Capítulo 20
— ¿Esto va a ser así ahora? ¿Por qué me mandaste a buscar justamente en un día como hoy? No sé si lo sabes pero estoy a horas de empezar con la misión de los hijos de papis y no es conveniente que me estén viendo por ahí. — Protestó Taehyung al escuchar la puerta de aquel lugar abrirse para volverse a cerrar avisándole que la persona con la que se tenía que reunir a estaba ahí.
— Oh, ya no eres rubio... — Exclamó intentando acariciar su cabello pero su agente se alejó. — Me imagino que es un cambio para el evento de hoy. — Asintió — Te queda bien, ahora, sobre lo que me dijiste... Eso lo sé pero tenía que hablar contigo urgentemente. Han habido cambios desde arriba que te tengo que informar pero, primero respóndeme algo — suspiró el pelirrojo mostrándole algunas fotos donde incluso salía el propia Taehyung. — ¿Qué tanto sabes de lo que ha estado haciendo el Liquidador desde que salió de la prisión?
— A ver, si es por esta foto yo te lo puedo explicar aunque no tengo por qué hacerlo. Aquí todo sabemos que para poder utilizarlo tenemos que dejarlo entrar en el juego, como puedes observar yo estoy a su lado vigilando todos sus movimientos a cada minuto.
Hoseok sacudió su cabello, había cierta información que no le podía revelar a su agente por su propia seguridad pero aún así, debía estar seguro para poder reportarle a sus superiores. Colocó otras fotos arriba de la mesa, fotos donde salía Jungkook teniendo sexo con el nieto del ex primer ministro y según la fecha que mostraba había sido en la noche del mismo día en el que ellos dos se vieron obligados a intimar en el edificio de Min Yoongi.
Taehyung tomó aquellas fotos en sus manos y las miró todas con cierto asco, fijándose no solamente esas sino en el resto de las fotos hechas dentro de lo que parecía ser un despacho. Ahora le quedaba claro que lo que percibió por parte de Mingyu era una suposición correcta. A él le gustaba el Liquidador y con justa razón porque al parecer ya se habían probado con anterioridad. Negó con la cabeza y lanzó las fotos sobre la mesilla de esa pequeña sala.
— Ese fue quien le surtió mercancía, es evidente que tuvo que llegar a un tipo de acuerdo con el hombre, ya vemos cuál. Lo que no entiendo es cuál es el problema aquí. A nosotros no sos tiene que importar a quien se coge o se deja de coger ese tipo. — Fijó su mirada en su jefe.
— Él ha estado haciendo preguntas, averiguando cosas que no tiene que averiguar, yendo a lugares que no tiene que ir y eso no conviene. Debido a sus acciones han decidido acortar el tiempo en el exterior de ese delincuente.
El castaño frunció el ceño ante las palabras y semblante de su superior. Jungkook a penas había hecho algunos movimientos, una reunión con dos cargamentos, una para Suga y otro para él. ¿Cuál era el problema en eso?
— Tres meses, solamente tenemos tres meses para entregar resultados, después de ese tiempo hay que regresar al Liquidador a la cárcel, no puede estar fuera demasiado tiempo, no conviene. No sé si sabes pero no tiene un mes fuera y ya su nombre está resonando en todas partes, siendo que recién ha hecho movimientos y operaciones, todos hablan de él. Crece demasiado rápido y eso es un peligro. No conviene que Jeon Jungkook se convierta en un Liquidador imparable.
— Me conoces... No fallo en mis misiones así tenga que sacrificarlo todo pero lo que me estás pidiendo es imposible. La escala de dificultad de lo que estamos haciendo es demasiado alta. Me dieron un año, año y medio si las cosas se complicaban, para poder finalizar esta misión correctamente. Es un tiempo corto pero suficiente, ahora... ¿Tres meses? Eso es simplemente imposible, tienen que estar jodiéndome tus superiores. Él no ha hecho nada como para que quieran cambiar todo así, entiendo la preocupación pero...
