Frustración
Ridiculo.
Eso pensaba Shinichi Kudo sobre toda la situación que estaba viviendo. Se estaba cansando de todo lo que estaba pasando.
El se consideraba una persona paciente, que podia sentarse y pensar en como solucionar el problema hasta en los momentos mas críticos.
Principalmente con Kogoro.
Frunció el ceño y cerró con fuerza el libro que intento, realmente intento leer y olvidarse de su enojo hacia el, pero no podia. Entendía que Kogoro no lo soporte por el simple hecho de amar a Ran y sentirse amenazado al pensar que iba a sacarle a su hija.
Maldición, podia soportar que lo denigre y suspiré en su nuca cuando estaba en un caso o cerca de Ran. Soportaba la mirada de enojo e incluso odio cuando la verdad salió a la luz. La mentira de Conan, la organizacion de los hombres de negro y "Kogoro el durmiente". No habia que ser un genio para darse cuenta que era el quien resolvia todos los casos, solo habia que conectar dos neuronas luego de saber la historia. Además de su reluciente estupidez en los casos.
Y sabía que fue un golpe duro para Kogoro. Todo el respeto y admiración se había caído en su círculo más cercano, principalmente en lo policial. Se sentía de cierta forma culpable, e incluso intentó ayudarlo. Le tenía respeto, y algo de cariño por tido lo vívido como Conan. Pero siendo el orgulloso y estupido que era lo rechazo y fue a arremeter en su contra.
Y por supuesto como habia esperado, empeoró cuando hizo pública su relación con Ran.
ah.
La cara de Korogo se deformó de una manera que jamás se olvidaria. De igual forma lo ignoró y siguio disfrutando de su relación con su novia. Claro que el detective privado estaba totalmente pendiente de cada uno de sus movimientos, pero lo dejo pasar ya que tenia la privacidad y momentos en paz con Ran.
Su relación iba completamente bien, estaba encantado. Si ya enamorado de ella, estaba seguro que se enamoro todavia mas. Hacer el amor con Ran era una de sus momentos favoritos. Podían estar horas haciéndolo, o estar acostados disfrutando del calor del otro. Usualmente lo hacían en el sillón de la biblioteca, que por alguna razón lo encontro romántico, principalmente íntimo.
El conflicto empezó luego de volver del colegio, fue a la casa de Ran para buscar unos papeles que Kogoro tenia de un caso que habia resuelto cuando el era Conan. Al no estar, aprovecho de molestarla y besarla como siempre. Siendo los adolescentes hormonados que eran tuvieron sexo en el sillon olvidándose que Kogoro estaba en camino.
Y el infierno se desato.
Una cosa era aguantar que su hija esté saliendo con un detective egocéntrico que lo utilizó y la hizo llorar y otra era ver como ese mismo egocéntrico la abrazaba completamente desnudos en su cara de manera descarada.
Jamás en su vida se asustó tanto al escuchar el gritó que pego Kogoro.
Se cruzó de brazos mientras miraba el techo. Cuando mas lo recordaba, se hizo evidente que esta situación se podria haber evitado. Enserio, ¿Que paso por su cabeza al decirle a Ran que seguramente no volveria en dos horas? Que estúpido fue.
Luego de ser echado a patadas, gritos y maldiciones las cosas se complicaron. Kogoro cerró completamente a Ran, la llevaba y traia de la escuela, no la dejaba salir si quiera con Sonoko y Sera. Solo la podía ver en la escuela, que tampoco es que tuviera mucho momentos a solas. Había perdido la cuenta de cuentas veces idearon un plan junto a las chicas para poder hablar de forma correcta.
- No creo que funcione -razono Sera al escuchar la idea de Sonoko.- Si quiera deja que venga con nosotras, ¿Crees que porqué hagas una "pijamada" la dejará ir?
Shinichi suspiró y miro a Ran, que estaba triste con toda está situación. Hubo una parte de él que estaba enojado con ella, por no afrontar a su padre, pero luego supo que sí y la relación de padre-hija estaba caminando sobre la cuerda floja. Estaba enojado porque queria ser egoísta y que Ran viviera con el en su mansión para poder estar en paz. Ya con Conan habia disfrutado viviendo con ella, ahora quería como Shinichi. Quería decirle a Kogoro que el le puede dar todo lo que jamás pudo. Que el no podía depender toda su vida de su hija, que no podía ser tan cruel para quitarle la libertad de amar.
