Misión Euforia.
Capítulo 2
Bailaba al sensual son de una melodía que Hoseok había mandado a componer. El pecado fino y elegante bajo el nombre de singularity. Su baile era algo único que incluso su mismísimo jefe no podía explicar.
Sus contoneos en el tubo, las difíciles figuras que realizaba en el aire y su sola presencia escénica era lo que había conseguido un poco anticipado primer lugar entre los bailarines de Hoseok e incluso los de los demás clubes. Taehyung lo hacía como un trozo de seda ondeante.
— Wow— exclama Yugyeom a su lado, acariciando su mentón de forma descuidada mientras admiraba la perfecta flecha que el muchacho hacía. Relamió sus labios, controlando las inmensas ganas de arrancarle el collar de un mordisco duro y certero.
Las malas lenguas no fallaban: ese muchacho era el mejor y totalmente hipnotizante.
Bajó su repentina ola de calor con un trago del exquisito mojito que la muchacha de falda corta les había traído hace poco, además de que volteó con ansias de ver la expresión del antiguo rey destronado.
Jeon estaba tamborileando sus dedos, casi con ansias de ponerlos sobre las curvas de muerte que el joven pelinegro movía orgulloso de un lado a otro. La piel caramelo le guiñaba exquisitamente conforme las luces purpuras y doradas chocaban contra ella haciendo incluso un perfecto halo. El muchacho Vante no decepcionaba y eso lo ponía al tope.
Y entonces, cuando el habilidoso muchacho ejecutó un fénix incluso más majestuoso que el mismo, Jungkook supo entonces que necesitaba a ese muchacho bailando para él en su club. Joder, estaba dispuesto a pagar incluso algún número de siete cifras.
Sólo denle al bendito chico de túnica emplumada.
Su mejor amigo sonrió, satisfecho con la reacción del menor. No perdió ni un momento más y le hizo una señal a una linda chica con babydoll verde esmeralda y tocado salvaje.
La chiquilla se acercó, agachándose para poder escuchar el pedido del cliente.
— Quiero pedirte un favor, pero antes necesito saber tu nombre, querida— habló, confundiendo un poco a la chica.
— Momo, señor.
— Bueno, pequeño durazno. ¿Ese hermoso chico hace privados? — pregunta y Momo no sabe qué decir.
En primera, porque Taehyung nunca había dado privados y en segunda, porque Hoseok se los había prohibido. Suspiró.
— Vante nunca ha dado privados— explicó la pelinegra, observando el baile que estaba a punto de terminar—. No obstante, cuando termine de bailar iré a preguntarle y regreso con una respuesta— sonrió y Yugyeom pareció satisfecho con la respuesta ajena.
Momo se fue rápidamente tras bambalinas, mientras que Yu disfrutó del bello baile del muchacho.
El hermoso demonio se alejó del tubo y caminó deliciosamente por la pequeña pista, quitó su collar y jugueteó con él entre los clientes. Hasta que su mirada se topó con la del antiguo rey de los clubes. Jadeó, sintiendo la intensidad del cuerpo ajeno como la propia, mordió su labio inferior.
Já, Vante le lanzó el collar y todos los hombres y mujeres que lo anhelaban lo miraron de mala forma.
Que se vayan acostumbrando. Se dijo. No será la primera ni la última vez que tome algo de la preciada joya.
Por otro lado, Tae desprendió su túnica ante el inmenso calor que dejó su rutina además del propio del verano. Caminó pero la mano pequeña de Momo lo jaló dentro de un camerino y cerró la puerta tras ellos.
— Hoseok nos alejó a nosotros y al equipo de los bailes privados, ¿verdad? — preguntó nerviosa, apartando la mirada al momento en que su amigo se ponía un kimono mucho más fresco de tela semitransparente negra con sutiles flores rojas. Se dejó la puso pantalones de cuero negro y sólo adornó su cuello ahora con uno de los collares costosos que Hoseok le regaló hace un tiempo.
