Capítulo 34
Jungkook no creía en las personas que nunca habían fracasado y tocado fondo, porque la vida no les había mostrado el verdadero significado de la misma. No podrían entender o comprender por lo que millones de personas pasaban, no podían volverse verdaderamente fuertes ante las adversidades. Asimismo, menos creía en aquellos que vestían de falsa decencia, como esos que estaban moviendo los hilos del mundo como marioneta, queriendo volverlo a él una más de su función.
— No tienes nada, no tienen nada solo humo y es por eso que están presionando a su agente para que él me presione a mí. Si de verdad tuvieran algo, si no me necesitaran no estuvieras teniendo esta plática conmigo.
Lanzó la carpeta que le había entregado sobre el buró de la oficina clandestina de Hoseok. Las fotos que lo mostraban a realizando actividades que él mismo permitió fotografiar por conveniencia personal, no eran relevantes para él. Sabía que lo estaban siguiendo, por ende, los utilizaba a su antojo, mostrando solamente lo que deseaba. Necesitaba entrar en contacto con alguien de allí, poder entrar sin llamar la atención y lo había conseguido.
— Están como perro sabueso detrás de mí para conocer las finanzas y los número que manejo con el pretexto de que soy un delincuente. Uno condenado con un montón de patrañas a cadena perpetua, al mismo que sacaron como si de un paseo se tratara para que trabajara para ustedes y le resolviera los problemas que ustedes por incompetentes no pueden resolver.
— Eres solo un delincuente cualquiera, de la peor calaña. No te llenes de grandeza, sigues siendo un reo común, una escoria que si de mí dependiera se pudriría en la cárcel pero lamentablemente, no me mando solo. — Espetó con desprecio. — Ahí están tus últimos movimientos, has sido fotografiado transportando una cantidad de dinero descomunal que no se nos reportó.
— ¿Yo soy el delincuente común? Los bancos del gobierno lavan dinero sucio, los gobernantes crean leyes para hacer y deshacer a su antojo mientras crean paraísos fiscales a diestra y siniestra con lo que la clase obrera común suda diariamente. Sus impuestos legales son un robo, subiendo salarios juntos con los precios para callarles las bocas y asegurarse para siguientes elecciones, contratando a delincuentes como yo para limpiar toda la suciedad que en el camino dejan.
— No es así...
— Todos ustedes se permiten cosas que a ciudadanos comunes no les permiten porque claro, hay que tener el control de la situación porque si fuera todo parejo, ¿a dónde irían a parar? Perderían poder y mando.
— Estás desvariando y desviando el tema, estás justificando tú delincuencia con temas absurdos. — Rebatió Hoseok alzando la voz.
El pelinegro lo miraba sonriente mientras se sentaba al lado del castaño que se mantenía al margen de aquello. Ni siquiera sabía por qué lo había llevado ahí. Sintió una mano sobre su muslo e intentó alejarse pero Jungkook se lo impidió, tanto este como su jefe mantenían una batallas de miradas que realmente le incomodaba pero que a su vez no le interesaba. Callado disfrutaba del show hasta que le contestaran cómo fue que llegaron a esa discusión.
Analizaba navegando en medio de su confusión porque no comprendía que un pseudo psicópata como el convicto tuviese esas convicciones. Alguien que disfruta matar mujeres no se preocuparía por si son estafadas o no. Quizás su subconsciente le estaba fallando pero si unía todas las cosas que desde su encuentro con el Liquidador había estado descubriendo y tuviera que responder en ese momento si lo creía o no culpable, él lo declararía inocente.
Las pruebas que vio en la fiscalía eran bastante circunstanciales pese a que todo apuntaba a que efectivamente, él fue el culpable de todos esos homicidios. Basándose también en todo aquello junto a otras pequeñas cosas que averiguó tenía que ser él quien asesinase a su hermana pero... ¿Si no era Jungkook el asesino?