El problema es que Ran no tiene el corazón de dejar solo a su padre en malos terminos y además siendo consciente que su padre es un desastre solo. Shinichi era cerrado en las relaciones familiares, fue criado con total libertad y al ser tan inteligente a una corta edad pudo diferenciar con quien relacionarse y no. No le importaba a estas alturas lo que le pase a Kogoro, estaba esta el cuello con el luego del incidente y encontrarse tanto en la comisaria (ya que tomo nuevamente el trabajo de policía) como en las escenas de crimen eran una tortura. Además de matarlo con la mirada, mirarlo con odio, hacía de todo para que se des concentrara en sus deducciones. Lo peor era lo que le estaba haciendo era meter a Ran en todo esto.
Apartarla de él.
Eso sí hizo que toda humanidad hacia el muera.
Sacarle el celular, no dejarlo verlo y encima hacer de todo para que lo dejara, cruzó la línea.
Mientras las chicas discutían buscando la solución, Ran finalmente lo miró con pesar y apoyo su mano en su mejilla. Inclinó la cabeza hacia su mano y la besó.- Lamentó que todo esto este pasando... -podía en sus ojos violetas todo el dolor y carga que sentía. Odió más a Kogoro.
- No digas eso, no pienses así -pidió.- Prometo buscar una solución, es una estupidez todo esto. Estamos así desde hace tres semanas, esto ya está pasando la línea Ran -le hizo saber lo que pensaba.- Entiendo qué fue un golpe duro para Mouri, pero no puede estar toda su vida impidiendo que nos veamos.
- Lo sé... he intentado hablar, pero ni caso ¡Aunque use mi karate!
-Si quieren los dejamos solos... -la voz de Sonoko se escucho. Ambos observaron las chicas que los miraban con picardía.
- ¡Deja de interrumpir, bruja!
- ¡Calmate estupido!
La millonaria y el detective empezaron a discutir, relajando el ambiente. Ran sonrió, estaba feliz de ver esta escena tan familiar luego de estar a escondidas por toda la escuela con Shinichi para siquiera hablar.
Recordó cuando le contó la situación a Shiho, que estaba en la facultad de medicina nuevamente para tener uma vida normal luego de la caida de la organización.
Se puso todo rojo cuando se empezó a reir que lo hayan cachado con las manos en la masa. Le habia dicho qie seguramente esto se olvidaría en unos días y podria nuevamente renovar sus "aventuras misteriosas" con su novia.
Equivocada.
Supo cuando intentó llamar a Ran y le contestó Kogoro diciéndole que se vaya olvidándose de ella.
- Quien diría que ibas a vivir un amor prohibido, Kudo.
- ¡No sigas Haibara! -le reprochó frustrado. Realmente esta situación lo afectaba.- Puedo entender que me odie y todo, ¡Pero encerrarla y controlarla es mucho!
- Bueno, eso es depende de la perspectiva que veas -con tranquilidad tomo su té.- Si yo como Mamá me encuentro a mi hija/o teniendo sexo desenfrenado en el sillón de mi casa con la persona que más aborrezco, por supuesto que no lo tomaría bien -Shinichi le dio un punto, pero aun así no calmó su frustración.- Pero, una cosa es saber que esta bien y que no. ¿Tiene derecho a estar enojado? Por supuesto, su única hija le esta entregando a la persona que lo humilló. ¿Tiene derecho a odiarte? Por supuesto.
- No estas ayudando en nada.
Simplemente lo ignoro.- Pero... El qué haga sufrir a Ran para hacerte retorcer de dolor, es horrible -ella y Ran se volvieron super cercanas, hasta considerarse hermanas. Ran la adoraba y Ai sabía que haria lo que fuera, más cuándo supo la verdad y le abrió los brazos aceptándola.
- ¡Eso me enfurece! ¡Me duele tener que estar asi!
- Pensaré una forma de ayudarte y que puedas tener privacidad con Ran que seguramente aprovecharas para sacar tu lupa -se sonrojó y la miró con enojo.- Así qué, calmate Romeo.
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