LINTERNA VERDE ch 1

Buenas noches, tardes o días señoras y señores. ¿Cómo están? Yo ando un poco mejor porque en esta semana le hicieron a mi mamá los exámenes requeridos para saber cómo operarla de ese tumor cancerígeno que tiene en el seno izquierdo.

Así qué con los ánimos algo renovados, traigo el segundo pilar del pequeño Multiverso de DC que he querido hacer usando a los personajes de TLH, siendo el primer pilar el fic: "SUPERMAN: EL HOMBRE DE ACERO" que subí a finales del año pasado en donde, obviamente, Lincoln es el último hijo de Krypton y usa los calzones rojos por afuera (Pero eso sí, no hay necesidad de haber leído esa historia para poder entender ésta)

Y como lo dice el Sumary, aquí la protagonista será Lana llevando la capa, digo, el anillo de Linterna Verde. Ya era hora de que continuase con ese proyecto que he dejado paralizado por mucho tiempo, ¿Y qué mejor manera que seguir con esa idea que usando a mi segunda Loud favorita?

Pero claro, no estará sola. Sino que también estará Lincoln dando vueltas por ahí y tal vez alguna de las otras hermanas Loud (Que aclaro, como aquí encarnaran diversos personajes de DC no serían hermanas de sangre ni nada de eso) así que explicado todo, iniciemos.

                      CAPÍTULO UNO: EL PODER DE LA VOLUNTAD

En el aeropuerto de Ciudad Metrópolis un evento de gran importancia iba a llevarse a cabo y todo un gentío quería estar en primera fila para presenciar cada segundo de lo que fuera a ocurrir muy entusiasmados como si se tratase de algo sin precedentes que solo puede verse una única vez en la vida.

-Increíble lo fácil que las personas se dejan asombrar por unas simples volteretas- comentó Ronnie Anne, una de las principales reporteras del Daily Planet, no mostrando la misma emoción que el resto de espectadores, y de hecho, sentía cierto fastidio por estar ahí.

-Nunca cae mal un bello espectáculo para alegrarle el día a las personas, Señorita Santiago.

A su lado estaba Kal-El, mejor conocido en la Tierra como Superman, pero usando sus ropas naranjas de reportero, gafas y peluca castaña para que nadie sepa su verdadera identidad siendo llamado únicamente Lincoln Loud, y qué a diferencia de ella, esperaba con ansias el espectáculo.

-Para ti es fácil decirlo, Villa Chica. Para los granjeros como tú, ver un avión dar piruetas en el arie como si fueran cohetes sin control debe ser la Octava Maravilla del mundo- intentó molestarlo con esta broma, pero solo logró hacerle reír con ironía.

-"Si tan solo supieras lo que es dar verdaderas piruetas por los aires"- negó con la cabeza y puso atención a lo que iba a ocurrir.

Efectivamente, tal y como lo afirmó la latina, en el cielo se llevaba un espectáculo acrobático. Una avioneta de curioso color rosa hacía diversos giros en el aire como si de un vagón de Montaña Rusa se tratase dejando tras de sí una estela de humo de ese mismo color.

Más que un vehículo aéreo, parecía ser un águila por la gracilidad de sus movimientos, era uno con su piloto o que éste se trataba de un ángel surcando el resplandeciente cielo azul.

Todas las personas en el suelo alababan tal pericia y habilidad que ningún otro humano posee y que parece ser de otro mundo, sintiéndose bendecidas por una divinidad.

Pero los halagos que le dedicaban casi se volvieron gritos de horror cuando la avioneta cayó en picada justamente encima de ellos creando el mismo sonido que generaba un avión de combate durante la Segunda Guerra Mundial causando que Lincoln frunciera el ceño y se llevase las manos al pecho para arrancarse su elegante traje e interferir.

No hizo falta porque eso es parte del espectáculo y el piloto enderezó la avioneta cuando estaba a tan solo 20 metros del público, prácticamente rozándoles las cabezas, elevándose nuevamente volviendo a dejar una estela de humo rosa que hizo toser a cada uno de ellos.

Cuando la humareda se disipó y volvieron su vista al cielo descubrieron que todas esas maniobras se hicieron para que esas estelas rosas formaran las palabras: "PRINCESA ROSA"

-"¡Y LA GRAN LOLA GREY DELISLE LO HACE DE NUEVO, DAMAS Y CABALLEROS"- exclamó un presentador mediante un altavoz para así dar paso a los aplausos y ovaciones.

-Como perritos tras su dueño...- negó con la cabeza Ronnie cuando la muchedumbre fue hasta la avioneta una vez que aterrizó -vamos, Villa Chica. Terminemos con esto de una vez- de mala gana se dirigió ahí junto con Lincoln que había suspirado aliviado y se acomodó su ropa.

-¡Señorita Delisle, Señorita Delisle! ¡¿Puede responder algunas preguntas?!- otro reportero se abrió paso entre la multitud para entrevistar al piloto cuando se quitó su casco.

En realidad, se trataba de una bella mujer portadora de un traje de aviador rosa con blanco y cuya cabellera dorada que resplandecía como el Sol que ahora mismo está en el firmamento le llegaba hasta la mitad de la espalda agitándose con el viento con la misma gracia que la avioneta.

-Lo lamento, pero no tengo tiempo para entrevistas- luego de sonreír con enorme prepotencia y arrogancia hacia las cámaras que la filmaban y tomaban fotos, se retiró siendo escoltada por unos guardias para mantener a raya a las personas que la atesoraban gritando su nombre.

-¿Por qué tanta prisa, guapa? ¿Debes ir a que te hagan pediquiur?- solo cuando Ronnie le dijo esta burla fue que se detuvo y giró lentamente para dedicarle una agria mirada.

-Santiago... ¿A qué dedo el dudoso placer de tu presencia? ¿Tu periódico te mandó a entrevistar a una verdadera estrella y no a dichoso "vigilante alienígena" que usa los calzones por fuera?- mientras que la pelinegra gruñó por ese comentario, Lincoln tuvo que hacer el sobrenatural esfuerzo de no estallar en carcajadas.

-No te des tantos aires. Solo me mandaron aquí debido a tu "benevolente" acto de caridad. Porque vas a dar todo el dinero que recolectaste con tu numerito a las personas de bajo recursos, ¿O me equivoco?- la retó para ver que decía ahora que hay mucha gente oyéndola.

-¿Celosa de qué yo sí sé ganarme la vida con mis talentos únicos y especiales y no debo andar de metiche abriendo la oreja para oír cualquier falsedad que digan los demás?- volvió a sonreír con arrogancia haciéndole soltar un leve gruñido.

-Este sin dudas va a ser un largo día...- el Kryptoniano se regocijaba por la "pelea de gatas" que se iba a formar entre ellas dos.

Pero desde un hangar muy alejado del lugar de los hechos, otra persona miró desde el inicio hasta el final espectáculo que la pilota Lola Delisle hizo.

-Sí... sin dudas, tú siempre sabes cómo llevarte todos los aplausos, hermana...

Quien dijo esto fue una mujer casi igual a Lola en todos los aspectos, su gemela, y si no fuera porque sus caras son prácticamente iguales, nadie podría creer que son familiares. Eso se debe a que lleva puesta una gorra roja y un overol de mecánico todo sucio, al igual que su bello rostro, cargando consigo diversas herramientas que utilizaba para reparar el motor de un avión.

Su expresión también distaba mucho de la pilota porque fácilmente se le notaba muy decaída, como si por mucho tiempo ha tenida guardada una gran depresión y angustia que no ha podido superar y que al parecer empeora cuando ve el enorme éxito y popularidad que la otra rubia tiene.

-¡OYE, LANA!- dejó de arreglar el motor cuando otro mecánico la llamo -¡Tienes correo!

Soltando las herramientas, fue hasta él ahora teniendo un semblante de gran emoción al ver que la carta decía: "Editorial DC Comics" lo que hizo que su corazón latiese con la potencia de la turbina de un Avión Jumbo y respiró profundamente para abrirla.

Esa expresión de enorme euforia casi de inmediato se invirtió volviéndose una aún más decadente que la que tenía hace tan solo unos minutos atrás cuando leyó el contenido:

-"Estimada Señorita Lana Griffin Delisle, gracias por enviarnos su portafolios. Tiene talento y apreciamos su esfuerzo y dedicación, pero no es lo que estamos buscando actualmente. Le deseamos la mejor de las suertes y que tenga un buen día"

-Ah... el mismo cuento de siempre- cerró los ojos suspirando pesadamente para hacer bola la carta y tirarla a un lado para continuar trabajando con peor estado de ánimo.

