Capítulo 23
Estaba escuchando atentamente todo lo que le decía su amigo pero por alguna razón, su mente estaba divagando por la escena ocurrida hace un rato. Tenía claro que no debía inmiscuirse en lo que ocurriera con Taehyung, aún así era extraño verlo perder el control de esa manera, el sujeto incluso había muerto según la noticia dada hacía pocos minutos por uno de los hombres. Además, ante todos era su pareja, su le hicieron algo no podía quedarse como si nada.
No iba a permitirse mirarlo nuevamente como hombre, tenía que pensar en él como un hombre más que se había follado y carecía totalmente de relevancia, como los reclusos, Mingyu e incluso Suga. De hecho, no entendía por qué desvarió por momentos con respecto a él, no hubo nada que lo hiciera sobresalir de polvos anteriores y como persona tampoco significaba nada para él.
— ¡Kook! — Exclamó Yoongi al ver que no le estaba prestando atención. — ¿Realmente has estado escuchando todo lo que he dicho?
— Que necesitas que yo elimine a un hombre que juega para ambos bandos, la justicia y el crimen organizado. La cuestión aquí es que yo no soy tu sicario personal ni sigo esas órdenes y lo sabes. No es nada nuevo, así que no entiendo por qué te tomas el trabajo de mandarme a mí a ese lugar.
— Si no vas tú puedo mandar al culo abierto ese que tienes por pareja, ya veo que es bueno para esas cosas. — La sorna en su tono era palpable.
— ¿Te digo un secreto? A tu edad ya no salen dientes, cuida lo que dices. Puedes mandar a quien se te de la gana pero ni Taehyung ni yo iremos a ese sitio.
El peliverde colocó en la mesilla que los separaba el vaso que estaba sosteniendo y con frustración frotó su rostro. Se levantó de su asiento y miró molesto a Jungkook, verdaderamente no entendía por qué defendía tanto a ese hombre. Buscó su mirada y este despreocupado bebía tranquilamente. No tenía caso seguir con ese tema, realmente necesitaba que su socio se encargara del asunto personalmente.
— Tanto ese tipo, como su mano derecha BamBam, son un peligro para nuestra organización. — El nombre que acaba de pronunciar Yoongi lo hizo elevar una ceja y prestarle atención.
Según la información que recibió del hombre que lo quiso matar fue ese tal BamBam quien ordenó su muerte.
— Estoy dentro, dame toda la información que necesito.
— ¿Qué estás diciendo? Acabas de decirme que no y ahora de la nada me dices que estás dentro, entiendo un carajo.
— ¿Necesitas que lo haga o no? — Suga asintió mirándolo extrañado. — Entonces dime de una maldita vez antes de que me arrepienta. Cuéntame quienes son esas personas, sabes que si voy hacer algo necesito toda la información.
— A veces pareces un soldado o asesino entrenado, te lo vengo diciendo desde que nos conocimos. — Miró los oscuros ojos del pelinegro y sonrió. — Eres invencible mi Liquidador.
Jungkook rodó los ojos al escuchar su apodo y ver como su amigo se acercaba a besarlo entregándole varias fotos y papeles de paso. Le respondió el beso, siempre lo hacía porque a pesar de todo Yoongi significaba mucho para él, con defectos y virtudes lo quería.
— Aquí está toda la información que necesitas. Este que vez aquí es BamBam, tailandés nacionalizado coreano. Es la mano derecha de Choo Haneul, presidente del Partido Democrático Unido de este país.
— Espera... ¿Quieres que mate al presidente del partido democrático? ¿Acaso enloqueciste? Matarlo va a ser algo complicado aunque no imposible pero, ¿sabes todo lo que eso desataría? Min, sabes perfectamente que no mato por matar.
— No matarás por matar, ese hombre no es una blanca paloma y créeme que le estarías haciendo un gran favor a este país y a nuestra organización también. — Suspiró alejándose de los labios del pelinegro. — Hace un año rompí lazos con él después de cinco años asociados. Estaba montando campo aparte robando todo lo que tenía solamente que no lo consiguió. Ahora, que sabes que está de regreso con nosotros y que la mayoría se quiere asociar, desea sacarnos de la jugada. Es él o nosotros.
El pelinegro negó procesando toda la información recibida. Iba a ir porque lo habían mandado a matar pero no por el negocio, sabía que siempre habían disputas y que era la ley del más fuerte, mas no le interesaba. Él no quería saber nada de la organización, solamente la iba a utilizar hasta que lograra dar con lo que quería, con cada una de las respuestas que necesitaba.
