Prólogo: «Como todo inició»

Las Islas Hirvientes han existido desde hace siglos, sin embargo, en un principio este mágico reino carecía de orden, pues no había nadie dispuesto a gobernar las tierras, mas cuando nadie lo esperaba, llegaron dos hermanos: Philip y Caleb Wittebane, ambos humanos. 

El menor, Philip, en un principio se encontraba aterrado al hallar seres mágicos en dicho lugar, pero tras un tiempo viviendo ahí, se percató de que podría obtener todo lo que siempre quiso: Poder. Así que hizo todo por gobernar Las Islas Hirvientes bajo el lema de derrocar la magia salvaje, la cual era muy practicada ahí, ¿su propósito? Que nadie fuera más poderoso que él, y así, mediante un sello manejar a los brujos y demonios a su antojo.

No obstante, su hermano mayor, Caleb, no estaba de acuerdo y se unió a los rebeldes que no querían dejar de ser salvajes, ni querían comenzar a ser las marionetas de un tirano; ahí conoció a una bella bruja de apellido Clawthorne, de la cual se enamoró y más tarde formó una familia. 

Juntos, enfrentaron a Philip hasta por fin llegar a un acuerdo: Las Islas Hirvientes se dividirían en dos; el norte estaría bajo el mandato del emperador Belos -el nuevo nombre de Philip cuando se casó con una bruja Blight- bajo un sistema de aquelarres, y el sur, donde la magia salvaje no sería extinta ni castigada, estaría bajo el mando de Caleb, quien finalmente dejó atrás su apellido Wittebane y adoptó el de Clawthorne. 

—Pero claro, todos sabemos que el sistema de aquelarres fue, es y será siempre la mejor opción si queremos tener un verdadero orden. —comentó sonriente una mujer de ojos azules, mientras cerraba un libro y se levantaba.

—Lo sé, mamá, lo sé. Lo he estudiado toda mi vida. —reprochó una bruja más joven, terminando de cepillar su cabello para finalmente poder irse a la cama, sin embargo, antes de lograrlo la mayor la detuvo y la tomó por los hombros.

—Lo sé, mi querida leoncita, pero algún día recibirás tu corona y te convertirás...

—En la emperatriz —finalizó la chica, sonriéndole a su madre, Odalia—. Pero falta tiempo para eso, apenas tengo quince años y mi papá está sano y hace un gran trabajo liderando el norte.

—Lo sé, tu padre es fabuloso —admitió Odalia, tocando con suavidad el mentón de su hija antes de abrazarla fuertemente—. Sin embargo, recuerda Amity, que tu padre no es eterno y su puesto como emperador tampoco. 

Al separarse del abrazo ambas se despidieron, y cuando la actual emperatriz salió de la habitación, la Blight menor, después de asegurarse que de verdad se encontraba sola, sacó de debajo de su cama su libro favorito y se puso a leer, dejando atrás las últimas palabras que le había dicho su madre, y no fue hasta luego de tres años que las recordó.

Su padre, Alador, había fallecido y ella era la nueva emperatriz.

Finalmente, la joven leona había recibido su corona.


¡Hola, hola! :D

Bienvenidos a mi primer fanfic Lumity. Con este rompo mi hiatus de meses, o tal vez de hasta un año, ¡qué emoción! :')

Si bien ya tengo un OS en mi cuenta, esta es la primer historia "larga" que haré de The Owl House y estoy muy emocionada. <33

Por favor díganme, ¿qué les pareció el prólogo?  ¿Les gustó? Me gusta leer comentarios, así que sin pena jsjs :3

Recuerden que si quieren enterarse de noticias sobre este fic o de otros que tengo, pueden seguirme en mi cuenta de Instagram alliegarcia9_ Ahí subo las portadas de mis historias, doy noticias sobre mis escritos, hago recomendaciones de libros y de vez en cuando platico cosas sobre mi día. uwu

Pues bien, como ya les dije en la sección anterior al prólogo, procuraré subir nuevos capítulos cada domingo, ¡ah! y no se preocupen, éstos sin duda serán más largos que el prólogo mismo. xD

No me queda nada más que decir:

¡Gracias por llegar hasta aquí! 

AllieGarcia9

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