(...)

La noche llegó siendo la hora de descansar para todos los habitantes de la prospera ciudad para que así puedan hacerle justicia a su nombre cuando al día siguiente ejerzan sus diversas labores y aumenten su productividad.

Pero Lana era uno de los pocos que no quería reponer fuerzas y se hallaba ante la mesa de una sala de estudio en dónde tenía la cara apoyada en la mano izquierda mientras que con la derecha dibujaba con lápiz un boceto de algún personaje de historietas, incluso hizo a su alrededor las onomatopeyas que se usan cuando un héroe o villano golpea a alguien.

-¿Es tan difícil encontrar un lugar en dónde sepan apreciar mi arte?- preguntó al aire.

Al terminar su trabajo lo apreció por unos segundos antes de gemir roncamente y también hacerlo bola y tirarlo con furia a un lado para ponerse de pie y retirarse del lugar.

Alrededor suyo hay más bolas de papel que representan la enorme frustración que la consumía, junto con sobres pertenecientes a cartas de otras editoriales que tampoco le quisieron dar la oportunidad de ganarse la vida con lo que más le gusta: los dibujos e ilustraciones.

Un perro dálmata, percatándose de su pésimo estado de ánimo, se le acercó y frotó su hocico contra la pierna derecha gimiendo levemente.

-Sí, Charly, ya sé. Es hora de dormir- acarició su cabeza sonriendo levemente y fue a su cuarto.

Infortunadamente, no lograba conciliar el sueño por más que trataba, ni aun con la compañía de ese Can que dormía a sus pies. Otra muestra más de la enorme angustia que la poseía.

Tenía el antebrazo derecho apoyado en su frente y miraba fijamente el techo, hasta que gruñó y se incorporó para prender una lámpara y sacar de un cajón un álbum fotográfico.

Tiene muchas fotos de ella con Lola desde que eran unas niñas chiquitas y en dónde ya se podían apreciar claramente las enormes diferencias entre ambas y que se mantienen hasta el día de hoy.

En algunas fotos se la muestra jugando en el lodo junto a una rana mientras que a la otra se le veía maquillarse ante un espejo, en otras se divertía dibujando garabatos y su gemela con muñecas montadas en avioncitos.

Tan parecidas y al mismo tiempo tan diferentes.

Era un preludio de lo que serían al crecer y eso se corroboró en unas fotos en dónde eran ya unas jóvenes adultas y cada una sostenía su título universitario siendo el suyo para ser mecánica (estando manchada de aceite y grasa de motor) y la otra sujetando uno de aviadora usando un vestido muy parecido al que portó durante sus acrobacias.

Todo eso le generaba cierta risa a Lana al recordar las cosas que vivió a su lado, hasta que en unas fotos más recientes se mostró como Lola firmó un contrato para ser la pilota representativa del aeropuerto de Ciudad Metrópolis, iniciando así su carrera como celebridad, mientras que en el fondo, muy en el fondo de la imagen, se hallaba ella aplaudiéndole por su éxito.

Siendo ese el inicio de sus tormentos.

Sin dudas vivir bajo la sombra de su hermana pilota por tantos años viendo cómo se llevaba toda la gloria mientras ella solo era una simple mecánica ya le han pasado factura y deseaba con todo su corazón poder hacerse un nombre y recibir, aunque sea, la décima parte de la atención que su gemela consigue a diario ejerciendo también lo que más le apasiona y mostrar ante los ojos de una muchedumbre lo que realmente vale.

-"Sueños e ilusiones... eso es lo que son y lo que serán siempre, meros sueños e ilusiones"- pensó cerrando el álbum y lo dejó en su lugar para tratar de dormir.

(...)

El evento que Ronnie y Lincoln iban a cubrir al día siguiente sería el aterrizaje de un transbordador espacial. Sus ocupantes regresaban de una exitosa misión en el espacio exterior que consistió en analizar un asteroide que iba a pasar cerca de la Tierra y deseaban pronto volver a casa para entregar los resultados de sus pruebas y análisis.

-"Ya estamos volviendo a casa, cambio"- desde las grandes pantallas de la estación podían ver a los cuatro astronautas usando sus trajes espaciales tecleando algunos botones.

-Vaya... siempre que veo esto, se me pone la piel de gallina- admitió la pelinegra algo inquieta.

-Descuida, solo es una rutina de aterrizaje- quiso calmarla Lincoln viéndola extrañado, porque desde que la conoce, siempre ha sido una mujer de fuerte carácter que no se asusta fácilmente.

-Sí, claro. Hablas como si estuvieras acostumbrado a volar por ahí y por allá como un cohete- lo regaño como si de un niñito se tratase y acabara de decir un impropio.

El transbordador seguía su curso tal y como se tenía planeado y poco le faltaba para ingresar a la atmosfera terrestre e iniciar el turbulento y acalorado descenso.

Nadie esperó a que cerca de la Luna se formase alguna especie de portal del que salió otra nave espacial. Tenía forma cilíndrica y era de color gris plomo, pero vista desde la distancia, parecía ser un cometa esmeralda debido a la energía verde que la rodeaba.

Y si se veía de cerca podía apreciarse que está muy dañada, como si acabase de salir de una enconada lucha espacial, no teniendo al parecer modo de corregir su curso.

Rumbo de colisión contra el transbordador.

-¡DROMK!- golpeó su ala derecha arrancándosela por completo y cambiara drásticamente de trayectoria mientras siguió de largo adentrándose también a la atmosfera de la Tierra.

-"¡DIOS SANTO! ¡¿QUÉ FUE ESO?!"- gritó una astronauta intentando en vano recuperar el control mientras en el interior sonó una alarma de peligro acompañada de luces rojas.

Una visión de lo más aterradora para aquellos que los veían desde los monitores al creer que iba a ocurrir el peor de los casos y no podrían hacer nada para evitarlo.

-¿Qué decías sobre que era un simple aterrizaje de rutina?- reprochó Ronnie a Lincoln.

Grande fue su asombro al ver que ya no se encontraba ahí con ellos.

-"¡MAYDAY, MAYDAY, MAYDAY, NECESITAMOS AYUDA, NECESITAMOS AYUDA!"- repetía varias veces uno de los astronautas porque el transbordador ahora está de cabeza y rodeado de una intensa llamarada como un meteorito que acaba de ingresar a la atmósfera terrestre.

Sus súplicas fueron escuchadas por Lincoln, que usando su traje azul y rojo de Superman sin llevar puesta su peluca dejando al descubierto su pelo blanco natural, se posicionó debajo de la nave y sin mayor esfuerzo la enderezó corrigiendo su rumbo.

-"¡VIVA! La trayectoria ha sido retomada y nos dirigimos al punto de aterrizaje original"- todos en la estación entraron en un estado de euforia al ver como el último hijo de Krypton evitó una catástrofe aérea que pudo haber costado muy caro.

Pero, ¿Qué pasó entonces con esa otra nave espacial que salió de la nada?

Resultó ser que no tuvo la misma suerte y no hubo nada ni nadie que evitara que chocase como un meteoro en un bosque cercano a Ciudad Metrópolis creando una larga zanja y ahora dejando tras de sí pedazos de metal retorcido y humeante volviéndose una enorme bola deforme de fierros.

Aun estando prácticamente hecha pedazos, todavía emitía un brillo verde esmeralda cuyo origen era lo que parecía ser la cabina de mando.

En dónde está tendido un alienígena humanoide de piel morada y usando un tipo de uniforme verde con negro que tenía ese mismo brillo pero que se mitigaba poco a poco.

Estaba malherido, casi de modo equiparable a la nave, y creaba un charco con la sangre azul que salía de sus lesiones. Tan mal está, que lo único que podía hacer aparte de respirar agitadamente era arrastrarse de forma lastimera hasta el objeto que creaba toda esa energía.

Una gran linterna verde.

-Debe... mantenerse protegido...- extendió el puño derecho que tiene puesto un anillo que expulsó un leve rayo que al dar contra ese objeto lo desapareció junto con la energía que emanaba.

-Ah... ah...- cada movimiento que hacía era una tortura y con dificultad se quitó el anillo -ve... busca a otro digno de ti... elige... con sabiduría...

