Capítulo 3.



Una de las primeras lecciones que Taehyung recibió cuando era un adolescente fue que jamás debía de enfrentarse a un hombre lobo enojado.

Siquiera mencionarlo era un chiste. Una broma de mal gusto. Las personas y los pocos brujos que habían sido arrasados por hombres lobos enojados no habían terminado para nada bien. Las posibilidades de sobrevivir a un embiste de tal tamaño eran más que bajas.

Para suerte de Taehyung, él fue más o menos prudente y acató al orden de pie las reglas. Así que jamás tuvo un enfrentamiento con un hombre lobo enojado. Al igual que jamás había estado en una manada.

Pero Taehyung ya estaba en una manada, o eso creía al menos, se recordó. Y por ende, ahora estaba frente a un hombre lobo enojado.

Bueno, decir un hombre lobo fue una gran mentira. Taehyung estaba frente a docenas de hombres lobos enojados. Enojados tampoco. Ellos estaban feroces, hambrientos.

Echando el tiempo cinco minutos atrás, Taehyung se preguntó qué acción había desencadenado tal reacción. No pudo hallar una respuesta.

—Quédate aquí — ordenó una voz.

Correcto. JungKook.

JungKook estaba a un lado de él, tomando su brazo con fuerza tensa y sus ojos destellando en llamas. Él le miró como si Taehyung fuera un niño pequeño y tuviera que explicar todo cuidadosamente.

Taehyung se volvió hacia él.

—¿Qué?—

JungKook soltó una maldición antes de ponerse frente a él y agacharse a su altura. JungKook fue más alto que Taehyung. Taehyung frunció el ceño.

—Quédate aquí, iré a ver qué sucede— fue una orden silenciosa, más que una orden en realidad. Instinto protector Alfa de lobo, le recordó el vínculo.

JungKook se marchó tardíamente cuando Taehyung asintió lentamente. Hubo una lucha interna en sus ojos pero al final JungKook se alejó.

Si Taehyung tuviera que decir lo que estaba sucediendo sus ojos se desviarían al desastre total que era el terreno de los Jeon.

Habían cuatro árboles ardiendo en llamas a su alrededor, otro ya estaba totalmente consumido y había ceniza alrededor, un hombre lobo transformado y tumbado sobre el césped. Taehyung no quería descubrir si solo estaba inconsciente o estaba... Muerto.

El peso de esa realidad cayó sobre Taehyung. Había un hombre lobo posiblemente muerto. Tirado a metros de él. Esto no era un simple incendio.

Tarde, Taehyung escuchó un grito y después un alarido de dolor. La piel se estremeció contra su nuca. Cuando Taehyung enfocó su vista él miró a un hombre a medio transformar con las garras fuera totalmente aterradoras, rasgando el cuello de un lobo totalmente transformado.

Taehyung podía ser bueno siguiendo las reglas y acatando órdenes, pero él definitivamente no podía quedarse quieto y de brazos cruzados. Se suponía que él era un brujo con jodida magia. Para eso había sido integrado a una manada, para protegerla. No para quedarse viendo cómo todos eran derrotados.

Tomando valentía e intentando reactivar su magia perdida, Taehyung caminó hacia el sendero de la muerte.

El humo se extendió sobre su nariz, y los gritos y el sonido de los huesos crujiendo tapó sus oídos. Taehyung jaló los hilos débiles que tenía con los integrantes de la manada Jeon y tiró más fuerte. Él encontró al primero.

Era una mujer. Estaba arrimada contra un árbol, respirando pesada y lentamente. Ella tenía una herida abierta en el estómago y otra en la pierna. La sangre salió a borbotones de ella. Taehyung tuvo que contener la bilis que subió por su garganta.

Este era su trabajo, carajo.

—Hey, hey—llamó él para distraerla del dolor. Sintió la angustia a través del hilo.—Vas a estar bien, solo respira. Yo me encargaré de ponerte a salvo—

Taehyung no registró si ella le entendió o no, pero no podía perder más tiempo. Así que él respiró hondamente y cubrió la herida del estómago con sus manos. La tela de su blusa a medio destruir estaba húmeda, Taehyung hizo presión sobre la herida con la esperanza de detener la hemorragia.

Ella era una loba fuerte, solamente necesitaba el impulso de la magia de Taehyung para recuperarse.

Ese fue el problema.

Taehyung no podía sostener su magia. No sabía cuánto le había afectado un vínculo mal hecho, y su actual vínculo inestable también drenaba gran parte de sus fuerzas. Taehyung ni siquiera sabía dónde comenzaba su magia y dónde terminaba, si es que aún seguía ahí.

La mujer gimió de dolor. Detrás de Taehyung un golpe sordo estremeció su espalda y tuvo que contener la mirada. El ruido de los golpes, y los aullidos y las llamas entorpecieron a Taehyung.