— Taehyung, acaso no escuchaste lo que te acabé de decir porque yo creo que me expresé alto y claro. Nosotros no mandamos, los altos mandos son los que decidieron esto. el Liquidador es una ecuación muy compleja que incluso el mejor científico no podría resolver del todo. No regateamos tiempo, si nos dicen tres meses, en ese tiempo hay que hacer. ¿Hay algo que yo no sepa que te impida meter tras las rejas o eliminar a ese hombre?
— ¿Eliminar? — Hoseok asintió sentándose a su lado.
— Si en tres meses no está en prisión mandarán a matarlo. — Sostuvo su mano. — Sabes como resuelven los gobiernos los cabos sueltos, lo van a sacar de circulación y si no cumplimos con ello posiblemente hasta nosotros salgamos jodidos de esto.
El castaño se liberó del sutil agarre de su jefe y se levantó frunciendo el ceño, caminando por aquel pequeño lugar. Había algo demasiado extraño tras la urgencia de sacarlo de circulación. Sus acciones no habían sido tantas, el tiempo que habían pasado separado era muy poco y por muy leyendo que el Liquidador fuera, no creía que hubiese hecho algo tan grande en ese tiempo.
— Yo tengo claro que desde el principio se dejó claro que Jungkook regresaría a la cárcel, sabes perfectamente que esa siempre ha sido mi meta y que soy el primer interesado en que eso ocurra. Yo mismo me encargaré de volver a regresar su culo a prisión, es mi meta y la voy a cumplir. No obstante, tres meses es inaudito. En tres meses el no se va a ganar todas las confianzas necesarias para llegar hasta nuestra meta principal. Tendrá que hacer una serie de cosas que requieren tiempo porque son como los trámites burocráticos de la mafia. No es simplemente coger de un lado y poner en el otro para ir subiendo. Su supuesta fuga ha dado de que hablar y muchos aún no se la creen podemos fracasar por intentar apresurar las cosas. Ya yo tengo todo organizado para...
— Taehyung, — interrumpió el pelirrojo. — Tres meses, ni una más ni uno menos. Tendrás que cambiar el plan de ataque y hacerte a la idea que desde el comienzo te dieron noventa días para resolver toda esta mierda.
El castaño asintió poniéndose de pie, sus ojos viajaron sin premeditación hacia aquellas fotografías esparcidas sobre la mesa, entrecerró sus ojos y volvió a estudiarlas de forma súbita. Tomó su arma que había colocado en la misma mesilla y caminó hacia la puerta para marcharse.
— ¿Te vas así sin más? — La voz a su espalda lo hizo detenerse y voltear. — Todavía tienes tiempo hasta la fiesta. Aprovechemos que podemos vernos, tengo deseos de ti. — Le sonrió de forma pícara levantándose para ir a buscarlo.
Con sus ojos cerrados por efímeros segundos Taehyung acarició su sien y lo miró. Acarició las mejillas contrarias y trató de sonreír.
— Hoy no, como ya sabrás tengo muchas cosas que cambiar, no tengo tiempo que perder. — Hoseok negó con una sonrisa, eliminando el espacio que aún quedaba entre ellos para besar su cuello, sin notar como el castaño lo alejaba por inercia. — Hoseok, dije que no tengo tiempo para esto.
— Podemos hacernos terminar en menos de diez minutos, incluso en cinco. Ese tiempo no te influirá de forma negativa, al contrario, te ayudará a sobrellevar esta misión. — Subió su cabeza en busca de aquellos labios que ya moría por besar pero cuando intentó hacerlo, lo separó.
— No, ya te dije que no. No tengo deseos y no quiero hacerlo ahora. ¿Entendido?
Lo apartó con brusquedad, terminó de abrir la puerta y se fue sin mirar atrás. El pelirrojo estaba totalmente confundido ante su reacción. Su agente solía a veces mantener distancia, más cuando estaba trabajando, lo entendía pero, cuando estaban en un lugar como en el de ese momento, solos y sin nada que interfirieran por unos buenos minutos, ellos siempre terminaban liberando todo lo que tenían dentro. Observó la puerta y chasqueó la lengua restándole importancia. Debía recoger todo y salir de allí.