Dicho esto, el anillo se elevó ahora siendo lo único que brillaba de color verde antes de salir disparado como cometa saliendo por una de las miles de grietas de la nave perdiéndose en el horizonte, dirigiéndose hacia la enorme ciudad.

Iniciando la búsqueda de un nuevo portador.

(...)

Varios helicópteros sobrevolaban un portaviones en mitad del océano, cuyos tripulantes esperaban el regreso del transbordador estando ya informados de lo que acaba de ocurrirle.

-¡AHÍ VIENE!- avisó uno de ellos al mirar mediante unos binoculares a Superman que despacio descendió del cielo y aterrizó la nave en la cubierta.

-¡ESO ES, BIEN HECHO, LO LOGRASTE!- todos lo rodearon para felicitarlo.

Desde que comenzó a ejercer su labor como vigilante en Ciudad Metrópolis ya hace algunos meses ha conseguido tanta fama y admiración, que su sola presencia bastaba para disipar los miedos e inseguridades de las personas que estuvieran metidas en los escenarios más peligroso y letales que puedan formarse.

Y cada vez que hacía alguna hazaña heroica como la que acaba de hacer, se volvía el blanco de mil y un halagos y palabras de gratitud que lo hacían sentirse un terrícola más que un visitante de otro mundo que pudiera ser repudiado por los habitantes de este planeta.

-Aunque me gustaría responder todas sus preguntas, aún tengo trabajo que hacer. Cuídense, mucha suerte y practiquen su aterrizaje- se despidió de los pasajeros del transbordador haciendo un saludo militar y se dirigió en dirección dónde cayó la nave alienígena.

Porque él sabe mejor que nadie cuándo algo no es del planeta Tierra.

(...)

El anillo verde ya había llegado hasta la congestionada ciudad, moviéndose entre las grandes y elegantes edificaciones intentando hallar a ese alguien digno del poder que contiene.

Revoloteó alrededor de una mujer de la alta sociedad que ni cuenta se dio de su presencia, solo su pequeño perro que empezó a ladrar y al comenzar a correr en círculos hizo que la correa con la que ella lo sujetara se enrollase en sus piernas haciéndole caer y soltara un quejido.

-¡¿PERO QUÉ RAYOS...?!- al seguir su camino, atravesó de lado a lado el periódico que leía el obrero de una construcción.

-¡ATREVIDO!- accidentalmente chocó contra el trasero de una bella mujer, que al creer que la manoseó el hombre que estaba a sus espaldas, le dio buen golpe con su cartera en el rostro.

Parecía ser que ninguno de los ciudadanos sería el indicado de portarlo y solo ha gastado sus energías en vano, hasta que notó algo que le llamó la atención, más bien, a alguien.

Lana había ido a una tienda de refacciones en búsqueda de lo necesario para terminar de reparar ese motor de avión. La cara que tenía era indicio de que a final de cuentas no logró dormir bien y que no se ha podido sacar de la cabeza todos los pesares que tanto la perturban.

Cuando se dispuso a subirse en su camión de remolque, oyó unos ladridos. Al mirar a un oscuro y sucio callejón, vio a un anciano, que parecía ser ciego debido a sus gafas negras y bastón, siendo atracado por un gran y grotesco maleante que lo amenazaba con un puñal.

Los ladridos los producían su perro lazarillo que intentaba espantar al malhechor y defender a su dueño, pero eso no lo disuadía, al contrario, solo consiguió que él le diese una fuerte patada en el abdomen y riera gozando de su agonía.

Acción que la rubia no iba a pasar por alto.

-¡OYE TÚ, JODIDO IMBÉCIL, DÉJALOS EN PAZ!- dejó lo que compró y sin titubear fue a encararlo.

-¡¿A TI QUIÉN CARAJOS TE LLAMO?!- iba a clavarle el puñal apenas ingresó al callejón.

Hábilmente, Lana tomó la tapa de un contenedor de basura y la usó como escudo para defenderse del arma blanca que al clavarse ahí estuvo a tan solo pocos centímetros de su rostro, pero de un rápido movimiento se la arrebató de las manos para conectarle un contundente puñetazo en el estómago y luego uno en la quijada derrumbándolo y finalizó pateándole la cara noqueándolo.

¿Quién dijo que para ser un héroe se necesitan de poderes o habilidades sobrehumanas? Para serlo, solo se necesita de la voluntad suficiente para ayudar a aquel que necesite ayuda.

-¿Estás bien, amiguito?- acarició la cabeza del perro al agacharse y este con agradecimiento le lamió la cara -de nada, ¿Y usted está bien, señor?- le preguntó al invidente.

-Eh... sí, sí. Muy bien gracias a usted, jovencita- será ciego, pero por lo que escuchó, supo que él y su compañero canino ya no están en peligro mortal.

-De nada, fue un pla... ¡AUCH!- gritó al sentir como algo golpeó su nuca.

Al girarse no vio nada, pero al bajar la mirada notó el anillo verde que palpitaba levemente.

-¿Y esto qué es? ¿El premio de algún cereal? No, es demasiado bonito para ser algo como eso- lo tomó viéndolo confundida por el tenue brillo que emitía.

Por curiosidad o porque dentro de su cabeza se manifestó una voz que la alentó, extendió su mano derecha, y luego de dedicarle una última mirada, se lo puso en el dedo medio.

Soltó un gemido de asombro cuando esa mano, luego todo su brazo y finalmente su cuerpo entero brilló intensamente de color verde iluminando todo el callejón ante la mirada atónita del perro que volvió a ladrar mientras su dueño no sabía lo que ocurría.

-¡¿QUÉ ES ESTO?!- aterrada trató de quitárselo.

Pero enmudeció al verse en un viejo espejo. Ya no usaba ese sucio overol, no, ahora portaba el mismo traje verde y negro que tenía ese alienígena que la cubría desde el cuello hasta los pies teniendo en el pecho un símbolo en forma de linterna y en su cabeza ya no lleva puesta su gorra roja, sino un antifaz.

-Que... ¿Qué es esto? ¿Qué fue lo que me pasó?- primero colocó una mano contra el reflejo del espejo y luego se tocó la cara dándose un pellizco en un mejilla para corroborar que no soñaba.

-"Tú eres digno de llevar mi anillo, del poder de Linterna Verde. Úsalo para el bien y nunca flaquees en la misión que se te ha otorgado"- dijo alguien a su derecha, pero no había nadie ahí.

-¡ESE ES, OFICIAL, ESE ES EL TIPO QUE ESTABA ROBANDO A ESE CIEGO Y ESA MUJER LO DETUVO!- apareció de repente un transeúnte acompañado de un par de policías.

-¿Es verdad eso, señorita?- quiso corroborar uno de los uniformados.

-Este... yo, bueno...- no supo que decir por la conmoción, pero al mirarse en ese mismo espejo, descubrió que llevaba sus típicas ropas de mecánica -sí... es verdad- miró la mano en dónde portaba el anillo y se rascó la sien izquierda.

-¡VEN AQUÍ, RATA INMUNDA!- el otro policía esposó al todavía noqueado ladrón obligándole a ponerse de pie para llevárselo de la escena.

-Muchas gracias por su ayuda, señorita. Esta ciudad necesita de más personas como usted que no se quedan de brazos cruzados ante alguna injusticia- agradeció el otro policía palmeándole la espalda y se retiró con su compañero junto con el ciego para tomar su declaración (Cosa difícil debido a su condición)

-De... de nada- no les prestó atención y volvió a verse en el cristal preguntándose si eso fue real o solamente un producto de su imaginación -cielos... en serio debo dejar de oler tanto aceite de motor. Están comenzando a afectarme- fue lo más lógico que se le ocurrió y también se retiró.

(...)

Por su lado, Lincoln volaba y usaba su súper visión para localizar a ese O.V.N.I siguiendo su trayectoria esperando que nadie haya resultado herido.

Detuvo su andar cuando divisó la enorme zanja y destrucción que creó en ese bosque.

Así que usó su visión de Rayos X para examinar su interior y corroborar que hubiera alguien en su interior abriendo mucho los ojos al descubrir al gravemente herido extraterrestre.

-Oh no...- sin demora alguna arrancó el techo de la nave e ingresó para sostenerlo y pasar una mano por su frente -no parece ser de Krypton como yo...- uno de los principales motivos por la que se empeñó en buscar la nave, fue porque tenía la esperanza de que proviniese de su extinto planeta de origen.

-Resista, puedo conseguirle ayuda- amañó con irse cargándolo.

