Capítulo 26

Taehyung estaba acostumbrado a tener que por obligación y trabajo estar con otras personas que no eran de su agrado ya fuera físicamente o por conflicto de intereses, otras porque simplemente ni siquiera los veía como persona, iba a lo que iba sin pensar demasiado en ello. Pensar en esas ocaciones solamente le impedirían llegar a cabo con su misión y existía una sola cosa que el no dejaba de hacer y esa era su tarea. De cada misión dependía una vida o intereses que defendían cientos aunque para ello debiera en ocaciones eliminar una que otra cabeza por un bien mayor.

Los agentes en cada misión perdían un pedazo de si mismo, de integridad, empatía ya fuera por personas o situaciones, de esas cualidades humanas que se tenían que dejar de lado si se quería tener éxito y no terminar en algún lugar desconocido sin vida. Sin embargo, pese a que sí fue un reto hacer de tripas corazón para estar con el asesino de su hermana, con ese hombre era de cierta forma diferente y eso lograba desconcertarlo de ve en cuando.

Desde un principio no fue lo que se esperó, al menos no en su totalidad. No era muy expresivo con las demás personas, mas con él casi siempre hablaba fluidamente. Su trato no era el de un reo que ha estado en prisión tantos años siendo prácticamente dueño de esta por ser el líder y jefe de los demás reclusos. Un hombre que estuvo siempre metido en una vida tan sangrienta y con tan pocos escrúpulos solía en ocasiones sorprenderlo teniendo más de lo que imaginaba.

Ese hombre al que él tenía continuamente deseos de ponerle un tiro en la cabeza arriesgó su vida para salvarlo y lo consiguió, cumpliendo incluso con una misión que le tocaba a él. Todavía no tenía claro el por qué él se encontraba en el mismo sitio pero en cierto punto le perdió el interés, saberse vivo cuando ya se daba por muerto ya era algo lo suficientemente bueno.

Y ahora estaba allí, lejos de todos en un lugar totalmente desconocidos para todos, incluso para él que había investigado tanto sobre su persona. Se encontraba no solamente en su casa sino también en su habitación, esposado a su cama, recibiendo sin mentir, de los mejores sexo de su vida.

Volver a sentirse de esa forma era para ambos contradictorio porque a pesar de en cierta forma estar renuentes a lo que despertaban mutuamente en sus cuerpos y pensamientos, los dos lo disfrutaban como si hubiesen estado esperando por ello durante un largo tiempo.

Cada embestida del pelinegro era un tiro al blanco certero que valía por cien. La presión que ejercía en sus caderas con sus manos mientras entre las piernas del agente colisionaba su pelvis contra la piel ajena reiteradamente, hacía que la sinfonía en la que los gemidos del castaño también formaban parte llenara toda la habitación. Tan solo pocos minutos antes este había cedido pidiéndole en un humillante ruego a Jungkook que lo penetrase, ahora se felicitaba mentalmente por haberlo hecho porque gracias a eso estaba gozando de un excelente sexo que no había planeado.

Las manos de Jungkook se desplazaban por cada lugar que podían recorrer dejando caricias muy poco románticas o dulces pero sí certeras y estimulantes, el cuerpo vibrante del agente podía dar fe de ello. Tener a Taehyung de esa forma a su merced le daba una vista diferente de la persona que este era. Podía notar su consistencia, fuerte control de si mismo ocultando bastante bien lo que sentía como si estuviese acostumbrado no solamente a guardar todo el placer sino también todo el dolor. No en la forma que un agente era entrenado, no, ocultaba todo como un hombre el cual su caparazón de protección no fue lo suficientemente grande como para evitar que le dañasen internamente.

Un frágil caparazón que él también solía llevar y que por ende era capaz de reconocer en el contrario en esos momentos. Sus reacciones no eran fingidas, cada mínima cosa de su cuerpo era una señal, desde su temperatura hasta los espasmos del mismo. Evitaba su mirada pero cada vez que se encontraba podía ver la duda y conflicto interno que este tenía. Su físico se estaba entregando a él sin reservas pero su mente impedía que esto le afectase. Se alejaba y protegía de todo, hasta de ella misma. No estaba consciente si se trataba por ser él la persona que era y su historial entraba en conflagración con sus convicciones o si había algo más que no le estuviese diciendo.

Detuvo sus movimientos repentinamente causando que en contra de su voluntad Taehyung se quejara e inclinó hacia adelante para apoyar un segundo su cabeza, necesitaba controlarse un segundo. Salió de esto con otra queja por el abandono y se apresuró rápidamente a ir en busca de las llaves para las esposas, lo liberó y antes de que el castaño pudiese decir alguna cosa, volvió a entrar en él.