Era posible que el perpetrador fuese otra persona que aún caminaba libremente mientras un inocente fue sentenciado. Después de todo, nunca hubo una huella o el menor de los rastros que lo implicaran allí a excepción de todas las grabaciones donde se le veía en las escena de los crímenes a la ahora de aquellos desastres.
Con su destreza e inteligencia también le quedaba claro que el convicto podía llevar a cabo sin problema alguno varios asesinatos sin dejar huella pero todo parecía sin sentido. ¿Por qué? ¿Por qué asesinaría él a tantas mujeres inocentes cuando tenía una vida tan ajetreada?
Todo el proceso de su captura, interrogatorio y encarcelamiento estaba plagado de inconsistencias.
— ¡Sale! Tengo que hablar con el agente Kim. — Ordenó el pelirrojo cruzado de brazos. — ¿A qué esperas? Es para hoy.
Había estado esperando ese momento, logró rastrear el lugar la locación desde a donde los videos que recibió fueron enviados y provenía de allí. Necesitaba una excusa para que lo llevaran a ese lugar por decisión de alguien más y había funcionado.
Se puso en pie sacudiendo su pantalón, su mirada se cruzó con la de Taehyung y antes de finalmente decidirse a salir, se inclinó y lo besó. Un atónito Jung los escudriñó con la mirada y complacido con esto salió sin rechistar.
— ¿Por qué le permites que te bese aquí si ya descubrió que somos agentes y aquí no hay nadie frente a los que tengan que aparentar? — Cuestionó controlando su incomodidad.
— No deberías estar diciendo esas cosas, ya sabes que las paredes tienen oído y hasta que no se termine la misión, preferí no arriesgarme. Eso es todo. ¿Algún problema con eso?
— ¿Se trata de la misión o de que te está gustando ese psicópata? — Tomó en su mano la carpeta que minutos atrás le mostró a Jungkook y se la entregó.
— No digas estupideces, Jung. — Rodó sus ojos sopesando nuevamente su propia respuesta en la mente. — ¿Para qué me muestras esto?
La colocó sobre una pequeña mesa que tenían delante y desparramó sobre esta todo el contenido de la carpeta, analizando detalladamente las fotos e informes. No había nada que él no supiera, los movimientos captados ya el convicto se los había informado con anterioridad.
— Nada novedoso, todo esto ha sido de mi conocimiento pero acordamos una cosa y no creo que tenga que reportar cada movimiento que él hace. Miento yo lo tenga bajo control, lo demás no importa, es manejable. No dejaré que nada falle.
— ¡Eso esperamos! — Una voz llegó al lugar tomándolos a ambos de sorpresa, quienes se levantaron e inclinaron en una venia para saludar al director general de la NIS. — ¿Sabe que queda solamente un mes para que el plazo se cumpla, cierto? Necesitamos a ese delincuente que es el primer ministro de los Estados Unidos tras las rejas. Tengo entendido que tiene pensado venir a Corea del Sur pronto y se reunirá con Park Seojoon debido a algo muy importante que nosotros desconocemos. Es la oportunidad perfecta para que entren en contacto..
Odiaba que dirigentes como él sentados todo el tiempo detrás de un escritorio le dijera lo que debía hacer sin conocer o mejor dicho, ignorando el peligro al que exponía su vida constantemente. Por eso le daba la razón en muchas cosas al convicto aunque no lo admitiera frente a él.
— Puede que quieran verse debido a las armas bioquímicas que impedimos que llegaran a Corea del Norte, quienes tienen negocios directos con el primer ministro. Es solamente una suposición ya que también puede tratarse de algo más pero para eso necesitamos que te vuelvas acercar a Park Seojoon. — Indicó su jefe directo bajo la hastía mirada del director de la organización.
— ¿Para cuándo sería esto?
— Dentro de diez días. Podrás prepararte para ello y buscar la forma de llegar a él sin levantar sospecha. — Taehyung asintió recogiendo la memoria usb que le era extendida. — Otra cosa, el Liquidador... Debes tenerlo más controlado.