-No... ya... ya es tarde...- al toser mancho de azul la gran S en su pecho -ahora... la nueva Linterna necesitará su ayuda... para detener a Sinestro.

-¿Qué? ¿La nueva Linterna? ¿Sinestro? ¿De qué está hablando?- no entendió a que se refería.

-La actual portadora de mi anillo... Linterna... Verde...

Fueron las últimas palabras que dijo antes de morir en sus brazos e inclinar la cabeza a un lado poniendo los ojos en blanco dejando escapar un gemido final.

El peliblanco llevó una mano a su cara para cerrarle los párpados. Un enorme malestar se formó en su interior no solo porque alguien murió delante suyo sin poder haber hecho nada para evitarlo, sino que ese ser era la única forma de vida perteneciente a otro mundo con la que ha podido interactuar hasta el momento y con la que tal vez pudo crear un vínculo al no ser oriundos del tercer planeta del Sistema Solar.

Tuvo que soltarlo porque su cuerpo se volvió energía verde que se dirigió al cielo, como un alma que se dirige a su lugar de Descanso Eterno, dejando únicamente su uniforme.

-Pobre tipo... ahora debo ver que hago con esta nave y...

Dejó de hablar porque ahora lo que vino de entre las nubes fue un destello amarillo que le hizo cerrar los ojos, y al abrirlos, vio una esfera que parecía ser un mini Sol que se dirigía a él.

No sabía de qué se trataba hasta que desapareció dando vistazo a otro extraterrestre.

Cuya apariencia distaba mucho del anterior, porque si bien su uniforme tenía patrones iguales a los del otro, no era negro con verde, sino con amarillo, y aunque es también un ser humanoide, su piel es rojiza, tiene orejas puntiagudas, pelo negro y un delgado bigote.

Siendo una mirada severa y dura con cero empatía lo que más impactaba de su parte.

-Apártate- exigió con una voz acorde a su porte.

Superman hizo lo pedido y el recién llegado extendió el puño izquierdo, en dónde tiene también un anillo, para expulsar un haz de luz con el que examinó la destruida nave.

-Este... me temo que su amigo a...- con sutileza quiso explicarle lo que pasó.

-Abin Sur no era mi amigo- lo interrumpió y siguió analizando hasta rugir por no encontrar lo que buscaba -no está ni la linterna ni su anillo. ¿En dónde están?- exigió saber.

-Disculpe, pero no sé de qué me está ha... ¡AAAHHH!

Esta vez ese alien lo interrumpió al arrojarle desde ese anillo un rayo de energía concentrada contra su pecho enviándolo contra varios árboles, atravesándolos uno por uno, hasta chocar contra una enorme roca.

-El anillo de poder, dámelo- volvió a exigir ejerciendo más potencia en su ataque causando que esa piedra se desquebrajara mientras más se hundía en Kryptoniano en ella.

-¡YO NO SÉ DE QUÉ ESTÁ HABLÁNDOME!- de un puñetazo, Kal-El desvió hacia arriba esa energía para poder darse un respiro mientras que todo su traje humeaba.

El extraño frunció el ceño y alzó el puño para crear encima de él miles de dagas amarillas que salieron disparadas en su dirección para empalarlo.

Rápidamente, Lincoln lanzó de sus ojos múltiples ráfagas Rayos Láser con las que destruyó cada una de esas estacas evitando ser herido, pero no pudo evitar ser atrapado por una enorme mano hecha de energía amarilla que lo estrujó como si de un insecto se tratase.

-Será mejor que me lo des, si es que aprecias tu miserable vida.

Hizo que esa enorme mano lo aporreara violentamente contra el suelo varias veces creando temblores hasta arrojarlo contra otra colosal piedra.

-¡YA TE DIJE QUE NO SÉ DE QUÉ ESTÁS HABLÁNDOME!

Harto de que lo agrediera sin motivo alguno, Superman tomó ese peñón y fácilmente lo levantó para arrojárselo. Su enemigo se limitó a crear una cierra circular con la que lo partió al medio y ambas mitades pasaron a sus lados volviendo a estremecer el suelo.

-¿En serio no lo sabes? ¿O solo finges ignorancia y estupidez?

Ahora lo que expulsó de esa arma fue una larga cadena con la que lo inmovilizó como si de una serpiente constrictora se tratase para volver a atacarlo con una ráfaga de energía, esta vez con tanta potencia, que le hizo brillar dando flashes de su esqueleto generándole el mismo dolor que sentiría una persona cuyo cuerpo es recorrido por miles de voltios.

-Tal vez no lo tengas...- ya sea porque logró soportar torturas que harían hablar a cualquiera o porque él no mostró tener poderes en base de energía verde, detuvo su acción.

-Pero hallaré ese anillo- apuntó a la dañada nave del difunto extraterrestre y la terminó de destruir al arrojarle una explosiva esfera -y nada ni nadie podrá detenerme- descendió para ver fijamente las llamas que creó y que se reflejaron en sus ojos.

-¡JUA!- Lincoln rompió esos eslabones al extender los brazos haciendo que lo viera arqueando una ceja debido a la enorme fuerza y resistencia que ha demostrado hasta ahora.

-Escúchame bien tú. No sé que quieres o cuál fue tu problema con ese tipo, pero te advierto que no dejaré que causes destrozos en éste plane...

Nuevamente el portador de ese anillo amarillo lo interrumpió al formar arriba suyo un bloque de metal, del tamaño de un rascacielos, que le dejó caer encima creando un último sismo.

-Es tan lamentable que Abin no le haya entregado el anillo a alguien tan fuerte como tú. Habrías sido un digno oponente- creyendo que lo mató, se retiró para iniciar su búsqueda.

Solo pasaron unos segundos para que ese bloque amarillo se agrietara y estallara en incontables pedazos por Superman que lo destruyó al hacer girar su cuerpo como un taladro.

-¿A dónde fue ese sujeto?- quiso saber luego de tronarse el cuello.

-"Kryptoniano, por aquí..."- escuchó una voz y al mirar a los restos humeantes de ese O.V.N.I notó el mismo brillo verde esmeralda que antes lo había recubierto.

Al acercársele notó la linterna que el otro extraterrestre había ocultado. La vio dudoso por no saber que era en verdad, pero a diferencia del que lo agredió, no parecía tener intenciones hostiles al no emanar esa misma aura amenazante, así que extendió una mano para tocarla.

Apenas lo hizo todo su cuerpo fue envuelto por esa energía y en menos de un parpadeo se hallaba dentro de lo que parecía ser una gran sala de juntas que daba vistazo al espacio exterior y a las estrellas, galaxias y demás enormes cuerpos celestes en el horizonte.

-¿En dónde estoy? ¿Qué es este lugar?- cerró los puños creyendo que fue secuestrado.

-"Tranquilo, estás a salvo"- delante suyo se manifestaron cinco seres.

Eran de baja estatura, color azul, cabello blanco y piel arrugada que es indicio de su avanzada edad llevando puestas túnicas verdes y negras teniendo en su pecho ese mismo símbolo en forma de linterna y rodeados por energía esmeralda sentados en altas sillas como si de jueces se tratasen.

-¿Quiénes son ustedes? ¿Son amigos de ese sujeto?- supuso poniéndose en guardia.

-"Descuida, no te haremos nada"- no dejó su estado de alerta cuando le dijeron esto.

-"Somos los Guardianes del Universo"- su expresión de asombro era una que nadie en la Tierra ha visto alguna vez de parte suya cuando recibió esta información.

-"Bienvenido a Oa, Superman"- recupero su desconfianza cuando lo llamaron por su alter-ergo.

-¿Cómo me conocen? ¿Qué quieren de mí?

Tal vez en otras circunstancias estaría de lo más entusiasmado por contactar con otra forma de vida extraterrestre, pero con lo ocurrido con ese individuo de traje amarillo, no podía relajarse y debía suponer el peor de los casos no pudiendo darse el lujo de confiarse.

-"Conocemos todo lo que existe, ha existido o falta por existir en el universo"- respondió uno.

-"Incluyendo lo que ha sido de la vida del último hijo de Krypton"- continuó otro.

-"Y lo que queremos de ti es tu ayuda, claro, si estás dispuesto a prestarla"

Serán extraterrestres muy diferentes a los seres humanos y que al parecer han experimentado emociones y sentimientos incomprensibles para cualquier mortal, pero las expresiones que sus ancianas caras tenían en este instante eran sinceras y no mostraban rastro alguno de mentira, siendo suficiente para que Lincoln, confiando en su intuición, se relajara y dejara de verlos con tanta cautela.

