Tras las rejas

Desde que tiene uso de razón, vio cárceles. Desde que empezó a leer, imaginándose calabozos del siglo 19, llenos de humedad, agua goteando, rejas desgastadas y un esqueleto colgando en la pared.

Luego, ya trabajando como detective, las cárceles obviamente se modernización -una parte de él se dijo a sí mismo que era un poco estúpido romantizar una época de Europa solo por amar a Sherlock Holmes y que estornudar ya era una declaración de muerte. Aún así seguiría romantizando todo lo que pueda esa época - y era bastante deprimente en su opinión.

Todo de blanco, y los criminales todos juntos separados solo por las rejas y un policía bastante inútil vigilando.

Y ahora...

Estaba tras las rejas.

Con una mueca de desagrado golpeó su frente con una de las rejas.

Era bastante humillante en su humilde opinión. Años llevando criminales bajo las rejas por romper la ley, el, Shinichi Kudo, estaba en la cárcel.

"Genial.." -frunció el ceño al ver qué varios hombres que estaban en su misma posición -que horror siquiera pensar eso- se susurraban, señalaban y reían de el.

- Pero miren al niño millonario de papá entre nosotros -comentó uno con burla. Claramente ni se iba a molestar en contesta.

Agradeció en silencio tener el privilegio que le dieran una celda para el solo, porque claramente no terminaría bien. 

- Parece que Sherlockyn no puede venir a salvarlo -las carcajadas resonaron. Rodó los ojos ante la ignorancia de ni siquiera pronunciarlo bien. Espectacular, además de estar rodeado con criminales, también eran ignorantes de algo tan básico.

Escucho que la puerta abriéndose resonó en ese mugroso lugar. Sin evitarlo se dio cuenta el olor a orina.

"Muchas gracias Eri-san..." -Pensó con amargura sin entender cual era la idea de ponerlo en una situación así. Es más, Kogoro ni siquiera estaba aquí. Estaba encerrado con Megure hace algunas horas. Dios, deseaba de todo corazón estar sentado siendo regañado por el que estar acá con gente que no dudaría en apuñarlarlo.

No le dio mucha importancia los silbidos y comentarios bastantes vulgares hacia cierta persona que se adentraba en ese desastroso lugar. Estaba ocupado en una competencia de miradas con otro recluso para no caer en la locura.

Para sobrevivir tenía que fingir demencia, no tenía otro.

Pero la ganó la competencia cuando su oponente desvío la vista hacia la chica que se acercaba, abriendo bastante los ojos y dándole la sonrisa más lasciva y asquerosa que pudo ver en su vida.

- ¡Shinichi!

La joven apareció delante de su vista agarrado los barrotes con desesperación y sus hermosos ojos violetas brillosos amenazando con llorar.

- ¡Ran!

Agarró su rostro con delicadeza y la acerco más a él tanto como pudo. Limpio con el pulgar una lagrima traicionera que se deslizó.

- Shinichi... -negó con la cabeza.- N-no tienes que estar acá, mamá, ella... No se, no entiendo -comenzó a hablar rápidamente y a lloriquear.

- Hey, hey, tranquila -le habló con Dulzura y seriedad para centrarla. Reforzó su agarre y ella finalmente se calmó. Respirando irregularmente acepto el contacto de sus manos y se apoyo mejor en ellas.- Esta bien, no te preocupes. Sabes que se va a solucionar, ¿Si? -lo miró con duda.- Enserió, es temporal -con esas palabras suspiró y acepto estando de acuerdo.

- No me gusta que estés acá... -admitió dando una mirada a la cárcel, viendo como todos estaban extrañamente callados y observando.

- Olvida eso -la agarró del mentón para que lo mire nuevamente. No le gustaba que mire a esos idiotas sin neuronas, menos que este acá.- Ve con Kisaki-San, yo enseguida salgo.

- No quiero dejarte solo -negó preocupada. Tenía miedo que alguno lo ataque o algo parecido.- Mamá está con Megure hablando con papá, déjame protegerte. 

- No -ni soñando dejaría que Ran este aquí. Bajo la cabeza para apoyar su frente con la ella.- Son unos idiotas que puedo manejar con facilidad -le susurro a lo que aun dudando, asintió. - Espera a tu madre, por mi no te preocupes ¿Si?

- Pero yo...-

- Confía en mi -pidió. Se alejo un poco para rozar sus labios.- Por favor... -totalmente embelesada acepto y cerró los ojos esperando el ansiado beso.

- ¡Pero miren eso!

Se separaron rápidamente cuando los silbidos y burlas comenzaron.

Shinichi frustrado se lamio los labios y los mato con la mirada.

Dios, como los odiaba.


.

.

- ¿Qué está en la cárcel?

No pudo evitar preguntar totalmente disfrutando de la situación. Shinichi Kudo estando en el lugar que el siempre quiso que el este. Que poético.

- Así parece joven amo -afirmó Jii limpiando con un pañuelo blanco una copa lujosa.- Por una pelea con Mouri... Oh, ya es tendencia parece -comentó al ver como Kaito miraba en Twitter el video de la pelea.

- Esto es increíble -se río. Cuando más observaba parecía el karma al máximo esplendor. Una sonrisa maliciosa apareció cuando le llegó un mensaje de Aoko que decía que no se burle de algo así. Oh, como lo conocía.

Se mordió el labio divertido al recordar el apasionado beso que se dieron antes de venir al bar. Bueno, nadie lo podrá culpar. Besar a su novia era uno de sus pasatiempos favoritos.

Tal vez debería darle una visita para disfrutar de esa imagen tan gloriosa.

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Estoy viva, hi!!

Argentina está viviendo bizarreada tras otra, así que divertido.

Espero que les este gustando. No habia planeado que sea tan largo, pero bueno. Me está gustando el resultado. Comenten que les parece!

¿Alguien puede pensar en Kogoro?

Por último tenía que hacer una referencia a Lucy y Snow, si o si.


Te odio tanto copito de nieva.

Espero comentarios!

Bye!

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