Xiao zhan estaba tumbado en su cama, no tenía ánimos de nada, ese sueño le hacía caer en una terrible tristeza, siempre. Pero con la poca fuerza que tenía comenzó a revisar las notificaciones de su móvil, realmente nada nuevo, exceptuando el echo de los mensajes de Haikuan avisando que iría a verlo junto con Ji Li apenas terminara la jornada de trabajo.

Entonces zhan decidió dormir una vez más...

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Los días fueron pasando, y en menos de lo que creyó ya había pasado un mes y él seguía sin saber nada del caso ni Yibo, tampoco se atrevía a preguntar a sus amigos.

Pero el incidente marco el inicio y el fin.

Esa noche supo que no podría volver a lo que fue antes.

Que su vida ya no era solo suya.

Esa noche....

La noche del incidente comenzó como cualquier otra, sin nada importante y con él vagando por su departamento o mirando algún película de horror.

Escuchó un estruendoso ruido en la cocina, platos cayendo, vasos quebrándose y sartenes estampando los escombros del suelo. Se levantó rápidamente y tomó un jarrón de flores cercano y lanzó las flores al suelo para luego entrar armado con el jarrón a la cocina.

Se encontró con Yibo, parado frente a la ventana, manchado de sangre usando la ropa que se les daba en el psiquiatra, pero había un olor fuertemente impregnado, el olor a gasolina y humo. Se alejo lentamente de Yibo apuntandole con el jarron. Yibo se acercó y estiró su mano para poder tocar a zhan, sin embargo apenas acercarse recibió un fuerte golpe en la cabeza con el jarrón, destrozándose en pedazos en cu cabeza y dejando fragmentos enredados en su cabello mientras fluían unos hilos de sangre por su cabeza y su cuello.

Yibo alzó el rostro mirando a zhan, su mirada era oscura. Sacudió los fragmentos de su dolorida cabeza y se acercó firmemente a zhan, quién estaba en shock por la situación. Tomó fuertemente la nuca mirándolo fijamente y lo besó con ira, un beso demandante. Zhan lo comenzó a golpear en el pecho tratando de alejarlo, entonces Yibo le mordió fuertemente el labio haciéndolo sangrar.

Xiao zhan no entendía nada, se sentía asustado y no sabía que hacer. Sintió a Yibo alejarse de él y entonces abrió los ojos encontrándose con Yibo tumbado encima de el inconsciente.

Zhan comenzó a moverlo, sin recibir respuesta.

Con algo de esfuerzo llevó a Yibo hasta su habitación y comenzó a tratar la herida que él mismo había provocado, sentía algo de culpa. Luego de tratar la herida de Yibo comenzó a limpiar el desorden de la cocina. ¿Qué mierda acababa de pasar? No comprendía nada por ahora, después se encargaría de interrogar a Yibo y saber que había ocurrido.

Zhan se tumbó en el sofá cansado, pero no necesitaba dormir, necesitaba respuestas. Sin muchas ganas encendió el televisor y para su sorpresa había informes recientes sobre un incendio. Se levantó del sofá y tomó su celular. Reconocía perfectamente el lugar que estaba en llamas. Era el psiquiatra ligado a su estación de investigación. Llamó a Haikuan alarmado, pero no hubo respuesta, llamó a Ji Li y este si le contesto.

-¡Ji Li! ¡Acabo de ver las noticias y me enteré de lo que ocurrió!¿Están bien? - al otro lado de la línea se escuchaba un completo caos.

- Sí, estamos bien, pero no encontramos a Xuan Lu, Haikuan perdió su teléfono, Jing Cheng apenas logró salir y está rumbo al hospital, estamos buscando a Xuan Lu pero no hay nada zhan, zhan ella no está - Ji Li se escuchaba muy alterado tal borde de un colapso, a lo que zhan sintió su corazón estrujarse.

- ¡Tranquilo Ji Li! Voy para allá - zhan colgó y buscó su chaqueta. Pasó con Yibo y dejó una pequeña nota explicando la situación y que volvería apenas pudiera. No sabía porqué lo hacía, pero no quería que Yibo sufriera su ausencia.

Finalmente salió disparado del departamento deteniendo un taxi pidiendo que lo llevará al lugar del accidente.

Apenas llegar bajó corriendo y comenzó a buscar a sus amigos entre la multitud. Ji Li estaba más tranquilo y sentado en la orilla de una maceta cercana al parque, finalmente el fuego a había apagado. Abrazo fuertemente a Ji Li y este correspondió a su abrazo. Zhan lo sintió relajarse, después de todo llevaban años siendo amigos y se sentía bien tener el apoyo.