-Supongo que tiene que ver con el sujeto con el que peleé hace un momento, ¿No?- refutó cruzándose de brazos esperando a que siguieran hablando.

-"Exactamente"- crearon delante de él una imagen del alien que murió en sus manos -"Abin Sur, el Linterna Verde del Sector Espacial 2814, ha muerto"- cerraron los ojos y agacharon la cabeza en señal de respeto por el caído.

-"Y ahora mismo, el mundo que has decidido proteger a toda costa, se encuentra en grave peligro por culpa de su verdugo: Sinestro"- esa imagen cambió tomando la forma de ese otro alien.

Lincoln no pudo evitar hacer que sus ojos brillasen levemente de color rojo, casi tentado a lanzarle sus Visión Láser, al corroborar que su amado planeta Tierra está en la peor de las dificultades.

(...)

Al volver a ese hangar, Lana decidió tomarse un descanso de sus deberes para asimilar lo que pasó luego de ayudar a ese anciano ciego y a su perro lazarillo.

Pero más que reflexionar, el tiempo que se tomó lo aprovecho para dibujarse a sí misma, en una pose heroica, usando el traje y anillo que le confirió Abin Sur.

-Bueno, admito que no me veo nada mal así... aunque el verde no es mi color favorito- río un poco y decidió darle algo de sombreado -pero no sé... ¿Si fue real o leer y dibujar tantos personajes de historietas ya me han terminado por descomponer el cerebro?

Vio de nuevo el anillo en su mano derecha y lo acercó a su rostro intentando hallarle algo que no cuadrase solo para enseguida alejarlo cuando produjo una explosión de luz verde, tal y como si de una súper nova en miniatura se tratase pudiendo apreciarse desde el exterior.

-¡¿QUÉ RAYOS FUE ESO?!- tal estallido no pasó de ser percibido por otros mecánicos y demás personas en ese lugar que quedaron ciegos momentáneamente.

Pero el asombro de ellos no podía compararse con el de Lana porque nuevamente tenía puesto ese uniforme siendo envuelta de un aura verde.

-No... no puede ser... ¡ES VERDAD, NO ES UNA ALUCINACIÓN!- miró sus manos y llevó estas a su pecho y a su retaguardia para después quitarse el antifaz y verse bien en el reflejo de un avión.

-¿O realmente estoy enloqueciendo?- movió lentamente su cara de derecha a izquierda sin despegar los ojos de su imagen ahora intentando hallar en ella alguna anomalía.

-¡LANA, LANA! ¡¿EN DÓNDE ESTÁS?!- desvió su atención cuando escuchó los gritos de Lola, asustándose por lo que le diría si la viera vestida de ese modo.

-¡AHÍ ESTÁS! ¡Te he buscado por todas partes!- raro se le hizo que le hablara con naturalidad, como si no tuviera nada fuera de lo usual y eso se debía a que otra vez portaba su ropaje habitual.

-Ah... eh... tú... ¿Necesitas algo, hermana?- quiso saber luego de frotarse los ojos y sacudir la cabeza dándose un golpecito en la frente.

-Se dañó el eje de transmisión de mi avioneta y necesito que esté reparado para la exhibición que haré este sábado. ¡Deja de perder el tiempo y muévete!- le ordenó como si fuera su sirviente y se retiró junto con lo que parecía ser su representante y un estilista que le arreglaba el cabello.

Sin dudas es la máxima representación del ego y la arrogancia.

-Cómo digas, hermanita, cómo digas...- al dedicarle una última mirada a su reflejo, fue a hacer lo que le pidió ya comenzando a temer por su salud mental.

(...)

Tuvo que regresar a Ciudad Metrópolis, pero lo que realmente hizo fue estirar las piernas al caminar por las calles teniendo las manos metidas en los bolsillos meditando la situación.

¿Realmente enloqueció o ahora es portadora de un gran poder que no tiene otra persona? Y si esto último es verdad, ¿Por qué? ¿Por qué ese anillo la escogió a ella? ¿Qué tenía de especial si solamente era una simple mecánica que vive acomplejada por el enorme éxito de su gemela mientras ella no es capaz de hacerse notar aún por más habilidades artísticas que posea?

-Vamos, Lana. Debe haber una explicación lógica para esto. Ni que fueras la protagonista de alguna historia de súper héroes porque eso sería demasiado bueno como para...

Dejó de hablar consigo misma porque vio a una niñita que jugaba con una pelota y cruzó la calle no dándose cuenta de que un camión se dirigía en su dirección. No tenía tiempo para echarse a un lado y el chofer pisó los frenos, pero el vehículo no se detuvo en seco e inevitablemente derrapó.

-¡CUIDADO!- gritó extendiendo hacia adelante la mano en dónde tiene el anillo teniendo el enorme impulso de ir a su rescate.

Deseo que fue concedido porque todo su cuerpo volvió a iluminarse llevando ya puesta el traje de Linterna Verde y antes de tan siquiera poder procesarlo voló como un misil en dirección a la nena tomándola evitando por poco que fuese atropellada.

-¡¿OTRA VEZ?!- al estar levitando en el aire cargándola corroboró que no era un producto de su mente amante de los personajes de tiras cómicas y que realmente tenía habilidades especiales.

Tampoco tuvo chance de volver a apreciarse porque el camión se volcó al intentar hacer un giro cerrado y se deslizó por el asfalto creando muchas chispas hasta chocar contra un árbol. Pudo ver que el conductor está bien y no sufrió heridas graves, pero también vio como el vehículo expulsó combustible que si tenía contacto con esas chispas generaría un desastre mayor.

-¡SALGA DE AHÍ!- cargando a la niña en su brazo izquierdo, extendió el puño derecho creando con el anillo una gran mano con la que arrancó la puerta del pasajero para tomar al hombre y sacarlo poniéndolo a una distancia segura.

Luego de hacer eso vio como el charco de gasolina se agrandó tanto que cualquiera de esas chispas le caería encima, así que por instinto creó alrededor del camión un gran domo que contuvo la explosión que se produjo y que habría lastimado a los transeúntes más cercanos.

-Estuvo cerca...- suspiró pasándose la mano por la frente al desaparecer ese domo.

No supo en qué momento una muchedumbre la rodeó preguntándose quién era y como pudo hacer eso y tuvo un sobresalto cuando el conductor de ese camión le puso una mano en el hombro para darle las gracias por haberle salvado la vida, lo mismo hizo la mamá de esa niña.

Llegó su hora de ser el centro de atención y recibir cientos de alabanzas que la llenaban de un gozo que nunca antes ha sentido, que tanto ha deseado tener y que jamás creyó poder sentir.

Junto con el bono extra de ser llamada también: "Héroe"

-Si esto es un sueño, por favor, que nadie me despierte- sonrió con confianza y no pudo evitar poner los puños a cada lado de su cintura para presumir haciendo una pose heroica.

Al ver el anillo en su puño derecho, quedó confundida porque palpitaba sin control como si intentara decirle algo, mejor dicho, una advertencia.

-Conque aquí estás. Pensé que sería mucho más difícil hallarte- ella y todas las personas que la rodearon fueron sorprendidas por Sinestro que descendió rodeado de su energía amarilla.

-Eh... ¿Lo conozco?- era lo único que se le ocurrió decir no sabiendo que pensar al respecto.

-Mi nombre es Sinestro y tú tienes algo que quiero.

Sin vacilación alguna le apuntó con su anillo amarillo lanzándole miles de dagas como lo hizo contra Superman. Por instinto, Lana se cubrió la cara con los antebrazos creando sin querer un escudo redondo que la protegió, pero algunas personas casi fueron heridas por las cuchillas.

-¡¿ESTÁS LOCO?! ¡¿CUÁL ES TU PROBLEMA?!

-¡GRRR! ¡Dame ese anillo!- exigió acercándosele amenazadoramente.

-¿Este anillo?- miró la poderosa arma en su mano diestra mientras caminaba de espaldas -me gustaría... pero hay un pequeño problema y es que estamos muy apegados- sonrió nerviosa.

-¡QUE ME LO DES!- reclamó intensificando su aura amarilla que llenó de gran terror a todas las personas que habían rodeado a Lana y que huyeron por sus vidas presas del pánico.