— Confío en él y sé todo lo que hace así que no deben preocuparse al respecto. Ahora si me disculpan, tengo cosas que hacer. ¡Ah, casi lo olvidaba! — Exclamó volteándose — Dejen de seguirnos y vigilarnos, si quieren prontos resultados tienen que dejarnos trabajar a nuestro estilo. Después de todo, solamente les interesa que tengamos éxito en la misión, no en los procedimientos que utilicemos para lograr nuestros objetivos. Si algún agente vuelve a ser identificado por el convicto o por mí, le daré de baja.
— ¡Kim! — Gritó el director disgustado.
— Son mis condiciones, no me gusta ser monitoreado de esa manera y tampoco lo quiero para quien está bajo mi cuidado. No molesten más al Liquidador, bastante hemos logrado con tenerlo colaborando con nosotros, no estropeen todo. Es lo único que les pido de antemano para que no se considere como acto de traición. Apretaré el gatillo sin hacer preguntas, así que eviten tener más activos de baja.
Les dio la espalda sin permitirles decir una sola palabra más y salió en busca de Jungkook quien no debería estar muy lejos de allí. El frío aire que golpeó su rostro lo ayudar a enfriar su temperatura corporal, la molestia había hecho que esta aumentara sobremanera. Se coloca el gorro del abrigo y es entonces que divisa al convicto saliendo de un viejo restaurante a una cuadra de allí. Parecía como si simplemente hubiese ido allí por comida debido a la bolsa de pollo frito que traía en su mano pero, ¿por qué presentía que no era así?
— No me gusta la confianza que está teniendo Kim en ese hombre. Deberás mantenerlo monitoreado discretamente ya que realmente matará a cualquiera que logre distinguir. Si esto escalo solamente un poco más, tendremos que regresarlo a su estado anterior. Ellos dos no pueden unirse, no pueden llevarse bien.
— Jefe...
— Hubiera sido genial para nosotros que ese delincuente muriera, años atrás pero es demasiado resistente y ninguno de nuestros intentos por neutralizarlo fueron fructíferos. Ahora los podemos usar a ambos pero si la verdad llegara a saberse, estaríamos acabados. Tenemos que terminar con esto cuanto antes, un minuto que pase es una nueva posibilidad para que el Liquidador descubra algo, incluso Kim. Hay que terminar esta misión y eliminarlos.
— Perdone, no importa cómo lo vea pero creo que no deberíamos hacer algo así sin la autorización explícita del secretario de defensa del país. — Una gran hediondez emanaba de todo eso, su olfato se lo decía. ¿Estaba él también siendo usado?
— Tenemos la autorización de los altos mandos, aún por encima del secretario de defensa nacional. — Shin Donghee se acercó al pelirrojo hasta presionar su hombro con firmeza y mirarlo a los ojos. — ¡Jung Hoseok!
— ¡Sí, señor! — Respondió irguiéndose en su sitio.
— ¿Sabes que te consideran el mejor entre los Halcones, ¿verdad? — Cuestionó con un deje de sorna que no pasó desapercibido pero aún así el agente asintió. — El destino de muchas personas, incluyendo nuestra agencia está en tus manos. Jeon Jungkook y Kim Taehyung, deben morir.
— ¿Cómo debo lidiar con Kim? Él tiene muchos agentes que lo apoyan.
— ¿No es obvio? Espera hasta que culmine su misión y desgaste de él y todo aquel que se interponga en tu camino. ¿No es esa una regla básica en nuestras misiones? — Asintió. — No te preocupes, no asumirás la culpa de nada si haces todo correctamente. Los que estamos a cargo, como yo, asumiremos la responsabilidad dado el momento. ¿De acuerdo?
— ¡Comprendido, señor!
El mayor liberó el hombro del pelirrojo y bordeando el escritorio tomó asiento, viendo las imágenes que se encontraban ahí esparcidas. Su sonrisa cínica había desaparecido y ahora simplemente se dedicaba a rasgar cada foto y documente mientras continuaba hablando.