— ¿Me pidieron un privado? —preguntó retocándose el smokey eye. Momo asintió.
— Mira— pidió, jalándolo para que pudiese observar a través de las cámaras vinculadas a su teléfono móvil. Tae silbó, recordaba el rostro de ese chico... Si su memoria no le fallaba: era el hijo de uno de los socios de la F.E y a su lado la persona que tanto ansiaban interrogar —... Sería bueno que le dieras un privado para sacarle información.
En un principio, su misión inicial era atraer su atención y dejarlos K.O de un buen golpe si se acercaban; ahora la misión podría completarse.
— Bien, lo haré— asintió. Momo apagó su celular y regresó hasta el muchacho que pidió por Taehyung.
Yugyeom se emocionó por el regreso de la candente nipona, y se puso aún más feliz cuando le dio una afirmativa al tan esperado baile privado. Relamió sus labios y Jungkook le miró curioso.
— Amigo, te tengo una sorpresa— celebró, confundiendo tanto al pelinegro como a Momo—. Sigue a esta hermosa esmeraldita y luego me agradeces.
Hirai sintió un poco de nerviosa pero el amigo de Kim parecía... Manso. Inició el recorrido cuando el hombre se puso de pie. Ambos caminaron hasta la sala en la que se bailaba, Jungkook sintiendo las palmas sudar y la chica disculpándose mentalmente por la cantidad de alcohol que seguramente Taehyung le haría ingerir.
— Adelante. Recuerde no tocar al bailarín, los chicos Kang le golpearán en caso de ser necesario— señaló a los dos hombres. Jungkook asintió y entró. La chica durazno los dejó solos y entonces inhaló fuertemente la escencia de esa pequeña habitación del pecado.
Hermosos rizos ébano danzaron por la velocidad en la que el propietario se giró. Labios rojizos brillaron y le sonrieron.
— Oh, ¿primera vez?— preguntó, eliminando los nervios que anudaban en su estómago. Tuvo la esperanza de que, al igual que él, el castaño fuera primerizo.
Así no notaría sus movimientos torpes y carentes de experiencia.
— No, terroncito— sonrió ladino, tomando asiento en el sofá de terciopelo color perla. Notó el ligero temblor de la dulce existencia paralela a él, abrió los ojos con sorpresa del pensamiento que cruzó su cabeza— ¿Tú... Tú nunca has dado un privado?
— Bueno, mi jefe no me lo permite— confesó con una adorable sonrisa nerviosa.
Agarró la copa con el martini que Chaeyoung había preparado. Quizá tenía el suficiente alcohol para tumbar al piso hasta al más experimentado.
No le importaba, sólo haría lo prescrito en un principio.
— ¿Podría saber el nombre de la persona que tendrá mi primer baile?— pidió saber con una sonrisita mientras le extendía la copa con una aceituna al fondo.
El castaño rió, considerando que si ambos trabajarían en un futuro: sería bueno saber su identidad sin trabas. No obstante, se quedó sin palabras cuando pudo detallar más de cerca el rostro de ese ser hermoso.
Un punto encantador en la nariz, por supuesto... Pero esos ojos... Ese iris de un opaco ámbar... Wow. Sólo conocía dos personas con esa característica falta de brillo en su mirar: su padre y ahora Vante.
— Preciosos ojos, eh— halagó, siendo poco consciente de que desvió el tema inicial de conversación.
El muchacho no agradeció con palabras pero sí con una sonrisa. Chasqueó los dedos y la música suave resonó dentro del cuartito. Una melodía atrayente que era representada con movimientos torpes de manos pero certeros con las caderas. La falta de experiencia era notable pero, ¡qué más da!
Una persona tan celestial como él no merecía ser probado en pequeños cuartos. Nadie merecía tenerlo de forma tan íntima y tan cercana. Basta con verlo danzar en el tubo, ahí donde nadie pueda alcanzarlo pero todos puedan deleitarse del pecado que nunca tendrán para sí.