Lo que ahora creó para atacarla fue una ancha llamarada que derritió la vegetación y el suelo cercano, pero ella se elevó esquivándolo por poco y contraatacó arrojándole... ¿Una sustancia pegajosa?

-¡¿QUÉ ES ESTO?!- miró con mucho asco lo que lo envolvía.

-¿Qué sucede? ¿Nunca has tenido goma de mascar en el cabello? Toma una eternidad quitársela, lo sé mejor que nadie- tuvo la osadía suficiente para burlarse.

Eso puso de peor humor a Sinestro que gritó creando en su posición una explosión que disipó en todas direcciones ese "chicle verde" para expulsar de su anillo otro potente rayo de energía.

Lana se agachó y un pobre árbol recibió todo ese poder desintegrándose por completo, y guiándose por su instinto de supervivencia, comenzó a volar gritando por su vida.

-¡No ha pasado ni un día desde que ejerzo mi labor de héroe! ¡¿Y YA TENGO A MI PRIMER ENEMIGO QUE ME QUIERE HACER CARNITAS?!

No tenía ninguna experiencia previa en combatir contra seres poderosos y lo máximo que ha hecho para luchar contra las fuerzas del mal es detener a maleantes de poca monta, por lo que lo único que podía hacer en esta situación era volar por los aires esquivando los rayos de Sinestro que cortaban las estructuras como si fueran cuchillos rebanando mantequilla.

-¡SI EN VERDAD ESTÁS AHÍ ARRIBA EN EL CIELO, SÁLVAME POR FAVOR, SUPERMAN!- gritó llevándose las manos sobre la cabeza al evitar por centímetros uno de esos mortales tajos.

Al ver como uno de esos rayos iba a impactar de lleno contra su pecho, cruzó por instinto los brazos delante protegiéndose, pero fue golpeada con tanta fuerza que voló de espaldas chocando contra un edificio, atravesándolo de lado a lado, y al caer en la calle creó una larga zanja parecida a la que formó la nave de Abin Sur.

-Auch... va a dolerme en la mañana...- gruñó sobándose la cabeza.

-Para ti no habrá ningún mañana- sin darle tiempo de reponerse, Sinestro la atrapó con una de esas enormes manos de energía amarilla -ahora dame el anillo.

-Ah... ah... ya te dije que no puedo quitármelo- no podía hablar bien por la falta de aire.

-Entonces yo lo haré, luego de asesinarte- sonriendo malignamente, Sinestro la estrujó.

-Es... ¡ESPERA! ¡¿Por qué no lo discutimos primero?! ¿No vas a exhibirme tus trucos para mostrarme tu superioridad o a decirme por qué haces lo que haces?- creyó que él sería uno de los típicos villanos de historietas que caen en estos clichés.

-No- se limitó a decir no cayendo en esa infantil artimaña y apretó aún más su agarre.

Rugía de dolor y estaba poniéndose azul por la falta de aire, pero tuvo la suficiente lucidez para contraatacar y liberó su brazo derecho para crear un yunque con el que le pegó en el rostro logrando liberarse al hacerle perder la concentración.

-¡MISERABLE!- furioso, formó otro enorme puño con el que le dio un golpe tan fuerte que hizo estremecer a las estructuras cercanas.

Cuando Lana iba a chocar contra otro edificio, creó sin querer un pequeño vórtice en el que ingresó y fue tele-transportado al otro lado de la estructura sin causar más destrucción.

-¡GENIAL! Ya quiero ver qué más puedo hacer.

Recordó la situación de peligro mortal en la que está metida cuando Sinestro le arrojó ahora una andanada de misiles que cayeron a su alrededor generando decenas de explosiones.

-¡Tengo que mantenerlo lejos de las personas para que nadie salga herido!

Se elevó lo más alto que pudo para que los misiles no dieran contra el suelo, pero no podía evitar que varios de estos colisionaran contra las cimas de los rascacielos más altos generando un grotesco espectáculo de fuegos artificiales que era apreciado por casi todos los ciudadanos.

-¡¿ESTÁS GRABANDO ESTO, ZACH?!- preguntó Ronnie a su joven y pelirrojo camarógrafo.

-¡IMPOSIBLE NO GRABARLO!- con una cámara filmó todo lo que ocurría -¡¿Pero dónde está el Señor Loud?!

-¡Una mejor pregunta es dónde está Superman! Es imposible que no esté aquí cuándo Metrópolis más lo necesita- estará presenciando la "pelea del siglo" pero a la latina se le hacía muy raro que el protector principal de la ciudad no estuviera ahí para defenderla.

(...)

-Entonces... ¿Son algo así como policías espaciales?

-"Así es. El cuerpo de Linterna Verde existe para mantener el orden, la paz y la justicia a lo largo del universo"

-"Especies reclutadas de todos los rincones del cosmos han respondido a nuestro llamado"- los Guardianes crearon alrededor de Superman imágenes de diversas razas alienígenas portando el mismo uniforme y sus respectivos anillos verdes.

-"El anillo elige a su portador al ver en él las cualidades necesarias para ser digno de su poder y este poder le es otorgado mediante su linterna personal"- a su lado se materializó la susodicha linterna que lo trajo a ese lugar.

-"Pero lo más importante es el portador en sí y en sus convicciones, y mientras más fuerte sea su voluntad, más fuertes serán las cosas que cree con su anillo. Ese es su verdadero poder, el poder de la voluntad para hacer lo correcto"

-"Y todos los Linternas Verdes que han existido a lo largo de la historia han sabido usar el poder que se les confirió, todos excepto uno"

-Déjenme adivinar, ¿Sinestro?

-"Así es. Cuando decidimos que no estaba capacitado para usar el poder, se lo retiramos"- ahora mostraron una imagen del mencionado llevando puesto el uniforme de esa asociación.

-"Pero él halló otra fuente, el poder amarillo del miedo que se nutre de los temores de quiénes aterroriza volviéndolo más fuerte mientras más miedo tengan sus víctimas"

-"Abin Sur no fue su primera víctima y con cada Linterna Verde que elimina, se vuelve más fuerte"- le mostraron imágenes de las luchas que ese desertor ha tenido contra varios Linternas.

-"La Linterna Verde de tu mundo no tiene idea de lo que es capaz de hacer o como enfrentar a tal amenaza y necesitará de toda la ayuda posible para vencerlo"- le acercaron la linterna.

-"Por favor ayúdala y deténganlo antes de que más inocentes caigan ante él"

-Eso haré, se los aseguro- afirmó con toda seriedad y asintió para volver a tocar el artefacto que lo transportó de regreso a la Tierra.

(...)

-¡ROAG!- Lana creó una gran escapa que chocó contra un hacha que Sinestro hizo para intentar cortarla al medio.

Se batieron a duelo todavía sobrevolando la ciudad y cada vez que el filo de sus armas chocaba producían descargas de sus respectivos colores que caían en todas direcciones amenazando con lastimar de gravedad a todos los ciudadanos.

-No eres digno de portar el anillo de Abin Sur, no entiendo cómo es posible que se lo haya entregado a un fracasado como tú que solamente causa lástima.

Sinestro convirtió su arma en una pinza con la que sujetó y le arrebató la espada y de inmediato la volvió un gran martillo asestándole un brutal golpe que la estampó contra el suelo.

-El cuerpo de Linterna Verde debería darme las gracias por eliminar a un eslabón tan débil de su ya de por sí patética cadena- materializó cientos de cierras circulares.

-¡¿Qué no te cansas de hablar?!- Lana quiso responderle creando otro gran puño verde, pero su anillo ahora lo único que expulsó fueron simples chispitas -¡¿Ahora qué le pasa a esta cosa?!

-Cómo puedes ver, el poder de tu anillo tiene límites. El mío no.

Totalmente seguro de su triunfo, le arrojó todos esos serruchos y lo único que ella pudo hacer fue agacharse haciéndose bolita y volver a cubrirse con los brazos soltando un grito cerrando los ojos.

Pero Lincoln llegó justo a tiempo y la tomó para llevársela volando más rápido con una bala.

-¡SUPERMAN!- una enorme alegría le dio verlo y no pudo evitar aferrarse a él como una princesa rescatada por su príncipe encantador.

-Tengo mucho que explicarte, pero lo importante ahora es alejar a ese tipo de Ciudad Metrópolis- aumento la velocidad esperando que Sinestro los persiguiera.

-¡DE MÍ NO SE BURLA NADIE!- estuvo en lo cierto, y luego arder de la ira, fue tras ellos.

