Su mano derecha comenzó a temblar tanto que tuvo que detenerla con la otra. Era el día que todos habían estado esperando menos ella. El día en el que le recordarían que tenía toda una nación en sus manos, que ya no era libre -si es que alguna vez lo fue- y, peor aún, que ya no tenía a su padre junto a ella. Era el día en que se celebraría públicamente su primer año como emperatriz de Las Islas Hirvientes del Norte, y por eso estaba más que nerviosa.

Aunque no todo era malo, sí le pesaba demasiado todo ese asunto. Desde que se convirtió en emperatriz tenía menos tiempo para sí misma, se la pasaba de junta en junta y no podía salir sin supervisión, ni siquiera podía reunirse con sus amigos, sin mencionar que su madre le exigía ahora más que nunca que fuera perfecta.

Además, por su mente rondaba una pregunta: ¿Cómo la recibirían los seres que ella gobernaba, siendo que casi nunca hacía apariciones públicas? Odalia decía que todos la amaban, pero no podía evitar dudar, después de todo, era bien sabido que existían algunos brujos y demonios de mentalidad rebelde. 

Sintió un doloroso jalón de cabello e inmediatamente volteó hacia una de las chicas que la estaba peinando, la cual notablemente se asustó y se inclinó para perdirle disculpas, pues realmente la estaba mirando con odio. La emperatriz Amity Blight detestaba los errores, y más si ocurrían en algo tan simple como cepillar el cabello.

—Lo la-lamento mucho, su alteza, no ocurrirá de nuevo.

—Sabes las consecuencias. —se limitó a decir y la chica asintió para después, con ayuda de su compañera, colocarle una brillante corona a la Blight, quien al verse frente al espejo ya completamente arreglada, suspiró y sujeto con fuerza parte de su vestido—. Por favor retírense... Ahora.

Tras decir eso, las brujas se inclinaron rápidamente y salieron de la habitación sin más; enseguida, Amity se levantó del banquito en el que estaba y le puso seguro a la puerta para así poder levantar, con toda calma, su dedo y conjurar una foto de Alador y una pequeña piedra hecha de abominable que él solía usar para cada evento. 

—Papá, sé que aún no soy ni la mitad de lo que tú fuiste y es por ello que puedo darme cuenta de por qué no eras tan cercano a la familia; reinar te consume, pero ahora que eres libre... ¿Te importaría concederme suerte a través de tu pequeño amuleto? —preguntó la de cabello verde, acariciando tiernamente la fotografía— Aunque no lo creas, yo de verdad te extra-

— ¿Amity? 

La voz de su madre impidió que terminara su oración. La emperatriz desapareció la evidencia de que se estaba poniendo vulnerable, se enderezó y velozmente secó las pocas lágrimas que derramó. La puerta sonó de nuevo y la molestia de su madre era más notoria, así que inhaló profundamente y pese al miedo, abrió.

— ¿Qué hacías? —fue lo primero que preguntó Odalia al entrar. 

—Nada, mamá. 

—Siempre que escondes algo le pones seguro a la puerta, señorita, así que pregunto de nuevo: ¿Qué hacías?

— ¡De verdad nada! Yo... sólo quería prepararme mentalmente para el evento. —la mayor alzó la ceja con desconfianza, sin embargo, para suerte de Amity, no siguió insistiendo.

— ¿Te refieres al evento en el que ya deberíamos estar en camino? Por el Titán, Amity, es en tu honor y ya vamos tarde. No te desconcentres con sinsentidos otra vez.

—Lo prometo. Andando. —la menor avanzó unos cuantos pasos, pero para su sorpresa fue detenida nuevamente por su madre.

— ¿Ya tomaste una decisión? —la mirada fija de Odalia la hacía sentirse demasiado pequeña, por lo cual asintió y sutilmente se zafó del agarre de su madre.

—Tendrás mi respuesta pronto... muy pronto.

Momentos después, el ambiente había cambiado demasiado, pues el ruido de la multitud era bastante animado; entre espectáculos y carrozas de desfile, tanto niños, jóvenes y adultos reían felices en Huesosburgo, y eso le quitó a Amity un gran peso de encima, al menos hasta que sus hermanos mayores comenzaron a molestarla.

—Vaya, no me creo que la gente esté tan emocionada por verte, Manoplas. —comentó asombrado uno de los gemelos Blight, asomándose sin sutileza a través de la ventana del carruaje.

—Ni yo, Ed. Nuestra hermanita es tan... poco genial. —añadió la otra gemela.

—Quizá festejan porque no conviven con ella, sino... —la emperatriz había tratado aguantarlos durante todo el camino, pero su paciencia tenía un límite y ya sentía su rostro rojo de la furia, por lo cual no pudo más.

—¡Cállense ya ambos! —gritó molesta Amity— Al menos yo heredé la corona porque soy perfectamente capaz de liderar toda una nación, no como ustedes que ni siquiera fueron considerados porque todos sabíamos que serían una decepción.

— ¿Ves? Nadie querría estar con ella. —reiteró su hermano, antes de cruzarse de brazos.

—Edric, Emira; compórtense. Amity podrá ser su hermana menor, pero está por encima de ustedes de muchas maneras. Respétenla. —intervino Odalia, ya algo exasperada. 

Después de eso, ni siquiera el ruido exterior logró apaciguar el silencio incómodo dentro del vehículo, no obstante y por suerte, la hora de bajarse llegó. La puerta sonó para indicar que pronto sería abierta, y así fue, entonces una mano enguantada apareció con el fin de ayudar a Amity a bajar, y al notar que era El Guardia Dorado, forzó su sonrisa aún más.

