Capítulo 20

Tres semanas después.

El tiempo pasa y no tiene compasión para nada. Aunque en realidad, no pasaron demasiadas cosas diferentes a los días anteriores.

Thomas siguió acudiendo a las clases, pero a veces su madre le dice que vuelva. Patt apareció sin darnos más problemas, aunque eso suele ponerme nerviosa. Sasha, por su parte, sigue con su chico, y planean continuar. Ah, y Hulk orinó en la puerta de la vecina, y la mujer nos gritó de todo menos que éramos buena gente.

Por mi parte, intento mantener las notas altas, en caso de que alguna universidad decida tomarme. Susan dice que mis ahorros están un poco escasos, pero será suficiente para la inscripción. Aveces intento no pensar demasiado en todo eso, porque comienza a dolerme la cabeza. Sería mi sueño poder seguir haciendo lo que tanto me gusta. Bailar, escuchar música a diario, convertir la rutina en algo apasionante.

Nos encontramos en viernes. El día de la semana en donde mi humor sube a las nubes. Además faltan tan solo unos minutos para salir. Tampoco es como que tenga unos planes maravillosos, pero el escapar del instituto ya es buena idea.

Suena la campana y soy la primera en levantarme. El profesor me ve con aburrimiento, y al rato todos me siguen, yéndose de la habitación. Thomas se une a mí, y ambos salimos dando un largo suspiro.

Sasha aparece trotando.

—¡Esto sí que es bueno!

Ella también se alegra en demasía cuando llega su descanso. Thomas hace un silbido, para luego decir:—¿Y que planes tan maravillosos tiene, Reina Anchoa?

—Ni más ni menos que pasar el rato con Jason. No creo que ustedes sean más originales, ¿o sí?

Ruedo los ojos, y respondo:—No creo que planeemos besarnos.

Y luego un calor sube a mi rostro. Maldigo en voz baja, a lo que Sasha ríe como loca.

—Eso solo lo saben ustedes.

Esquivo el tema como la mejor, y nos encontramos despidiéndonos.

Con el rubio, nos dirigimos a donde todos los martes y viernes. La situación con la clase ya es buenísima, porque los niños se adaptaron a su compañero, el cual los sobrepasa en fuerza y altura. Aún así, lo ayudan tanto, que  es uno más, y cada vez mejora su ritmo y coordinación. Aunque insisten que deberíamos ser novios y Will aprovecha cualquiera de sus rimas para demostrarlo.

Al llegar, todos están dentro con Kim, que los puso a calentar, así que se mueven hacia cualquier parte.

—¡Buenas tardes!

—¡Buenas tardes, profesora! Y Thomas.

—Eso sonó como saludo de sobra —dice él, mientras finge caminar con desgano a saludarles.

Mientras tanto, digo hola a Kim, mientras preparo las cosas para hoy.

—¿Has visto éstas?

Dejo el estéreo sobre la mesa y tomo las dos entradas que me tiende. Son azules, y hay una banda tocando Jazz con las siglas "Noche de aniversario 50". En letras cursivas dice algo como "Convocatoria a todos los amantes del Jazz. Noche de gala." Son para mañana por la noche.

Guau, es increíble, debieron salirte muy caras.

—Para nada. Paul es mesero ahí, ¿recuerdas? Le dieron cuatro gratis. Creí que te servirían dos de esas a ti también —dice, para luego guiñarme el ojo.

—Ay, no, en serio, es demasiado amable de tu parte. Además, ¿a quién podría invitar? No tengo... —Kim rueda los ojos y me interrumpe.

—No seas ridícula, Peyton. Estás muerta por el rubio de allá. —Ambas dirigimos la mirada al chico que se ríe con los niños, mientras hacen algo tonto—. No tiene nada de malo que le digas para ir. Desempolva un vestido de noche y ve a por él.

La abrazo, y le susurro al oído un gracias. Su gesto me ha dejado maravillada. ¡El baile es maravilloso! Siempre quise visitar ese lugar tan famoso en toda la ciudad, por su antigüedad y noches con cantantes conocidos. Mamá siempre quiso llevarnos, pero se quedaba corta de dinero, y prefería comprar otra cosa, antes que gastar tanto por una sola noche.

Pienso en ella, y me siento egoísta por no haber pensado en invitarla. No le digo nada a Kim.

La clase continúa con normalidad. Después, ya cuando es hora de salir, los dos nos dirigimos a la entrada. El frío me congela y casi que no podemos hablar, debido al viento que azota todo a su paso.

