—Quiero este.

—Niki~, deja de ver la etiqueta del precio y elige uno que te guste de verdad por favor.

Niki hizo un casi imperceptible puchero ante el regaño del mayor quien no quitó en ningún momento su expresión fastidiada ni sus brazos cruzados en señal de clara desaprobación.

Era un día cualquiera de compras en la vida de la adorable pareja conformada por un castaño y un pelirrojo, pero con una ligera diferencia.

Era el cumpleaños de Niki.

SungHoon quería regalarle algo que le gustara al menor, quizás una cena lujosa, un vino caro, un viaje a alguna ciudad del país o quizás a otra nación si así lo deseaba, Niki solo tenía que pedirlo y él ya después encontraría una manera de pagar su tarjeta de crédito.

Entiendan, a SungHoon le gustaba mucho el brillo que aparecía en los ojos color miel del más bajo cada que estaba feliz o emocionado.

Pero entonces, aunque el castaño le dijo claramente "pide lo que quieras", adivinen qué pidió Niki.

Ropa.

Simplemente ropa.

No lo malentiendan, el mayor entendía muy bien lo fanático que era Niki de la ropa, es decir, se la pasaba viendo al equipo de diseño trabajar sólo si se trataba de algún catálogo de moda o algo parecido, disfrutaba mucho de los diseños que se presentaban y no podía evitar contener su emoción cuando encontraba alguna prenda que le gustara.

Entonces ustedes se preguntarán ¿Cuál es el problema con eso?

El problema era que SungHoon estaba harto de que Niki eligiera cosas en rebaja solo por no querer que gastara tanto dinero.

Sí, Niki tenía gustos caros; Sí, era cierto que SungHoon no tenía una cantidad de dinero exorbitante y sí, tampoco podrían ir a tiendas directamente de marca, no obstante SungHoon tenía suficiente dinero para comprar lo que sea que Niki le pidiera de la tienda sin que tuviera un estúpido "cincuenta por ciento de descuento".

—¿Por qué no te gusta nada de lo que elijo? —Inquirió Niki en un mohín.

—Porque eliges cosas que claramente no te gustan.

—¡Sí me gustan! —Refutó el pelirrojo con seguridad.

—¿Desde cuándo te gustan las camisas con estampado de Pororo?

La expresión completamente seria y segura que cargaba Niki sin soltar la camisa con el estampado del mencionado personaje le daba un aspecto cómico a la situación.

—Desde siempre.

El castaño negó con la cabeza mientras quitaba la prenda de las manos de su novio y la dejaba de nuevo en el colgador, tomó al menor por sus hombros y lo obligó —básicamente de una forma poco agresiva— a mirarlo, Niki continuaba con ese gesto infantil de querer hacer berrinche por no ganar la razón, una expresión que solo salía a relucir en esta clase de situaciones junto a su bonita pareja.

—Te voy a regalar algo que de verdad te guste —sentenció el más alto en tono firme.

—Lo dices como si no me gustara esa camisa de Pororo.

SungHoon como respuesta hizo un pequeño sonido al momento en el que chasqueó su lengua y después tomó la mano de su novio para sacarlo de la sección "cute & soft" en la que estaban para llevarlo a una zona más variada de la tienda, una donde la palabra "rebaja" no existiera.

—SungHoon, todo esto es demasiado c-...

—¿Acaso te estoy pidiendo que mires la etiqueta? —Niki negó suave con la cabeza—. Exacto, elige algo.

El pelirrojo suspiró y dejó caer sus hombros ante la terquedad del mayor para finalmente comenzar a rebuscar sin mucho interés las prendas que se mostraban frente a él, solo para complacer momentáneamente a su novio y regresar luego por la camisa de Pororo.

O al menos ese era su plan hasta que una obra de arte apareció ante sus ojos.

El pelirrojo intentó, realmente intentó no emocionarse al ver aquella preciosa chaqueta de mezclilla oscura que llevaba un dibujo bordado de un león en la parte de atrás. Él de verdad intentó fingir que ni la había notado, o que por lo menos no le había interesado. ¿Una chaqueta de mezclilla que cumplía todos los requisitos para ser de su gusto? Meh, mejor estaba aquella camisa estampada de "GOT7".

No obstante se dio cuenta de que había fallado en su misión de "expresión de indiferencia" cuando SungHoon se encaminó decidido hasta una de las vendedoras para pedir la chaqueta en su talla.

