Capítulo 31

Estábamos saliendo con Sasha de mi casa. Había venido a prepararse, y mientras nos arreglabamos, mamá veía una película con Francis, el cual se quejaba de que nos habíamos puesto demasiado perfume.

Jason nos espera en la puerta y ambas subimos al coche. Él tiene rap a todo volumen, y eso hace que no podamos hablar mucho durante el viaje. Y pensar que no quería ser mal tercio, pero aquí estoy. Justo atrás de la feliz pareja que va tomada de la mano, mientras yo miro mis fotos con Hulk.

—¿Seguros que podemos entrar gratis? —pregunto, sintiendome rara por asistir a un club en el medio de Manhattan.

—Si, ya les dije que soy amigo del dj.

Frunzo el ceño al ver el lugar. Bueno, después de todo estamos hablando de una zona muy chic de Nueva York, así que no me extraña tanto. Pero como dijo Jason, así va la cosa, y entramos gratis. La ambientación del lugar está muy buena, y notó que no se parece mucho a los lugares que solemos ir nosotras con Sasha. Porque los clubes cerca de mi zona no son muy lujosos, ya saben. En cambio aquí, las cosas parecen estar sin escatimo de gastos, con buen sonido, y suelo en el cual podrías reflejarte.

—Creo que es fresa, pero no demasiado —le digo a Sasha, que se me acerca para poder oírme.

—Lastima la música —grita, y yo siento un poco decepcionada.

Esta no es mala de por sí, pero es más pop y alguna que otra remixada por ahí. Así que sin muchas ganas, me limito a sentarme en una mesa del rincón.

—Iremos a bailar, ¿segura que no quieres venir?

—No, vayan ustedes, no me siento muy inspirada —respondo, haciendo un ademán.

—Vuelvo enseguida.

Los dos se pierden en la multitud, y yo me limito a quedarme con el celular. La verdad es que no tenía para nada ganas de salir. Si bien me encuentro contenta, casi en las nubes por haber sido aceptada, creo que el plan no me entusiasmaba del todo. Es un club demasiado diferente, con gente diferente y música que no acostumbro bailar. Si ritmo no me motiva, ese es el problema. La mayoría de las personas son denominadas fresa, y no es que eso me moleste, pero no me siento muy cómoda con el estilo del lugar.

Sonrío porque me siento tanto como en la canción Here de Alessia Cara que quisiera escucharla.

Y así pasa, canción tras canción, y cuando creo que voy a irme afuera a llorar mi aburrimiento, escucho un tema que me anima por completo. ¡Ese es el ritmo que quería! La reina del hip hop sale de mi, y me levanto, mientras escucho silbidos de varios, mientras unas chicas rubias pasan por mi lado con fingido horror. Al rato de empezar a bailar, una batalla se arma en la pista y suelto silbidos animando, a lo que una castaña frunce la cara con desprecio, como si hubiese escupido o algo así.

—¡Eso es negro! ¡Acabalo! —le grito a Jasón, que se enfrenta al otro haciendo un freestyle  muy bueno.

Al rato la gente vuelve a lo suyo y  no dudo en bailar como tanto me gusta, así que busco a Sasha y no la encuentro. La muy perra desapareció, y yo por fin que estoy bailando. Sin importarme, sigo sola, y cierro los ojos para disfrutar el único momento bueno de la noche. Un chico se me pega y para no quedar como antisocial finjo seguirlo, aunque solo duro dos minutos, porque la verdad es que no quiero insinuarme con nadie. Y él parece buscar otra cosa. Oh sí muchachito, a mi no me engañas.

Para mí suerte, al finalizar ese tema, le sigue otro y entonces puedo seguir bailando. Sasha aparece al final de este, cuando comienza el tercero. Le pregunto con la mirada, pero ella solo me niega con una sonrisa. Supongo que habrá ido a besarse con Jason, no sé porque estaría feliz y fingiendo ocultar algo, así que ambas seguimos bailando juntas, a lo que se nos suma su novio y los tres nos divertimos lo que resta de la noche.

...

—¿Qué dices? Pero si acabamos de salir y ya quieres planificar otra salida.

Son las cuatro de la mañana y mi amiga me insiste para ir mañana al centro comercial, también de Manhattan, después del mediodía. El auto está aparcado frente a mi edificio, y solo quiero entrar a dormir. ¿Qué le había agarrado de querer salir después de una noche de fiesta? Usualmente nos la pasaríamos durmiendo lo que resta de nuestras vidas, y más ella, que había bebido cinco vasos de contenido dudoso.

—Que te digo que quiero esos zapatos rojos de taco plateado. No tomé tanto, seguro si me acuesto apenas llego me levanto sin ningún problema —dice, como si fuera la cosa más obvia del mundo.