(...)

-Debes estar bromeando, ¿En serio ahora soy un policía espacial?- no podía creer lo que él le acaba de contar una vez que llegaron a un terreno desértico cercano a su aeropuerto.

-Jamás bromearía con algo así. Toma esto- le entregó la linterna de Abin Sur -los Guardianes me dijeron esto era la batería, con ella podrás recargar las energías de tu anillo.

-Entonces... ¿Cómo funciona?- la miró de arriba abajo.

-Tendrás que descubrirlo por ti misma, y pronto- con su súper oído pudo escuchar como Sinestro se les acercaba más y más.

-¡¿TÚ DE NUEVO?!- al verlo quiso atraparlo con otra gran mano zurda.

Esta vez Superman no se confiaría y la esquivó para así darle un puñetazo en el estómago sacándole el aire y escupiera un poco de sangre seguido de varios golpes en su rostro alejándolo al pegarle en la quijada volándole un par de dientes.

-¡AHORA, LANA, USA LA LINTERNA!- la apuró antes de que Sinestro creara dos grandes bloques de metal, uno arriba y otro abajo, para aplastarlo al juntarlos.

La mecánica siguió mirando su linterna sin saber que hacer, hasta que vio su anillo y decidió juntarlo con el centro al susurrar: "Por favor, que esto funcione"

Apenas lo hizo, su cuerpo volvió a ser rodeado por una intensa aura esmeralda y dentro de su cabeza escuchó las voces de los Guardianes del Universo y de los anteriores Linternas Verdes que han portado su anillo que le incitaron a repetir el juramento que todo miembro de la organización debe decir.

-"En el día más brillante, en la noche más oscura, ningún mal escapará de mi vista. Aquellos que veneren el mal, teman mi poder..."

-¡EL PODER DE LINTERNA VERDE!

Finalizó gritando al extender el puño hacia arriba creando una explosión de luz mucho más intensa que las anteriores, tanto así, que pudo apreciarse desde más allá de la órbita del planeta Tierra.

-¡YA TE TENGO!- Sinestro no se había percatado al principio de eso al seguir luchando contra Lincoln, amarrándolo a una gran loza de metal adosada a un enorme taladro.

-Desaparece de mi vista- hizo que el taladro girase para que al incrustarse en el suelo se llevara consigo a Superman hundiéndolo kilómetros bajo la corteza terrestre.

-¡OYE, SINESTRO!- no tuvo tiempo de celebrar su triunfo porque Lana lo llamó.

Al voltearse abrió mucho los ojos porque ella hizo que una gran colina se elevara a cientos de metros en el aire y la usó para golpearlo siendo ahora su turno para volar de espaldas chocando contra las cimas de otras montañas hasta quedar incrustado contra la mitad de una.

-¿A qué te supo eso?- esbozó una sonrisa ladina cruzándose de brazos.

-¡RRUUAAHH!- con un grito colérico, Sinestro destruyó esa loma y se elevó hasta estar a su altura.

-¡¿Ese es tu mejor golpe?!- nuevamente creó cierras circulares.

-¡¿Qué no te sabes otro truco?!

Volvió a huir de él, pero esta vez, volaba de espaldas para así lanzar de su anillo sus propios discos cortantes que chocaban contra los de él mientras maniobraba entre las colinas llegando incluso a pasar por debajo de un arco natural que fue rebanado en cientos de trozos.

Para inmovilizarlo, creó alrededor de sus brazos sogas unidas a unos jets verdes que encendieron motores yendo en direcciones contrarias jalándoselos con tanta fuerza que casi se los arrancó. No desaprovechó la oportunidad y formó docenas de puños esmeralda que impactaron contra su cuerpo como una lluvia de meteoritos.

Sinestro se liberó al crear dos enormes motosierras que cortaron las cuerdas y con las que trató de rebanar a Lana que tuvo que doblar su cuerpo de diversas maneras (ridículas hasta cierto punto) evitando a duras penas sus filosos dientes.

Creó encima suyo unos bloques de metal que partieron las motosierras apenas estas tuvieron contacto con ellos y los unió transformándolas en una locomotora voladora que embistió a Sinestro volviéndolo a mandar contra otra colina.

Ya le estaba "agarrando el ritmo" al juego sabiendo como usar de forma eficiente el don que se le ha otorgado, pero necesitara mucho más que eso si desea vencer a alguien que ya ha asesinado a muchos otros Linternas Verdes en el pasado.

En especial ahora que está más furioso que nunca y creó una gran diversidad de armas, desde ametralladoras, lanza cohetes, disparadoras de rayos y diferentes estilos inexistentes en este mundo que seguramente ha visto en su travesía por el universo durante su misión autoimpuesta por exterminar a los que antes fueron sus colegas.

-¡MUERE!- al señalarla activó todo ese armamento.

-¡AY, MAMÁ!- tuvo que volver a huir, pero ahora, creando una gran hélice sobre su espalda que al girar en el sentido de las manecillas del reloj desvió cada una de esas municiones.

-Pude haberme convertido en el más grande Linterna Verde que alguna vez haya existido.

Formó delante de ella un muro amarillo para que no pudiera escapar, pero no contó con que crearía un taladro con el que lo traspasó de lado a lado, y en realidad, sirvió como escudo al detener todas esas municiones que generaron un también diverso número de estallidos.

-Es por eso que los Guardianes me temían y me quitaron mi anillo, ¡Pero jamás imaginaron que regresaría con el insuperable poder del miedo para castigarlos a todos por lo que me hicieron!

Ahora formó a su alrededor muchos tótems con formas de monstruos demoniacos que escupieron de sus bocas repletas de colmillos intentas llamaradas, pero ella pudo defenderse al crear una esfera que la rodeo por completo e hizo que de ésta salieran expulsadas muchas flechas que acabaron con esas aberraciones.

-Y cuando te derrote y me quede con el poder de tu anillo, seré lo suficientemente fuerte para vencerlos y fundaré mi propia organización que mantendrá el orden en el universo entero, ¡Los Sinestros Corps!

Su último ataque consistió en formar a sus lados dos colosales manos para aplastarla tal y como lo haría una persona con un mosquito. Río ligeramente al pensar que la derrotó al fin, pero las manos empezaron a sacudirse porque Lana, poniéndose roja del esfuerzo, las empujó hasta salirse impulsándose hacia arriba soltando un rugido de poder.

-Si esas son todas tus motivaciones para ser el malo de este cuento, ¡Me decepcionas a lo grande!- le volvió a hacer burla y se enderezó para acercársele.

Esta vez lo atacaría directamente y concentró todas sus fuerzas en el puño derecho y Sinestro hizo lo mismo enfocando toda su energía en su puño izquierdo dispuesto a darlo todo.

-¡PUUUUUUMMMMMM!

El choque de puños libero tanto poder que evaporaron las nubes en el cielo raso, desintegraron por completo las montañas cercanas y estremecieron todo el terreno de forma aterradora y como nunca antes se ha visto ahí, siendo el equivalente a dos meteoros colisionando entre sí.

Sus respectivas auras verde y amarilla brillaron como brazas al forcejear por intentar empujar al otro. Rugían de igual magnitud y parecía que cualquiera podría ganar la contienda, hasta que Sinestro rompió su impulso al patearle el mentón y después mandarla a volar de nuevo al golpearla con una maza con picos.

No teniendo como detenerse, Lana siguió de largo hasta caer en el aeropuerto en dónde Lola había hecho sus acrobacias, más en específico, chocando contra el aeroplano de ella creando una enorme explosión.

-De todos los lugares en dónde pude haber caído... ¡¿Tenía que ser justamente sobre el avión de Lola?!- intentó ponerse de pie, pero ya estaba demasiado herida y cayó de rodillas y apoyando las manos en el suelo tosiendo mucha sangre -si no me mata este desgraciado... ¡ELLA LO HARÁ!

-Deja de divagar y prepárate para morir- palideció cuando volvió a apuntarle con otra gran diversidad de armas.

Sería su fin si no pensaba en algo rápido, ¿Qué iba a ocurrírsele a su mente amante de las tiras cómicas y afligida por siempre sentirse por su hermana gemela?

-¡ESPERA, ESPERA! Está bien... está bien... tú ganas, me rindo- enarcó una ceja cuando ella se dio por vencida y agachó la cabeza luego de agitar las manos.

-El anillo- exigió extendiendo la mano zurda.