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Había dormido solamente dos horas antes de despertarse para ir a cumplir con la misión de derribar al presidente del partido democrático Choo Haneul. Intentó en la noche hablar con Taehyung mas este no se encontraba y al parecer, todavía no había llegado. Su habitación permanecía abierta y no había rastro suyo por ningún lado. Quería hablar de lo ocurrido pero dado lo que iba hacer en esos momentos, era mejor que no se encontrara allí para ser preguntas.
Eran las cuatro de la mañana, conducía a gran velocidad por la autopista porque necesitaba llegar al sitio antes que amaneciera pero pasado la noche donde los guardias siempre están más alerta. Aparcó a casi un kilómetro de la residencia para evitar llamar la atención, tomó un maletín negro con todo lo que podía necesitar y se fue acercando ayudado por el bosque que le servía de abrigo.
Era una mañana perfecta para llevar a cabo su tarea, el frío era llevadero y la neblina era su mejor máscara. Su cabello iba cubierto por una gorra negra al igual que el resto de su atuendo, incluyendo la mascarilla que cubría su boca. Podía ver a simple vista que los alrededores estaban custodiados por no menos de diez hombres. Los binoculares aumentaron la cifra, habían exactamente quince hombres uniformados si incluía los que vigilaban el área de la piscina y ventanales de cristal.
Continuó peinando la zona para no cometer errores hasta que un bulto entre pasto seco llamó su atención. Ajustó la visión del aparato y notó que era un hombre con un fusil de larga distancia. Un francotirador que quizás tenía el mismo objetivo que él, mas cuando este se movió para ajustar el ángulo quedó incrédulo.
— ¿Qué hace él aquí? — Susurró ajustando la visión nuevamente como si sus ojos hubiesen visto mal.
Sin embargo, notó desde su sitio el movimiento de unos hombres que fácilmente lo verían si no hacía algo. Dudó por unos segundos pues que él muriera realmente no le afectaba en nada pero por algún motivo le fue imposible hacerse el de la vista gorda. Enganchó el maletín como si de una mochila se tratase y echó a correr en su dirección.
— Alguien vendrá de Pionyang.— Le decía el objetivo que Taehyung tenía en la mirilla a su hombre de confianza.
Podía oír claramente lo que decían ya que gracias a un agente infiltrado, tenían micrófonos por todos lados.
Acostado en la tierra apoyando el peso sobre sus codos, mientras observaba por la mira telescópica, giró levemente el fusil hacia la derecha dándole precisión a su objetivo. Podía ver perfectamente a BamBam asintiendo a lo que le iban diciendo, podía tumbar dos pájaros de un tiro en ese momento aunque su objetivo principal fuese Choo Haneul. La agencia llevaba un buen tiempo tratando de localizarlo para darle baja, aunque no le dieron la orden para ello.
Lo tenía a tiro, solamente debía colocar lentamente su índice sobre el gatillo y tirar del mismo. No obstante, nuevamente su mano temblaba. Cada vez que se sentía culpable de algo solía tener el mismo síntoma, exactamente cuando se sentía culpable de matar alguna persona inocente. Sabía perfectamente desde el momento que vio el cuerpo del secuaz de Suga cuando fue separado y volvió en si, que ya no respiraba. No tenía motivos para ensañarse con él, no era culpable de nada pero aún así, por estar molesto por algo sin sentido, perdió el control golpeándolo hasta que dejó de respirar.
Soltó la empuñadura del rifle y agitó sus dedos para controlarse. Juntó sus manos y rezó a su yo interno para que lo ayudara a calmarse. Exhaló profundamente y una vez calmado, retomó lo que hacía con gran rapidez. Aún así, fue demasiado lento y tarde, había perdido a su objetivo de vista y tenía que culminar la misión en menos de dos horas. Maldijo internamente, tenía que adentrarse en la casa.
Jungkook lo vio moverse de lugar a la distancia, casi cuando estaba a punto de alcanzarlo haciéndolo maldecir de la misma forma al percatarse de la locura que iba hacer.
Choo Haneul nadaba en su piscina termal mientras su hombres lo custodiaban, ignorando que justo en ese momento uno de ellos había sido dado de baja por el castaño, quien lo arrastraba después de estrangularlo para que nadie lo viese y se alarmaran.
Por uno de los costados de la casa, el convicto escalaba por una soga lanzada por él hacia el techo, era la vía más rápida, eficaz y segura en ese instante. Estaba agitado y algo ansioso pero se las apañaba para mantener la calma, sabía que el mínimo error le costaría la vida. Saltó la pequeña baranda de la azotea y tras controlar los alrededores, viendo el movimiento de los hombres que se encontraban en el exterior se echó andar.
