Capítulo 30

Todo ha terminado. Siento una mezcla de emociones cuando todos tiramos nuestros gorros de graduación hacia arriba. El cielo se tiñe de azul oscuro por un segundo y muchas manos se alzan al cielo como si estuviéramos a cámara lenta. Se escuchan las risas, los grupos de amigos se abrazan y los padres felicitan a sus hijos con entusiasmo. El clima de New York ha cambiado de un frío intenso a esos primeros días de calor, en donde buscas la primera sombra para refrescarte.

Nosotros tres también nos abrazamos. Ah, debo admitir que hasta se me pusieron los ojos lagrimosos. Bárbara lloraba directamente, ella si no se retenía.

—No puedo creerlo, estoy en un trance de felicidad extrema. ¿Por qué no lo festejamos hoy por la noche? Me dijeron que el bar ese de las luces está muy bueno —dice la rubia, moviendo su cabello a un lado.

—Claro, me parece bien. Y... ¿ya les di la buena nueva? —Ambos me miran expectantes, así que continúo—. Me aceptaron.

De nuevo me abrazan y Julián nos estrecha de manera tan ruda que Barb se queja, y termina empujándolo.

—Te pasas de amor. —Y luego voltea hacia mi—. En serio, no te das idea de lo feliz que nos pone.

—Gracias, creo que me siento demasiado bien por haber logrado lo que siempre quise, al igual que ustedes. Porque, de eso se trata todo esto. ¿De qué sirven tantos años de preparación para ser infeliz en tu nueva oficina?

—Exactamente, rubio, mejor no lo podrías haber dicho.

Rubio. Y pensar que han pasado casi cinco meses y todavía sigue pareciendome ayer. Me pregunto como estará pasándola ella en estos momentos. Me la imagino abrazando a Sasha, quizás a su madre. Tendrá su cabello suelto y estará tan feliz de haber terminado esta etapa. Y pensar que yo podría haber estado ahí, ambos en el mismo lugar, sacándonos estúpidas selfies. Volveré a repetir que la extraño muchísimo.

—Eh, hola, tus padres te están llamando —Julián mueve una mano por delante de mis ojos y vuelvo a la graduación. Asiento, todavía extraño, y comienzo a caminar hacia donde ellos me esperan, junto a los cuatro guardaespaldas a una distancia prudente.

Papá mueve los brazos, entusiasmado, y a su lado mi madre lo regaña por ser poco educado. Ella está toda de blanco, tan pulcra y limpia, que resalta entre la multitud. Su cabello siempre perfecto, junto con sus labios rojos, dejando más que claro a todos el que Holly Foster, la esposa del sujeto más humilde, pero rico de Brooklyn, ha vuelto.

—Ven acá y abrazame, campeón.

Extiendo mis brazos hacia él, mientras me da palmadas en la espalda, haciéndome soltar algunas lágrimas. Amo tanto a papá que agradezco siempre el que se muestre presente en cada aspecto de mi vida. Claro que no es perfecto, pero sé que se esfuerza por sacarnos a flote en todo el mundo que nos rodea, lleno de sujetos como los que tuvimos que conocer a lo largo de los años.

—¿Un abrazo para mamá?

George me suelta y veo sus ojos lagrimosos. Le doy unas palmadas en el hombro y también abrazo a Holly. Aunque esta vez no de manera fuerte, ni tampoco llegando al punto de lagrimear. Solo le doy un abrazo que capta los flashes de algunas cámaras a la distancia. No puedo evitar pensar en lo que ella hizo, y todavía hace, porque mis cosas siguen vigiladas por igual. Aveces me pregunto cuando demuestra cariño sincero, y cuando lo hace para los medios.

—Tengo que darte una buena noticia. —Mi padre habla, así que me incorporo para mirarlo—. Frank quedó extasiado con tus obras. ¡Estarán en la galería del próximo sábado! —Abro los ojos porque no puedo creerlo—. O sea, eso es mañana.

—¿Mis pinturas expuestas en una exposición?

—¡Así es!

Grito de felicidad y siento que todos me miran. No me importa, ¡claro que no! Vuelvo a gritar y siento la adrenalina correr por mis venas. Mamá me hace un shhh, y entonces vuelvo a abrazar a mi padre.

—Gracias, gracias, gracias.

—Y me dijo que la chica era la mejor —susurra, para que Holly no pueda escuchar.

Al volver a alejarme, le dedico una gran sonrisa. No sé como sentirme en lo absoluto con respecto a esto. Quizás bien porque puedo admitir que presenté una de mis mejores obras. O quizás mal porque mi musa inspiradora está perdida por algún rincón de Nueva York.