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Si le hubieran dicho a Jimin días atrás que iba a estar haciendo compras para asistir a una fiesta con dos potenciales delincuente nunca se lo hubiese creído y, si de ellos le hubieran contado que se dejaría llevar por la pasión despertada por uno de ellos se hubiera reído a carcajadas. No podía mirar al Liquidador, no es que nunca lo hubiese hecho realmente porque debía admitirlo, ese hombre le daba miedo. Mas ahora podía verlo mucho menos a los ojos porque antes se vanagloriaba humildemente de su posición, dejando claro que no se mezclaba son sujetos como ellos. ¿Con qué orgullo mencionaba ahora esas palabras después de haber sido cogido infraganti teniendo sexo con el pirómano?
Se encontraban caminando por una calle sin iluminación en la zona de Hongdae donde habían seguido una pista en busca del asesino del caso que estaban llevando. Era todo tan silencioso que aquellas penumbras mantenían a Jimin un poco inquieto. El convicto se le acercó al notarlo algo nervioso pero este tras darle una mirada reprobatoria, tomó distancia.
— Hey, tú... — Llamó a Namjoon. — Ve a la tiene esa que está en la esquina mientras yo voy trayendo el auto. Compra algo de beber para ambos y unos parches para el dolor de espalda. No te demores ni intentes nada extraño que te estaré observando.
— Sí, sí oficial Park, como usted diga. — Rodó sus ojos, tomó el dinero y se fue. Sin lugar a duda era atractivo pero realmente insoportable en ocaciones. Lo observó caminar con las llaves en la mano hacia el vehículo y él se apresuró hacia la tienda.
Jimin ya se encontraba sentado en el auto desde hacía un minuto, entretenido con las noticias de la radio mientras con sus ojos cerrados esperaba a que el Pirómano regresara. Estaba tan ensimismado que no vio la silueta de un hombre acercarse a él hasta que fue muy tarde. El cristal de su ventanilla se quebró en cientos de pedazos y una fuerte mano lo sostuvo de su cuello. Se removió en busca de su arma pero el cuchillo que ahora le apuntaba lo obligó a detener sus movimientos.
— A veces es mejor dejar las cosas como están y no andar revolviendo el avispero. ¿Lo sabías? — ¿Era ese el asesino? Jimin no entendía cómo había sido tan estúpido de aparecerse frente a un oficial de esa forma o, tal vez el estúpido estaba siendo él que no lograba siquiera sacar su arma o defenderse correctamente.
Todo su cuerpo se tensó cuando el sujeto alejó varios centímetros su mano con la clara intención de apuñalarlo, definitivamente parecía no estar hecho para la acción sorpresiva porque no era normal que no pudiese reaccionar. Sin embargo, antes de que el sujeto pudiera hacer algún movimiento, su mano fue retirada y jorobada por un Namjoon transformado en bestia que Jimin hasta ese momento no había conocido.
El puño del convicto colisionó con su rostro haciéndolo trastabillar hasta golpear el vehículo. Haciendo una mueca que no fue vista por ninguno de los otros dos presentes debido a su máscara. Intentó atacar nuevamente a a Namjoon pero este en un ágil movimiento lo desarmó y golpeó haciéndolo caer al suelo. Lo inmovilizó durante unos segundos hasta que Jimin reaccionó saliendo del coche para esposarlo y llamar a una patrulla para apresarlo.
El convicto se levantó después de haberle esposado pies y manos al desconocido, tomando las manos de Jimin para comenzar a inspeccionar su cuerpo.
— ¿Estás bien, te lastimó en alguna parte? — El rubio negó sin poder apartar su mirada de aquel hombre que parecía asustado de que algo le pudiese haber ocurrido. — ¿Te duele en algún lado?
Sus miradas se cruzaron y Namjoon detuvo todo movimiento viendo a un perturbado oficial y unos carnosos labios que temblaban. Quiso besarlo pero lo único que hizo fue abrazarlo hasta que su cuerpo trémulo salió de aquel trance y el refuerzo llegó.
Para su mala suerte, aquel no fue más que un delincuente de poca monta que se asustó cuando le dijeron que habían policías en la zona, tomándose la investigación como algo hacia él pero, nada tenía que ver con el asesino que andaban buscando. No pasaron mucho tiempo en la estación policial, ni siquiera informaron a Taehyung del incidente, tras recibir el resultado de los informes salieron de allí.
