Capítulo 46
El miércoles, fue día de limpieza. Al menos para mí, ya que mamá sigue en el hotel, y todavía no le tocan vacaciones. Me tomé muy en serio el trabajo, porque corrí la heladera, camas, e incluso cambie de lugar algunas cosas, para intentar hacer un ambiente un poco más nuevo. El jueves vino Sasha y comimos juntas, mientras después nos hacíamos mascarillas caseras y nos untabamos la cara con ellas. Ambos días hablé con Thomas, justo antes de ir a dormir, porque me dijo estar ocupado con los últimos papeles para la universidad. Y si bien nunca me gustó hablar por teléfono, me sentía más cómoda a medida que pasaban los minutos. Hasta que tuvimos que cortar, porque él hablaba cada vez más bajo, y terminó quedándose dormido.
Sasha se quedó a dormir, y ya es la mañana de viernes. Ella está en la cama que es de Francis, todavía durmiendo boca abajo, mientras yo reviso Facebook, red social que tengo más que abandonada. Y como me aburro, voy a YouTube a ver videos de recetas faciles, porque mi estómago comenzó a rugir hace media hora. Termino muriendo por omelette con jamón, tomate, y queso. Porque sí, para la hora que nos levantamos ya es mediodía.
Después de ir al baño, me pongo con eso. Intenté despertar a Sasha pero me soltó un gruñido, así que preferí cocinar sola. Mi único acompañante es Hulk, el cual se dedica a mirarme con ojos esperanzados de que algo caiga al suelo.
—Demonios.
No hay jamón. Y necesito jamón, porque ví esa receta y tengo un tremendo antojo de que lo tenga.
Así que termino cambiando mi ropa por completo, poniendo a Hulk la correa, para ir a por el condenado embutido. Tenemos un pequeño negocio cerca, así que la cosa no es muy tardada, y para cuándo volvemos, mi amiga sigue en la misma posición.
Después de varios minutos, mi celular vibra, y es una videollamada del rubio. Acepto y coloco el teléfono apoyado en un frasco de galletas sobre la encimera, mientras sigo en lo mío.
—¿Qué estás haciendo? Quisiera que la tecnología fuera un poco más lejos y pudiera dejar pasar los aromas —pregunta, con voz lejana.
Está en su escritorio, con sus gafas puestas, y parece escribir algo. Tengo que concentrarme en el omelette, porque la imagen me hace babear. Siempre me encantaron los hombres con gafas de leer, con ese aire intelectual.
—Bueno, intento el nivel de omelette que estaba en la receta de Youtube, aunque creo que era demasiado delicioso para imitarlo.
—Oh, bueno, suerte con eso —dice, mientras sigue escribiendo. Mientras pongo en la sartén la preparación para el segundo, el cual no sé si Sasha piensa probar, él vuelve a hablar—. Estoy intentando terminar mi presentación para el primer día, porque me dijeron que es bueno redactar algo, en caso de necesitarlo y no saber que decir. Quiero liberarme de todo, así me quedo libre durante el verano.
—No había pensado en eso, creo que voy a hacerlo también. —Asiento, girando para verlo todavía concentrado—. Hum... Me preguntaba... ¿Tu madre no tiene problema con que vayas a Bills hoy?
—Mi madre no sabe de eso. Están trasladando las cosas a mi apartamento, desde ayer. No planeo seguir bajo su techo, y menos pedirle permiso para salir. —Sus ojos claros siguen siendo brillantes aún a través de una pantalla. Él baja sus gafas un poco, en modo seductor, a lo que sonrío—. Esta noche es para nosotros dos, morocha.
Siento un poco de olor a quemado, y volteo a la sartén, para ver el omelette un poco pasado de cocción, dorado de más. Me apresuro a ponerlo en el plato y disimulo que me ha distraído:—No es una locación muy romántica, lo que tengo en mente...
—Romántica, no creí que dirías esa palabras algún día —Ruedo los ojos, aunque no puede verme porque sigue en su papel—. No importa, la cosa es que estaré ahí a la hora acordada.
Escucho pasos en el pasillo, y Sasha aparece en sus shorts de dormir, con sus trenzas acomodadas en un moño arriba, y rascando su trasero:—¿Qué es ese olor a quemado? —pregunta, y yo quiero lanzar la espátula a su cabeza—. ¿Quién es? Oh, hola, florecita.
Thom deja su trabajo y voltea a la pantalla, mirando a mi muy dormida amiga:—El claro ejemplo de la pereza y flojera en una sola persona —dice él, negando con la cabeza—. Buenas tardes, Reina Anchoa.