Una vez abajo, su familia también salió del carruaje morado, y juntos, pero acompañados por los líderes de aquelarre y escoltados por sus guardias, caminaron hasta una plataforma en la cual se encontraba una versión más sutil del trono; ahí tenía que tomar asiento la emperatriz, pero antes de ello, alzó su mano con firmeza para acallar el bullicio de su gente, y habló.

—Buenos días, mis queridos demonios y brujos. Antes que nada, quiero agradecerles por su cálido recibimiento. Es para mí un honor estar aquí; les puedo asegurar que verlos a cada uno le da calidez a mi corazón y hace que mi amor por ustedes crezca más, y es porque son tan importantes para mí, que el día de hoy me encuentro aquí no sólo para festejar mi primer año como su emperatriz, sino porque les tengo una sorpresa que yo sé, les va a encantar; sin embargo, aún no es momento de revelarla, sino hasta más tarde. ¿Así que qué esperamos? ¡Comencemos el evento!

Dicho eso, Raine Whispers, le líder del aquelarre de los bardos dio un paso al frente y junto con algunos colegas comenzó a tocar una melodía que en pocos instantes animó a bailar a todos. Incluso las parejas de baile se turnaban para hacer una reverencia a la familia real que los observaba atentamente desde arriba, y se perdían entre la gente. 

Posteriormente, fue el turno de divertir a los niños, ya que tanto Terra Dragonaria, la líder del aquelarre de plantas, como Darius Deamonne, líder del aquelarre de abominaciones, crearon divertidos juegos; siendo la primera quien formara un gran laberinto, y el segundo quien agregara algunos monstruos para hacerlo más divertido.

Y así fueron pasando distintas clases de atracciones con apoyo de los diferentes aquelarres, hasta que ya para terminar la celebración, el líder de las ilusiones, Adrian Graye, se encargó de dar un bello espectáculo de figuras, luces y supuestos fuegos artificiales que culminó en formar un gran león detrás la emperatriz, para así cederle la palabra.

—Islas Hirvientes del Norte, su atención por favor —pidió Amity, antes de ofrecerle una sonrisa a su mamá—. Ha sido un fabuloso día para mí, y de verdad espero que para ustedes también, sin embargo, esto aún no acaba; falta mi gran sorpresa. Como ya saben, algunos rebeldes están saboteando a nuestra gente con ayuda de magia salvaje, además de que bastantes de nuestros recursos han desaparecido en otros lares, pese a que nos pertenecen. Injusto, ¿no lo creen? —su corazón comenzó a acelerarse y el miedo fluyó por todo su cuerpo, pero inmediatamente lo controló, al fin y al cabo, la decisión estaba tomada— Por esa razón, yo, su emperatriz Amity Blight, tomando en cuenta los ideales del difunto emperador Alador Blight y los míos propios de darles lo mejor a ustedes, he decidido crear una nueva era y recuperar nuestro territorio en el Sur, así como expandir nuestro sistema de aquelarres por todo el mundo.

Entonces hubo silencio, pocos segundos que para la joven líder se sintieron como horas, no obstante, siguió manteniendo su postura firme y no se dejó derrotar por el miedo. Ella mandaba al fin y al cabo, ¿no? De pronto, la gente inició a gritar y celebrar, haciendo que ella por fin soltara el aire que, sin saber, estaba reteniendo. 

Y si bien, la mayoría de la población estaba contenta y emocionada por el gran cambio, algunos rostros demostraron lo contrario...

¡Hola, hola!

He regresado y  les traigo ¡el primer capítulo de Lion! ¿Qué tal les pareció? ¿Sí les gustó el capítulo? ¿Qué teorías tienen? Omg, de veras quiero leerlos. <3

Anyways, perdonen la tardanza, a veces me cuesta trabajo sentarme a escribir; bueno, en sí a hacer las cosas, ya que me distraigo muy fácil :( pero aquí está y es lo que importa. 

Eso me lleva a que hay cambio de planes y una noticia nueva: 

1. Si bien les dije que este fic se actualizaría cada domingo, será cada dos. Es decir, si hoy es domingo 30 de octubre, el siguiente capítulo será publicado el domingo 13 de noviembre. ;D Esto porque se acomoda más a mis necesidades y tiempos.

2. Tenía planeado hacer los capítulos mucho más largos, pero llegué a la conclusión de que serán un poco más cortos (mínimo como este) debido a que, según yo, terminará siendo útil para el manejo de la historia... >:)

3. ¡Oficialmente estoy en Bookstagramm! Y me haría muy feliz recibir su apoyo, jiji. Soy una bebé en ese mundo, pero espero ir mejorando cada vez más para traer contenido que nos guste a todos. :3 Y sí, por si se lo preguntan, seguiré dando noticias y subiendo ocasionalmente cosas sobre mis fanfics e historias ahí, así que sí recomiendo que me sigan, jaja! *guiño, guiño* Recuerden que me pueden encontrar como alliegarcia9_

¡Ah! Y antes de olvidarlo, ¿a alguno de ustedes les gusta el Catradora y el Korrasami? Porque se vienen cosas. e.e

Ahora sí, ya para terminar, les quiero dar las gracias por llegar hasta aquí. Nos leemos dentro de 15 días, yay!

Les quiere;

AllieGarcia9