Él no podía con esto. No estaba listo para ser el brujo de una manada. No una como la Jeon, al menos.

Si este era su primer día –y probablemente último–, como brujo de la manada Jeon, Taehyung no quería saber cómo serían los demás días. Lo bueno era que no habían demás días.

Cuando Taehyung sintió la sangre seca en sus manos él intentó una vez más. Tiró de la cuerda débil de su magia y buscó lo más mínimo para ayudar a la mujer.

Estaba ahí, dormida y adolorida. Solamente tenía que...

El cuerpo de la mujer comenzó a recuperar su calor corporal habitual poco a poco y ella respiró mejor cuando una pequeña chispa de magia saltó hasta la herida. Taehyung respiró con ella.

Él la ayudó a ponerse de pie y juntos caminaron hasta estar lo suficientemente lejos del caos. Los músculos de Taehyung comenzaron a doler, ella una mujer lobo, jodida locura. Ella probablemente pesaba más de lo que Taehyung hacia.

—¡Chaeyoung!—

Un suspiro de alivio abandonó sus labios cuando otro hombre se acercó a ellos. Taehyung hubiera estado a la defensiva dado el caos que era su alrededor, pero él reconoció el hilo que los unía a los tres como manada. Taehyung dejó a la mujer con el hombre y comenzó a buscar más hilos.

Ella estaría bien. Pero Taehyung no estaba seguro de su propio estado físico y mental.

El segundo hilo que Taehyung encontró estuvo a un rincón del bosque. Era un muchacho. No podía tener más edad de la que Taehyung poseía, pero fue demasiado tarde para él. Cuando los ojos del muchacho se cerraron, Taehyung perdió la conexión de su hilo.

Taehyung se aseguró de dejar protegido y escondido el cuerpo. Cuando Taehyung terminó él aún no creía que realmente estaba escondiendo el cuerpo de un hombre muerto. Muerto.

Sus entrañas se removieron. Entonces, un pensamiento surgió desde el fondo de su mente. JungKook. JungKook. JungKook. JungKook.

JungKook debería de estar bien. Su vinculación podría haber sido un accidente, pero JungKook aún seguía siendo su pareja y el siguiente Alpha de la manada Jeon. La integridad de JungKook debía estar entre sus prioridades.

Así que dejándose llevar por el tirón de su reciente vínculo de apareamiento, Taehyung lo siguió. Sus piernas caminaron por sí solas, una comezón desde el fondo de su pecho. El ruido y las sombras pronto se volvieron más espesas, los jirones de los demás hilos de manada atados a Taehyung ardieron y quemaron. Ellos estaban muriendo.

Pero un brujo sin magia no era nada. Taehyung había sido nada durante mucho tiempo, algunas personas se lo recordaron en su juventud.

Cuando un cuerpo pesado y grande chocó contra él, Taehyung cayó de trasero a la tierra. Él se sintió mareado por el golpe y un escalofrío recorrió su espalda. Cuando enfocó su vista, Taehyung miró a un gran lobo café oscuro frente a él.

No era manada, dijeron sus sentidos

No. Manada.

El lobo gruñó y avanzó hacia él, imponente y con ganas de destruir cuellos. Al parecer, el cuello de Taehyung sería el siguiente.

La respiración de Taehyung se atascó. Sus palmas se enterraron en la tierra y las hojas secas bajo él. Miró a su alrededor. No había nadie quien pudiera ayudarle, todos demasiados concentrados intentando salvar sus propias vidas.

Los ojos del lobo frente a él se convirtieron en rojo vivo, rojo hambriento y avanzó otro paso hacia él. La saliva escapando de su hocico y el pelaje hecho jirones y sucio de sangre. Este gran lobo café ya había terminado con la vida de otros grandes lobos. Lobos que habían pertenecido a la manada de Taehyung. Lobos que Taehyung debió de haber protegido. Ahora ellos ya no estaban.

La mano de Taehyung alcanzó una rama, delgada como el brazo de un niño y vieja. Él la tomó con fuerzas, si no intentaba nada para sobrevivir terminaría siendo un cobarde. Y Taehyung verdaderamente no quería morir.

Entonces, el lobo se abalanzó hacia él con un rugido estremecedor, Taehyung alzó la rama y encestó un golpe con todas sus fuerzas. Él golpeó al lobo en la cabeza. El lobo gruñó y se enfureció. Ni un solo rasguño, ninguna herida a la vista. Taehyung estaba muerto.

Cuando el lobo estaba verdaderamente cabreado e hizo ademán de encestarle un gran mordisco, su cuerpo rodó a metros de Taehyung y se golpeó en la tierra seca con un lamentable aullido.

Taehyung saltó un momento en su lugar antes de volver la vista hacia el frente. Edson Bennet estaba justo delante de él, con espasmos y cubierto de sangre. Sus ojos estaban cubiertos de un halo azul eléctrico y tenía una herida abierta a lo largo de su antebrazo.