— ¿Sabes por qué esta misión se llama "Tela de araña"? Porque son muchos los hilos que se tejen para poder agarrar a nuestra presa sin ser nosotros quienes gasten energía cazándola. Puede parecer un viaje largo, peligroso y tedioso pero cuando todo termine, tendrás una gran recompensa. — Una vez destruidas todas las fotos volvió a levantarse, palmeo su hombro y le sonrió. — ¡Buena suerte! Y no te olvides de deshacerte de todo esto cuanto antes.
Taehyung observaba al conductor, estaba tan concentrado en algo que desconocido para él que la intriga lo estaba matando. Desde que se vieron luego de que él apareciera con la bolsa de pollos fritos, no habían intercambiado palabra. Llegaron al apartamento en silencio y tras comer, Jungkook se trancó en su cuarto para horas después salir dispuesto a tomar las llaves de su vehículo.
— ¿A dónde vas? — Cuestionó el castaño apareciendo de la nada.
— Tengo cosas que hacer.
— No te pregunté qué ibas hacer sino a dónde vas. Respóndeme...
— Necesito ir con Namjoon a un sitio, eso es todo.
— Voy con ustedes. — Respondió viendo que el convicto no le diría nada, tomó su abrigo y caminó hasta la puerta. — Ya podemos irnos.
— No voy a ir contigo a ningún lado.
— Si no me hablas claro tampoco tú. — Molesto, el pelinegro agitó su propio cabello, estaba frustrado. — Dime qué está pasando, yo te ayudaré.
¿Por qué el agente que pedía su cabeza querría ayudarlo? Le gustaría por primera vez en años poder verdaderamente confiar en alguien pero simplemente no podía. Ni siquiera confiaba en sí mismo, tenía tantas cosas que no recordaba que a menudo lo invadían las dudas sobre qué era realmente.
— Te diré a dónde voy si respondes a mi pregunta.
— Habla, ¿qué deseas saber?
— Kim Yoori. — El castaño palideció retrocediendo levemente mientras empuñaba sus manos.¿Por qué de esa boca salía ese nombre que lo sacudía? —Tu hermana. Kim Yoori fue tu hermana no es así?
— ¿Por qué la mencionas? No tienes el derecho para hablar de ella. — Lo señaló furioso con el dedo. —No te atrevas siquiera a nombrarla.
— ¿Ese fue el motivo para que te acercaras a mí y el por qué parecías odiarme tanto?
Taehyung se volteó trémulo, si algún punto débil él tenía, era su difunta hermana. Tampoco se esperaba que el convicto tocara ese tema, si quiera que supiera que era su hermano ya que jamás mencionó nada al respecto. Ni siquiera lo habían juzgado por ese caso.
— ¿Te odiaba?
— Sí, me odiabas. Aunque sigues mirándome esporádicamente con desprecio y altivez en tus ojos, ya no me odias. Te gusto... — Musitó estas últimas palabras en un tono bajo y ronco que desestabilizó al castaño.
— No digas sandeces, convicto. Que follemos de vez en cuando no crea un gusto inexistente entre nosotros. — Puso distancia entre ambos, tratando de relajar su fruncido ceño antes de volverlo a encarar. — Sí, soy el hermano de Kim Yoori y sí me acerqué a ti por eso.
— No la maté.
— Eso en estos momentos no es relevante, además, dices no recordar ninguna de esas mujeres que asesinaste. ¿Cómo puedes estar tan seguro de que no la mataste?
— Simplemente lo sé. Te investigué, vi todo tu pasado y sé todo de ti, de tu hermano y familia. Vi de la forma en que ella murió y no sentí nada al igual que con el resto pero tuve mayor seguridad aún de que no vi a esa mujer en mi vida.
Le creía pero no sabía si era real o si simplemente quería creer en eso para no sentirse culpable de estar deseando y sintiendo cosas por el hombre que le arrebató la vida al ser que más quiso. Fuertemente arraigada a su pecho estaba una esperanza que quería brotar. Un sentimiento tenaz en su interior que insistía en querer confiar en él a pesar de que todo lo investigado por él en el pasado pareciera indicar lo contrario.