—¿Quieres venir a casa? —pregunto, casi gritando.

—No creo que sea buena idea, mi madre me espera temprano. Vamos a por un café, eso es más breve, porque la mesera medio que nos echa.

Achino los ojos y me cruzo de brazos, para decirle:—A menos que me dejes pagar, no iré de nuevo a un lugar contigo.

—¡Que eres terca! Bueno, vamos de una vez.

Satisfecha con obtener lo mío, volvemos al mismo café de la vez pasada.

Ahora hay unas cuantas personas más, pero no demasiadas. La calefacción del lugar está tan alta, que nos sacamos las cuatro capas de abrigo apenas pisamos allí dentro. Un suspiro se me escapa de los labios, al oler croissant y sentirme tibia de nuevo. Thomas casi corre a  una mesa que tiene sillones y es bastante privada. Amo su elección, porque nunca me gustó sentarme al medio de los negocios.

—Dijimos que no tenían tan buen café ni croissant, pero aquí estamos —digo, colgando mi sobretodo en el respaldo.

—Supongo que no está tan mal después de todo, porque aquí pude conocerte un poco más esa primera vez.

Las palabras fluyen de su boca con tranquilidad. Puedo decir que no está nervioso como suele ponerse cada vez que algo no parecido a la amistad sale de nosotros. Quizás el ambiente lo tranquiliza. Aveces Thomas es tan particular en su humor que me deja sorprendida. Se recarga en el asiento y me mira con una sonrisa de lado. Veo su paleta delantera, esa que está apenas torcida, y rompe un poco el aspecto casi perfecto de la sonrisa.

—Deja de jugar, rubio. No sabes actuar con naturalidad. En este momento seguro estás tenso, no finjas conmigo.

La mesera, otra esta vez, nos toma el pedido. Que por cierto, él no pide más que un café, a lo que yo debo pedir dos croissant junto con dos donas. Tengo hambre, y seguro Thomas también.

—Mira, sabes como soy. No soy de andar mucho tiempo dando vueltas al asunto. Lo que pasó esa tarde en tu casa, yo pensaba olvidarlo. Claro, hasta que me dijiste eso, de que no que pensabas hacerlo, y terminé cayendo.

Me quedo perpleja. No sé cuándo fue que todo ese remolino de palabras cayeron sobre nosotros.

—Bueno, está bien, pero solo digo que quiero disfrutar de una buena amistad por ahora. —Hablo apresuradamente y no me doy tiempo a pensar—. Seamos amigos.

—¿Sólo amigos?

Escucho un tic tac en mi oreja, en el interior de ella. Mi corazón palpita. No quiero, claro que no quiero.

—Solo eso.

Él hace una especie de reverencia. Sé que no está conforme con la decisión, ¡y yo tampoco! ¡Para nada! No entiendo que me llevó a decirlo. Incluso mi boca se abre para decir algo, para retractarse quizás. Sin embargo, me veo interrumpida por la mesera. Thomas cambia de tema. La música de fondo cambia a un estilo diferente. Tiene ritmo, me dice que hable de cualquier otra cosa.

Y así pasa. Hablamos largo y tendido. Me cuenta de que el caso progresa rápido, que ya tienen rastreados a los sujetos, y que es solo cuestión de tiempo. Me alegro por él, por su familia. Me duele en el interior que se vaya.

Ah, soy una egoísta, me siento basura por no querer lo que supongo desea tanto. Me cuenta sus planes a futuro, lo de la universidad, y una esperanza me ilumina. Quizás podríamos vernos después de todo.

—Me encantaría, y lucharé por eso. Tengo conocidos ahí, seguro mi padre hablará con sus amigos para que conozca a los hijos y todo eso, ya sabes, él es así. Por más de que me salga con la mía, siempre querrá mantenerme en la zona...

Veo su boca moverse pero dejo de escucharlo. Una sola pregunta ronda mi cabeza. ¿Por qué querría seguir conmigo después de todo esto? Claro me lo está diciendo. Tendrá amigos ricos, como él. Chicos con los que compartirá metas de negocios prósperos, compraran apartamentos lujosos y montarán fiestas magníficas. ¿Qué haría una chica como yo en todo eso? No encajaría, lo retrasaría.

—Debes hacerlo, rubio. Ve a por todo, serás un artista famoso.

Sus ojos azules despiden un brillo especial. Me mira con felicidad, y pregunta:—¿En serio lo crees?

—Estoy completamente segura.

Toco las invitaciones en el bolsillo de mi suéter, y prefiero no hacerlo.

...


















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