Se detuvo al ver a dos conversando frente a la puerta por la que debía entrar, esperó que uno de ellos se alejara y saltó, cayendo justo a su lado de sorpresa. No le dio tiempo a reaccionar, lo noqueó y continuó su camino, observando desde ese ángulo a su objetivo, uno que hubiese podido matar fácilmente de no ser porque el loco del agente Kim Taehyung, entró aún cuando lo vio tener dificultades en sus manos.
Taehyung terminaba de llegar al segundo piso cuando se cruzó inesperadamente con Bambam, mantuvo la calma caminando por el pasillo pretendiendo ser uno de los tantos que cuidaban el lugar, ya que su traje negro era parecido, mas no tuvo éxito y fue reconocido. No obstante, el hombre de cabello rosa no actuó en contra de él al momento, sino que por el micrófono de su reloj dio la señal de un intruso.
Fingió agacharse para abrochar unos zapatos que no llevaban cordones y sacó un cuchillo de su pantalón. Uno, dos pasos lentos y corrió hacia Taehyung, quien se volteó en el momento que escuchó el sonido de sus pasos. Esquivó exitosamente el primer ataque pero podía ver que su adversario tenía buenas habilidades que no le harían el trabajo fácil. Atacaba constantemente y no le permitía quitarle el cuchillo.
Detuvo un ataque lanzado desde arriba frenándole con su antebrazo y con su otra mano ejerció fuerza para empujarlo, giró el cuchillo del contrario pero antes de poder enterrárselo, este se zafó haciéndolo trastabillar. Mismo así, con un ágil giro lo tomó de su brazo para inmovilizarlo, forcejeando por pocos segundos. Golpeó en tres ocaciones su abdomen con sus rodilla diestra, mas el pelirrosa no lo soltó.
Dos hombres aparecieron por detrás de Bambam, otros dos por detrás suyo, con su cuerpo impulsó a su contrincante, lanzándolo hacia quienes estaban detrás suyo, logrando que los tres cayeran. Con gran destreza peleó con los otros dos sujetos pero cuando pensó que terminaba con ellos, la mano derecha de Haneul volvió atacarlo. Una vez más pudo detenerlo más tres sujetos más lo sostuvieron por detrás y en el estrecho pasillo no pudo maniobrar correctamente para liberarse.
Sentía la hoja del cuchillo cortar las palmas de sus manos pero la adrenalina no le permitía sentir dolor o ardor en esos momentos, todos sus sentidos estaban concentrados en liberarse de los seis hombres que ahora lo tenían acorralado. El arma estaba a menos de un milímetro de su abdomen cuando tres disparos resonaron haciendo caer a quienes lo sostenían por detrás. No tenía tiempo para mirar quién era, quizás el agente infiltrado estaba allí lo único que atinó hacer fue a noquear a uno de los hombres pero un tiro en su muslo por parte de Bambam lo hizo caer.
El pelirrosa se apresuró para atrabancarlo por el cuello apuntándole con un arma a la cabeza, poniéndolo de cara al sujeto que había disparado y que en ese instante pudo reconocer. Jungkook sostenía una pistola con ambas manos, apuntándole a Bambam a la cabeza, mas el constante movimiento del sujeto y del cuerpo de Taehyung lo estaba obligando a tomarse su tiempo. Avanzaba con cautela hacia adelante mientras que un nervioso pelirrosa caminaba hacia atrás hasta que le disparó y él se lanzo hacia un lado para esquivar la bala.
Cuando miró hacia adelante, ya no había rastros del agente, tampoco de Bambam.
Junto con otros dos hombres, el mano derecha del presidente llevaron a Taehyung hasta una especie de sótano lleno de tuberías y lo lanzaron al suelo.
— Hay uno más, quiero que lo encuentre... ¡Vivo! — Le ordenó Bambam a uno de sus hombres alterado.
Se giró hacia Taehyung que había perdido su arma pero intentaba alcanzar una navaja escondida en sus media y al verlo, pateó su mentón con fuerza haciéndolo escupir sangre. Lo pateó y pisoteó con deseos hasta que vio al castaño debilitado.
— ¿Quién te envió? ¡¿Quién te envió?! — Gritó acercándose a su rostro.
— Si me vas a matar hazlo de una vez. Simplemente mátame y dejemos esta bobería. Tú vas a seguir preguntándome y yo no voy a decirte. — El sujeto que había disparado era Jungkook, lo había reconocido pero no sabía qué hacía ahí.
El rostro de Bambam estaba salpicado de sangre, dos sujetos lo sostenían mientras continuaban interrogándolo y martirizándolo.
Arrastrándose por uno de los túneles del sistema de ventilación, Jungkook llevaba una dinamita que haría explotar. Ya en la rendija correcta, programó el explosivo y lo colocó en su cuenta regresiva.