Ninguno comenzó en el trayecto al apartamento, mantuvieron su distancia en las escaleras que decidieron subir en vez de utilizar el ascensor e incluso dentro de la casa, los dos no metieron palabras los primeros cinco minutos. Namjoon se apareció con un pequeño kit de primeros auxilios que tenían en el baño y le indicó que se quitara la camisa para revisarlo.
No estaba conforme con lo que Jimin le decía, cuando vio desde la tienda a aquel sujeto caminar en dirección al vehículo se impacientó, por ello no se detuvo a esperar el cambio y tomando los parches de dolor corrió hasta allí, encontrándose con aquella escena que lo hizo arder de la ira.
— Ya te dije que estoy bien, Pirómano, no tengo absolutamente nada. — Namjoon se detuvo al escuchar su apodo y suspiró, no le iba prestar atención a algo tan absurdo en eso momentos. — ¿Qué haces?
— Quitándote la camisa, ¿no lo ves? Gírate, voy a ponerte esto. — Agitó los parches de dolor frente a él, junto algunas caritas para las finas cortadas en su rostro y cuello producidas por el vidrio de la ventanilla.
El oficial Park intentó resistirse pero terminó cediendo, dejándose hacer. Esperaba toques ásperos y bruscos, que tuviera poco tacto o cuidado con su piel pero había sido todo lo contrario. Pese a los cayos, resequedad y poco cuidado de las manos, el convicto ejercía sutiles toques que hacía su cuerpo estremecer. Cuando finalmente terminó de colocarle los parches y se volteó para agradecerle, pudo ver en sus orbes la forma tan extraña en la que admiraba su cuerpo, su piel. Tragó saliva ante la cercanía mas no se alejó, sino que hizo lo impensable para él, eliminó aquella brecha lanzándose a los labios del criminal que lo había defendido y cuidado ese día.
Poco le importó a Namjoon que pudiera lastimarlo ejerciendo presión en la zona que él mismo había acabado de tratar, sentir esos labios nuevamente sobre los suyos, por decisión propia esta vez, no se controló. Lo arrinconó en el sofá dejando todo su cuerpo entre sus brazos, deleitándose con esos labios que a gritos pedían por más sin necesidad de vocalizar.
Jimin yacía bajo aquel trabajado cuerpo al que no dudó en aferrarse. Estaba consciente de lo que que estaba haciendo era incorrecto profesional y moralmente, mas poco le importaba en ese instante. En ese precioso momento que las intrépidas manos del pirómano lo despojaron de las prendas que quedaban en la parte inferior de su cuerpo.
No podía creer que estaba desnudo y a disposición de aquel hombre. Por un minuto dudó, por ese fugaz minuto en el que lo vio alejarse para igual condiciones, quedándose al igual que él como Dios lo trajo al mundo. Mas lo que vio, lo hizo morderse los labios y arrepentirse de haberse estado arrepintiendo en esos momentos.
La adrenalina era mayor que la de estar en fuego cruzado, los besos caían como las balas, caricias como bombas que hacían explotar cada parte de sus cuerpos y gemidos como sirenas que resonaban en todos lados. Quizás se podía arrepentir luego, pero en eso momentos estaba rendido ante el enemigo que había invadido su territorio hasta el fondo.
— Cuando hablas eres molesto, pero tus gemidos y jadeos quiero escucharlos cada segundo del día. — Decretó Namjoon empujando sus caderas sin misericordia hacia adelante, aferrado al hombro y cabellos del rubio, besándolo mientras este simplemente permanecía en esa nube aferrado a su espalda, rasgando su piel y gimiendo su nombre.
— Oh mierda, Nam... Ya e-estoy ahí.
— Ya estamos... — Mordió su pecho y se liberó dentro de aquel cuerpo gracias a que tenía un preservativo que no iba a dejar que nada saliera hacia campo enemigo.
Se retiró antes de que su erección perdiera potencia pero regresó hacia él, continuando con sus besos y caricias. Seguían deseando, ambos estaban listos para ir a la revancha más el sonido de la puerta abrirse hizo que todos sus deseos se esfumaran.