...

La música está tan fuerte que no puedo evitar sentirme atrofiado. Nunca me sentí demasiado cómodo en lugares así, pero los chicos dijeron que el bar estaba de moda, y que debía salir de mi cueva depresiva, así que aquí estamos. Julián por cierto, no está solo, ya que de su brazo va colgado la rubia que dije lo tiene por el piso. Barbara es de lo más fanatica por bailar, así que no tarda en perderse entre la multitud de cuerpos.

Por mi parte, me limito a caminar hasta la barra, con las manos en los bolsillos, sintiendome invisible por completo. Cada uno está en su mundo, sea cual sea, y yo pido un gaseosa de naranja. El sujeto de la barra frunce el ceño, cosa que me avergüenza un poco, pero termina pasándome la lata. Y es así como las canciones pasan una a una, hasta llegar a un tema que vuelve loco a mitad del lugar. Otros se quejan, y se retiran con fingido asco.

Música que solía escuchar hace cinco meses atrás, cada día. Sonrío al ver que muchos chicos negros e incluso algunos blancos gritan y se meten al medio de la escena.

Se mueven disfrutando cada minuto. Se mezclan entre ellos y se detienen para ver momentos buenos de alguno. De repente, todos se apartan porque uno de ellos comienza a girar en el suelo y todos silban animandolo. Para poner más acción a la cosa, se suma otro chico, el cual lo mira con desprecio y el otro finge darle una oportunidad para demostrar. Se desenlaza una mismísima batalla de freestyle, con pasos de breakdance, y todos se vuelven locos. Me uno a los silbidos.

—El chico de la derecha es el mejor —le digo, a una chica de trenzas a mi lado.

—Si, es mi novio.

Asiento encantado y volteo un poco para verla.

Es Sasha.

—Hey, ¿qué haces aquí? —pregunto sorprendido, aunque un poco feliz de volver a verla. Su cabello trenzado tiene pequeños detalles plateados, y tiene una especie de vestido dorado.

De forma automática, empiezo a buscarla. Sé que está en alguna parte.

—Supongo que festejando la graduación y todo eso. Y no la busques, no quiere tener nada que ver contigo —dice, casi gritando, ya que no podemos escucharnos bien.

Sin embargo, mis ojos logran captarla, cuando la batalla ha terminado. Está bailando sola, lleva puesto uno de los que una vez dijo eran brallets. Sus rizos se mueven libres y sonríe sin mostrar los dientes, siguiendo el ritmo en su mente.

Es una diosa.

Minutos después, un chico de atrás se le acerca, y ella se une no demasiado contenta de que prácticamente la esté acosando. Mi mandíbula se mueve a un costado y apreto los puños para no levantarme en ese mismo instante.

Me acerco un poco más a Sasha y me mira con la boca fruncida y la ceja alzada. Debe odiarme porque abandoné a su amiga, pero en serio puedo explicar todo lo sucedido. Así que le digo:—Puedo explicar todo, y estoy segura que no es nada de lo que ella piensa. Así que, por favor, no quiero que le digas que me viste hoy, y menos que hablamos. Solamente necesito un favor...

La veo mover su cabeza a un costado y luego me toma de la muñeca, sacándome del atestado local. Afuera está un poco más fresco que adentro y la cosa mucho más tranquila, así que la música queda apenas silenciada.

—Mira, florecita, no te pienses que voy a ayudarte para que vuelvas a destruirla. Esa negra de ahí, es una chica tan fuerte, que puede seguir sin ti con un poco más de tiempo. —Vuelve a fruncir sus voluminosos labios brillantes, y luego mira hacia un costado, como si estuviera pensando. Quiero maldecir por lo que me está diciendo, pero también reír porque su forma de ser es demasiado intensa. Luego vuelve a hablar—.  Aún así, pienso que es muy terca y deberían haber hablado las cosas, antes de terminar así. Bueno, entonces, te escucho. Sé breve, porque tengo ganas de seguir bailando.

Ruedo los ojos y enarco una ceja.

—Está bien, es fácil...

...

Voy a estar dedicando capítulos al final con una nota especial para cada uno. La próxima dedicación es para POF0429. ¡Gracias por tu apoyo siempre! Tus comentarios me hacen reír mucho jajaja. Esta no va a ser la última, así que la próxima será para alguien distinto ♥️

¿Vieron que se viene lo bueno? Yo les dije 7u7.



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