No tenía pruebas contundentes, ni quiera hubo una grabación de las cámaras de vigilancia ese día que lo situaran en ese lugar como sucedió con las demás víctimas. Quizás él podía haber estado juzgándolo equivocadamente todo ese tiempo, tal vez no.
— Ya te respondí tu pregunta, Jungkook. Ahora dime a dónde vas y qué es eso que te ha mantenido todas estas horas como si no estuvieras en este planeta — Cambió de tema, no quería continuar hablando de algo que tanto le afectaba.
— Iré con Namjoon a buscar un ordenador que no se pueda rastrear y que pueda ser utilizado no solamente para hackear, sino también para desencriptar esto... — Sacó de su bolsillo lo que parecía ser disco duro externo y lo agitó ante sus ojos. — ¿Ahora sí puedo irme?
— Puedes decirle al pirómano que venga aquí, no tienen que ir tan lejos a buscar un ordenador. Yo tengo uno modificado para mí que tiene todo lo que necesitan aunque yo no soy especialista en cifrado.
El pelinegro entrecerró los ojos confundido mientras observaba a Taehyung desaparecer por la puerta de su habitación para regresar con una caja enorme que dejó sobre la mesa. De esta no solamente salió un ordenador, sino dos junto a otros aparatos modernos que Jungkook aún no conocía. Parecía que no pero en siete años la tecnología podía avanzar bastante.
— Por cierto, ¿cómo conseguiste este disco duro? — Jungkook ignoró su pregunta mientras iba abrirle la puerta a Namjoon. La dirección que logró obtener de la persona que envió el video a su teléfono era de las oficinas clandestinas de la NIS. Sin embargo, no lo giró encontrarse con nadie, estando allí recibió otro mensaje que le indicaba que debía discretamente recoger su disco duro en el baño de el restaurante donde compró los pollos fritos.
No entendía cómo su amigo estaba tan al día con todo eso cuando estuvo encerrado por más años que él. No tardó demasiado en descifrar el objeto pues, pese a que estaba encriptado, no era tan potente como se imaginó en un principio. Era como una débil seguridad lista para ser quebrada por el convicto. El agente no se alejó de la mesa después de ir a buscar cervezas a la cocina para los tres. Quería saber lo que allí se encontraba de primera mano.
Una vez que Namjoon descifró todo, el otro convicto le pidió quedarse a solas para ver el contenido y aunque quiso refutar la orden, terminó accediendo. Sin embargo, no sucedió lo mismo con Taehyung, este plantó su trasero en la silla y de ahí no se levantó por mucho carácter que el Liquidador le implantó.
Dentro del disco duro estaba el video de sus padres ya recibido anteriormente junto a otro donde se les veía en la casa de Park Seojoon, estando este y Mingyu cuando eran infantes corriendo por delante de ellos. Pudo ver a su madre tomarlos de las manos después de acariciarle sus cabellos, los sacó del lugar y varios minutos después reapareció, uniéndose a la plática que su padre mantenía con el antiguo primer ministro de la nación, así como el actual.
Otro video con un ángulo diferente al que mostraron en su juicio, lo mostraba a él entrando a casa de una de sus víctimas y a su derecha, Mingyu mantenía algunos metros de distancia mientras lo seguía. ¿Por qué Mingyu lo estaba siguiendo? Nunca le dijo nada de eso, ni siquiera cuando se acercó a él antes de que lo llevaran al estrado para pedirle que fuera fuerte y decirle que siempre estaría para él. ¿Por qué no declaró, qué hacía allí?
Podía ser para no verse involucrado en un escándalo que afectaría la carrera política de sus padres pero eso no explicaba que al menos con él no hablara del tema.
— Necesito entrar a casa de Park Seojoon nuevamente. — Musitó repitiendo una vez más el video.
Reconocía esa oficina, la misma donde encontró aquellos documentos la vez anterior. Eso le confirmaba que se trataba del mismo matrimonio Jeon. Conocieron a sus padres y estos incluso frecuentaron varias veces esa residencia.