Extraño, pero aún así se sintió algo mal de verlo así, como si estuviese obligándolo a algo. Disfrutó de ver el quejido derivado del placer que el contrario, quien al verlo a los ojos entre abrió los labios como si intentara decirle algo que jamás salió. Jungkook entrecerró sus ojos y después sonrió inclinándose hacia adelante mientras que sus caderas continuaban un lento vaivén.

— Ven aquí. — Musitó al oído del castaño cuando sus manos pasaron por debajo de los hombros ajenos ayudándolo a incorporarse. Taehyung le rodeó el cuello con sus brazos y afincó a su miembro sintiendo como iba más profundo en su interior. — Eso.

Lo volteó con suavidad buscando no salir de él ni un segundo y cuando lo consiguió lo abrazó sosteniendo con fuerza, la misma fuerza con la que el agente se aferraba a sus cabellos con una mano que pasaba por encima de su cabeza y otro en el muslo izquierdo del convicto. Su muslo se resintió por la posición pero eso se reducía a cero frente a lo que extrañamente estaba sintiendo.

El aliento del convicto en su nunca acompañado de esporádicos besos inesperados, fuertes mordidas que mermaban cuando su lengua remplazaba los dientes y el firma agarre de su cuerpo que era levemente acariciado con la yema de los dedos. ¿Por qué cada mínima cosa se sentía tan bien? Los movimientos del pelinegro eran tan buenos y certeros, la situación en la que estaban envueltos nubló tanto su mente que perdió la noción momentánea de quiénes eran ellos dos. Se entregó al frenesí del momento y sin darse cuenta sus gemidos comenzaron a llenar la habitación.

— Eres jodidamente erótico y sensual. — Gimió Jungkook mordiendo su oreja. — Me aprietas tan bien, te sientes tan exquisito que quiero tenerte así hasta que ninguno de los dos pueda moverse más.

— ¡Hazlo! — La palabra salió de su boca antes de que este la procesara, una parte de él se arrepintió pero ese sentimiento se esfumó cuando sintió el cambio de actitud en el convicto, podía jurar que acababa de tomarse en serio lo que le dijo. — Quiero verte...

Gruñó mordiendo sus trapecios dando dos fuertes embestidas antes de elevarlo con sus brazos y voltearlo dejándole caer nuevamente en el colchón. Elevó la pierna que se encontraba en perfectas condiciones colocándole en su hombro e inclinó hasta alcanzar aquellos rojizos labios que los dientes aprisionaban con fuerza. Se habían besado antes pero por primera vez lo hacían simultáneamente.

Taehyung en ese beso supo que no tendría que fingir con él al menos en la cama, realmente se sentía divinamente. Era como el hechizo que se desvanecía a media noche, cuando la agitación del momento acabara y sus cuerpos no estuviesen entrelazados todo volvería a ser como antes, como si nada de eso hubiese pasado.

Bebió de su boca tirando con firmeza del cabello de Jungkook, el contrario dominaba su cuerpo pero él dominaba ese beso con seguridad y ahínco. La saliva que escurría de sus bocas luego de una extensa succión de lengua que por momentos se volvía deliciosamente dolorosa para ambos era como un elixir maldito que los hacía sucumbir cada vez más.

Ahogó un gemido cuando sus nalgas fueron exageradamente abiertas y su adversario se clavó con mayor profundidad en su interior, golpeando sin misticismo su próstata.

— ¡Maldito convicto! — Exclamó liberando su cuello y dejándose caer hacia atrás buscando estabilidad en las sábanas que ahora agarraba. — Ahí, sí... ¡Mierda!

Su espalda se arqueó y por un momento para el pelinegro no era un solo cuerpo sino una escultura que en ese instante debía ser adorada. Afianzó su agarre en las caderas del agente, el meneo de su cintura incrementó en potencia y velocidad mientras el se dejaba caer sobre ese cuerpo que comenzó a llenar de succiones a medida que lo masturbaba y profanaba con entusiasmo desbordado.

Las piernas seguidas de su abdomen se tensaron y esto fue el claro aviso para Jungkook que buscó su boca con desesperación para beber todos sus gemidos. Su mano ahora resbalaba con mayor facilidad a causa de sus fluidos y su trémulo cuerpo que lo apretaba con mayor insistencia lo ayudó a terminar. Se encontraba agitado, se había liberado como si hubiese estado meses sin hacer absolutamente nada, sus pulsaciones y las palpitaciones del anillo de carne del contrario estaban en una perfecta sincronía al igual que sus aceleradas respiraciones. Se retiró antes de que su erección mermara y retiró el condón, lo anudó con rapidez tirándolo al suelo antes de dejarse caer en la cama.

— Baja...

— ¿Bajar a dónde? — Preguntó Taehyung confundido mirando al techo.