La veo rodar los ojos y dirigirse a los omelette con deseo. Toma el que está bien hecho y comienza a devorarlo. Yo me limito a comer el quemado y coloco el celular sobre la mesa.
—Hulk está acosandome —Se queja, mientras lo mira—. No puedes comer esto, claro que no —dice con voz aguda hacia él.
—¿Así le hablas a Jasón? —Ríe el rubio, y su risa se escucha diferente por teléfono.
—A veces —La voz vuelve a ser la misma—. No finjas ser el duro de aquí, porque recuerda a quien le pediste ayuda para tu romántico plan de la pintura.
—Eso no es tan cursi. —Se justifica.
—El pintar a la chica que te gusta si que lo es —Sasha se ríe, y Thom abre los ojos fingiendo dolor, y termino uniéndome a las risas.
...
Para eso de las siete, la chica de trenzas se encuentra maquillándome, porque dice que no soy tan buena como ella con las sombras de colores oscuros. Mi outfits compuesto por un crop top negro, y pantalones símil cuero con tachas, van perfectos con las sandalias que elegí, porque Sasha quería que usará tacones aguja, a lo cual me negué rotundamente, debido a que pensaba bailar. Además, como que ya me siento demasiado llamativa, y esos zapatos eran demasiado. Para mi cabello hice dos trenzas cocidas.
—Creo que deberías llevar esos zapatos. No tienes límites a la hora de vestirte, aprovecha ese cuerpazo —insiste, rebuscando en su bolsa con maquillaje.
—Quiero divertirme, y con esas cosas no voy a poder.
—Hoy el baile no importa, solo que atrapes a ese chico de una vez —Me río, mientras me pone iluminador en los pómulos, a lo que tiene que detenerse.
—Creo que ya le gusto y unos zapatos no van a hacer la diferencia.
—Aveces eres demasiado testaruda. —Niega, y termina con mi rostro al fin.
La imagen que me devuelve el espejo me deja conforme. No es como suelo ir vestida, pero creo que esta noche es diferente a las anteriores. Y quiero sorprenderlo, al igual que esa vez en el baile.
—A pesar de que no seguiste mis recomendaciones de ponerte esa mini falda roja, el corpiño de encaje y los zapatos de tacón, te ves bien.
Ella quería que yo saliera prácticamente desnuda, cosa que negué de inmediato. No tiene nada de malo que alguna chica quiera irse así, pero no soy tan de ese estilo. Me gusta estar descubierta, pero también me gusta dejar ciertas partes privadas a a imaginación. Aunque admito que me gustaría ver la cara de Thomas si me viera con eso.
Lo que resta de los minutos no las pasamos hablando acerca de las trabas que yo digo tenemos para llevar a cabo una relación. Ella me dice casi lo mismo que mamá, acerca de no adelantarme a cosas que aún no han pasado. Y es que me cuesta demasiado.
—Debes vivir y dejar de pensar, es lo que te digo siempre. Eres lo suficientemente fuerte como para enfrentar a esa mujer, o quien sea que moleste luego, ahora solo debes aprender a relajarte.
—¿Ustedes tres se complotan para decir lo mismo siempre, no?
Ella sonríe y aplica un poco de brillo para labios:—Puede.
Son las ocho cuando escucho un motor fuera. No es el sonido suave del deportivo, es más como un ronquido. Así que Sasha me obliga a descender las escaleras, sin parar de repetir que olvide cualquier estupidez esta noche. Al abrir la puerta a la calle, vemos un coche antiguo, de color verde, para nada parecido a sus vehículos anteriores. Es lindo, pero no demasiado llamativo.
El rubio sale y mientras da la vuelta hacia nosotras, da dos palmadas al capot, con alegría.
Hasta que sus ojos me barren de pies a cabeza.
Sus mejillas se ponen sonrojadas, y quiero morir de ternura por haberlo puesto nervioso.
—Iba a decir algo acerca del coche, pero creo que ya me olvidé —dice, y sus ojos tienen las pupilas muy dilatadas.
—Ew, mejor yo me voy —Sasha sonríe y nos saluda a ambos.
—¿Quieres que te llevemos? —pregunta el rubio, sin siquiera mirarla.
—Nah, tomaré el bus, estoy a poco de casa.
Ella desaparece con rapidez y yo me siento un poco más tímida sin ella aquí. Quizás porque él me sigue mirando, y de una forma para nada disimulada. Tengo que admitir que me agrada, pero también siento demasiados nervios, cosa que se me hace extraña, ya que suelo vestir así de vez en cuando.
Solo que hace mucho no sentía algo así por mi acompañante.