Edson Bennet había estampado a ese gran lobo que había estado a punto de destrozarlo, aún cuando Edson estaba herido. Una ola de gratitud se deslizó a través de Taehyung. Edson le miró bajo los ojos cansados y se apresuró a él, levantó a Taehyung de la tierra.

—¿Estás bien?— dijo Edson esporádicamente.

Taehyung no estaba exactamente bien, pero no podía decirle eso a un Alfa lobo que acababa de salvarle el culo. A Edson ni siquiera le importaría si Taehyung estaba bien o no, incluso después de salvarlo Edson tendría que encargarse de todo el desastre a su alrededor.

Taehyung apretó los labios y asintió lentamente.

—Gracias. ¿Sabes qué está sucediendo?—

Edson divagó el lugar con los ojos, una mirada preocupada y tensa en sus ojos y los músculos rígidos bajo su ropa. Su herida aún goteaba sangre y Taehyung no podía utilizar su magia para apresurar el proceso de sanación.

—No tengo idea. Ellos aparecieron de la nada y mataron a mi padre—

Un nudo apareció en la boca del estómago de Taehyung. ¿Habían matado al Alpha Bennett? Al padre de Edson. Taehyung podía no conocer a Edson de nada, pero incluso Taehyung aún lloraba cuando se acordaba de su madre muerta.

No podía imaginarse cómo se sentiría Edson justo ahora; estaban en un confrontamiento del que no sabían nada, Edson estaba herido y ni siquiera debió de haber tenido el tiempo de llorar a su padre.

Todo esto fue tan injusto y sin sentido y malo. Caótico.

— Lo siento —, soltó Taehyung sosteniendo una mirada comprensiva en Edson. Él asintió rápidamente.

Cuando un sonido grueso y destrozado crujió a través del bosque, Edson empujó a Taehyung hacia un lado y lo mantuvo a salvo. Un árbol quemado había cedido ante el fuego y terminaba de consumirse en el suelo. Un par de aullidos cantaron a lo lejos.

Antes de que Taehyung pudiera decir más, Edson le tomó del brazo en un agarre fuerte y apretado y le dijo:

—Sal de aquí, no es seguro— y Edson se fue.

Taehyung se quedó de pie por cinco segundos exactamente en un intento frustrado de ser rebelde e intentar ayudar a los que estaban luchando contra otros lobos-rebeldes-que los habían atacado-sin razón alguna. Pero, una vez más, sin magia Taehyung no podía hacer nada.

Así que tiró una vez más del vínculo que lo unía a JungKook y rogó que él estuviera bien.

Después de atravesar los cuerpos inertes sobre la tierra y tragarse la bilis un montón de veces, el vínculo tembló y una necesidad creciente cruzó el pecho de Taehyung. Entonces, entre el humo del bosque y los sonidos de huesos rompiéndose tras su espalda, Taehyung encontró a JungKook a unos metros delante de él.

A su lado, había un cambiaformas transformado en un gran lobo gris de patas blancas. Su enorme cabeza estaba doblada en un ángulo casi imposible y tenía los ojos abiertos de par en par. Muerto.

Taehyung tragó y se acercó lentamente. Los hombros de JungKook se tensaron y una respiración honda se escuchó. Taehyung no pudo descifrar si fue suya o de JungKook, pero lo siguiente que supo fue que él ya estaba tirado sobre los brazos de JungKook como si Taehyung fuera una sensible esposa que había extrañado a su adorado y querido esposo. No supo cuán diferente fue de la realidad.

—¿Estás bien?—Fue JungKook quien preguntó entre su apretado abrazo.

Taehyung se apretó en él. Intentando calmar la intensa picazón que tenía en la piel. Era extraño y raro dado que JungKook y él no se conocían pero había algo que los obligaba a sentirse atraídos. Bueno, Taehyung no estaba siendo exactamente obligado a sentirse atraído hacia este hombre fuerte y duro, pero era más que una simple atracción.

Los efectos del vínculo de apareamiento. Se recordó otra vez Taehyung. Este no era él. Taehyung no se abrazaba con cambiaformas lobos que no parecían tener cuidado de cómo lucían para los demás.

Al diablo, pensó Taehyung y seguidamente asintió fuertemente para después apretarse aún más a JungKook quien era un músculo tenso y rígido a su lado, como si verdaderamente no quisiera estar abrazado a él. Pero lo estaban.

—Hay que irnos—alguno de los dos dijo.

Taehyung se encargaría de sentirse terriblemente mal y culpable después. Había visto varios cambiaformas muertos en la última hora y había tenido que esconder el cuerpo de un muchacho–niño él mismo. Se merecía un pequeño descanso.

Se merecía a un jungKook firmemente apretado contra él, mientras avanzaban rápidamente para dejar atrás el caos. 


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