— Quedamos en que lo haríamos hasta que ninguno de los dos pudiera moverse, no sé si mi virilidad aguante este hecho pero todavía puedo aguantar mucho más. — Habló con cierto toque risueño mirando de soslayo la reacción del agente. — Lo único que necesito para volver a estar listo es sentir tu boca allá abajo, así que... Baja.

Le ordenó esta vez con mayor firmeza pero Taehyung lo ignoró. Jungkook se incorporó sobre sus manos, besó sus labios durante un largo período de tiempo hasta que ejerció presión sobre sus mejillas y lo obligó abrir la boca colando en ella su aún medio flácido miembro. EL castaño lo aceptó sin resistencia y aferrándose a su trasero para ayudarse, comenzó la tarea asignada.

Literalmente esa madrugada ambos continuaron la faena hasta que cayeron temblorosos junto a la alborada del exterior. El agente no tuvo fuerzas o deseos de trasladarse a su habitación quedándose dormido en la cama del convicto sin darse cuenta. Este último tardó un poco más en dormirse, no por falta de sueño sino por cierto temor a sus sueños y pesadillas.

Contempló por un momento al cuerpo ajeno que ocupaba su lado de la cama, negó con su cabeza antes de levantarse con él en sus brazos para llevarlo a la otra habitación, no podía ni quería dormir con nadie más a su lado. Lo arropó correctamente, controló su temperatura y estado físico para una vez terminado regresar a su cuarto. Rememoró todo lo ocurrido en silencio hasta que cayó dormido.

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— Siéntate, la comida ya está casi lista porque como podrás ver ya no es hora de almorzar y mucho menos desayunar. — Le señaló al adormilado castaño el exterior dándose cuenta que ya comenzaba a oscurecer.

Había pasado todo el día durmiendo como hacía siglos no lo hacía. Recordaba haberse quedado dormido en el cuarto del convicto y despertó asustado pero cuando constató que estaba en el suyo simplemente se dejó caer volviéndose a dormir hasta ese momento en el que obligó a su cuerpo a despertarse. Tenía mucho sueño viejo acumulado y sabía que si no se levantaba podía pasarse más de veinticuatro horas dormido.

— ¿Cómo es que sabes cocinar? — Preguntó por curiosidad tomando asiento en la mesa.

Encaramó la pierna completamente sana en la silla y comenzó a comer algunos frutos del bosque que allí se encontraban, cuestionándose si también ese sujeto había salido a comprar comida. Jungkook miró por encima de su hombro viendo sus acciones esperando no haber cocinado en vano porque si el castaño continuaba comiendo todo lo que había en la mesa de esa manera, dudaba que pudiese al menos probar una cuchara de su comida.

— No lo sé, recuerdo siempre haber cocinado, supongo que fue un don nato que ejercí viviendo con Suga. Era yo quien siempre cocinaba cuando aún no teníamos dinero para darnos el lujo de andar contratando personal de cocina. Después simplemente se quedó como un pasatiempo muy esporádico pero no sabría decirte exactamente cuándo aprendí. — Le quitó la manzana de la mano a Taehyung ignorando la queja de eso y la lanzó por la puerta de la cocina. — Ya voy a servir, déjate de comer todo lo que tenemos para picar.

— ¿Cuánto tiempo piensas permanecer aquí?

— Aproximadamente una semana, creo que será el tiempo suficiente para que las aguas se nivelen. — El agente asintió en acuerdo mientras veía como Jungkook iba colocando los platos sobre la mesa. Era extraño comer comida caliente de forma seguida pero eso lo animaba.

Comieron en silencio, era como si nada hubiese ocurrido entre ellos, nuevamente bajo ese ya no tan incómodo silencio. Taehyung elevó su vista buscando las palabras que necesitaba decirle. No había dejado de lado sus planes y tenía una semana para hacer crecer su mentira sentimental.

— Cocinas de maravillas. — No era mentira pero sí era algo que él no hubiera dicho en otra circunstancias. El convicto enarcó las cejas extrañado deteniendo sus movimientos. — ¿Qué? Es cierto, dudo que nunca te lo hayan dicho, seguro Suga era uno de los que te lo decía continuamente. — Jungkook asintió revolviendo un poco su comida para que se refrescara un poco antes de llevársela a la boca.

— Hyung no es tan expresivo, así que no hacía ese tipo de comentarios al azar y menos de forma continua. Tenemos eso en común.

El castaño ladeó su cabeza masticando, procesando cada pequeña palabra que en un futuro podía ayudarlo. Sonrió y una vez que se terminó su carne clavó su tenedor en la que Jungkook aún tenía en su plato tomándolo de sorpresa.

— ¿Qué estás haciendo? — Cuestionó serio, no le gustaban que jugasen con la comida o tomaran la suya era algo casi sagrado para él. — Si querías más tienes justo en el medio de la mesa como para que te vuelvas a servir dos veces más.