—¿Y no puedes ir con él? —señalo a su novio, que casi se está durmiendo en el asiento del conductor—. En serio planeaba dormir hasta tarde y luego mamá quería ir a casa de mi abuela para contarle la noticia de Juilliard.

—Será solo un rato, no seas así. Prometo probarmelos rápido y después volvemos juntas, hace mucho no veo a tu abuelita.

Suspiro hastiada y asiento, poniendo el pequeño bolso en mi hombro, para abrir la puerta.

—Gracias por traerme, nos vemos mañana.

Bajo del coche y subo las escaleras del edificio con rapidez, porque tengo un poco de frio y estoy cansada. No la pasé tan mal como pensaba, la música comenzó a variar después de eso, y todo el lugar se divirtió un poco más. No es que esté mal bailar pop, pero aveces se necesita diversidad para la diversión de todos. Y ahí, no éran solo chicos fresas que se avergüenzan de escuchar música aveces denominada como "de barrios bajos". Algunos nos divertimos con eso, por lo tanto amé al dj que dió para todos.

...

Viajamos en el bus con Sasha. Me está contando de que no dejo a Jasón venir, porque era salida de chicas, así que me alegré un poco de que no perdiera esos detalles para conmigo.

—Así que ahora te gusta comprar en lugares más sofisticados —digo, dandole un empujoncito con el hombro.

Bajamos y comenzamos a caminar hasta el centro comercial que ella dijo.

—No, bueno quizás si, pero es solo porque me gusta variar un poco. Nueva York es muy grande como para que nos quedemos en la misma zona.

Asiento dandole la razón.

—Por cierto, ayer con Jason decíamos que la batalla no fue la gran cosa. Un chico dice que le dijo cómo que era algo casi épico, porque nunca había visto una de esas en vivo, por así decirlo. Y yo me reía porque si tan solo fueran a Bills, quedarían en shock.

Bills es el club más conocido, bueno uno de los más conocidos por los chicos de nuestra zona. Ir ahí solían ser nuestros planes para el fin de semana, donde eran puros enfrentamientos de rap, breakdance y esa onda.  A los doce años, cuando apenas empezaba a conocer de todo eso, mamá no quería que fuera, bueno en realidad no sé me hubiera permitido la entrada, pero a medida que íbamos aparentando los dieciocho, la cosa se terminó haciendo real.

La primera vez que fuimos fue con la hermana de Sasha. Nosotras dos estábamos casi con la boca abierta por todo. Había chicos fumando hierba, chicas muy provocativas, y verdaderos contrincantes que se aferraban a rimas de lo más sorprendentes para ambas. Y si bien mamá no gustaba mucho de esos lugares para mí, aveces me dejaba ir con la condición de que no tomara nada, que volviera para más tardar las tres, y siempre en coche. Así que la hermana de Sasha nos llevaba en el suyo y luego nos dejaba ser, porque vaya a saber donde se iba.

Todavía recuerdo cuando conocí a mi ahora ex novio en ese lugar. Me había quedado impresionada por su round y me acerqué directa y sin vergüenza. Sasha se reía en la esquina, y yo me sentía una completa perra. Por dios, era demasiado inmadura en esas fechas, mil veces más que ahora. Me hizo probar drogas, y con él experimente casi todo. Me creía la mejor de todas, yo hacía lo que todas las demás chicas de mi edad, y mejor, así que era algo que me enorgullecía por completo.

Con eso descuidé mis estudios, dejé el baile y me dediqué a hacer estupideces con mi estúpido novio, mayor que yo por cuatro años, y sus amigos. Íbamos por la calles siendo ridículos, creyéndonos los reyes de Brooklyn.

Y pensar que en realidad sólo era una adolescente presa de lo que la presión te lleva a hacer. ¿Qué te gusta bailar y no vas a clubes de mayores? ¿Qué haces la tarea y no te acuestas con nadie? ¿Tampoco probaste la marihuana? Cansada de todo eso me di cuenta que no eran más que mier*** que te meten en un molde. Me gusta ir a clubes, claro que sí, pero ahora lo hago porque quiero, y no porque me lo digan los demás. Y si, soy una negra de clase baja que estudia en Juilliard, ¿tiene eso algo de malo?

Gracias a Dios aprendí a dejar de guiarme por todo lo que imponían mis compañeros. Mi madre había tenido razón todo el tiempo.

Paso el brazo por encima de los hombros de Sasha y le digo:—Creo que te quiero.

—Duh, obvio que sí.

Noto que ella me toma de la mano y no entramos a el condenado centro comercial. Hay música clásica, y pinturas expuestas en las paredes.

Una exposición de arte.

...

La dedicación que se viene es para KinJCau la cual es una de las primeras en apoyarme siempre. Muchas gracias linda ♥️.

Ahora, con respecto a la historia... 7u7. El capítulo que se viene, bueno, LOS capítulos que se vienen son bombas de pura dinamita 7u7.

¡Gracias por todo su apoyo!




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