— Yo iré allí en diez días, si necesitas algo puedes decírmelo y yo lo traeré por ti. No habrá una fiesta o algún otro evento donde vayan varias personas, así que no tendré forma de hacerte entrar.
— ¿A qué vas ahí? — Preguntó separando por primera vez los ojos de la pantalla. — ¿Una misión parecida a la de la última vez? — Taehyung asintió empinándose de la botella. — Olvídalo, no vas a follar con ese imbécil nuevamente.
— ¿Desde cuándo me dices cómo hacer mi trabajo, convicto?
— Tengo varias formas de obtener lo que quiero, así tenga que volar media casa en pedazos, yo podré entrar ahí. — Espetó centrando su mirada en el video nuevamente. — No hay necesidad de que tengas nada que ver con ese hombre, una vez fue más que suficiente.
— No tengo motivos para discutir de esto contigo, voy a ir allí porque tengo que hacerlo, está fuera de discusión. Llevo muchos años haciendo este trabajo como para que vengas tú a querer decirme qué tengo y qué no tengo que hacer. ¡Se habrá visto cosa igual!
Se levantó bruscamente empujando su silla, recogió las botellas vacías y las tiró en la basura. Iba a salir de la cocina cuando fue elevado en los brazos de Jungkook y sentado en la meseta. Su cuello fue sostenido firmemente y él imitó la acción pero ninguno de los dos ejercía fuerza mientras se miraban fijamente. El rostro del pelinegro lucía desfigurado debido a la forma en la que empujaba su lengua desde el interior, misma que utilizó para humectar esos labios donde encajó sus propios dientes.
— No quiero que te lo folles y mucho menos que te dejes follar por ese tipo. — Declaró antes de apoderarse de los labios ajenos, obligándolo a entregarse a un furioso y apasionado beso. — Todavía quedan varios días, podremos buscar una mejor forma para que logres tu misión sin necesidad de que llegues a eso, puedo ayudarte.
— No necesito tu ayuda.
— Sé que no la necesitas, pero no está demás aceptarla al no ser que... — Frunció el ceño incrementando la distancia entre sus rostros.
— ¿Que qué?
— ¿Quieres estar con él?
— ¿Eso a ti qué te importa?
— Me importa y mucho, no te quiero en su cama. — Agregó presionando un poco más fuerte sus manos.
Taehyung pasó su pierna por encima del brazo del convicto para obligarle a soltarlo y se bajó de golpe. Lo empujó y, en un rápido movimiento, lo incrustó contra el mueble donde había estado sentado.
— ¿Estás celoso, convicto?
— Sí. — Sin hesitar su respuesta salió y el castaño suavizó sorprendido su agarre. No se esperó esa respuesta aunque lo hubiera sospechado. Jungkook agarró su mano, la jorobó e invirtió las posiciones, yendo a buscar esos labios nuevamente. — Aunque no debería, sí estoy celoso y no te quiero ver con nadie más. Conozco tu trabajo pero, a no ser cuestión de vida a muerte, mientras estemos colaborando juntos, no quiero que tengas sexo con nadie más.
— En este negocio, el que se enamora pierde, no pueden haber emociones y los celos son emociones que nos impiden ver las cosas con claridad. No deberías sentirlos, menos por mí.
— Eso ya lo sé, no debo sentir absolutamente nada por ti. — Sus miradas se cruzaron y sus orbes se agitaban yendo de un lado hacia otro en una perfecta sincronía.
Elevó la mano que sostenía hasta pegarla en la pared, mientras que con la que aún tenía libre presionó su mandíbula, logrando que el contrario entreabriera la boca. Sus apetitosos labios fueron lamidos por cuenta propia mientras que sus respiraciones comenzaban a descontrolarse. Como si se hubieran puesto de acuerdo, sus vistas descendieron hasta las fauces contrarias para luego volver a encontrarse.