— Esas aún conservan mucho el calor, la de tu plato ya se había refrescado y por ende la puedo comer mejor. ¿Te incomodé? — Fingió arrepentimiento esperando que Jungkook negara frente a su actitud pero en vez de eso, él simplemente recuperó su carne. — ¿Eh?

— Tienes más en la mesa, esta me la serví yo y me la voy a comer yo. — Expresó picando un trozó que se llevó a la boca con cierta molestia manteniéndole la mirada.

Taehyung hizo una mueca de confusión pero no pudo evitar reírse frente a esa actitud un tanto infantil que mostró el convicto. Justo fue como un niño al que le quitan ese juguete que tanto le gusta y se niega a compartir con sus amigos. Jungkook dejó de comer confundido por la risa hasta que se contagió de esta y terminó riendo mientras negaba y volvía comer.

Esta vez el castaño ayudó a recoger la mesa y la cocina cuando terminaron de comer en silencio luego de aquel extraño episodio. En diez minutos la cocina estuvo reluciente y ellos se fuero cada uno por su lado para tomar un baño.

Ya limpio y con un libro en la mano el Liquidador se sentó en el piso de la sala recostándose al sofá en vez de sentarse en este. Era una extraña manía que adquirió en la cárcel donde se sentaba siempre en el suelo de las celdas donde estuvo y se devoraba los libros como si fuese una polilla. Eso lo mantenía alejado de todos y era la única forma en la que creía posible abandonar ese lugar, sumido en las letras.

— ¿Qué lees? — Fue interrumpido por Taehyung que envuelto en el aburrimiento de no tener nada que hacer sin poder salir a ningún lugar hacía antesala.

— La vida secreta de las plantas de Lee Seungu. — Contestó sin apartar la mirada del texto pero siguiendo con el oído cada movimiento que el contrario hacía.

— Por lo que veo aquí no tienes televisor o radio, tampoco tengo mi teléfono. No puedo hacer nada. — Habló dejándose caer en el sofá.

— En el estante del pasillo hay varios libros, puedes coger uno y leerlo.

Taehyung hizo una mueca de desaprobación. No tenía tiempo para perder en esos momentos y aunque también disfrutaba de la lectura no podía detenerse en eso. Aún así fingió interés por leer, se levantó y buscó un libro cualquiera antes de regresar al sofá. Miraba de soslayo continuamente para comprobar qué hacía el convicto pero este parecía estado completamente concentrado en su lectura. Dejó caer su libro en el pecho y se detuvo a mirarlo sin poder entenderlo, ese hombre lo confundía, no podía leerlo.

— Me vas a gastar con esa mirada fija, si tienes algo que decir dilo, sino concentrare en tu libro infantil o vete a dormir. — El castaño observó rápidamente su libro y se dio cuenta que había tomado un clásico infantil. ¿Fábulas contadas a los niños" se titulaba la obra que contenía una recopilación de cortas historias infantiles. Cerró sus ojos con fuerza y fingió una sonrisa.

— Me gusta la inocencia en los libros infantiles. — Fue lo único que dijo antes de volver a tomar el libro entre sus manos. Tamborileó insonoramente la carátula del libro y finalmente se atrevió a preguntarle. — ¿Cómo fue tu vida en la cárcel?

Jungkook detuvo su lectura sin cerrar el libro escuchando aquella extraña y fortuita pregunta. No dijo nada, simplemente permaneció en su sitio preguntándose la razón por la que tocaba ese tema justo en esos momento.

— Conozco de ti lo que está en los expedientes pero quería saber algunas cosas. Me gustaría saber tu versión. ¿Te volviste leyenda por el delito que te condenaron? — Necesitaba indagar un poco más pero no podía negar que siempre tuvo curiosidad acerca de esto.

El convicto se repitió mentalmente las preguntas en su cabeza, jamás se había tomado el tiempo para pensar realmente en ello por lo que no sabía exactamente cómo describírselo. La cárcel era un tatuaje más que llevaba en su piel, no esos que se pintó con tinta real, sino uno de esos tatuajes invisibles que jamás podían sacarle del corazón a una persona, incluso después de muerta.

Las vivencias de ese lugar se arrastraban de por vida, nadie entraba y salía siendo la misma persona. La cárcel sacó de sus entrañas al monstruo que ella misma creó y modificó, ese que ni siquiera él sabía que podía vivir en su interior. Nadie podría sobrevivir cuerdo a aquel lugar, pero aún así el logró vivirlo de la mejor manera, no solamente se adaptó, sino que hizo de ese lugar su casa incluso sin quererlo.

— ¿Realmente quieres saberlo?

🧡🧡🧡
Espero que estén bien y que les guste este capítulo, nos vemos en el próximo.
LORED
🧡🧡🧡

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