Maldito y atento SungHoon.

Luego de unos minutos en los que el pelirrojo se dedicó a pensar en mil y un maneras de compensarle al mayor el dinero gastado, el castaño regresó sonriente con la chaqueta entre sus manos mientras que canturreaba una versión muy desafinada —pero tierna, porque la cantaba él— del típico "Feliz cumpleaños" y le colocaba la chaqueta a su novio como si este fuera alguna clase de súper estrella.

—Perfecto, ahora pareces estrella de rock —afirmó SungHoon luego de llevar al pelirrojo prácticamente obligado hasta un espejo.

Niki se miró en su reflejo y sonrió, pero no por como la chaqueta resaltaba sobre su cuerpo ni por sí mismo y su desbordante felicidad interna, en su lugar era por la brillante sonrisa que SungHoon le dedicaba a través del espejo.

—¿Me dejarías regalarte esto por tu cumpleaños?

—Te diría que no, pero la verdad amo mucho esta chaqueta —confesó Niki, risueño.

—¿La amas mucho? —El menor asintió frenéticamente— ¿Tanto como a mí?

—Hay límites, SungHoon.

El nombrado soltó una baja carcajada y, después de abrazar un momento por detrás a su novio, se dirigieron juntos hasta la caja registradora donde una vendedora esperaba calmada por atenderlos.

—Muy buenas tardes, ¿Cómo puedo ayudarles? —Preguntó educadamente la muchacha de largo cabello azabache con una sonrisa.

—Voy a pagar por esto —explicó SungHoon con una sonrisa de labios cerrados a la vez que señalaba la chaqueta que continuaba vistiendo Niki.

Cuando fue necesario Niki se quitó la prenda para poder escanear la etiqueta, quiso espiar el precio para saber si llorar o no, pero SungHoon se lo impidió al colocar su cuerpo justo en medio de él y el lector en cada una de las ocasiones en las que intentó fijarse.

Terco.

—¿Sabe? —Empezó la fémina su comentario mientras que con cuidado le pasaba una bolsa con el producto ya pago—, puede que haya hecho un pequeño descuento en su compra.

—Oh, ¿De verdad? —Preguntó SungHoon con asombro a lo que la mujer asintió— ¿Y eso por qué?

La conversación aquello acontecía bajo la presencia desinteresada del cumpleañero, quien se encontraba ansioso de tomar la chaqueta en sus manos para colocársela de nuevo y decirle al castaño a su lado una y otra vez que era lo máximo.

Niki miró a la muchacha en el momento justo para notar como esta comenzaba a morder su labio de forma "provocativa" —o extraña, quién sabe— sin despegar su vista de un ligeramente incómodo SungHoon que trataba de ignorar la insinuación que debió aparecer en tres... Dos... Uno...

—Así puedo decirle que como paga me invite un café.

Y allí está.

En ese momento ocurrieron tres cosas.

Primero, SungHoon se permitió soltar una gran carcajada que demostraba toda su incomodidad en el asunto; segundo, la muchacha terminó finalmente de entregarle la bolsa con la chaqueta al castaño sonriendo de forma coqueta; y por último Niki sacó un cupón para un café gratis de su bolsillo, el cual dejó sobre el mostrador con fuerza para hacerse notar, llamando la atención de la mujer y cortando la risa del más alto.

—El Director está muy ocupado, pero acá tienes para un café gratis, es muy bueno el de ese lugar —afirmó el pelirrojo con "amabilidad".

SungHoon —sin saber qué hacer ante la brillante y "honesta" sonrisa de su novio— le dio una despedida cordial a la dama antes de hacer una diminuta reverencia y comenzar a caminar hasta la salida. Instantáneamente después de que SungHoon se alejó lo suficiente la expresión del pelirrojo se tornó oscura.

一Gracias por el descuento, linda. Espero consigas a alguien que no sea mi novio para que te lo pague.

Dicho eso le mostró "amigablemente" una sonrisa de labios cerrados a la muchacha y se fue por el mismo camino que su novio, dejando a la cajera boquiabierta en su lugar al ver como aquel pelirrojo había pasado de sonar amable a ser amargo y luego un sol al regresar con el castaño que le entregaba su regalo de cumpleaños con una sonrisa.

Aprendizaje del día: La gente no es lo que aparenta.

Maratón 5/5