Podía ver cada movimiento que realizaba Choo Haneul desde el momento que salió de la piscina y se envolvió en el albornoz. Lo vio entrar con cautela a la sala, elevar uno de los cojines del sofá y de allí sacar una pistola plateada. Si fuera una película y no estuviera tan encabronado en esos momentos, podría decir que la escena era estúpidamente gracioso. Podía ver el terror en sus ojos mientras apuntaba a todos lados, caminando descalzo torpemente.
Saltó una vez que lo vio posicionarse bajo la ventanilla de ventilación y golpeó su cabeza haciéndolo caer y soltar el arma. Se posicionó sobre su cuerpo tomando el walkie-talkie de su otra mano y apuntándole en la cabeza lo incrustó más contra el piso.
— Dígales que vengan aquí. ¡Ahora! — Exclamó firme pero sin alzar la voz.
— Todos, vengan aquí. — Obedeció Haneul sin rechistar.
Trataba de mantener la calma, mas la sangre le hervía, cada segundo que pasaba hacía peligrar más la vida de Taehyung y su tarea se complicaba. Si alguien hubiese podido ver en ese momento la furia que escapaba de esos ojos que se entrecerraban y ampliaban llenos de odio, no hubiese tenido la valentía se acercase siquiera veinte metros a la redonda. Soltó a su objetivo y echó a correr en busca del castaño, encontrándolo en el suelo desangrándose debido al tiro y paliza recibida.
— Estúpido agente, ¿no que estabas entrenado? — Musitó enojado acercándose a su cuerpo.
— Jungkook... Regla número dos... Nunca mantengas a un testigo con vida.
Como si fuesen imágenes en retrospectiva, la imagen de un hombre que reconoció como su padre, apareció diciéndole exactamente las mismas palabras que el castaño acababa de pronunciar. Se vio a el de pequeño peleando con su padre y a este diciéndole esa frase.
— Sé por qué estás aquí, así que vete antes de que te encuentren. En estos momentos soy un testigo, vete.
— ¡Cállate! ¡Nos vamos de aquí!
— No, todavía tengo trabajo que hacer... — Respondió de forma casi inaudible.
— Tú y yo vamos a salir de aquí ahora y vivos, ya yo me encargué de todo. Nuestro objetivo no la va a librar, eso te lo puedo asegurar. Nosotros tampoco lo haremos si nos seguimos demorando, así que vámonos.
No entendía por qué estaba dispuesto a salvarlo, una persona como él no debería estar arriesgando su vida para salvar a un desconocido. Podía ver en los ojos del pelinegro sinceridad y hasta cierta preocupación por su persona. Parecía tan humano, tan... Perdió el conocimiento el conocimiento a causa de toda la sangre que había perdido.
Jungkook cargó a Taehyung sobre sus hombros, colocó su auricular en su oreja para estar al tanto de todo lo que ocurría y así saber qué debía hacer y por qué lugar coger.
— Todos estamos aquí. — Pudo reconocer la voz del sujeto pelirrosa, era señal de que estaba junto a Choo Haneul e iba a ver su regalo. — Padre... — Al notar que no respondía se acercó para agitarlo y el cuerpo del ex presidente del partido democrático cayó hacia un costado. — ¡Padre!
Los pequeños pitidos de la bomba a punto de explotar resonó incluso en el auricular de Jungkook, seguida de una estruendosa explosión que pudieron ver a doscientos metros de distancia, junto a sirenas que también resonaban a la distancia.
— Salimos y estamos vivos. — Escuchó Taehyung en l momento que el convicto lo sentó en el asiento del copiloto antes de volver a perder el conocimiento.
Para el momento que el castaño volvió abrir los ojos él estaba siendo atendido por Jungkook en lo que parecía ser una enfermería abandonada. Sus miradas se cruzaron por cortos segundos mientras el pelinegro suturaba la herida de su pierna.
— ¿Qué estás haciendo?
— Salvándole la vida a un agente idiota que entró sin armas a una mansión atestada de sicarios disfrazados de personal de seguridad de un político corrupto. Eso hago. Ahora te pido que te calles, tu voz me mortifica y terminaré dejándote morir aquí.
Taehyung no dijo nada, se quedó observándolo mientras sostenía la manga del abrigo que cubría al convicto, hasta que sus párpados pesaron tanto que cayó en un profundo sueño. Cuando volvió a despertar, estaba en la pulcra habitación de un motel.
— Despertaste.... Ahora mismo no podemos regresar a la ciudad, por lo que nos quedaremos aquí varios días. Ponte cómodo.
🧡🧡🧡
¡Hola, hola! 👋🏾
Doble actualización para compensarlos por la ausencia de siete días. Espero que les haya gustado, nos vemos en el próximo capítulo.
🧡🧡🧡
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