—Vamos a ese club, porque no quiero estarte desgastando —sonríe, y me pregunto cómo hace para seguir coqueteando aún sintiéndose inhibido. Supongo que ese es un llamativo rasgo de su personalidad.
El auto es confortable en su interior. Hay un aroma a fragancia masculina, que se intensifica cuando toma asiento a mi lado, y cierra la puerta. Una tentación de aspirarlo me invade, así que juego con mis dedos, mirando por la ventana. Creo que a cada minuto que paso con este chico mi personalidad se va a cualquier parte.
Él pone la llave pero antes de girarla, voltea a verme y dice:—Mentiría si dijera que mi autoestima y ego no subieron al estar con una chica tan hermosa en mi coche ahora.
Lo miro, y en sus ojos casi no hay rastro del celeste que está en el día. Son más oscuros y brillantes, supongo que es por la falta de luz, pero eso no importa, porque son aun más hermosos que lo usual:—Tú también te ves bien. —Mi voz es rasposa, y los nervios comienzan a cansarme.
Cuando acerca su rostro al mío, y creo que va a besarme, actúo según mis desesperados labios, porque hasta los frunzo esperando. Sin embargo, él se ríe y niega con la cabeza. Mi rostro arde, y mi dignidad volvió a caerse de nuevo.
Maldito rubio irresistible.
—Acabas de arruinarlo —murmuro, fingiendo estar enojada.
Thom eleva una sonrisa divertida y aún a centímetros de mi rostro, susurra, de una manera que me derrite:—Te quiero. Te quiero y espero que esto pueda seguir así porque me encanta. No me importa nada más que nosotros podamos continuar sin importar un demonio lo que pase a nuestro alrededor. Creo que puedo ser un buen novio para ti y estoy seguro de que lo serás para mí...
Y por más de que no quisiera besarme o se estuviera haciendo el difícil, en ese momento no puedo más y lo acerco hasta juntar nuestros labios en nuestro primer beso de novios. Porque aunque él no sabe que siquiera acepté su indirecta con preposición a medias, estoy segura de que podremos llevar esto adelante.
Cuando se aleja, tiene los ojos abiertos de par en par:—¿Acabas de aceptar esta propuesta que no había terminado de pronunciar?
—Es culpa de ese perfume que estás usando—digo con seriedad, a lo que se ríe oliendo su camiseta azul. Y como toda una acosadora de mi reciente novio, acerco la tela a mi nariz y aspiro el olor, causando sus carcajadas.
—Creo que voy a usar esto más seguido.
No caigo en el hecho hasta que él vuelve a acercarme y nos volvemos a besar. Voy a reclamarle, pero entonces noto que acabo de aceptar ser su pareja, y todo lo que mi madre y Sasha me han dicho surgió efecto sin que pudiera pensarlo. Por primera vez en la vida actúe por lo que en realidad quería y se siente bien. Todo se siente demasiado bien en este preciso instante.
Su mano sobre la mía mientras nos dirigimos allá, su mirada y sonrisa de lado cuando nos detenemos en el cruce, y el casto beso que deposita en mi frente al llegar.
Todo toma un color diferente cuando admites algo que tienes guardado hace tanto tiempo. Y sin agregar el perfecto novio que rodea mi cintura al bajar del coche:—Bien, entremos ahí —dice, paseando su mirada, buscando el local.
Me gusta como disimula que se encuentra emocionado por nuestra relación formal, porque sus manos frías y levemente sudadas, asi como sus mejillas todavía rosadas lo delatan. Foster puede ser rápido para las palabras, pero se pone tan nervioso como yo e incluso peor ante las muestras de afecto. Así que antes de bajar las escaleras a Bills, cuando la música nos permite todavía hablar, pincho sus mejillas y me río con su temblar de labios:—Eres adorable, por más que intentes disimular.
Rueda los ojos y unos pasos después, la música es tan fuerte, que mis pies y cuerpo entero rebotan. El hip hop nos recibe, y el guardia de la puerta mira a mi acompañante de arriba hacia abajo, pero al vernos de la mano, no nos impide la entrada. Quizás sea porque es blanco y tiene aspecto de nunca haber visitado un lugar así, o quizás porque su ropa está demasiado planchada, como para ser el chico más prolijo del lugar.
...
Y ahora amenme por hacerlos novios al fin! 7u7 jajajaja. ¿Cómo reaccionaron? ¿Se lo esperaban? 7u7 Peyton se fue toda potra a su cita 7u7 jaja okey, me calmo con la carita suculenta.
Las amo demasiado ♥️
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