voy a deshacer de esto, no tardaré.

— ¿A dónde iremos?

— Busan.

🧡🧡🧡
No se imaginan todas las cosas que ocurrirán en Busan 🙈 Se vienen muchísimas cosas en los próximos capítulos.
🧡🧡🧡

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