Sin percatarse, Taehyung dejó salir levemente su lengua y el convicto no perdió tiempo en morderla para tirar de ella hasta tenerla lo suficientemente afuera como para succionarla y chuparla obscenamente como si de su miembro se tratase. Ya escurría la saliva por sus mentones cuando finalmente, dejó aquel tortuoso juego, lanzándose por un profundo y encolerizado beso. Ambos fueron cediendo al control, besándose como si hubieran anhelado hacerlo durante todo el día.
— ¿A dónde vas? — Preguntó el castaño una vez que su sesión de besos culminó y hubieran recogido todos los aparatos utilizados.
— Tengo que verme con alguien.
— ¿Mingyu? — Jungkook lo miró sorprendido y el agente revoleó sus ojos, había acertado. — Demasiado predecible, convicto.
— Necesito averiguar algunas cosas, no pienso tardarme.
Taehyung caminó hasta él empujándolo hacia la puerta y tomando las llaves que sostenía en su mano lo encaró.
— Yo no follo con Park Seojoon pero tú tampoco follarás con Kim Mingyu, ¿queda claro? — De la sorpresa, el pelinegro pasó a la diversión que procuró no mostrar sin éxito. — ¿De qué te ríes? Te acabo de hacer una pregunta. ¿Te quedó claro lo que te dije?
— Entendido. — Buscó su boca para un nuevo beso que no fue tan extenso o desenfrenado, más bien fue lánguido, profundo pero corto. Estiró su mano una vez que se separó y Taehyung le entregó las llaves. — Gracias.
Las colocó sobre la mesa y se quitó el abrigo seguido de sus zapatos desconcertando al agente.
— ¿No ibas a salir?
— Ya lo dijiste, iba. Creo que podré ir a verlo en otro momento, ahora mismo creo que tengo mejores planes. — Permanecieron viéndose desde sus lugares varios segundos pero luego estiraron sus manos yendo en búsqueda de sus cuerpos. — Aprovechemos el poco tiempo que tenemos sin tener que estar con una pistola en la mano.
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Min Yoongi descendía de su automóvil en un descampado a las afueras de la ciudad cuando unas manos lo voltearon contra la puerta. Este se carcajeó durante varios segundos antes de girarse y empujar a su asaltante. Sacudió con gran temple y seriedad su ropa, buscando que no quedara el más mínimo pliegue en su traje.
— ¿Por qué me buscaste y mandaste a llamar? Ya no tengo nada más que ofrecerte. Tú y yo quedamos en algo, hicimos un trato hace ocho años y espero que cumplas con tu parte... Jung Hoseok.
— Siempre te vamos a estar agradecido por habernos entregado al Liquidador pero, lamentablemente tengo otro favor que pedirte. — Contestó el pelirrojo acercándose lo suficiente como para permitirle al líder de Los Cocodrilos sostenerlo por su chaqueta. — ¿Puedes soltarme?
— No tenemos nada de qué hablar y no pienso hacerte ningún favor. El día que tuve que entregarte a mi mejor amigo te lo advertí, si volvías aparecer frente a mí iba a decorar el pavimento con tus sesos. — Con la pistola que sostenía apuntó a su sien y quitó el seguro. — ¡Hasta la vista!
— Yo que tú, no lo haría. — Musitó. — Creo que sí deberías hablar conmigo pero primero eliminemos las tensiones, Suga.
El aludido aumentó tanto la presión del agarre como la de su arma sobre la cabeza contraria pero un minuto después, terminó soltándolo. Aseguró nuevamente su pistola, la guardó en la parte trasera da su pantalón y tiró de Hoseok con fuerza hasta pegarlo contra el auto. Zafó a gran velocidad sus jeans, bajando al mismo tiempo su bóxer y lo giró.
— Será mejor que me ayudes correctamente a liberar la tensión, Hobi.
🧡🧡🧡
¿Qué les pareció el capítulo? Quizás algo largo pero espero que sea del agrado de todos.
Tuve que escribirlo dos veces porque el primero lo perdí, no sé cómo quedó este pero guiándome por mis notas intenté que estuviese lo más parecido posible.
LORED
🧡🧡🧡
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