Así fue como fue descubierto por ese delincuente que ahora tenía frente a él dándole clases a Namjoon sobre cómo lucir y que ropa quedaba mejor con su cuerpo. El rubio negó con la cabeza, ¿qué podría saber él de las tendencias actuales y estilo si acababa de salir de un agujero donde no se veía casi ni la luz del sol?
Sus pensamientos cambiaron en el momento que fue a comprobar los atuendos escogidos, no podía permitir que se aparecieran en un evento de ese calibre luciendo como seres del año de la corneta. Sin embargo, todo lo que había escogido el Liquidador era moderno y fresco, extremadamente caro, pero era por una buena causa.
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Luces fluorescentes, música y personas caminando de un lado hacia otro, adornaban el amplio terreno exterior de la propiedad donde se estaba llevando a cabo aquella fiesta. Jimin se encontraba cerca de la entrada simulando, — quizás no tanto — estar flirteando con Namjoon, esperando a que el comisario Kim hiciera entrada. Todos ellos hicieron entrada por separado, incluso llegaron in deferentes vehículos, no podían ser tan evidente y la llegada de ellos junto a Jungkook sin duda alguna hubiera llamado la atención a más de una persona.
Se podían ver celebridades y varias figuras públicas en el recinto, quien no supiera, realmente creía que era una fiesta social hecha por diversión y no una tapadera para el verdadero motivo de aquello.
Jungkook se encontraba bebiendo su copa de vino, escuchando lo que para él era una aburrida plática, mas la persona con la que conversaba era su ticket de entrada a la zona restringida de la mansión ya que era nada más y nada menos que el hermano menor del hijo de la gobernadora de Canadá, quien se encontraba reunido en el interior.
Con pocas palabras pudo darse cuenta que el chico no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo, él simplemente había acompañado a su hermano para poder conocer celebridades coreanas que tanto a él le gustaban. Era visiblemente homosexual y estaba confundiendo a Jungkook con algún actor que él todavía no había tenido el gusta de presenciar en pantalla.
— ¿Así que estuviste alejado de las cámaras por algún tiempo? — Jungkook asintió con una sonrisa. — ¿Cuánto?
— Casi ocho años, tuve una salida repentina pero ahora estoy de vuelta. — Le guiñó un ojo y el chico se sonrojó, ocultando su nerviosismo humectando sus labios con su lengua y más atrás con la bebida.
— ¿Cómo es que hablas tan bien inglés? He conversado con varias personas y quienes lo dominan un poco tienen un extraño acento. ¿Viviste fuera de Corea del Sur?
Preguntó acercándose un poco más a él para brindar con la nueva copa que había retirado de la bandeja de uno de los camareros del sitio. Sin embargo, la atención del Liquidador comenzaba a desviarse con lo que estaba divisando.
— Sí, se puede decir que sí viví fuera de Corea. — Le respondió sin mirarle.
— Muy interesante... ¿En qué país? — Permaneció esperando por varios segundos una respuesta que no llegó. — Hey, te hice una pregunta. — Refunfuñó incómodo siguiendo la vista del pelinegro para ver qué había robado su atención.
— Sí, sí te escuché pero por favor, perdóname un momento. Ya regreso. — Colocó su copa vacía en una de las bandejas de otro camarero y se alejó del chico sin prestarle atención.
Y es que, ¿cómo iba hacerlo si se había quedado deslumbrado con la entrada del agente y el sujeto que lo acompañaba. Lo vio acercarse sutilmente a Jimin mirando a su alrededor, incluso en su dirección pero pareció que no lo había notado. Se acercó y tomándolo firme pero tenuemente, lo alejó de los otros tres.
— ¡Acompáñame!
🧡🧡🧡
Me gustaría dedicarle este capítulo a mi querida @JeniMGmez que hoy está cumpliendo años. Sé que te gustaría una actualización se Amor Lunar pero esta hoy ya no será posible corazón. Espero que hayas tenido un hermoso día.
🧡🧡🧡
Espero que les haya gustado este capítulo, nos vemos en el próximo.
LORED
🧡🧡🧡
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