Ninguna persona merece verlo acariciarse y juguetear con esa pantie de encaje. Ni siquiera él. Tomó del martini y pescó la aceituna con la lengua, provocando al de rizos ébano.
... ¿Un demonio? No, no, no.
Ese chico es un verdadero ángel, de bello plumaje y gran belleza.
Vante terminó su baile detrás suyo, soplando cerca de su oreja. Regresó alfrente y se sorprendió de ver al joven hombre aún lúcido a pesar de haber tomado todo el martini.
Frunció el entrecejo, ¿se habría equivocado de copa? Suspiró decepcionado de no poder sacarle unos cuantos datos.
— ¿Qué se supone que se debería hacer ahora que mi baile terminó?
Jungkook rió y dejó la copa sobre el reposabrazos del sofá, echó una miradita a los gorilas que cuidaban la integridad del lindo pelinegro y los pilló distraídos jugando una intensa partida de lo que parecía ser poker.
Se levantó cautelosamente y se acercó al cuerpo de Vante, pasando la yema de su dedo índice por las marcadas clavículas y haciendo camino por la línea de la filosa mandíbula. El cuerpo del bailarín se tensó y entonces relamió sus labios, anticipando un bocado a la dulce y acaramelada piel.
— Trabaja para mí, terroncito.
Taehyung dejó de respirar por unos segundos. ¿Era en serio?
— Mi tarjeta— sacó un trozo de papel rígido y se lo extendió al pelinegro que con manos temblorosas apenas pudo tomarlo—. Mi mente estará ocupada contigo, esta noche...
Y se fue, dejando al hombre medio taciturno. Bien, cambiaba su perspectiva: el martini de Chaeyoung sí surtió efecto.
🖤
— No me da buena espina, ¿por qué tan...fácil?— Hoseok suspiró, doblando la tarjeta de papel duro.
Taehyung se alzó de hombros, jugueteando con uno de sus anillos.
Con anterioridad, había pedido opinión a su jefe y había opinado lo mismo que Hoseok. Que Jeon le había puesto las cosas demasiado fáciles pero que tenía su autorización para trabajar con los enemigos.
— Más que por el trabajo... Siento que me quiere a mi— medio sonrió, y eso logró que los músculos del ex-fugitivo se tensaran— ¿Es malo?
— En lo sumo.
— Entonces iré hoy a su club para investigar un poco~
— Taehyung, no puedes— musitó Hoseok, levantándose para impedirle el paso al azabache—. Espera a que tu hermano nos mande equipo de protección. Necesitamos hacer un plan o algo podría salir mal.
— Morir por meter la nariz en territorio desconocido es lo más improbable que me podría suceder— tranquilizó el azabache—. Además, cuando acepté unirme a la misión euforia, sabía que la muerte era algo que me pasaría si mi misión como carnada funcionaba.
— Taehyung-ah...
— La muerte suena bien para mí— le regaló una sonrisa—. Quiero decir, que si muero sirviendo a mi país...
Hoseok lo dejó ir, sintiendo un nudo en la garganta.
Taehyung era tan difícil de entender pero, cuando intentaba comprenderlo, su pecho dolía.
🖤🐅🖤
wuuuuuu, se nos viene la tensión con el precioso yeikeiiiii.
tranquilos, muy pronto Tae bailará para su gran amorrrr
Este fic en serio es mi favorito, no puedo esperar a que descubran quién está detras de la F.E, los secretos del pasado de tete y ansío que llegar al final porque es tan caótico que es hermoso 🖤 cómo sé que no todos leen las notas del final, F.E es la abreviación de familia euforia. Más pistas no puedo dar~
Creanme que se divertirán a pesar del disclaimer del cap anterior. Pienso crear un balance entre la crudez del fic y el humor que me caracteriza.
Reescribí un poco de este cap porque quedaba demasiado soso y la trama no encajaba. Perdónenme este es el cap "El martini de Chaeyoung"
*NIS: Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur.
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