Obedeciendo, Lana se quitó el objeto y su traje de Linterna Verde desapareció volviendo a usar sus sucias ropas de mecánico y Sinestro lo atrajo para ponérselo en el dedo índice izquierdo.

-¡AL FIN ES MÍO!

Gritó eufórico para soltar una maligna carcajada que iba de la mano con su apariencia de demonio que ha salido de las propias entrañas del Infierno cuando su aura volvió a parecer ardientes flamas que traían consigo los gritos de aquellos que ha privado de la vida sin piedad alguna.

-Es momento de hacer justicia verdadera y restaurar mi orgullo una vez que...

Su celebración fue interrumpida porque el anillo de Lana explotó literalmente en su cara cayendo al suelo quedando igual de herido que ella.

-¡CAÍSTE REDONDITO, DIABLO SIN CUERNOS!- volvió a mofarse la rubia usando de nuevo el uniforme de Linterna Verde.

Ese anillo era en verdad una mina y todavía lleva puesto el que recibió por parte de Abin Sur y no desaprovechó la oportunidad para hacerle pagar por todo el daño que ha causado al golpearlo de todas las formas que conocía y que haya aplicado tanto en la realidad como en las viñetas que alguna vez ha hecho (llegando incluso a exclamar los sonidos de las onomatopeyas)

-¿Querías el poder de este anillo? ¡PUES TÓMALO!

Materializando una linterna de veinte metros de altura, colocó el puño derecho bajo su mentón obligándole a verla a los ojos para tomar impulso golpeándolo y enviarlo hacia esa estructura y cayera en su centro.

-¡AAAHHH UUUAAAHHH! ¡OOORRRGGG!

Gritaba en agonía igual a como lo haría un humano que cae dentro de ácido corrosivo, retorciéndose al sentir que ardiente magma recorría cada vena en su interior y su anillo amarillo palpitaba rápidamente desquebrajándose al experimentar una pisca del dolor que le ha generado a otros siendo su hora de sentir el verdadero terror.

Todo terminó cuando la gran linterna estalló alzando una enorme nube de humo verde que al disiparse por una fuerte brisa arenosa del desierto reveló a un casi muerto Sinestro tendido en el piso con su traje amarillo hecho girones removiéndose levemente ya no representando amenaza alguna.

-Es... es imposible... derrotado por alguien que apenas y a usado el anillo... que humillante.

-Eso se debe a que cometiste el mismo error que cometen los malosos cuando creen que ya han ganado: subestimar al héroe- restregó Lana suspirando aliviada, quitándose el antifaz y frotarse los ojos pudiendo darse un muy necesitado respiro.

-¡TRONK!- casi se cae cuando el suelo a su alrededor fue traspasado desde abajo por un gran taladro, que era en verdad Superman que al liberarse surgió desde las profundidades de la tierra girando nuevamente como un tornillo.

-¡El anillo, hay que quitárselo!- sin demora alguna fue hasta Sinestro, lo despojó del arma que se alimenta del miedo y la destruyó al cerrar el puño del que salieron descargas amarillas de entre sus dedos.

-¿Toda esta locura terminó al fin?- Lana tocó con el pie al malvado temiendo que fuera hacer una sorpresiva arremetida cuando bajaran la guardia.

-"Te equivocas, jovencita. Esto es solo el inicio"- miró en todas direcciones cuando escuchó esta voz, y como pasó con Lincoln, impresionada quedó cuando fue transportada ante los Guardianes del Universo.

-"Agradecemos tu labor, pero aún te queda mucho trabajo por hacer en tu Sector 2814. Sinestro no es la única amenaza suelta por el cosmos"- vio como esposaron con cadenas y grilletes verdes al mencionado tele-transportándolo a un sitio en dónde sería enjuiciado por sus actos.

-¿Me están pidiendo que viaje por ahí y por allá en el universo para enfrentarme a más locos súper poderosos como él? No estarán hablando en serio...- cierto temor le dio cuando vio las agrias miradas que los longevos aliens le dedicaron.

-¡DIGO! Debe existir alguien más capacitado para este trabajo, alguien... ¡Cómo él!- señaló a Kal-El.

-No, gracias. Con mis propios poderes tengo suficiente- aunque le ofuscaba un poco que quisiera echarle todo el costal de tal responsabilidad, no negaba la risa que le dio su reacción.

-"Si el anillo te eligió a ti, Lana Griffin Delisle, es por una muy buena razón. Los anillos nunca se equivocan a la hora de elegir a quiénes consideran dignos de su poder"

-Pero solamente soy una simple mecánica que en su tiempo libre dibuja siluetas delirantes y sueña con personajes de ficción, robots y monstruos y muchas locuras más que desea tener la misma fama y reconocimiento que su hermana gemela- ante sus "argumentos" los Guardianes compartieron la misma expresión de fastidio, incluso uno de ellos apoyó la cara en una mano.

-Paso mi vida en un mundo de fantasía lejos de la realidad.

-Entonces eres la adecuada para tal cargo- Superman, ya también algo exasperado, le puso una mano en el hombro sonriéndole con confianza.

Eso le hizo entender que sus "fantasías delirantes" en combinación con su gran imaginación, mentalidad amante de los comics y compromiso de ayudar a aquella persona que esté sufriendo algún trato injusto le daban todos los requisitos necesarios para ser digna de formar parte de la asociación de los Linternas Verdes.

Así que vio su poderosa herramienta y luego a los Guardianes que le sonrieron de esa misma forma confiando que ejercerá muy bien su labor. No pudo evitar dejar volar su dichosa gran imaginación al pensar lo que podrá hacer de ahora en adelante.

(...)

-Entonces... ¿Algún consejo sobre esto de ser héroe?- le preguntó al Hombre de Acero mientras volaban por el universo de regreso al planeta Tierra.

-Bueno, en verdad no llevo mucho más tiempo que tú en este oficio. Pero creo que sí puedo darte un par de consejos... Linterna Verde- al llamarla de este modo le decía que oficialmente ya era un súper héroe como tanto ha soñado serlo.

-Soy todo oídos, Superman, pero primero...- formó en su mano derecha una gorra, igual a la que usa normalmente pero de color verde, y se la colocó -¿Qué tal? Me veo más genial, ¿No?

-Claro que sí. Ahora escucha, una de las cosas más importantes que debes hacer es siempre mantener bien oculta tu verdadera identidad, porque si los malos la descubren, podrían...

Y así fue el bautizo de una nueva defensora tanto de la Tierra como del universo entero, ¿Y por qué no? Una posible compañera para el último de Krypton que seguramente le echará una mano en su eterna lucha contra las fuerzas del mal.

Capítulo uno completado el 27/02/2022.

Eso fue todo. Primero que todo, quiero darles las gracias a todas las personas que me han apoyado en todo este tiempo por el asunto de mi madre enferma. En caso de que hallan por ahí personas que no sepan de que hablo, es que a ella le detectaron un tumor cancerígeno en el seno izquierdo hace no mucho tiempo.

Parece ser tratable y se lo descubrieron a tiempo, y lo más seguro es que la operen a medianos de Marzo para quitárselo antes de que empeore. Por lo que les pido de corazón a todos que recen en su nombre, Sandra Janet Saa, para que todo salga bien y sin complicaciones.

Con respecto a este fic, me gustó bastante escribirlo. No solo porque me ayuda a distraer mi mente de los problemas de la vida, sino porque desde hace bastante tiempo que no hago una historia con temática de héroes y villanos llena de luchas encarnizadas entre el bien y el mal.

Mucha risa me dio escribir las partes graciosas, en especial las referencias e ironías al mundo de los comics XD y si alguien es de los años 90 como yo, se habrá dado cuenta que para hacer esto me basé en la vieja serie de "Superman: La Serie Animada" más en específico en el episodio en dónde aparece Linterna Verde.

Aunque eso sí, a diferencia de mi fic de "SUPERMAN: EL HOMBRE DE ACERO" en donde no cambié mucho siendo casi igual a lo mostrado en esa vieja caricatura, aquí si tuve que cambiar muchas cosas, después de todo, Linterna Verde en este cuento tiene una hermana gemela (Y como lo anuncié en los PM de Fan Fiction) será de mayor relevancia más adelante además de que Lana se gana la vida siendo mecánica en un aeropuerto y no trabaja en el Daily Planet.

Dicho todo esto, me despido, gracias nuevamente por su apoyo, y que tengan un buen día.

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